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Pr. Albert Pabon

Pr. Albert Pabon

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The speaker emphasizes the importance of the environment we surround ourselves with, as it impacts our development. They explain that while we can't control the environment we were born into, as adults, we are responsible for the people we bring into our closest circles. They use the analogy of apples, stating that a bad apple can have a negative influence on the good ones. They stress the importance of surrounding ourselves with people who challenge us to grow, inspire us, and contribute positively to our lives. The speaker also highlights the significance of choosing wisely who we share our dreams and aspirations with, as negative influences can hinder our faith and progress. They cite biblical passages to support their points and urge listeners to select those who will support and encourage their goals. They conclude by emphasizing the need to guard our principles of faith and surround ourselves with people who add value to our lives. Aleluya. Buenas noches a todos. Muy buenas noches. Vamos a estar transmitiendo este mensaje. Dígale al que está a su lado, el entorno que te rodea es clave para tu desarrollo. Dígale al que está a su lado, el entorno que te rodea es clave para tu desarrollo. Arles, de la necesidad de vigilar nuestro entorno. Usted sabe que usted no es responsable del entorno donde nació, donde creció, donde has aprendido a pensar, donde has aprendido refranes, costumbres, pero sí somos responsables después de mayores, ¿verdad? Después que estamos adolescentes somos responsables de la gente a quien traemos a nuestro entorno más cercano. Póngale cuidado a esto, esto es clave para que lo comprendamos. Nadie, nadie es inmune al entorno del que se rodea. Ahora, si usted pone en una bandeja de 20 manzanas buenas, usted pone una mala, ¿usted cree que las 20 buenas van a tener la fuerza de componer la mala? ¿Qué es lo más probable? Que la mala haga, ¿ok? Ahora, ¿por qué? Porque en cada una de esas frutas está la descomposición natural, pero si usted esas manzanas las pone en un entorno ideal, óptimo, van a durar mucho más que si las pone a un entorno dañado. Amados, nosotros somos la suma, el promedio de las personas con quienes nosotros nos rodeamos generan lo que nosotros somos. Es muy importante saber que rodearte de gente que te desafía a crecer, gente que te inspire, gente que te sume, gente que te estimule, es clave, es sabio, ¿ok? Porque nosotros no somos inmunes a lo que nos rodea permanentemente. Entonces, es sabio escoger con quién pasamos tiempo. Si usted pone una semilla, ¿verdad?, una buena semilla en una tierra sin minerales, sin sales, sin nutrientes, ¿verdad?, pues igual germina y nace, pero nace toda débil. Si la misma semilla usted la pone en un entorno donde hay nutrientes, donde hay humedad, donde hay minerales, donde hay agua, la misma semilla, el comportamiento es distinto. Exactamente, ¿usted sabe que usted es una semilla del cielo en la tierra? Usted es una semilla del cielo en la tierra. En usted hay, en una semilla, usted coge una semilla y en esa semilla hay árboles atrapados ahí. Es más, hay un bosque atrapado ahí. Pero si esa semilla no entra en contacto con un buen entorno, puede ser que se muera. ¿Qué pasaría si sembramos una semana una semilla de sandía en la tierra en Rusia o en esos países donde están congelados? Se muere, el entorno mata la semilla. Amados, el entorno donde nosotros andemos estimula, perjudica, beneficia, pero el potencial, lo que hay de Dios en nosotros requiere un buen entorno. ¿Alguien dice amén? Quiero que leamos dos textos bíblicos. Proverbios 13.20 y Primera de Corintios 15.33. Ahí en multimedia, por favor. Proverbios 13.20 y Primera de Corintios 15.33. Amados, es muy importante. Para nosotros caminar en fe, tenemos que juntarnos con gente que nos estimule en fe. Usted sabe que la incredulidad es un entorno que ahoga la fe, la semilla de la fe. Entonces, normalmente, cuando uno está desarrollándose, uno debe buscar con prioridad y