Home Page
cover of Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco
Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco

Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco

Centro de GloriaCentro de Gloria

0 followers

00:00-45:23

Nothing to say, yet

Podcastspeechmusicnarrationmonologuemusical instrument

Audio hosting, extended storage and much more

AI Mastering

Transcription

The speaker begins by expressing gratitude for the opportunity to listen to God's word and grow in faith. They refer to a teaching on intelligent faith and read Bible verses to support the idea that faith comes from God. They discuss how this faith is not based on human logic or emotions but is rooted in the spirit. The speaker emphasizes the security and stability of this faith, which grows and develops as believers continue to know God. They mention a prophecy in Isaiah that speaks of a firm foundation in Christ and how believers will be taught by God. The passage concludes by highlighting the peace and justification that comes through this new covenant. Espero que todos estĆ©n muy bien, damos gracias a Dios por este tiempo, que podemos escuchar su palabra, que podemos nutrirnos todos, porque absolutamente todos los que estamos aquĆ­ nos nutrimos, no solamente ustedes sino primeramente yo. Me gustarĆ­a que pudiĆ©semos empezar en primera de Juan, capĆ­tulo 5, versĆ­culo 4. Primera de Juan, capĆ­tulo 5, versĆ­culo 4. Hemos estado estudiando, no sĆ© si recuerdan el tĆ­tulo de la enseƱanza que comenzĆ³ el pastor Albert el viernes pasado, si alguien me ayuda, una fe inteligente. Vamos a seguir desarrollando este tema. Antes de empezar a leer me gustarĆ­a hacer una oraciĆ³n. SeƱor Dios te damos gracias Padre por tu palabra, SeƱor, tu palabra es viva, tu palabra nos transforma, SeƱor, como tĆŗ dijiste a tus discĆ­pulos, mis palabras que les hablo son espĆ­ritu y son vida, por eso te damos gracias por este espacio en que podemos escuchar tu voz, hablar a nuestro corazĆ³n. Nos rendimos a ti EspĆ­ritu Santo, nos disponemos delante de ti para seguir aprendiendo, para seguir creciendo en el entendimiento de esta verdad gloriosa, que es un ancla firme para nuestra alma, SeƱor. Gracias EspĆ­ritu Santo, hĆ”blanos esta noche, en el nombre de JesĆŗs, AmĆ©n. Primera de Juan 5, 4, si lo pueden proyectar por favor, dice asĆ­, porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe, AmĆ©n. Cuando el pastor leĆ­a este versĆ­culo la semana pasada, era como que Dios hablaba en mi corazĆ³n por lo que Ć©l enseƱaba y decĆ­a, la fe que nosotros tenemos no es algo que se genera de forma humana, AmĆ©n, es algo que viene de Ć©l, es una fe que nace de Dios, como dice este versĆ­culo, todo lo que es nacido de Dios vence al mundo y si nuestra fe es la que vence al mundo, entonces nuestra fe nace de Dios, ni siquiera nuestra fe es algo de nosotros, todo Ć©l nos lo ha concedido por su gracia y esto tambiĆ©n lo podemos respaldar en Filipenses 1.29, me gustarĆ­a que leyĆ©semos tambiĆ©n acĆ” para respaldar esta idea, sabemos que Dios nos ha salvado por gracia, por medio de la fe y como dice Efecio, no es de nosotros, es don de Ć©l, aquĆ­ en Filipenses 1.29 dice, porque a vosotros, este es el apĆ³stol Pablo hablĆ”ndole a la iglesia de los Filipenses y Ć©l dice, porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creĆ”is en Ć©l, sino tambiĆ©n que padecĆ”is por Ć©l, ahĆ­ les estĆ” confirmando, a vosotros os es concedido que creĆ”is en Ć©l, entonces ahĆ­ respaldamos, creer en Ć©l es algo que Ć©l mismo nos concede y tambiĆ©n me gustarĆ­a para desarrollar mĆ”s la idea de hoy, leer en Juan capĆ­tulo 6, versĆ­culos 44, Juan capĆ­tulo 6, versĆ­culo 44, hoy amada estĆ” sĆŗper rĆ”pida, dice Juan 6.44, ninguno puede venir a mĆ­, esto es Jesucristo hablando, ninguno puede venir a mĆ­ si el Padre que me enviĆ³ no le trajere y yo le resucitarĆ© en el dĆ­a postrero, aquĆ­ JesĆŗs nos estĆ” diciendo, la Ćŗnica forma de que alguien venga a mĆ­, de que alguien crea en mĆ­, es que el Padre mismo lo traiga a mĆ­, entonces Dios es quien nos concede esa fe, seguimos leyendo, el 45, escrito estĆ” en los profetas y serĆ”n todos enseƱados