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The story is about a boy named William who was tied to a chair and injected with a green liquid that caused him intense pain. He cried and tried to escape the pain, but it continued for hours. Eventually, the pain stopped, but William was left alone in a white room with a mirror, unaware that anyone passing by could see him suffering and crying. This would be his life, a life of suffering and tears in that room. Al migrar mejor, notó a las ataduras en sus muñecas y tobillos, se encontraba atado a una silla, provocando un miedo inmenso por parte del pequeño, pero todo miedo desapareció al sentir una jeringa en su brazo, vio como un hombre dejaba salir un líquido verde en su brazo, comenzando a sentir un fuerte dolor como si se quemara su cuerpo por completo. Todo esto hacía llorar al pequeño, que se movía inquieto tratando de que ese dolor desapareciera, pero jamás fue, el dolor siguió torturando al pequeño que lloraba sin control, pasaron las horas y por fin desapareció ese horrible dolor dejando al pequeño en paz. Cuando el dolor lo dejó, vio como las personas de antes se iban del lugar dejándolo solo en ese cuarto solitario y blanco que tenía un gran espejo brillante que lo reflejaba, sin notar que del otro lado cualquiera que caminara por enfrente lo vería ahí sentado, sufriendo y llorando, lo que no sabía el pequeño William que así sería el resto de su vida, sufriendo, llanto dentro de ese cuarto.