In this Yoga Nidra practice, you will journey from the surface of the mind to the deep dimension of existence. Stay conscious and aware throughout the practice. If you feel sleepy, lift your forearm to stay awake. Find a comfortable position and use props if needed. Sankalpa, a positive resolution, is essential in Yoga Nidra to activate your inner forces. Repeat it mentally and let it come from the heart. Relax your body and focus on your breath. Guide your consciousness through different body parts. Stay relaxed and alert as you go deeper into relaxation.
Namaste, hoy vamos a practicar Yoga Nidra. Yoga Nidra significa sueño consciente. Es un viaje desde las áreas superficiales de la mente a la dimensión profunda de la existencia y te conviertes en una especie de psiconauta que tiene que transitar por espacios en los que normalmente solemos estar dormidos, por lo tanto el sueño está ahí, latente y debes estar, intentar por lo menos estar plenamente consciente durante toda la práctica. Yo te voy guiando con las instrucciones pero tú eres quien dirige tu propia práctica con esa determinación de permanecer consciente.
Recomendaciones, a la mínima sensación del sueño lo que puedes hacer es, manteniendo el codo y el brazo apoyado, levantar un antebrazo que quede relajado pero el antebrazo levantado, manteniendo el codo en el suelo y así si te empiezas a dormir el brazo cae y recuperas el estado consciente. Eso lo puedes hacer cuando notes que te empiezas a dormir para no caer del todo en el sueño. No debes moverte en lo posible durante toda la práctica, por eso te tienes que procurar una posición cómoda.
Si se te carga la zona lumbar es mejor tener las rodillas flexionadas, para ello puedes colocar un cojín o una manta doblada debajo de las rodillas, detrás de las corvas. Debajo de la cabeza también un cojín pequeño, que no sea duro. Ten en cuenta que el peso del cuerpo se va condensando en algunos puntos y a lo largo de la práctica puede resultar incómodo. Un punto importante en el Yoga Nidra es el Sankalpa, la resolución positiva.
La tienes que tener preparada previamente, es una frase corta pero muy evocadora, que condensa en las mínimas palabras posibles algún aspecto de tu personalidad, alguna cualidad que quieres potenciar y actualizar en los niveles más profundos de tu mente. También puede aludir a tu objetivo prioritario en esta vida. A través del Sankalpa lo que haces es activar tus fuerzas internas para que ayuden a llegar a esa cualidad que quieres despertar en ti mismo. Es individual, tienes que construirlo personalmente, pero mientras no lo tengas puedes utilizar uno universal, por ejemplo desarrollo, armonía física y mental.
Tiene un carácter terapéutico para ayudar a superar cualquier desequilibrio físico, emocional, psicológico. Otro puede ser tengo confianza y seguridad en mí mismo y sobre todo para potenciar tu autoestima. Otro también general es, tengo o adquiero prosperidad material y espiritual, que te ayuda a encontrar equilibrio entre esos dos aspectos fundamentales de la vida, la armonía entre lo material y lo espiritual. Trata de utilizar siempre el mismo Sankalpa hasta que esa cualidad que conlleva sea una realidad total en tu vida.
Lo tienes que repetir mentalmente, pero tiene que salir del corazón. La intención que conllevan esas pocas palabras tiene que empapar tu ser, tu sentir, tu cuerpo y tu mente. Ahora ya, ponte para la práctica, acomoda bien la posición, acuéstate, sobre la cama no, mejor en una alfombra, una esterilla, una superficie que sea un poquito dura, pero cómoda. Coloca los apoyos que necesites, como te decía, si necesitas debajo de las rodillas, detrás de las corbas, debajo de la cabeza, seguro.