por Dios, asĆ­ que todo aquel que oyĆ³ al Padre y aprendiĆ³ de Ć©l viene a mĆ­, mis hermanos, esta fe que proviene de Dios es un don de Ć©l que no estĆ” sustentado en nuestra humanidad, y eso para mĆ­ es una palabra de esperanza, porque nosotros humanamente muchas veces fluctuamos, nosotros sabemos que somos un espĆ­ritu que tiene un alma y que vive en un cuerpo, pues si esta fe estuviese desarrollada o generada en nuestra alma, o sea por nuestra alma, imagĆ­nense lo inestable que serĆ­a la fe, porque un dĆ­a nos sentimos bien, otro dĆ­a no estamos tan bien anĆ­micamente, o estamos llenos de ideas, entonces un dĆ­a pensamos de una forma mĆ”s alineada, correcta, otro dĆ­a tenemos una mezcla de pensamientos, entonces esto nos da seguridad, saber que nuestra fe no estĆ” generada, o sea el gĆ©nesis de nuestra fe no es en nuestra alma, aunque si es verdad que nosotros comprendemos el mensaje del Evangelio por medio de nuestra mente, pero la fe trasciende por encima de nuestra alma, mĆ”s allĆ” de nuestras emociones, mĆ”s allĆ” de nuestra lĆ³gica, es por eso que si yo te preguntara esta noche, por quĆ© tĆŗ crees en Dios, o cĆ³mo tĆŗ me puedes demostrar cientĆ­ficamente o racionalmente que Dios existe, de repente tĆŗ me dices, bueno, no tengo argumentos, puede haber alguna evidencia arqueolĆ³gica, quĆ© sĆ© yo, etc., pero mĆ”s allĆ” de todo eso, que si no se encontrĆ³ la tumba de no sĆ© quiĆ©n, que descubrieron que existiĆ³ tal cosa que estĆ” en la Biblia, mĆ”s allĆ” de eso, nuestra fe no estĆ” sustentada por una lĆ³gica o razonamiento mental, sino que va mĆ”s allĆ”, es mĆ”s profundo, es algo que estĆ” en nuestro espĆ­ritu, que nosotros sabemos que es real, porque como dice su palabra, el espĆ­ritu mismo da testimonio a nuestro espĆ­ritu, que somos hijos de Dios, y esto coincide con lo que estamos leyendo, JesĆŗs dijo, nadie puede venir a mĆ­ si no fuere traĆ­do por el Padre, y serĆ”n todos enseƱados por Dios, o sea, en el momento en que tĆŗ y yo creĆ­mos en el SeƱor Jesucristo, fue porque el Padre mismo nos atrajo a Ɖl y nos revelĆ³ a su Hijo, Ɖl nos concediĆ³ creer en su Hijo, nos enseĆ±Ć³ en alguna parte de nuestro ser interior, y nos sellĆ³ con su EspĆ­ritu Santo, por eso tenemos esa verdad segura, que trasciende mĆ”s allĆ” de cĆ³mo tĆŗ te sientas hoy o maƱana, que trasciende mĆ”s allĆ” de tu lĆ³gica, de tu razĆ³n, por eso nos da seguridad, porque sabemos, no sĆ© si tĆŗ has pensado alguna vez, o te ha venido la idea de, tengo temor de que algĆŗn dĆ­a yo escuche tantas ideas que al final termine creyendo otra cosa, no sĆ© si te ha pasado alguna vez ese pensamiento, pero eso, no, eso puede pasar en tu mente, en tu alma, cualquier cosa, altibajos, pero tu fe estĆ” en el EspĆ­ritu, amĆ©n, el EspĆ­ritu Santo estĆ” allĆ­ dando este testimonio, por eso podemos tener esa seguridad, y por eso no entramos en miedo de, no, y si algĆŗn dĆ­a me pega la luna, entienden, no es asĆ­, por eso es que cuando nosotros vemos, conocemos a mucha gente, que estĆ” en alguna religiĆ³n, que es el budismo, lo que sea, un dĆ­a creen una cosa, bueno, yo conocĆ­ a una persona, un ser cercano a la familia, que Ć©l, dependiendo de la novia que tuviese en ese momento, tenĆ­a una creencia, entonces, si Ć©l tenĆ­a una novia que era budista, Ć©l entonces se metĆ­a al budismo, y compraba cosas relacionadas con eso, de la cultura, luego tenĆ­a otra novia que era, no sĆ©, testigo de JehovĆ”, entonces iba y hacĆ­a las mismas costumbres, pues eso era una fe humana racional, no tenĆ­a ningĆŗn sustento en el EspĆ­ritu, no, no es como la nuestra, sĆ­, en cambio, la nuestra, exacto, nosotros no somos asĆ­, no es que un dĆ­a tenemos la certeza de que Cristo es real y al otro, ya no sabemos dĆ³nde estamos, quĆ© hago aquĆ­, si el EspĆ­ritu Santo nos ha revelado al Hijo de Dios, estamos sellados con esa verdad, con esa realidad, amĆ©n, y eso va, exacto, eso va mĆ”s allĆ” de nuestra mentalidad humana. Vale, todo esto es una introducciĆ³n, porque estamos hablando de la fe inteligente, entonces, esta fe de la que estamos hablando, que nos ha concedido el Padre, que viene del EspĆ­ritu, esa es una fe inteligente, como nos enseƱaba