seleccionar, diga conmigo, seleccionar las personas que se van a juntar en mi entorno. Escuche esto. ¿Por qué? Yo le voy a hacer la ilustración. Tienes que seleccionar con sabiduría quién se sube a tu barco. ¿Sabes por qué? Porque hay gente que intentan dañar lo que no pueden alcanzar. Cuando te ven que tú vas a emprender un negocio, vas a emprender algo, ellos tratarán de ahogar tu fe. Bueno, no te quiero decir nada, pero yo conozco una señora que abrió una tienda de esas y quebró y le quedaron deudas. Bueno, no es que te quiera decir nada, pero bueno, te lo quería decir. O sea, siembro esa incertidumbre y me voy. Si tú te rodeas con gente que te inspiran, que dicen vamos a orar por ese negocio, claro que sí. Todo lo que hoy es grande un día fue pequeño, por supuesto, vamos adelante. Es muy distinto, por eso debemos de elegir con quién. ¿Quién le abrimos nuestro corazón? ¿Con quién tomamos café? ¿Con quién nos sentamos? Eso es sabio, eso es sabio. Vamos a leer el texto, Proverbios 13, 20. Póngale cuidado, dice, el que anda con sabios, vamos a leerlo todos juntos, dos, tres. El que anda con sabios, sabio será, más el que se junta con necios, será quebrantado. O sea, el que anda con sabios, sabio será. Porque tú escuchas a los sabios hablando, se te va a pegar la sabiduría, vas a aprender. Pero el que se junta con necios, va a ser abatido, va a ser quebrantado, va a ser afligido. Ahí hay una enseñanza, levante sus manos, diga, muchas de las aflicciones que he pasado fue por no detectar el entorno en donde estaba. ¿Tú crees en Dios? ¿Pero cómo vas a estar creyendo? No, no, no, yo, bueno, yo voy. ¿Ves cómo te hacen? ¿Ves? Pero el que se junta con esa palabra inicio, imagínate a alguien que sabe que se debe salir por la puerta y él se empeña en salir por el balcón. Ese es un necio, el que sabiendo lo que debe hacer, no lo hace y se empeña en otra cosa. Entonces, muchas de las aflicciones del abatimiento, del desánimo que a veces experimentamos, hermanos, se los debemos al entorno. Contar una visión, un sueño en un entorno equivocado es afligirte. Afligirte. Te matan inmediatamente. ¿Se acuerdan de José cuando le dijo a los hermanos, oye, tuve un sueño? ¡Wow! La envidia, la envidia. Hay una medida de envidia que no quiere lo que tú tienes. Lo que quieren es que tú no tengas lo que tienes. Es así, funciona así. Vamos a leer otro texto, por favor, 1 Corintios 15, 33. Dice, No erréis, no se dejen engañar. Las malas conversaciones, ¿qué dice? Corrompen las buenas costumbres. No erréis. No erréis. Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Mis amados, hay entornos, hay entornos que no nos alimentan a nosotros, que no alimentan nuestra realidad de fe, no alimentan. La Biblia dice que el justo vive por fe. Este sistema donde nosotros vivimos es un sistema depredador de la fe. Es un sistema enemigo de la fe. Es un sistema que aborrece la fe. Por lo tanto, nosotros tenemos estos espacios que llamamos congregación para que estimulen la fe. Porque los hijos de Dios, así como un ingeniero hizo un coche para que funcione con gasolina, otro para que funcione con diésel o gasoil, otro para que funcione con gas, otro para que funcione con electricidad, a usted Dios lo hizo para que funcione con fe. La Biblia dice que nosotros caminaremos por fe. Y si el entorno donde nosotros hacemos vida no nutre nuestra fe, amados, créanme, vamos a tener deficiencia de combustible para andar. Jesús, cuando estuvo en Israel, cuando vino a traer el reino de Dios, vino como, dice que Él venía como un árbol, como una raíz de tierra seca. O sea, imagínate un árbol en tierra seca. No tiene nutrientes en la tierra, no tiene de qué alimentarse. ¿Verdad? El entorno no le nutre, el entorno no le alimenta. A veces hablamos del hombre interior, a veces hablamos que en Cristo tenemos plenitud, a veces hablamos que Cristo es todo, pero nos juntamos con gente que no tiene armonía con lo que nosotros buscamos. Y es sabio escoger personas que te estimulen. Es sabio venir a estos lugares donde estimulen, donde abonen, donde revitalicen nuestra fe. Por eso, ¿cuántos quieren ser