Un apoyo blandito, un cojín, una almohadita, una esponjilla. Cúbrete, abrígate bien para no tener frío. En las técnicas de relajación profunda, la temperatura del cuerpo desciende. Visualiza tu cuerpo, siéntelo. Haz los ajustes que sean necesarios para poder mantener la completa inmovilidad. Como ha ido, acomoda la posición de las piernas, que queden ligeramente separadas y totalmente sueltas. Deja que los pies cargan hacia los lados. Dispón cómodamente los brazos, ligeramente separados del tronco, volviendo las palmas de las manos hacia arriba.
Deja que tus hombros se asienten y se relajen. Recoge un poquito el mentón para que la nuca quede estirada y la cabeza en línea con el eje central del cuerpo, no quede alareada ni girada. Que no haya ningún aspecto de incomodidad, nada de la ropa que te oprima, la ropa suelta, sin cinturones, sin nada que te apriete. Ahora que ya has adoptado la postura de Shavasana, la postura de relajación o postura del Shava del cadáver, visualiza tu cuerpo acostado en el suelo.
Visualiza el lugar en el que estás, las cuatro paredes, el techo, ubicando tu cuerpo en el lugar en el que se encuentra. Ahora presta atención a las percepciones sensoriales. Escanea tus sentidos y observa cuál de ellos predomina, si son las sensaciones auditivas, o un sonido, o simplemente el silencio. Sensaciones táctiles, esflora. Nota cómo afloran las sensaciones si te centras en ellas. El contacto de tu cuerpo con la ropa o de la ropa con tu cuerpo, la sensación táctil de la temperatura, el apoyo y el contacto con el suelo.
Sensaciones olfativas. Nota cómo si pones atención, captas, sientes. Sensaciones visuales, aunque tus párpados estén cerrados. La luz se filtra también a través de los párpados. Ahora ve dejando esa atención que se centra en los sentidos y observa tu respiración. Vas a hacerte dos respiraciones yógicas, completas, pero muy tranquilas, pausadas. Alarga la expulsión y cuando el aire sale, siente un gesto físico, un sonido, un sonido, un sonido. Pausadas. Alarga la expulsión y cuando el aire sale, siente un gesto físico y mental de soltar, de dejar ir todas las tensiones.
Cuando expulsas, sueltas, relax. Ahora, deja que la respiración fluya de manera natural. La respiración fluya de manera natural. Ahora, deja que la respiración fluya de manera natural. Ahora, deja que la respiración fluya de manera natural. Ahora, deja que la respiración fluya de manera natural. Ahora, deja que la respiración fluya de manera natural. Deja que la respiración se respire. Y ahora es el momento de introducir el Sankalpa, tu resolución positiva, evocando el sentimiento de poseer esa cualidad como si fuese una realidad en tu vida, con sentimiento, conciencia y determinación.
Sankalpa Ahora vas a ir deslizando tu conciencia por las diferentes partes del cuerpo que yo te iré nombrando. Tú te vas posicionando en ellas mentalmente, te sitúas conforme yo las voy nombrando. Si alguna te cuesta, no pasa nada, tú continúas al ritmo que yo te voy diciendo que tu conciencia fluya fácilmente. Empieza llevando la tensión a tu mano derecha y recorre los dedos, el dedo pulgar de la mano derecha, el dedo índice de la mano derecha, el dedo corazón, el dedo anular de la mano derecha, el dedo meñique de la mano derecha, el dorso y la palma de la mano derecha.
La muñeca derecha, el antebrazo derecho, el codo derecho, el brazo derecho, el hombro derecho, todo el brazo derecho, recorre la axila derecha, el costado derecho, el lado derecho de la cintura, la cadera derecha, el muslo derecho, la rodilla derecha, la pantorrilla derecha, el tobillo derecho, el talón, el dorso del pie derecho, la planta del pie derecho, los dedos del pie derecho, el dedo gordo o primer dedo del pie derecho, el segundo dedo del pie derecho, el tercer dedo, el cuarto, el quinto dedo del pie derecho.
