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Tiempo de Oración Dia 11 - Pr. Albert Pabon

Tiempo de Oración Dia 11 - Pr. Albert Pabon

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Aleluya, diga Dios es bueno todo el tiempo, no todos los días son buenos, pero Dios es bueno todo el tiempo, hay días adversos, la Biblia los llama el día de la aflicción, el día de llorar, el día del luto, no todos los días son buenos, pero Dios es bueno todos los días. Amén, amén, gloria a Dios. Ok, buenas noches a todos. Hoy quiero hablarles de una palabra que es el amor, el amor de Dios por nosotros, el amor del Padre. Diga, yo soy un hijo amado y Dios se complace, y Dios se complace en ese amor. Amados, cuando Jesús fue bautizado, evidentemente Él no había hecho ninguna señal, ningún milagro, pero cuando fue bautizado, ok, se oyó una voz del cielo que dijo, este es mi hijo amado en quien tengo complacencia. ¿Qué había hecho Él? Hasta ahora nada. Diga conmigo, el origen del amor del Padre no es por lo que hacemos. Díganlo hermano, el origen del amor del Padre no es por lo que hacemos, Él nos ama, Él nos ama, antes que naciésemos nos amó, nos conoció, nos perfeccionó. Escuche esto, la seguridad de un hijo, fócale cuidado a esto, la seguridad de un hijo la determina lo que entienda del amor del Padre. Un hijo camina seguro cuando sabe que es amado. Hay personas que dicen, wow, cometí este error, no quiero ver a mi papá, me va a, es porque, no, no porque no conozca, sino porque el amor del Padre no es lo que lo define. Escuche hermano, cuando Jesús salió de ahí, que se le dijo, este es mi hijo amado, salió al desierto y fue tentado por el diablo, pero se había oído una voz que lo afirmó, antes de ser tentado, el amor del Padre lo afirmó en Él. Y esa palabra, hoy quiero hablar de esa palabra, diga, anclados en el amor del Padre. Escuche, un ancla, cuando hay un barco que es 500 metros de largo y ese barco echa un ancla, porque está la tormenta, porque tiene que parar, ponle un ancla y ese barco no lo mueve, de ahí la marea, la lluvia, los vientos, las condiciones, el barco puede hacer lo que sea, pero cuando un barco está anclado, eso no se mueve de ahí. Por eso te digo, anclado en el amor del Padre. Levante su mano, levante su mano, diga, hoy tiro el ancla en el amor que Dios me ha dado, en el amor con que Dios me ha amado, con amor eterno te he amado. ¿Sabe que es eterno, que no cambia, que no se altera? Guau, esto es para que lo celebre, déle un aplauso al Señor. Nadie puede caminar seguro si no sabe que es amado. Ay, pastores, que usted no conoce mi vida. Es que Dios no te ama por lo que tú eres, pues si no sería un mérito tuyo. Si Dios te amara por lo que tú eres, no es el amor del Padre, es un mérito tuyo. Nadie se puede sostener sin saberse amado. Hermano, tú sabes cuántas noches hemos pasado pensando, yo creo que esto que me pasa, me lo merezco, yo creo que esto, claro, por aquello y engañado sea la mente. ¿Sabe que hizo Dios con tu pasado? Lo echó a lo profundo del mar y dijo que más nunca lo volvería a tocar. Por eso cuando Pablo entendió eso, dijo, estoy seguro, no es a mí me parece, yo creo, voy a orarlo, pero estoy seguro que ni principados, ni protestantes, ni la vida, ni la muerte, ni el hambre, ni ninguna cosa creada me podrá separar, ¿de qué? ¡Del amor de Dios! Amados, amados, la gente está cruzada. El amor de Dios lo llama en Apocalipsis, lo llama el primer amor. Así lo llama Juan en Apocalipsis, el primer amor. El primer amor siempre es el amor del Padre por un hijo, no es el amor del hijo. ¿Quién amó primero? ¿Sofía a Albert o Albert a Sofía? Si Sofía era un bichito que se movía así, Yayo le amaba. Yayo oraba por ella, Yayo le había escogido nombre. Era una caraotica, un frijol, una lenteja y Yayo la amaba, le hablaba. Una vez ella tuvo conciencia y su corresponder a mi amor. Tradicionalmente cuando una persona conoce a Cristo, dice, ¡Ay, está en el primer amor! Barre, limpia, quiere ir para todas las reuniones, está en el primer amor, déjalo, ya se le pasará. Eso no es el primer amor, el primer amor es el amor del Padre. Dios le dijo a la iglesia en Éfeso, has dejado que tu primer amor vuélvete a las primeras obras. ¿Sabe por qué? Porque cuando un hombre sabe el amor que Dios tiene por mí, se mueve, va, hermano, el amor, nadie está cansado para lo que ama. Cuando usted ama a alguien, no está lejos esa