el pastor, que quiere decir, bueno, la idea principal que yo entendĆ­, y espero expresarlo de manera correcta, es que esa fe no es una fe inactiva, sino que es una fe que naturalmente va desarrollando en nosotros la vida que nos ha sido impartida, o sea, nosotros estamos en esa vida, el EspĆ­ritu Santo estĆ” en nosotros, Dios nos introdujo en Cristo, nos ha impartido su vida, y ahora esa vida en nosotros es una nueva naturaleza que se va desarrollando, amĆ©n, en nosotros, o sea, no se queda allĆ­, sino que crece, se desarrolla, como todo lo que tiene vida crece y se desarrolla, sĆ­, todo, absolutamente todo lo que estĆ” vivo crece y se desarrolla, si por ejemplo, dejamos un trozo de comida a la intemperie, y vemos como se empieza a descomponer, porque se descompone, que pasa allĆ­, porque estĆ”n desarrollĆ”ndose una vida, microorganismos, bacterias, que la estĆ”n descomponiendo, que se estĆ”n alimentando de eso, entonces, todo lo que tu dejes, o sea, la vida empieza a crecer, no se queda allĆ­, crece, y esa vida que Dios nos ha dado, crece tambiĆ©n, y esa es la fe inteligente, Dios nos ha dado una naturaleza en su Hijo, uno de los aspectos que me gustarĆ­a tocar hoy, es acerca de cĆ³mo esa vida va creciendo en nosotros, y es que esta fe inteligente nos lleva a conocer cada vez mĆ”s a Dios, a crecer en el conocimiento de Dios, es algo natural en nosotros, los hijos de Dios, que queramos conocerle mĆ”s, fĆ­jense los versĆ­culos que estĆ”bamos leyendo ahora, JesĆŗs dice, porfa, me pones el Ćŗltimo, Juan 6, 45, exacto, y serĆ”n todos enseƱados por Dios, asĆ­ que todo aquel que oyĆ³ al Padre y aprendiĆ³ de Ɖl, viene a mĆ­, cuando JesĆŗs menciona esto, y serĆ”n todos enseƱados por Dios, Ɖl estĆ” haciendo referencia a una profecĆ­a de IsaĆ­as, que estĆ” en IsaĆ­as 54, vamos a leer IsaĆ­as 54, desde el versĆ­culo 10, IsaĆ­as 54, 10, ahĆ­ estĆ”, y fĆ­jense, IsaĆ­as estĆ” profetizando por medio del EspĆ­ritu de Dios, y Ɖl estĆ” hablando cientos de aƱos antes de Cristo, pero ya estĆ” hablando del pacto que Dios traerĆ­a por medio de Ɖl, dice, porque los montes se moverĆ”n, y los collados temblarĆ”n, pero no se apartarĆ” de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantarĆ”, dijo JehovĆ”, el que tiene misericordia de ti, siguiente, pobrecita fatigada con tempestad, sin consuelo, es aquĆ­ que yo cimentarĆ© tus piedras sobre carbuncle, y sobre zafiros te fundarĆ©, estĆ” hablando de un cimiento firme y estable, sabemos que el fundamento firme y estable es Jesucristo, tus ventanas pondrĆ© de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbuncle, y toda tu muralla de piedras preciosas, y todos tus hijos serĆ”n enseƱados por JehovĆ”, es lo que decĆ­a JesĆŗs, y se multiplicarĆ” la paz de tus hijos, y leemos el catorce, con justicia serĆ”s adornada, estĆ” hablando de la justificaciĆ³n que recibirĆ­amos por medio de Cristo, amĆ©n. Entonces todo este pasaje hace referencia a ese nuevo pacto, y fĆ­jense que dice, serĆ”n todos enseƱados por Dios, pues estudiando esto, el SeƱor me llevaba a entender que la esencia del nuevo pacto, o sea, la diferencia, una diferencia abismal que habĆ­a entre este nuevo pacto y el primero, el antiguo, es que en este nuevo pacto nosotros podemos, tenemos el privilegio de poder conocerle a Ɖl, conocerle mediante una experiencia personal, o sea, una revelaciĆ³n directa de Ɖl en nuestro corazĆ³n, asĆ­ es como Ɖl nos enseƱa. El antiguo pacto no se basaba en este conocimiento de esta forma, lo iremos desarrollando esta idea. FĆ­jense, el antiguo pacto, la base era lo que dice Galatas 3.10, vamos a leerlo, yo sĆ© que estamos leyendo mucho, pero espero que se entienda la idea, Galatas 3.10 al 12, fĆ­jense, esto era como que la esencia del primer pacto, vamos a leerlo, dice, Porque todos los que dependen de las obras de la ley estĆ”n bajo maldiciĆ³n, pues escrito estĆ”, maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para hacerlas, y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, el justo por la fe vivirĆ”, y aquĆ­ estĆ” el punto clave, y la ley no es de fe. Vamos a leer esa primera frase todos juntos, y la ley no es de fe, sino que dice, el