De los dedos vuelves a recorrer la planta del pie derecho, el dorso, el talón, el tobillo derecho, la pantorrilla derecha, la rodilla derecha, el muslo derecho, la cadera derecha, el lado derecho de la cintura, el costado derecho, la axila derecha, el hombro derecho, el brazo derecho, el codo derecho, el antebrazo derecho, la muñeca derecha, el dorso de la mano derecha, la palma, el dedo pulgar de la mano derecha, el dedo índice, el dedo corazón, el dedo anular, el dedo meñique de la mano derecha, toda la mitad derecha del cuerpo, toda la mitad derecha, relajada, mantente alerta conforme se va profundizando el estado de relajación, porque está ahí la posibilidad de que se presente el sueño.
Situate en la mano izquierda, el dedo pulgar de la mano izquierda, el dedo índice, el dedo corazón, el dedo anular, el dedo meñique de la mano izquierda, el dorso de la mano izquierda, la palma de la mano izquierda, la muñeca izquierda, el antebrazo izquierdo, el codo izquierdo, el brazo izquierdo, el hombro izquierdo, todo el brazo izquierdo. Continúa por la axila, el costado izquierdo, el lado izquierdo de la cintura, la cadera izquierda, el muslo izquierdo, la rodilla izquierda, la panturrilla izquierda, el tobillo izquierdo, el talón, el dorso del pie izquierdo, la planta del pie izquierdo, los dedos, el dedo gordo o primer dedo del pie izquierdo, el segundo dedo del pie izquierdo, el tercer dedo, el cuarto, el quinto dedo del pie izquierdo, de los dedos vuelve a recorrer el dorso del pie izquierdo, la planta, el talón, el tobillo izquierdo, la panturrilla izquierda, la rodilla izquierda, el muslo izquierdo, la cadera izquierda, el lado izquierdo de la cintura, el costado izquierdo, la axila izquierda, el hombro izquierdo, el brazo izquierdo, el codo izquierdo, el antebrazo izquierdo, la muñeca izquierda, el dorso de la mano izquierda, la palma de la mano izquierda, el dedo pulgar, el índice, el corazón, el anular, el meñique de la mano izquierda, todo el lado izquierdo del cuerpo a la vez, todo el lado izquierdo relajado.
Situate en la parte superior de tu cabeza y desciende. Por la parte posterior de la cabeza, recorre tu columna vertebral, la zona cervical, los homóplatos, el homóplato derecho, el homóplato izquierdo, las vértebras dorsales. Desciende recorriendo las vértebras lumbares, la zona sacrocoxigea, la nalga derecha, la nalga izquierda. La parte anterior, desde el suelo pélvico, el pubis, el bajo vientre, la zona del ombligo, la zona del abdomen y del músculo diafragma, el tórax, el lado derecho del pecho, el lado izquierdo del pecho, el centro del pecho, las clavículas, la parte anterior del cuello, la zona de la garganta.
Recorre la mandíbula, el labio inferior, el labio superior, la mejilla derecha, la mejilla izquierda, la aleta nasal derecha, la aleta nasal izquierda, la punta de la nariz, el pómulo derecho, el pómulo izquierdo, los párpados derechos, los párpados izquierdos, la sien derecha, la sien izquierda, la ceja derecha, la ceja izquierda, el punto central entre las dos cejas, la frente, la parte superior de la cabeza. Siente toda la zona posterior, toda la zona posterior relajada, toda la parte anterior del tronco relajada.
Toma ahora conciencia de toda la pierna derecha, toda la pierna izquierda, las dos piernas a la vez. Conciencia del brazo derecho, el brazo izquierdo, los dos brazos a la vez, las dos piernas y los dos brazos. Conciencia de toda la parte posterior del cuerpo, toda la parte anterior del cuerpo, la parte posterior y la parte anterior a la vez al mismo tiempo, todo el cuerpo a la vez, todo el cuerpo relajado. Recuerda que estás muy consciente, que diriges tu práctica de yoga nidra.