persona, ya puede estar en Australia, usted ama. El amor se burla de las distancias. La condición de un bebé, que se hizo caca, que hizo una travesura, que dañó todo, no altera el amor del Padre. ¿Alguien dice amén? Le estoy hablando a la gente correcta, hermano, cuando usted entienda el amor del Padre, usted será libre de muchas cosas. No porque no sea libre, que es el conocer el amor. Pablo dice, el amor de Dios nos constriñe, ¿sabe que nos constriñe? Nos anula. ¿Sabe que es anular? Cuando usted ve a su bebé, a un hijo, y le tira un beso, y te vuelve nada, hace contigo lo que quiere, porque sabe que le amas, sabe que le tienes con la babita ahí cayendo. Le tienes con la babita ahí cayendo. El amor de Dios nos anula. Anula mi razón, anula todo lo que yo iba a hacer, porque cuando se me revela, el amor de Dios es un antídoto para nuestra sed. Es lo que nos preserva, diga, el amor de Dios nos hace incorruptibles. Cuando una persona ama, y cuando una persona se sabe amado, hermano, el amor no busca lo suyo, no hace nada indebido. Te vas a ir para el infierno. La amenaza no logra detener que una persona haga lo incorrecto. El amor no hace nada indebido, el amor no es rencoroso, el amor no busca lo suyo, no se irrita por nada. Así es el amor. Levante su mano, hermano, y créalo, diga, el amor de Dios por mí, no se irrita, no busca lo suyo, no se embanece. Ese es el amor de Dios por nosotros. Nunca deja de ser. ¿Alguien me puede decirle, doy 100 euros a ver quién me defina nunca? ¡Nunca! No se necesita teología. Diga conmigo, pero levante su voz, diga, el amor de Dios. ¡Nunca! Dejará de ser. Apláudale al Señor. Aleluya. Cuando un hijo cruza la línea del amor del padre, está perdido, se desorienta. Cuando él dice, yo creo que hasta aquí me atrajo el amor de Dios, él se está desorientado, como gallina sin cabeza. Amados, podemos creer que lo que le damos a Dios es porque nosotros le amamos. Pero diga, todo lo que yo le pueda dar a Dios, proviene de Él. ¿Quién le dio a Dios primero, para que Él le reciba? Es indispensable que sepas y que pienses como una mujer amada. El amor del Padre garantiza que no te pierdas. En el camino, hermanos, lo he predicado. Hermanos, lo he predicado muchas veces. ¿Quién era el discípulo amado? Eso solo está en el Evangelio de Juan. Juan escribió, yo soy el discípulo amado. Se le reveló, pero le decía, Señor, cuánto yo te amo, yo si es necesario muero por ti. Y el otro, y el otro, y todos. Pero Juan narra en el Evangelio, y estaban todos los discípulos, y llegó el discípulo amado, y se le arrecuentó al pecho, o sea, él se autonarraba lo que hacía, ¿no? Y él decía, pero nadie más, esa expresión no existe en la Biblia, solo en el Evangelio de Juan. Porque a Juan se le reveló que era amado. Y todos los discípulos, ¿quién murió de anciano? Juan. ¿Quién fue el único que estuvo a los pies de la cruz acompañando a Jesús? Juan. Todos se fueron, todos murieron. Y Jesús ahí en la cruz, le dijo a María, le dijo a María, ve ahí tu hijo, ve ahí a Juan. Y Juan y María consolándolo ahí. El amor de la madre, y el amor que preservaba y sostenía a Juan. Levante su mano, diga, el amor de Dios por mí, es lo que me sostiene. Amados, hay una línea delgada, yo te amo, hermano, tu amor es como una montaña rusa. No te estoy diciendo nada nuevo, tú lo sabes, tu fe también. Pero cuando es el amor de Dios el que te gobierna, estás anclado en ese amor y las condiciones que pasan a tu alrededor no te pueden mover. Diga, estoy anclado en su amor. Aleluya. Amados, lo que nace en nosotros, debemos sostenerlo nosotros. Lo que nace de Dios, Dios lo sostiene. Todo lo que el hombre hace, lo tiene que sostener con sus recursos y con su fuerza. Todo lo que Dios nace, Dios lo sostiene. Amén. Tu amor lo tienes que sostener tú con ayudos, con esfuerzo, con oraciones, con sacrificio, con desvelo, con pararte las tres. Pero el amor de allá para acá, es un amor, es incalculable. Amor, es incalculable. Diga, y él ama, cuida y sustenta lo suyo. Diga conmigo, nada de lo que pertenece a Dios, vive a su suerte. Glorioso. A ver si tenemos suerte. Diga otra vez, nada de lo que pertenece a Dios, vive a su suerte. Él ama, cuida y sustenta lo suyo. Aplauda a esa gloriosa realidad. Primera de Juan 4.9 dice, en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros. En que Dios envió a su único, a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. Hermano, no