que hiciere estas cosas vivirĆ” por ellas. El antiguo pacto no requerĆ­a fe realmente, Āæpor quĆ©? Porque habĆ­a una ley establecida que decĆ­a, si ustedes guardan todas mis ordenanzas, tendrĆ”n bendiciĆ³n, si no, pues maldiciĆ³n. No hacĆ­a falta fe para cumplir todo lo que te dijeran, tĆŗ simplemente decĆ­as, yo no me quiero morir, entonces yo ya sĆ© que el dĆ­a de reposo no hago nada, no trabajo, no hago nada, y puede ser que tĆŗ ni siquiera tenĆ­as una fe genuina en Dios, pero como no querĆ­as morirte, pues cumplĆ­as, y podrĆ­a ser que alguien te preguntara, ay, y ese Dios que te ha dicho que no trabajes en el dĆ­a de reposo, ĀæcĆ³mo es ese Dios? TĆŗ lo conoces, bueno, el que lo conoce es MoisĆ©s, Ć©l es el que ha subido allĆ”, el que ha hablado con Ć©l, pero nosotros mantenemos distancia porque es que, Āæsabes?, nos da un poco de miedo, vemos los truenos, entonces nosotros nos limitamos a hacer lo que Dios nos dice, ĀæsĆ­? La ley no es de fe, solamente si la cumples vivirĆ”s, si no, maldiciĆ³n. Exactamente. FĆ­jense la diferencia abismal con este nuevo pacto que hoy en dĆ­a tenemos nosotros. Ahora, nosotros conocemos a Dios mediante una revelaciĆ³n viva de su EspĆ­ritu Santo, que por medio de la fe, por su gracia, Dios nos imparte su vida. Exacto, la ley no requerĆ­a fe, y hermanos, si nosotros leemos lo que es el nuevo pacto, nos daremos cuenta que todo estĆ” basado en la fe, vamos a leerlo, Hebreos capĆ­tulo 8, versĆ­culo 6. Hebreos capĆ­tulo 8, desde el versĆ­culo 6. Entonces, miremos esto. Dice, pero ahora, tanto mejor ministerio es el suyo, el de Cristo, cuanto es mediador de un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero, el que no requerĆ­a fe, hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. O sea, si Dios hubiese dicho, bueno, a mĆ­ no me importa tanto la fe, yo lo que quiero es que ustedes hagan y ya estĆ”. Si Dios no hubiese establecido un mejor pacto, un nuevo pacto, nos hubiĆ©semos quedado con el primero. Pero al introducir un nuevo pacto, nos enseƱa que el primero no era perfecto. Porque reprendiĆ©ndolos dice, He aquĆ­ vienen dĆ­as, dice el SeƱor, en que establecerĆ© con la casa de Israel y la casa de JudĆ” un nuevo pacto. No como el pacto que hice con sus padres el dĆ­a que los tomĆ© de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto. ĀæPor quĆ© ellos no permanecieron en mi pacto y yo me desentendĆ­ de ellos? ĀæPor quĆ©? Porque no habĆ­a fe de por medio. Era simplemente, si haces, y como ellos no eran perfectos para hacerlo todo bien, pues al final terminaron violando. Porque por cuando todos han pecado, todos estĆ”n destituidos en la gloria de Dios. Entonces Dios no le quedĆ³ de otra que desentenderse de ellos. Esa era la ineficacia del primer pacto. Entonces, siguiente, por lo cual, debido a eso, este es el pacto que harĆ© con la casa de Israel despuĆ©s de aquellos dĆ­as, dice el SeƱor, pondrĆ© mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazĆ³n las escribirĆ©, y serĆ© a ellos por Dios, y ellos me serĆ”n a mĆ­ por pueblo. AmĆ©n. Vamos a ir poco a poco. Empezamos por aquĆ­. Entonces, en el primer pacto, Āæla ley dĆ³nde estaba escrita? En tablas de piedra. O sea, Dios se las dio a MoisĆ©s y Ć©l le dijo, esto es lo que Dios quiere de ustedes. Y la gente pues veĆ­a y interpretaba a su manera, pero no estaba en sus corazones. Pero aĆŗn mĆ”s allĆ” de los diez mandamientos que estaban en esas tablas de piedra, no conocĆ­an el corazĆ³n de Dios. Porque, mis hermanos, conocer la ley de Dios no es conocer todos los estatutos que estaban escritos. Porque JesĆŗs le decĆ­a a los discĆ­pulos, vosotros no sabĆ©is de quĆ© espĆ­ritu sois. Misericordia quiero, no sacrificio. O sea, hay muchas cosas que estaban escritas, pero no es sĆ³lo lo que estĆ” escrito, la letra escrita. Es la esencia, la intenciĆ³n, el espĆ­ritu con que fue escrita. AmĆ©n. Porque JesĆŗs lo dijo, la letra mata, pero el espĆ­ritu vivifica. Entonces, conocer el corazĆ³n de Dios va mĆ”s allĆ” de entender la ley escrita. Es entender la intenciĆ³n, el espĆ­ritu de Dios, la mente del SeƱor. ĀæY cĆ³mo podemos nosotros entender la mente del SeƱor? Por el EspĆ­ritu Santo. AmĆ©n. Porque