Ahora observa tu respiración fluyendo espontáneamente, no interfieras, deja que ya sola se haga, que ese proceso natural suceda. Observando como al inspirar, tu abdomen se mueve, se hincha suavemente y al expulsar se deshincha suavemente. Tu atención se focaliza en sentir la respiración en el abdomen, con la actitud de la conciencia testigo, el que observa, el espectador. Y ahora vas a hacer una cuenta mental observando la respiración. En orden inverso vas a contar de 27 hasta 1.
Recuerda que no tienes que regular la respiración, eres simplemente un contable. Cuando se produce la inspiración, 27. Cuando se produce la expulsión, 27. Cuando sucede la siguiente inspiración, 26. Cuando se produce la expulsión, 26. Y así continúas llevando la cuenta al tiempo que observas la respiración, teniendo en cuenta que si te pierdes no pasa nada. Tranquilamente, no intentas recordar dónde estabas sino que vuelves a comenzar desde 27, sin dormirte, sin distraerte. Haz que tu mente esté lúcida, recordando que estás en la práctica de Yuvanidra, en un conteo mental de tu respiración.
Lo que va a inducir un estado de relajación más y más profundo. Ahora ya, olvídate del conteo, no importa dónde te hayas quedado. Y toma conciencia de tu relación con el suelo, el contacto del cuerpo con el suelo. La tierra como un gran imán que lo atrae, que tira de cada célula la ley de la gravedad, desarrollando una agradable sensación de pesadez. La atracción de la tierra, una agradable sensación de peso en todo el cuerpo. Observa detenidamente esa sensación, el cuerpo agradablemente pesado, cada vez más pesado, muy pesado.
Ahora deja ir esa sensación, toma conciencia de los sutiles puntos de contacto de tu cuerpo con el suelo y evoca, despierta ahora la sensación de ligereza. Siente el cuerpo como sin peso, como si no pesara, sin consistencia, como algodonoso. Observa, clarifica esa sensación en tu percepción, de ligereza, de liviandad en todo el cuerpo, cada vez más ligero, más liviano. Ahora deja que se desvanezca esa experiencia y toma conciencia del Chi Akasha, el espacio mental, localizado delante o detrás de tus ojos cerrados.
El espacio mental donde visualizamos, pensamos, recordamos, imaginamos, soñamos, encuentra esa espaciosidad, que normalmente es oscura, pero puede tener cualquier luminosidad o color. No es un espacio físico, sino psíquico. Lo observas manteniendo la conciencia testigo. Eres un mero espectador, observas sin esperar nada, sin buscar nada, sin intentar nada, no te implicas con lo que aparezca, sin atracción ni rechazo, como un mero espectador, pasivo. Ahora disponte para practicar la visualización, una parte fundamental, la parte más creativa del Yoga Libra.
Deja que tus sentidos internos evoquen cada sensación. Vas a sentir la primavera. Estamos en primavera. La naturaleza despierta de su letargo invernal y paso a paso se engalana con sus más preciosas vestiduras. Respira, respira, saborea cada soplo de aire que entra y sale de ti. Llevas la primavera en ti. Observa la energía que bulle dentro y fuera de ti. La vida se despreza expandiéndose en cientos de colores, de texturas, de aromas. La vida se despierta nutriéndose con la luz.
Inspira y expulsa, inspira, expulsa. Siente la vida en tu interior, siéntela. Llevas la primavera en ti. La primavera se viste con gotas de rocío cada amanecer. Cada una de ellas contiene en sí misma todo un universo de vida, belleza y armonía. Su hechizo es perenne, porque fue, es y será. Por eso cada año el sagrado ritual continúa. Los bosques y montañas se visten de aterciopelado verdor. Las flores exhalan su mejor perfume. Los animales se cortejan. Las aves remontan su vuelo hacia el azul infinito.