productivos? ¿Cuántos queremos caminar? O sea, yo creo que uno se cansa de una media donde uno vive, donde uno vive de una vida ordinaria. Y para salir de ahí, amados, tenemos que elegir la gente con quien hablamos. Nunca le inviertas un café a alguien, que vas a perder el café. El 1.20, el 1.50, que vale, lo vas a perder. Pero qué rico, qué delicioso es cuando te sientas con alguien y no te levantas igual. Amados, selecciona en tu entorno la gente con quien sabes que no perderás el café. Selecciona, haz una lista y hazle saber que son importantes para ti. Y oye, ¿sabes que estuve viendo el entorno donde yo vivo? Y eres una persona relevante, eres una persona importante, eres una persona... Me di cuenta que cada vez que me siento contigo disfruto oírte, me retroalimento contigo. Amados, eso es sabiduría. Tú sabes que estás en una reunión de reino, tú sabes que estás en una reunión de gente importante porque puedes oír a Dios en la conversación. ¡Guau, qué interesante lo que está diciendo! Tú sabes que estás en una reunión de reino porque se está sumando riqueza a tu vida. Ustedes saben que en los entornos, aquí nosotros, somos una familia en la fe, ¿no? Somos una familia. Y Dios suma, Dios enriquece a los hombres trayendo gente de valor a tu lado. ¿Tú sabías que Dios te enriquece de esa forma? ¿Tú sabías que Dios te enriquece de esa forma? Cuando tú estás caído, cuando estás débil, cuando te fatiga, cuando te desenfocas y te juntas con gente de valor al lado, cualquier persona llega y te suelta una perla, una palabra poderosa. Pero si te juntas con gente que lo que hacen es murmurar. Amados, no hay gente más dañina. Otra cosa es, identifica como dañino al que venga a hablarte mal de otro permanentemente. Es dañino. El sistema lo que busca es depredar, destruir, abortar la fe por medio de los rumores de otros. ¿A cuánto les ha dado temor por algo que escucharon que otra persona dijo? Porque las palabras se suman a nuestro corazón inevitablemente. Oímos algo y eso empieza a trabajar en nosotros. Amados, elijamos minuciosamente a quien le abrimos nuestro corazón. La gente que te aporta, la gente que te suma. Cuando hago un ejercicio, estoy desenfocado. ¿A quién llamo de mis contactos? Tengo 300 contactos. ¿A quién llamo? A veces de los 300 no hay uno. Es porque no tiene al pastor ahí en el teléfono. Ahora, ¿qué ocurre? Ahora, ¿qué ocurre? ¿Qué ocurre? No es reis. Dice, no es reis. Errar es el dardo, los dardos, ¿verdad? No dar en el blanco. No das en el blanco. No es reis. Las malas conversaciones corrompen, dañan las buenas costumbres. Tú tienes que guardar los principios de fe como algo sumamente sagrado. Cuando tú le hablas a una persona y ridiculiza tu fe, tú sabes que a esa persona le debes poner un... no por descartarlo en tu vida, pero sabes que no le vas a invitar la comida, a sentarte con él, a oír. ¿Qué vas a oír? Yo quiero pasar a otro... ¿Cuántos tienen expectativas de pasar a otros niveles de vida? ¿Cuántos tienen margen de crecimiento? Porque puede ser que alguien diga, no, pastor, ya yo crecí todo lo suficiente. Pero, ¿cuántos tienen margen de crecimiento? ¿Cuántos ven lo que tienen por delante con esperanza? Amado, júntate con gente que te aporte. Por favor, quiero leer 3ª de Juan. 3ª de Juan capítulo... bueno, tiene un solo capítulo. Sí, 3ª de Juan. Desde el versículo... vamos a leer desde el versículo 9. Aleluya. ¿Están allí? Aleluya. ¿Están allí? Dice... Yo he escrito a la iglesia, pero diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuera, recordaré las obras que hace parloteando, o sea, ablachenteando, con palabras malignas contra nosotros, y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quiere recibirlo se los prohíbe y los expulsa de la iglesia. Dice, amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha visto a Dios. Todos dan testimonio de Demetrio, y aún la verdad misma. ¡Guau! Y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero. O sea, este diótrefes, igual que Pablo dice en 2ª de Timoteo, dice, Alejandro, el calderero, me ha causado muchos males. Me ha causado muchos males. ¿Verdad? Tú llegas