lo dice la palabra. ĀæQuiĆ©n conociĆ³ la mente del SeƱor? Sino el espĆ­ritu que estĆ” en Ć©l. Y, mis hermanos, cuando aquĆ­ estĆ” diciendo, pondrĆ© mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazĆ³n le escribirĆ© lo que estĆ” diciendo. Yo les voy a impartir mi espĆ­ritu para que ellos puedan conocerme, para que ellos puedan entender lo que hay en mi mente, lo que hay en mi corazĆ³n. ĀæSĆ­? AmĆ©n. Entonces, ven, es mĆ”s allĆ” que decir, bueno, Dios quiere que sepamos los diez mandamientos. No, o sea, es lo que estĆ” diciendo. ĀæSĆ­, pastora? AmĆ©n, amĆ©n. Guau. SĆ­. Guau. SĆ­. SĆ­. AmĆ©n, amĆ©n. Guau. AmĆ©n. SĆ­. Guau. AmĆ©n. AsĆ­ es. AmĆ©n. Guau. AsĆ­ es. SĆ­. AsĆ­ es. AmĆ©n, amĆ©n. AsĆ­ es totalmente. Es que, fĆ­jense, cuando JesĆŗs vino y enseƱaba, Ɖl les decĆ­a, ustedes oyeron, ojo por ojo, diente por diente. ĀæSĆ­? ĀæQuiĆ©n habĆ­a dicho ojo por ojo, diente por diente? Dios. Dios, exacto. Y JesĆŗs luego dice, mĆ”s Dios digo, que si alguien te da una mejilla, pon la otra. Entonces tĆŗ dices, pero, pero ya va. Si Dios habĆ­a dicho eso, JesĆŗs, Āæpor quĆ© tĆŗ cambias? No es que Ɖl estaba cambiando, es que JesĆŗs conocĆ­a el corazĆ³n de Dios. AmĆ©n. Y eso es lo que ahora Dios nos ha impartido por medio de su EspĆ­ritu Santo, el poder conocerle. AmĆ©n. Poder conocer su corazĆ³n. Por eso es que JesĆŗs decĆ­a, ustedes, Āæverdad?, saben, estĆ” escrito, no adulterarĆ”s, mĆ”s Dios digo, que si ustedes den, ĀæsĆ­? Entonces, es mĆ”s allĆ”, claro, es mĆ”s allĆ” de lo que estĆ” escrito. Ɖl decĆ­a, ustedes han oĆ­do, no matarĆ”s, Āæverdad? EstĆ” escrito, no matarĆ”s, mĆ”s Dios digo, que todo aquel que aborrece a su hermano, exacto. Entonces el corazĆ³n de Dios va, es mucho mĆ”s profundo, ĀæsĆ­? Y eso es lo que Dios por medio de este nuevo pacto nos ha impartido, lo cual no estaba en el antiguo pacto, que no requerĆ­a fe, Āævale? Entonces ahĆ­ vamos entendiendo la diferencia, ĀæsĆ­? Vamos a seguir leyendo el siguiente versĆ­culo, por favor. Y ninguno enseƱarĆ” a su prĆ³jimo, lo que estamos hablando, ninguno enseƱarĆ” a su prĆ³jimo, ni ninguno a su hermano diciendo, conoce al SeƱor, porque todos me conocerĆ”n, desde el menor hasta el mayor de ellos. AmĆ©n. Porque serĆ© propicio a sus injusticias y nunca mĆ”s me acordarĆ© de sus pecados y de sus iniquidades. ĀæPor quĆ© dice todos me conocerĆ”n? Porque el conocimiento de Dios ya no es algo externo, ya no es algo exterior, ĀæsĆ­? Que tengamos que ir a buscarlo, que el pastor de aquella congregaciĆ³n lo tiene, sino que el EspĆ­ritu mismo que nos habita, Ɖl, nos enseƱa todas las cosas, ĀæsĆ­? Por eso dice todos me conocerĆ”n. Ahora, esto no quiere decir que no podamos aprender de otros, porque el SeƱor usa a personas para que podamos crecer en la Palabra, para que podamos ser edificados, ese es otro tema. Pero ahora, lo que nos estĆ” diciendo es que nosotros contamos con este privilegio de que somos partĆ­cipes del EspĆ­ritu Santo, que nos revela al Padre y al Hijo, ĀæamĆ©n? Y podemos conocer su corazĆ³n. Mis hermanos, la palabra conocer, vamos a leer Juan 17, versĆ­culo 3. Juan 17, versĆ­culo 3. Seguimos con conocer a Dios. Juan 17, versĆ­culo 3. JesĆŗs estĆ” orando por sus discĆ­pulos, y mientras ora dice, y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, al Ćŗnico Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado, ĀæamĆ©n? La palabra conocer que utiliza en este versĆ­culo viene del griego gynosco, que mĆ”s de una vez el pastor nos ha hablado de esto. Gynosco significa propiamente conocer, especialmente a travĆ©s de una experiencia personal, conocimiento de primera mano. AsĆ­ es como nosotros conocemos a Dios, ĀæamĆ©n? Es una experiencia de primera mano. Ya no es por medio de un tercero que nos diga, mira, Dios es asĆ­, tienes que hacer esto que le agrada, esto. El mismo EspĆ­ritu Santo de primera mano nos da esa experiencia personal con Ɖl. Mis hermanos, y eso es maravilloso porque JesĆŗs lo estĆ” diciendo, esa es la vida eterna, conocer a Dios. Y nosotros tenemos ese privilegio de que podemos, o sea, la vida eterna no es algo que algĆŗn dĆ­a, Āæentienden? Nosotros ahora mismo tenemos, exacto, tenemos esa