hay amor más grande que aquel que da la vida, aquel que dio su vida por nosotros. Levante su mano. Diga, la gente que me rodea, mis hijos, mis nietos, voy a afirmarles que les amo. Pastor, ellos lo saben. No, no, hágalo. Mira a tu hija y le dice, hija, no importa lo que pase, mi amor es tu amor. Mi amor por ti nunca dejará de ser. Cuando tú le dices a un hijo, mi amor por ti no se negocia, es inalterable. No importa en la condición, mírame, no importa en la condición, papá siempre te amará. Usted va a ver que ese niño, en vez de decir, ay mi papá, no quiero saber nada, lo primero cuando hay un problema necesito hablar con mi papá. Necesito hablar con mi papá. Escuche, hermano, en todo lo oculto, diga conmigo, en todo lo oculto, Satanás gobierna. Por eso un hijo que no sabe que es amado, intenta tapar el problema. El hijo que está afirmado, que fue creciendo y tú le dices, mírame, te amo. Eso sí me dice papá, todo el rato me dice, te amo. A mí me interesa que ella crezca con una identidad de hija amada. Me lo dices todo el rato, papá. Y ella no sabe que yo estoy trabajando. Yo le digo, porque quiero que ella sepa que le amo. Desde pequeñita que lo sepa, porque el amor del Padre lo preserva. Jesús dijo, lo que queréis que los hombres hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a un hermano, te amo? A tu esposa, a tu hijo, a tu hermana, todos. Vivimos toda la vida con Dios. Gordo, te amo. Negro, te amo. Cariño, te amo. Mírame, te amo. Él me dice, te quiero. Yo le digo, yo te amo. El amor nos preserva. Primera de Juan 4.10, leímos el 4.9, ¿no? En esto consiste el amor. ¿En qué consiste el amor? No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros. Diga conmigo, el vínculo padre-hijo nace en el Padre. El día que usted lo engendraron, ¿qué hizo usted? Nada. Usted no hizo nada. Le da un piquito a Dios, pero usted no hizo nada. Hermano, cuando Dios te engendró a ti, te engendró Él. ¿Alguien sabe que eso es amor? Yo a veces me pongo a pensar y la gente hace preguntas, ah pastor, pero ¿por qué esto? ¿por qué ama aquello? Hermano, Dios dice en Su Palabra, endureceré aquello que endureceré. Es que soy yo, yo amo a quien yo quiero amar. Y si yo no amo, no es que odie, es que amo a este. ¿Amén? Entonces, en que Él nos amó, y cómo Él nos amó, envió a Su Hijo para salvarnos, a pagar por nuestros pecados. Primera de Juan, 14, 18. Primera de Juan es que el único apóstol que habla de amados, hijitos, amados, amados, amados, es Juan. Claro, dijo la hermana, claro. Claro, porque Él era, ¿qué? Amado. Hermano, nadie da lo que no tiene. Dígalo, dígalo, nadie puede dar lo que no tiene. Claro, si Él era el discípulo amado y Él se entendía así, cuando le escribe a la iglesia le dice, hijitos, amados, amados, amados, amados. Pablo dice a la iglesia que está en Colosa, a los santos y fieles llamados a ser de Jesucristo. Pedro dice, vosotros pues, escogidos. Pero Juan no. Juan no. Juan dice, amados, hijitos, amados. No hay amor más grande que este. El oír que dice Juan es la verdad. Amados, hijos, andan en la verdad. Amados, amados, amados. El amor de Dios. Amados, el amor. Diga conmigo, en el amor. Pero grítelo, en el amor. No hay temor. Porque el que es amado, el que se sabe amado, no tiene. Dice, en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor, ¿cuál es el perfecto amor? El amor del Padre. El amor del Padre. Porque el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor lleva en sí que castigo. Hermano, lea esto y apréndaselo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Ahora, ahí Juan nos dice, el temor. Diga conmigo, el temor. Es resultado de no haber sido perfeccionado en el amor. Claro, dice que el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Hermano, ¿tú sabes qué es el temor? Una emoción que dice que lo peor va a pasar. Ya verás que llegamos a un instante raúl. Sí, sí, sí. Ya verás. Voy a ver el resultado. Me dijeron que el lunes, los aires, el jueves, viernes, el que teme, no ha sido perfeccionado. Judas 1, 21, el apóstol, dice, Judas tiene un solo capítulo, dice, Conservaos en el amor de Dios. Conservaos en el amor de Dios. Esperando la misericordia. Esperando sus manos. Y diga a todos los que llegan, Estreno misericordial. Su misericordia cada día, más grande que los cielos y el sol de mediodía. Hermano, todos los días se renueva la misericordia de Dios por ti. Eso es