a un lugar, te sientas con un corazón abierto a enseñar. Yo quiero decirte que las personas que estimulan tu fe son claramente, son fáciles de identificar. Es una persona que siempre tiene un estímulo en su boca. Hola, me alegro verte, Iliana. Qué bueno saber de ti. Qué bueno, ¿cómo está tu esposo? Bien, bueno, ahí está. Está enfermo. Guau, no, pero va a salir adelante, de una vez. Sí, así es, todos se enferman. Así está el mío, madre mía, ya yo no sé qué hacer. Siempre hay, usted sabe que la queja, la queja es resultado de poner la mirada en lo que no tengo, descuidando lo que sí tengo. La queja es resultado de decir, hay personas que si llueve se quejan, si hace sol se quejan, si hace frío se quejan, si hace calor se quejan, si está en primavera se quejan, en todo momento. Esa persona es un ladrón de fe. Sí, de verdad. Y voy a decirlo de nuevo, hermano, si tú andas con gente, permanentemente hablarás como ellos, echarás los chistes de ellos, caminarás como ellos, comerás como ellos, te convertirás en ellos. Así es. Por eso tienes que elegir. Somos, nos convertimos en la media de la gente con que nos rodeamos. ¡Guau! Es verdad. A mí me gusta juntarme con gente que me estimule, que me ensanche el pensamiento. Que me llegue, que cuando yo me esté mirando el ombligo, me diga, no, escucha, ese no es el centro del mundo, levanta tus ojos, ábrelos. No te observes a ti mismo. Amados, la verdad, diga conmigo, la verdad de Dios, es una verdad corporativa. ¿Qué significa eso? Que en cada uno de nosotros hay una expresión de la verdad de Dios. Entonces cuando nosotros nos juntamos, la verdad florece. Dios no le da verdades individuales a alguien, sino que a cada uno de nosotros, como dice la pastora en todas las reuniones, cada vez que nos reunimos, traemos. Es verdad, Dios pone en cada persona, en cada uno de los suyos, Él pone una medida. Y cuando nos estimulamos, sale, florece la medida de la verdad que está en el Señor. Diga conmigo, verdad corporativa. Corporativa es de un cuerpo, porque la iglesia es el cuerpo de Cristo. Entonces, por lo tanto, mira, dime con quién andas y te profetizaré tu mañana, tu destino. Dime con quién andas, solo dime con quién pasas tiempo. Yo no soy profeta, pero te profetizo cómo va a ser tu mañana. Claro, la Biblia dice que se sabe, se sabe cómo nos va a ir a nosotros. Eso es lo que te está diciendo. Yo sé cómo te va a ir a ti. Júntate, dime con quién andas y te diré qué. Pero si eso es un refrán más viejo que las olas. Eso es de toda la vida. Cuando el entorno no favorece, no estimula, lo que tú eres en el Señor, estás en un entorno equivocado. Cuando uno va a estudiar, cuando uno está estudiando la Palabra, inmediatamente hay una cosa, hay una regla, ¿verdad?, que es el contexto del texto bíblico. El contexto. O sea, lo que rodea al texto, le da el sentido. Para que un predicador no predique de forma subjetiva, hay que ver el contexto del texto. Para que un predicador no le imponga su idea al texto, hay que ver lo que rodea al texto. Porque un texto se saca del contexto y se crea un pretexto. Basta de ser un trabalenguas, no, no. Es así. Por lo tanto, cuando nosotros somos introducidos en un contexto correcto, nuestra vida se potencializa. Nos juntamos, dice Proverbios, dice, no os juntéis con hombres violentos para que no aprendan su costumbre. Levante su mano y diga, nadie es inmune a su entorno. Nadie es inmune a su entorno. El entorno siempre lo va a ir conquistando, poco a poco. Escuche esto, el entorno ejerce un poder sutil que nos arrastra hacia una forma de pensar, hacia una forma de actuar. Nos reprime. El entorno a veces reprime tu fe o a veces estimula tu fe. Reprime nuestro potencial o estimula nuestro potencial. Amados, el entorno lo es todo. La naturaleza del ser humano, la naturaleza de nosotros, nos llevará a adaptarnos al entorno. Usted sabe que cuando tiraron bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, en Japón, hay unos animales donde se tira una bomba y no queda nada vivo. Las cucarachas quedaron vivas. Porque tienen un poder de adaptación tremendo. Tú llevas a una persona a un