vida impartida en nosotros. Conocemos a Dios y crecemos en el conocimiento de Ɖl, eso es experimentar su vida eterna aquĆ­ en la tierra. O sea, no tenemos que esperar hasta morir, ĀæsĆ­? Tenemos la vida, Cristo es la vida y podemos conocerle. Y mis hermanos, yo les digo una cosa, que bueno, todavĆ­a estoy aprendiĆ©ndolo, Āæno? Porque el SeƱor nos va enseƱando, pero a medida que nosotros transcurrimos por esta carrera que es la vida, nos vamos dando cuenta, por la gracia de Dios, de que no hay ninguna cosa en este mundo que se pueda comparar con el conocerle a Ɖl, ĀæamĆ©n? O sea, nada, todo lo que nosotros vemos, todo lo que ven nuestros ojos, nuestros sentidos, todo es temporal, todo es pasajero. Pero el conocer a Dios es la vida eterna, es la eternidad. Por eso, Dios nos impulsa, esta fe inteligente nos impulsa a crecer en el conocimiento de Ɖl cada dĆ­a. Nos lleva naturalmente, porque ahĆ­ estĆ” la vida. Entonces, es como tu cuerpo te pide lo que es necesario para la vida, Āæno? Si no has bebido agua por mucho tiempo, ĀæquĆ© sientes? Set. Si no has comido por muchas horas, ĀæquĆ© sientes? Hambre. Y si no has descansado, ĀæquĆ© sientes? SueƱo. El cuerpo te va a llevar a buscar lo que es necesario para la vida. Si necesitas lĆ­quido, hidratarte, lo vas a sentir como los labios se te van a resecar, el rostro se te reseca y dices, oye, me hace falta agua, me hace falta lĆ­quido. Si no has descansado, pues te salen ojeras, te sientes que no puedes mĆ”s con tu vida y dices, necesito recostarme, necesito descansar. Si tienes los ojos resecos, sientes que tienes que echarte agua, Āæme entiendes? El cuerpo siempre te va a pedir lo que es necesario para el desarrollo, el crecimiento de la vida. Pues lo mismo pasa en nuestro espĆ­ritu. Esta fe, esta fe inteligente que estĆ” en nosotros, nos lleva, nos pide por naturaleza, aquello que hace crecer la vida en nosotros. ĀæY quĆ© es eso? Pues crecer en el conocimiento de Dios. Por eso es que cada dĆ­a los verdaderos hijos de Dios, que tenemos el EspĆ­ritu Santo en nosotros, tenemos que sentir esa necesidad. Necesito crecer en conocerte a Dios, en entenderte, en entender tu corazĆ³n, porque la vida estĆ” en nosotros, pero nosotros ahora tenemos que permitir que esa vida absorba todo, nuestra mente, nuestra alma. Porque a veces nuestra mente, aunque la vida estĆ” en nosotros, en nuestro espĆ­ritu, nuestra mente ha aprendido muchas cosas, tiene muchos hĆ”bitos, muchos estorbos y necesitamos que esa vida que nos ha sido impartida de adentro hacia afuera vaya absorbiendo todo, tomando lugar, tomando terreno en nuestra mente, poco a poco. Y te darĆ”s cuenta que en la tierra eso es lo que nosotros vamos a hacer. Cada dĆ­a ir creciendo para que cada vez esa vida nos absorba y nos consuma mĆ”s a nosotros y tome mĆ”s terreno para que se exprese mĆ”s. Eso va a ser la consecuencia. El fruto visible va a ser que a medida que esa vida vaya creciendo y te vaya consumiendo a ti, esa vida cada vez mĆ”s va a ser visible a los que estĆ”n a tu alrededor. Realmente nosotros no tenemos que pensar tengo que expresar la vida, tengo que expresar la vida, tengo que expresar la vida, porque lo que es natural, Āæverdad?, se producirĆ” cuando tĆŗ alimentes esa vida en ti. O sea, la vida no necesita tu esfuerzo humano para mostrarse, espero que se me entienda la idea. Lo que necesita la vida es crecer y ya estĆ”. Es como, imagĆ­nense una mujer que estĆ” encinta, que estĆ” embarazada y ella tiene su bebĆ© dentro y ella sabe que estĆ” embarazada porque se hizo las pruebas pero todavĆ­a no se le nota nada. Pero ella dice yo quiero que los demĆ”s vean que estoy embarazada ya, o sea ya. No se me nota nada pero yo necesito, o sea, ĀæquĆ© hago?, ĀæquĆ© hago? Necesito mostrarlo ya. O sea, trĆ”eme la mĆ”quina del ecosonograma, hagamos un live en directo que todos vean lo que hay dentro. Dice tranquila, simplemente deja que la vida crezca, alimenta la vida. Ella va a crecer y se notarĆ”, se notarĆ” y llegarĆ” a un punto en que incluso se manifestarĆ” afuera, ĀæsĆ­?, serĆ” visible. Entonces eso, nuestro pensamiento no debe ser tengo que hacer esto. TĆŗ disfruta del SeƱor, o