amor. Aleluya. Cuando Jesús ora por sus discípulos, ¿no se oye bien? Cuando Jesús ora por sus discípulos, dice, el amor que me diste, les he dado. Hermano, nadie puede amar quien no sabe que es amado. Bendita realidad. Cuando tú vengas a estos momentos, estos días, como un hijo amado, abre el corazón y dile, Señor, vengo a una reunión contigo. Vengo a este tiempo contigo. Vengo a oírte. Aleluya. Quisiera seguir hablando, pero ya es el tiempo. Cuando no se nos ha revelado el amor de Dios por nosotros, somos como los barcos sin ancla. Imagínense un barco sin ancla en el mar. Solo tienen paz cuando el mar se cae. Jesús nunca habló de su amor por el Padre. Siempre habló del amor del Padre con Él. Vamos a imitarlo, poeta. Dejemos de decirle como Pedro. Dejamos. Yo iría hasta Gandía despalzo Yo iría de rodillas a la suegra con mis manos cruzadas. Dios no necesita que nadie se azote ni camine de rodillas y bote en la rótula papel. Dios lo que entiende cuando uno no es fiel sabe que es amado por su esposo, es segura. Cuando un hombre sabe que su esposa le ama, es segura. No está pensando, ¿dónde estaba? ¡Mandame la ubicación! Eso es inseguridad. El que sabe que es amado, cariño, ¿estás bien? ¿Sabes por qué? Porque es inseguridad. Porque el que no sabe que es amado es inseguro. Dios conmigo, el amor produce la seguridad. El amor produce la seguridad. La seguridad de un hijo no es un capricho. Él sabe que le ama. Se la sabe, ¿no? Me llevó a la casa del bandido su bandera sobre mi es amor. ¿Alguien sabe esa canción? Me llevó a la casa del banquete su bandera sobre mi es amor. Me llevó a la casa del banquete su bandera sobre mi es amor. Su bandera sobre mi es amor. Oh, gloria, gloria, aleluya su bandera sobre mi es amor. Hermanos, porque la bandera de Dios es el amor. Él es el poder, es la autoridad, es el que no entiende el amor. Pablo dice, escúchame, si das tu cuerpo para que lo quieras, si repartes todo tu dinero, si haces todo lo que quieres, si no tienes amor, yo te voy a decir. Sin amor el reino no funciona. Sin amor la identidad no funciona. Viva la fe, viva la esperanza, viva el amor. Viva la fe, viva la esperanza, viva el amor. Y siempre hay que mantener la fe, la esperanza y el amor. Pero... Sí, sí, viva la fe. Nos enseñan, nunca pierdas la esperanza. Y eso es verdad, no la pierdas nunca. Pero recuerda que el amor es mayor que la fe y que la esperanza. Dígale que está a su lado Dios te ama. Dígale, eres la hija amada de Dios. Eres la hija amada de Dios. Pero cómo podemos decir, Señor, hermano, cuando un hijo se sabe amado, cuando un hijo se sabe amado, todo cambia. Imagínate, David era un hombre que sabía que Dios le amaba. Y él decía, él prepara mesa para mí, delante de mis angustiadores. O sea, delante de mis enemigos. Tú te imaginas, la bofetada más grande que se le puede dar a un enemigo es honrar a su adversario. Y David, como sabe que es amado, dice, él es mi pastor. Amame esa palabra. En lugares, mire cómo piensa un amado, en lugares de pastos delicados, él me hace descansar. Él no me lleva por cualquier lado. Porque se ama. Cuando usted ama, usted no le puede dar de cualquier flor. Dame las mejores flores que tengas. En lugares dedicados, pastor, me hará descansar. Junto a comida y de agua. Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia. Por el poder de su nombre. No, no, ¿qué dice? Por amor de su nombre. Unge mi cabeza con aceite. Mi copa está rehusada. Ciertamente. Ciertamente es lo mismo que Pablo dice, estoy seguro. Ciertamente. Diga ciertamente. Diga ciertamente. El bien y la misericordia de Dios. Seguirá todos los días. El que es amado sabe que el amor y la misericordia le sigue a Dios. ¡Todos los días! Él prepara misas, adereza mesas para mí, delante de mis angustiadores. ¡Guau! Hermano, está bien que tú le ames a Dios, pero crece en el entendimiento. Crece en el entendimiento. Porque cuando Jesús no abrió su boca para defenderse, era porque estaba haciendo una transacción económica. Estaba comprando nuestras vidas. Dios conmigo, la muerte de Jesús, su sangre no me dio valor a mí. Su sangre fue derramada por el amor que yo tenía delante de mí. O sea, porque si la muerte es lo que te dio valor, Él murió por algo sin valor. No, por el amor que teníamos para el Padre, Él le dio a su Hijo a morir en la cruz. A su nombre sea la gloria. ¡Apláudale al Rey!

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