lugar frío, como hablábamos antes, y al principio sufre, pero después se adapta. Tú le cortas una pierna a una persona por algo y él coge y al final duele, pero al final se adapta, lo supera. Porque la naturaleza del ser humano es adaptarse a lo que tengas. Y una persona cuando se suma a un entorno se adapta al entorno. Hay algo que se llama herencia social. La herencia social es lo que te deja el entorno donde creciste. Por eso las personas que nacen en un entorno de estrechez, en un entorno de pobreza, les cuesta dar más adelante. Porque nació con el pensamiento de cuidado, guarde, porque la pobreza viene fuerte y esa no perdona a nadie. Y esa persona se retiene porque nació en un entorno estrecho económicamente. Hay personas que el entorno te enseña a no perdonar, a no hablar, a no hacer favores. Te enseña que la gente no merece la pena atenderla, no merece la pena servirle. Y hay refranes, cría cuervos y te sacarán los ojos. El que le da a un hombre, tal, y siempre hay... Una vez yo escuché un pensamiento, dice, tú coges a un perro de un basurero y le das de comer, ese perro nunca jamás te morderá. Pues esa es la diferencia entre un perro y un hombre. Que tú coges a un hombre y en cuanto tenga la oportunidad, y ese razonamiento se te mete dentro y dice, cuídate que te va a morder al final. Cuídate que te va a morder. Y el entorno lo que hace es que reprime que tú seas generoso. Acuérdate lo que le pasó a tal. Que fue de buena... Entonces la Biblia dice, bendecid, no maldigáis, sed generosos. Mejor es dar que recibir, y el perro te muerde. Entonces como escuchaste eso, la naturaleza lo que hace es adaptarse a lo que oíste. Amados, el entorno es clave. Rodéate de gente que estimule tu fe. Vamos a orar, vamos a leer un texto bíblico, vamos a hacer esto. La semilla buena en el entorno incorrecto se muere. Ahora, una vez que cuidas tu entorno, esta no es toda la enseñanza. Una vez que cuidas tu entorno, ahora tienes que aprender a desarrollar carácter para que el entorno no siempre te conquiste a ti. Son etapas de crecimiento. Son etapas de crecimiento. Cuidas tu entorno, pero después tienes que desarrollar identidad, determinación, carácter. Por ejemplo, una persona que es proactiva es una persona que decide él. Él tiene las riendas de su vida. Dice, mañana voy a salir a correr. Desde ahora, lunes, miércoles, viernes salgo a correr. Un ejemplo. Esa persona determina correr por encima de lo que sea. No importa si llueve, no importa si hace nieve, él decidió y comienza a tener la determinación de hacer las cosas. Y entonces el carácter o la gente o los flojos que están alrededor primero no lo obstruyen o no logran detenerlo. Pero siempre influye el carácter porque si él tuviese cinco que dice, corremos, con lluvia, con nieve, como sea, vamos a correr, lunes, miércoles y viernes, el día que tú no quieres correr, ellos te hacen correr a ti. Pero si tú no quieres correr y además alguien te dice, voy a correr un día más, un día menos, lo que podemos es torcernos un pie con la lluvia. Amados, se trata de que nosotros desarrollemos determinación. Determinación. Cuando tú eres reactivo, eres rehén de las condiciones que te rodean. No eres proactivo, no tienes las riendas de tu vida. Dice, ay, hace solecito, provoca salir a correr. El sol lo hace correr, él no tiene el carácter para correr. Las personas reactivas se dejan volver por el entorno donde están. Y es rehén del entorno. Hay personas, me decía un hermano en Italia, me decía, Pastor, yo no sé decir que no a la gente. Vamos a beber, vamos a beber. Vamos allá, vamos allá. Me dice, Pastor, me cuesta, de verdad, mis amigos, porque los quiero y los aprecio, pero es que me llevan y hacen conmigo lo que quieren. Dice, pero me cuesta. Y yo le explicaba, yo le digo, cambia tu entorno, cambia tu entorno, hasta que tú no desarrolles. Mira, cuando tú desarrollas determinación, cuando tú desarrollas madurez, eres como un coche que tiene el, no, no, no, el aire acondicionado, el climatizador lo tiene a 20 grados. Afuera puede estar en menos 5 o en 35, él va a 20. 