El sol se engalana con preciosas túnicas de púrpura y oro. Tú eres parte activa del divino prodigio de la vida. La primavera está en ti. Respira, respira, respira. A tu llegada, primavera, la esperanza renace entre los mortales. Los amantes renuevan sus alianzas no pronunciadas. Los poetas elevan sus cantos al infinito. Los niños descubren con curiosidad y pureza el milagro de la vida que despierta en cada flor, en cada ser. Los ancianos se reconcilian consigo mismos. Y a los moribundos no les importa partir, porque saben, de una manera misteriosa, que la vida permanece más allá de los suspiros, más allá de las formas, más allá de la vida y más allá de la muerte.
Respira, respira. Saborea cada soplo de aire que entra y sale de ti, como si fuese la primera vez. Llevas la primavera en ti. Respira y llénate con cada respiración. Respira el florecer de los almendros. Respira el frescor de la hierba tierna que nace. Respira el verdor de los campos ya crecidos. Respira la delicadeza de una florecilla recién abierta. Respira la humedad del amanecer. Respira la tibieza del sol primaveral. Respira las tonalidades del atardecer. Respira los brotes tiernos de los árboles.
Respira como se despierta la vida con los animalitos saliendo de sus guaridas después del letargo invernal. Respira el olor de las plantas aromáticas en flor. Respira el rumor de los arroyos que fluyen con el deshielo. Respira la explosión de colores en un prado hermosamente florido. Respira la tibia brisa primaveral. Respira el movimiento de las nubes en el cielo azul. Respira el canto alegre de los pájaros. Respira la energía de la primavera bien dentro de ti. Siente la primavera extendiéndose como un manto de vida, acogiéndote como un manto protector.
Ahora, en ese silencio interior, recuerda tu resolución personal, tu sancalpa, y repítelo mentalmente tres veces, con pleno sentimiento, conciencia y determinación, como si eso ya fuera parte integrante de ti, de tu día a día. Lo puedes imaginar, lo puedes visualizar. Dejando que se asienten las profundidades de tu mente. Ahora ve recuperando suavemente, no hay prisa, tómate tu tiempo. Recupera la presencia y la conciencia en todo el cuerpo, la postura. Imagina tu cuerpo en la posición de relajación.
Visualiza el lugar, tu cuerpo tumbado, las cuatro paredes, el techo, el suelo, lo que hay a tu alrededor. Hace cuenta de las percepciones sensoriales, los estímulos, la información que te llega del mundo exterior, el sonido, la luminosidad a través de los párpados cerrados. Vuelve a familiarizarte con la sensación de contacto con el suelo, la inmovilidad del cuerpo, con las sensaciones que tus sentidos captan y tu mente va procesando. Cualquier estímulo que te llega a través del oído, la nariz, los ojos, el tacto, tranquilamente conectas con tu respiración y vas alargándola progresivamente, pero no como algo mecánico.
Respiras con conciencia, con sensibilidad, con aprecio, con agradecimiento y así vas desarrollando una respiración más profunda, más honda, que te despierta completamente en un estado de bienestar, de calma, de equilibrio. Siente tu cuerpo descansado, lleno de vida, reaccionando con cada respiración más amplia y luego ya poquito a poco vas a empezar a movilizar, a desprezarte, moviendo los oídos de las manos, de los pies, los músculos de la cara. Poco a poco vas estirando y movilizando todo el cuerpo, acelándolo, un poco como el cuerpo te pida, deja que él se mueva, que él se reactive, que así se reactive tu conciencia.
Suspiros, gostezos que pueden aparecer, acógelos. Y cuando ya te hayas estirado y desprezado, que te notes inconsciente, antes de abrir los párpados, frotas enérgicamente las palmas de las manos, una con otra. Una vez que están calientes y cargadas de energía, las colocas las palmas un poquito huecas delante de los párpados cerrados. Mueve los ojos en todas las direcciones para que se relajen. Masajea suavemente los párpados con las yemas de los dedos. Le das unos ligeros toquecitos así con las yemas de los dedos.
Mueve los dedos. Y luego ya, abres los ojos para finalizar el Yoga Nidra de hoy, Hari Om Tassatas. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org