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Ana and Sebastian went to school alone one day. Ana asked her English literature teacher for a book recommendation. The teacher suggested "In Search of Personal Freedom," a book encouraging Americans to rebel against North Korea. The librarian told them the book was banned. Ana wanted to find out why books were prohibited, and the librarian gave her a note with information on where to find the book. Ana's mom supported her interest in freedom and they planned to find the book together. Ana realized that unity was important for freedom after reading the book. She discovered the power of genetic modification in a biology class and came up with a plan to use genetically modified animals as allies against the oppressive government. La seña de Ana por recuperar la libertad. Era una tarde de otoño. Ana y Sebastián estaban yendo solos a la escuela porque su mamá tenía que llegar a tiempo a su trabajo. Al llegar a la escuela, Ana fue a buscar a su profesora de literatura inglesa para que le recomendara algún libro de la biblioteca. Ana amaba leer. Su maestra le recomendó leer En Busca de la Libertad Personal, libro cuya información alentaba a los estadounidenses a rebelarse contra Corea del Norte. Una vez acabadas las clases, Ana y Sebastián se dirigieron a la biblioteca para pedir el libro. Sin embargo, la bibliotecaria le dijo que ese libro estaba prohibido a los estudiantes por el Estado, debido a que ellos no pueden estar informados sobre ese tema. ¿Por qué los libros están prohibidos en la escuela?, dijo Sebastián. No lo sé, Sebas, pero lo voy a averiguar, respondió Ana. ¿Cómo lo piensas hacer?, siguió Sebastián. Primero, hay que encontrar a alguien que nos pueda dar esos libros, contestó Ana. Tienes razón, dijo Sebastián. Ana salió desilusionada de la biblioteca y se dirigió a la salida mientras esperaba a que llegara su mamá para recoger a su hermano y a ella. Abruptamente, la bibliotecaria se sorpresó y le dio un papel a Ana, el cual decía dónde podía encontrar ese libro. Después de 15 minutos, Marta, la mamá de Ana, llegó para recoger a sus hijos y llevarlos a casa. Al llegar, Ana no paraba de ver ese papel, cuya información importante era tentadora. Ese mismo día en la cena, Ana le comentó a su mamá su interés sobre la libertad y lo mucho que le apasionaba el tema. Y mientras ella hablaba, Marta la observaba orgullosa y le aseguró que contaba con todo su apoyo y que ese mismo fin de semana irían a la dirección donde podrían encontrar aquellos libros tan anhelados por su hija. No sé de dónde te surgió ese interés, pero te apoyo, dijo Marta. Gracias, mamá, con tu ayuda nos harás libres, respondió Ana. Que Dios te escuche, hija, deseo Marta. Los siguientes días en el colegio le parecieron eternos a Ana. Lo único en lo que pensaba era por qué los libros estaban prohibidos a los estudiantes. Y, entre más pensaba, menos paciente era. Ella necesitaba saber. Finalmente, el sábado llegó. A las 10 a.m., Marta, Ana y Sebastián se dirigieron en busca de los libros. Después de conocer por unos minutos, llegaron a lo que parecía ser un tipo de callejón. El lugar no era agradable, pero eso a Ana no le importó. Ella solo pensaba en los libros. Llegaron a una tienda antigua, y al entrar pudieron notar que no había mucha luz. Llamaron para ver si había alguien, y del fondo de un cuarto aparece un señor mayor, con una barra muy grande. Él les preguntó qué buscaban, y Ana decidida respondió, en busca de la libertad personal, el libro que me era libre. El hombre se sorprendió por la franqueza de la niña y se dirigió a buscarlo de un estando un poco más lejos que los demás. Finalmente, Ana tenía aquello que tanto anhelaba. Una tarde, Ana terminó de leer el libro y se dio cuenta que, si quería ser libre y hacer la diferencia, no bastaba ser solo ella. La fuerza es de la unión. Ana se sumergió en la lectura de los libros que el anciano le proporcionó, explorando mundos de conocimiento y revelaciones que soportaron su espíritu rebelde y su deseo de libertad. Con cada página, Ana se convencía más de la importancia de unirse con otros para desafiar al gobierno opresor. La niña nunca había prestado mucha atención a las lecciones que recibió en el colegio, pero un giro inesperado ocurrió durante una clase de biología sobre genética, donde Ana descubrió la posibilidad de alterar el genoma de los animales para que pudiera seguir órdenes específicas. Con esta revelación, Ana hirió un plan audaz, modificar genéticamente a estos animales para que se convirtieran en aliados en su lucha contra la opresión del gobierno.