sea, crece en conocer al SeƱor, en conocerle a Ɖl y la vida misma crecerĆ” y se expresarĆ” a los que estĆ”n afuera. Ese debe ser nuestro disfrute, conocerle a Ɖl. Eso debe ser nuestro enfoque, nuestra prioridad diaria. Y crĆ©anme, hermanos, que no hay nada mejor. O sea, yo busquĆ© una cita que me gustarĆ­a que hablĆ”semos tambiĆ©n hoy, para mostrarse un momento. Mateo capĆ­tulo 13, versĆ­culo 45. Mateo capĆ­tulo 13, versĆ­culo 45. Mateo 13, versĆ­culo 45. Y dice asĆ­, JesĆŗs estĆ” enseƱando una parĆ”bola y dice, tambiĆ©n el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas. Que habiendo hallado una perla preciosa, fĆ­jense esto, fue, Āæy quĆ© hizo? VendiĆ³ todo lo que tenĆ­a y la comprĆ³. AmĆ©n. Esa perla es eso, es esa vida que nos ha sido dado. El mercader vendiĆ³ todo lo que tenĆ­a. Todo lo que Ć©l tenĆ­a representa lo temporal. Y Ć©l lo cambiĆ³ todo por esa vida, o sea, por esa perla preciosa. Lo que nos estĆ” enseƱando es, mis hermanos, que nuestra prioridad sea esa vida. O sea, que cada dĆ­a nosotros nos despertemos y que nuestro deseo sea, SeƱor, mi propĆ³sito hoy es crecer en el conocimiento de Ti, que Tu vida crezca en mĆ­. Anhelo conocerte, tengo esa necesidad en mĆ­. Quiero que esta vida Tuya crezca en mĆ­, que se exprese a los demĆ”s. Quiero conocer Tu corazĆ³n, quiero disfrutarte, conocer Tu paternidad, quiero poder disfrutar lo que es saber que soy abrazado por Ti, amado por Ti. Mis hermanos, si nosotros no tenemos ese conocimiento, no disfrutamos de la vida de Ɖl, porque se nos pasa la vida y sĆ­, podemos ser portadores de Su vida, de Su gloria, somos salvos, todo lo demĆ”s, pero imagĆ­nense pasar por esta tierra, tener toda esa riqueza, y en ningĆŗn momento habernos sentado siquiera a pensar y a entender, wow, Dios es mi Padre, Ɖl me ama, es mi Padre, me abraza. Crecer en ese entendimiento de Su paternidad. Eso es tan importante, mis hermanos, porque nosotros somos seres que hemos sido creados para depender de Ɖl, o sea, nuestra dependencia estĆ” en Ɖl. Y hay una necesidad natural en nosotros de poder estar apegados a nuestro Padre, depender de Ɖl, o sea, arrojarnos en Sus brazos y saber que somos amados. Es una necesidad vital. Y es importante que nosotros podamos, en esta vida que tenemos, en esta vida terrenal, pues, cada dĆ­a crecer en eso, porque esa es la perla preciosa que nosotros tenemos. Si en algĆŗn momento nosotros sentimos, wow, que los afanes de la vida me absorben, pueden mĆ”s que yo, la ansiedad me estĆ” destruyendo, el estrĆ©s, de repente deberĆ­amos preguntarnos, ĀæcuĆ”nto yo estoy invirtiendo en conocer esa paternidad de Dios, a mi Padre? SĆ­, porque mientras mĆ”s yo lo conozca, mĆ”s yo sĆ© que Ɖl cuida de mĆ­, mĆ”s yo sĆ© que Ɖl me abraza, mĆ”s yo sĆ© que Ɖl me ama. Y eso, pues, el perfecto amor echa fuera el temor. Cuando sabemos que tenemos un Padre celestial que nos arropa, que cuida de nosotros, aun en los peores momentos, mis hermanos, todos hemos pasado por momentos difĆ­ciles, no solamente circunstancias difĆ­ciles, todos hemos pasado por momentos en que nos sentimos, wow, hoy, o sea, no llego a la altura, no di la talla, o sea, SeƱor, hoy te fallĆ© horrible. En esos momentos, en esos momentos, mi hermano, has tĆŗ tenido la disposiciĆ³n de decir, Padre, sĆ­, fallĆ©, pero aquĆ­ estoy, me rindo a tu abrazo. Quiero poder experimentar tu abrazo incluso en mi peor momento. ĀæPor quĆ©? Porque Dios, imagĆ­nate, conocer la paternidad de Dios, incluso los dĆ­as que no eres tan bueno como quisieras ser. Pero Dios es ese Padre que nos abraza, que nos ama, que quiere que experimentemos su amor. Por ejemplo, se me viene a la mente la mujer adĆŗltera, que fue sorprendida en adulterio. No dice una mujer que supuestamente estaba en adulterio o que fue acusada, no, fue sorprendida en el acto mismo. Y cuando ella fue arrojada a los pies de la cruz, bueno, por la gracia de Dios, fue arrojada a los pies de JesĆŗs y no a los pies de otra persona. Porque ahĆ­, estando a los pies de JesĆŗs, ella pudo encontrar el amor, el amor incondicional que le dijo, yo no te condeno. Y la corrigiĆ³, le dijo, ven y no peques mĆ”s, porque el amor te corrige. Un Padre