20 grados, 20 grados se mantiene. Lo que hay fuera no logra cambiar lo que está dentro. Pero hasta que tú no llegas a desarrollar esa determinación, eres vulnerable. Amado, el entorno es clave en tu desarrollo, es clave en tu productividad, es clave en los pensamientos. Una idea, una idea, que usted la diga en un entorno equivocado, mata la idea. Tengo un negocio, ¿sabes qué? Estaba, Dios me dio que iba a vender jarras de esas. ¿En serio? Porque yo conocí uno que empezó con un ímpetu a vender jarras y lo que le dejó fue deudas a su esposa. ¿Ves? ¿A cuántos les ha pasado que han dicho ideas brillantes en entornos incorrectos? Amados, guárdate, guárdate las cosas. Por eso Jesús dijo, las perlas no se las puedes dar a los cerdos. A eso se refería. Cuando tú entrenas en la palabra de justicia a un hombre que es rebelde y que se resiste a ser transformado por la vida, estás equipando a un rebelde. Y después dice, no le des las perlas a los cerdos, no sea que se devuelvan y os espedacen. No solo repercute el entorno físico, sino el entorno digital. Diga conmigo, no solo es el entorno físico, el entorno digital. Escúcheme, yo sé que ustedes lo saben, pero yo se los voy a recordar. Cuando usted en su teléfono ve lo que ve, hay algo que se llama algoritmo. Y el algoritmo crea un perfil de tus demandas. Y los algoritmos siempre te mandarán cosas de acuerdo a lo que tú consumes. Siempre te mandarán cosas de acuerdo a lo que tú consumes. Eso es un entorno también. No voy a irme a los extremos de ejemplos, pero lo que voy a decir aplica para todo. A mí me gusta el fútbol. Y yo veo un fútbol, fútbol... Ellos saben, mira cómo les gusta el fútbol. Y crean un perfil de lo que yo consumo. Y cuando yo no tengo ganas de fútbol, ellos me dicen fútbol, fútbol. Y eso aplica para todo, el que tiene el espíritu sabe lo que dice el espíritu. El entorno digital, en este caso, condiciona mi vida. Amados, tenemos que seleccionar minuciosamente lo que consumimos porque somos lo que comemos. Somos lo que comemos. Y yo siempre digo algo, amados, haciendo lo mismo, nunca... ¿Usted sabe cómo se define la locura? El que hace lo mismo y espera resultados distintos, eso es loco. Usted no puede sembrar tomates y orar por recoger zanahorias. No tiene sentido. No tiene sentido. Si usted quiere sembrar o cosechar otra cosa, ¿qué hay que hacer? Claro, mire, si una persona es soltero toda la vida, toda la vida soltero. Y tú le dices, oye, pero tienes que arreglarte, hacer así. No, no, no, a mí el que me quiera, me quiere como soy. No, no, yo no soy profeta, pero te vas a morir virgen. ¿Por qué? Porque lo mismo, claro, porque lo mismo no da resultados distintos. Cambia las cosas, claro. Claro, porque si es lo mismo, ya sabemos. Hermano, 5 más 5, ¿cuánto es? Más 5, 15. Más 5, más 5. ¿Ve que yo no estoy diciendo ahí saben lo que viene? Es más, ya usted sabe. O sea, por la secuencia, tú vienes, tú sabes lo que va. La sabiduría de Dios nos enseña. Cuando nosotros valoramos estos entornos, donde la palabra de Dios nos enseña. Hermano, nosotros, nuestra vida cambia. Nuestra vida se potencializa. El entorno de tu vida es clave para lo que tú eres. Es clave. El entorno de tu vida es clave. El que se junta con sabios, sabio será. El que se junta con necios será quebrantado. ¿Alguien me ayuda a pensar qué es quebrantado? Afligido, ¿qué más? Ayúdeme. Reprimido, angustiado, ¿qué más? ¿Cómo? En el suelo. Hermano, qué impresionante. La palabra dice que cuando nos juntamos con las personas incorrectas, nos irá de forma errónea. El quebrantamiento es cuando sufrimos la derrota. ¿Usted sabe cuántas personas están en la cárcel por estar en el lugar incorrecto a la hora incorrecta? ¿Usted sabe cuánta gente perdió la familia por estar en el lugar incorrecto a la hora incorrecta, con el entorno incorrecto? El entorno nos lleva, hermanos. Entornos incorrectos hay en todos lados. En la iglesia no se garantiza. No se garantiza. Aquí hay gente que murmura por deporte. Gente dañina hay en todos lados. Y no se asombre, pastor, en la iglesia sí. Por eso es que vienen aquí. Los sedientos vienen a donde esté el agua. Y el que necesita ser transformado viene a recibir la palabra. Lo que quiero decirte hoy es, elige con sabiduría a quién le abres tu corazón. Elige con sabiduría con quién hablas. Porque te vas a transformar. ¿Tú quieres parecerte a quienes te rodean? Si tú te quieres parecer, júntate con gente... Quiero decirte algo. Mira, sólo un ejemplo. Cuando nosotros crecemos en un entorno y tú rompes el molde de pensamiento de ellos, dicen que estás cambiando. La gente tiene miedo a que tú demuestres que del mismo barrio pudiste ser distinto. Y empiezan a maldecir, a decir mal, maldecir, decir mal, tú y yo. Ya estás cambiada. Me acuerdo los años donde eras humilde. Porque como te quieres salir del entorno, como quieres romper el techo, como no quieres tener barrera, como quieres ir más allá, empiezan a maldecir tu vida. Y hay personas en tu familia que intentarán, a su manera, retenerte. No sé, hijo, yo te recomiendo que vayas despacio. Que conozcas bien. Y te llegan a su manera porque te aman y no quieren que te pase nada malo, pero tú estás viendo algo que ellos no han visto. Yo les quiero contar, cuando yo conocí el Evangelio a la luz del nuevo pacto, hermano, mi mamá me decía, cuidado, cuidado, cuidado, cuidado. Ella me frenaba, me decía, cuidado, qué nuevo pacto y qué historia y que vas a venir tú a inventar un nuevo Evangelio. Mi mamá no quería nada en contra de mí, pero estaba sinceramente equivocada. Claro, porque hay amigos, hay gente que te quieren y están sinceramente equivocados. Pero nunca tú aceptas un consejo de alguien que no sabe hacer lo que tú quieres hacer. Tú quieres poner una venta de queso y alguien que en su vida ha vendido un queso no te puede aconsejar. Tú, hay un principio de sabiduría, si usted quiere ser un buen vendedor de queso, júntese con los que venden queso, lea a los que venden queso, coma con los que venden queso, júnte, aprenda de ellos. ¿Cómo le vas a decir a alguien que en su vida ha vendido un queso? Y a veces lo hacemos, ¿qué piensas tú de esto? Y él te va a decir. Y a veces no tienen ninguna relación con lo que tú vas a decir, lo que hace es sembrarte incertidumbre. Eso sobra porque usted no puede pedirle a alguien que no ha hecho eso un consejo. ¿Alguien dice amén? Tienes que ir a la persona correcta, rodéate de la gente que quieres aprender. Si usted quiere aprender a Cristo, rodéese de gente que exprese a Cristo. Honre a la gente, ¿verdad? Yo quiero que usted vea el ejemplo. La gente dice, bueno, todas las personas somos iguales. Bueno, en dignidad sí, como seres humanos sí, pero no en relevancia, no en impacto, no en lo que nos suman. No, no, no. Las opiniones de todos son iguales. No, no. Jamás va a ser la opinión de un experto. O sea, hermano, no importa la importancia que alguien tenga. Si dijo un disparate, es un disparate. Y nosotros tenemos que decir, no puede decirle, pregunto a siete y lo que me digan cuatro, eso hago. Hay algo que es injusto. Las elecciones en un país nos enseñaron que eso es la democracia. ¿Quiénes votan? Hay gente que dice, a mí me van a dar una ayuda, sí, yo voto por este. Y ellos deciden, la mayoría decide cómo se va a conducir el país. Y deciden sobre los empresarios, y deciden sobre la producción, y deciden sobre la unión del fondo. En su vida saben qué es. Pero esos son los sistemas que nos acompañan a nosotros. Pero nosotros no. Nosotros seamos sabios. Al momento de tomar una decisión, no busque, voy a buscar cinco y lo que me digan tres son mayorías. No, las mayorías también se equivocan. Escoge. Escoge sabiamente. Amados, escojan sabiamente. Pablo dice, todos me abandonaron. Ninguno estuvo conmigo en mi primera defensa. Pero Dios estuvo conmigo. De ese hombre, a mí yo me gusta rodearme con él. Porque no tiene, hermano, ¿sabe una cosa? Hay personas que tienen pensamientos de víctima. Y te hacen pensar como víctima aunque tú no quieras. Como tienen influencia sobre ti y te hacen, te venden su pensamiento. Te venden lo que ellos piensan. Si usted quiere romper el molde de pensamiento, júntese, ame, abrace gente que sepa más que usted. Me gusta un hombre que se llama Henry Ford. Henry Ford, hermano, un