corrige, pero tambiĆ©n un Padre, o sea, le demostrĆ³, en mĆ­ no hay condenaciĆ³n. Entonces, que podamos ser abrazados por ese Padre, crecer en ese conocimiento de Dios. La fe inteligente nos lleva a crecer en el conocimiento de nuestro Padre, de esa paternidad que tenemos en Ɖl. Y esa es la esencia del nuevo pacto, la diferencia con el primer pacto, ĀæsĆ­? AhĆ­ vemos cuan grande diferencia, Āæno? HabĆ­a. Es un pacto que estĆ” basado en eso, en mejores promesas. Para ir concluyendo, me gustarĆ­a que pudiĆ©semos leer un par de versĆ­culos. Primera de Corintios, capĆ­tulo 3, versĆ­culo 11. Primera de Corintios, capĆ­tulo 3, versĆ­culo 11. Nuestra fe tiene un fundamento sĆ³lido y firme, ĀæamĆ©n? Y ese fundamento es Cristo, lo dice este versĆ­culo, porque nadie puede poner otro fundamento que el que estĆ” puesto, el cual es Jesucristo. Fundamento es como la base, lo que sostiene todo. O sea, nuestra vida estĆ” cimentada sobre ese fundamento, edificada sobre ese fundamento, que es Jesucristo mismo. ImagĆ­nense la estabilidad que tenemos en Ɖl. No es algo que fluctĆŗa, no es algo que, como la voz de un hombre que estĆ” en la bolsa, Āæno? Que hoy estĆ” aquĆ­ y maƱana estĆ” allĆ”, como la bitcoin, que un dĆ­a estĆ” aquĆ­ y tiene, wow, crecĆ­ al mil por ciento y al dĆ­a siguiente lo pierdes todo. Es un fundamento firme, un fundamento sĆ³lido. Y cuando yo leĆ­a esto se me venĆ­a a la mente el hombre que edificĆ³ su casa sobre la roca. Dice que venĆ­an rĆ­os, soplaron vientos y su casa no cayĆ³ porque estaba cimentada sobre la roca, sobre el terreno sĆ³lido, cual es Cristo. Y por Ćŗltimo, me gustarĆ­a leer Hebreos 6, Hebreos 6, ya les voy a decir el versĆ­culo, Hebreos 6, 17. Hebreos 6, 17. FĆ­jense, Dios nos dio la vida, Dios nos dio la vida, y Dios nos ha dado esta fe, nos la ha concedido, y nos ha dado promesas que son sĆ³lidas. Nuestra esperanza es sĆ³lida, nuestra esperanza no es fluctuante. O sea, todo lo que hemos hablado hoy del nuevo pacto, de esta fe que Dios nos ha concedido, de esta fe inteligente, no sĆ© por quĆ© pero tenĆ­a ese deseo de transmitirles eso. Es algo sĆ³lido, no es algo, sĆ­, ni tampoco es algo, ĀæcĆ³mo se dirĆ­a la palabra? Inestable, exacto, exactamente. Entonces dice, por lo cual, queriendo Dios mostrar mĆ”s abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento para que por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, es imposible que Dios mienta, tengamos quĆ© cosa? Un fortĆ­simo consuelo. Mi hermano, esto es nuestro consuelo, las buenas nuevas del Evangelio, amĆ©n. Y cuando nosotros leemos esto nos damos cuenta, guau, o sea, Āæa quĆ© me aferro yo cuando me siento desesperado o cuando quiere venir el miedo, el temor? Nuestro mayor consuelo es este Evangelio, estas buenas nuevas, estas promesas que tenemos en Ć©l, es lo Ćŗnico suficientemente sĆ³lido y firme de lo que nosotros podemos aferrarnos con seguridad, amĆ©n. Y seguimos leyendo, que tengamos un fortĆ­simo, perdĆ³n, el anterior porfa, que me hice spoiler ya, que tengamos un fortĆ­simo consuelo los que hemos acudido para asirnos, aferrarnos de la esperanza puesta delante de nosotros, ahora sĆ­ el 19, la cual tenemos como segura y firme ancla del alma y que penetra hasta dentro del velo, amĆ©n. Mis hermanos, el ancla es un elemento que se usa para que el bote o el barco quede aferrado, asido a un lugar estable y no sea arrastrado por las olas y las corrientes, pues esta esperanza, estas promesas que tenemos en Ć©l, de las cuales nos aferramos por la fe, la fe que Ć©l mismo nos ha concedido y que nos preserva Ć©l, o sea, es Ć©l, pues esta esperanza es nuestra firme ancla para nuestra alma, para nuestra alma. Y con esto concluimos, Āæpor quĆ© dicen nuestra alma? Porque nuestra alma es esa parte de nosotros, que muchas veces vemos las circunstancias, vemos los problemas, nos sentimos mal, tal cosa, y como que muchas veces queremos ser arrastrados por las tormentas, tormentas exteriores y tormentas interiores en nuestra alma, en nuestra mente, pero este Evangelio, esta esperanza es esa ancla sĆ³lida que mantiene nuestra alma ahĆ­, anclada. AmĆ©n, amĆ©n. Gracias.

Listen Next

Other Creators