hombre brillante. Y él le decía, oiga, usted es el hombre, llegó a ser el hombre más poderoso sobre la tierra. Henry Ford. Le decía, ¿cuál es su secreto? Yo, mi secreto es juntarme con gente que sepa más que yo. Así de sencillo. Yo elijo. Yo me junto con gente. Mira, hay personas que no, le ofende que otro sepa más que él. Hay personas que le parten los pies a otros para ellos verse más altos. Hay gente que le, perdón por la alegoría, hay gente que le gusta juntarse con enanos para verse ellos más grandes. Hay gente que le gusta opacar a la gente para ellos brillar más. No, es metafóricamente hablando. Pero esa es una persona pobre. Ella brilla, es opacando a los demás. Pero hay gente que eligen, wow, yo sé que Luis sabe de este negocio. Oye Luis, oye, te invito a un café, ¿qué haces? Oye, me gusta lo que haces. Estimulas a esa persona. Hermano, tú te sientas a comer con alguien y te deja dos o tres principios de sabiduría. Valió la pena. Hay personas que tú te sientas a comer y te abren su máster de quejas y de injusticias y cómo ve de negro el horizonte y cómo ve que este mundo camina al abismo. Escucha, todos los días se abren universidades, se descubren cosas. El mundo no es como nos los pinta la televisión. Eso es un entorno incorrecto, un entorno digital, pero incorrecto. Hay personas que no pueden dormir porque comen viendo las noticias. Si aquí hay alguien que come viendo las noticias, eso es incorrecto. Comes pero no te nutres. Es verdad. Los alimentos son nutrientes. Comer es toda una ceremonia, hermano. Tiene que estar en armonía la mente, el corazón, el tenedor, mi cabeza. Claro, si tú estás comiendo y te llama el jefe, ¿cómo va eso? No, apaga el teléfono. Es tu tiempo sagrado. Hay personas que le han dado algo ahí comiendo porque recibió una llamada de alguien y como no es privado su entorno, cualquiera entra. No es que te llamo, que se murió no sé quién. Ya se murió, ya se murió, yo estoy comiendo. Sí. Cuando yo coma, porque ya yo no lo voy a revivir. El problema está que yo no lo voy a revivir. Te estuve llamando para decirte que se murió algo y no me atendían. No, no, no. Te estuve llamando para decirte que se murió algo y no me atendían. Estaba comiendo. Porque ya se murió. Pero usted coge el teléfono y le da una congestión. Hermanos, escúchenme, hay gente que se enojan porque usted no coge el teléfono. Hace 20 años nadie tenía celular. Le llamaban para que la vecina, cuando la vecina viniera te decían que te llamó no sé quién, que las llaves te las dejó no sé dónde. Y no pasaba nada y la gente era feliz. ¿A cuántos Dios les está hablando en esta noche? Póngase sobre sus pies, por favor. Aleluya. Damos gracias al Señor. Quiero que oremos en esta tarde. Quiero que oremos. Quiero que damos gracias al Señor. Amados, cuando uno siembra una semilla tienes que tener tienes que tener cuidado que nadie venga a robarte la semilla. Porque si tú dejas que te roben la semilla nunca vas a cosechar. Tienes que cuidar lo que es sembrado en la tierra de tu corazón. Si usted cree que Dios le ha hablado, levante sus manos, vamos a orar. Cada vez que Dios nos habla a nosotros nos suma sabiduría, nos suma riqueza, nos aporta vida. Oremos en esta noche. Dígale Padre, gracias por Dígale, gracias Señor por hablar a mi mente. Gracias por sumarle a la tierra de mi corazón riqueza, vitalidad. Gracias por tenerme en este lugar oyendo palabra, oyendo Señor, corrigiendo Padre, de cosas que yo no sabía, que yo no sabía, que yo no sabía. Corrigiendo, Padre, de cosas que yo no lograba identificar. Señor, ayúdame a ser sabio al momento de elegir con quién me sumo, con quién hago coaliciones, con quién hago amistad. Señor, gracias por ministrar nuestras vidas. Somos hijos entendidos. Señor, que lo que nos une es un mismo propósito, lo que nos une, Señor, es Tu Palabra, es la riqueza, Señor, de Tu Palabra. Bendecimos Tu nombre en esta noche y con gratitud, Señor, recibimos la palabra. En el nombre de Jesucristo y todos los que hemos recibido la palabra, decimos ¡Amén! Dele un aplauso al Señor.

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