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Hola, buenos dias, yo soy César y mi catarro, llevo ya 11 días, pero bueno... No pasa nada. En primer lugar, nada, bienvenidos a unha reunión de hoy, a todos. Vamos a dedicar este tiempo a alabar, a adorar a Dios, a buscar Su presencia, a escuchar, a atender y bueno, a abrirnos sus corazones, porque sabemos que lo que decimos en una reunión cristiana, en gran medida, como ya hemos hablado muchas veces, es conforme tú dispongas tu corazón. Así que vamos a poner nuestro corazón de hoy para escuchar, para alabar a nuestro Señor, para darle honra, para darle honor, para darle gloria. Los teléfonos, sabéis que por favor los tengamos con el volumen quitado, y hoy voy a hacer una mención especial a las Madres, hoy es el Día de las Madres también, bueno, el Día de las Madres debería ser todos los días, pero bueno, hoy se celebra ese día y nada, recordaros que gracias por lo que habéis hecho por vuestros hijos, que todos hemos tenido madre y que verdaderamente no hay palabras muchas veces para dar gracias a mamá, gracias a vosotras, así que hoy es vuestro día, felicidades, que Dios os bendiga y bueno, luego al final algo creo que hay. Bueno, yo quería ser breve y empezar por un pensamiento que tengo en la cabeza y quería poneros rápidamente, luego va a salir Lugo a dar el mensaje y cantaremos nuestros alabanzas, hay una alabanza nueva también para cantar, espero que la podamos cantar entre todos al Señor y que nos sea de gozo. Bien, quien de nosotros no ha tenido o no ha pasado o no está pasando por un momento, porque la vida lleva pruebas, un momento difícil, un momento de, podríamos decir, de oscuridad, una situación incómoda, un pecado recurrente que siempre está ahí, que parece que nunca terminamos de quitarlo de nuestras vidas, cosas que no hemos entregado al Señor y que ahora nos están causando dificultades, una pérdida, un conflicto familiar, las personas que están fuera de nuestro vínculo de reto en las calles, quien no ha vivido problemas con el trabajo, una enfermedad, alguien tiene una enfermedad, un pariente, una persona cercana, problemas, situaciones, pruebas, que es lo que la Biblia llama. El apóstol Pablo decía, hace una comparación, decía que la vida de un cristiano era como una carrera, que es una carrera de llegar hasta la meta, ¿no? Bueno, una comparación, ¿no?, que la meta es Cristo, esa es la vida de un cristiano, es una carrera en la que se llega, no es cuestión de llegar al primero, eso es llegar a la meta. Aunque yo al principio siempre lo visualicé de esa manera, ¿no?, pues como una especie de estadio olímpico donde había corredores y había una meta a la que llegar, pero luego en el tiempo te das cuenta de que esto no es así, sea una forma de visualizarlo, pues sería más bien una carrera campo a través, donde hay muchos obstáculos, un poco como habéis leído o visto la película de Cristian, el del peregrino, situaciones que te van ocurriendo, te ocurren en tu vida, muchas situaciones, pruebas, a lo largo de un caminario, es como una carrera en el campo, podemos decirlo así, y es lo que va ocurriendo. Me gustaría leer Santiago 1.12, que dice, que mi aventurado es el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido probado recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman. Y a mí me gustaría poner el punto en dos partes de este versículo, uno es que en la palabra perseverar, bienaventurado es el hombre que persevera, porque realmente perseverar en Cristo, la definición es permanecer firme, dice aquí, el compromiso de ser fiel a los mandamientos de Dios, a pesar de las tentaciones, a pesar de los obstáculos, a pesar de las dificultades, eso es permanecer, y es una parte que ciertamente es la parte que el hombre tiene que hacer, permanecer, ser fiel en el compromiso que tenemos con el Señor, ante esas dificultades que nos van a aparecer, aparecerán o están ahora mismo aquí, esos obstáculos que nos encontramos. Y en otra parte me gustaría poner el punto que dice, en el 12, porque una vez que ha sido aprobado recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman, una vez que ha sido aprobado, me explico, o sea, la prueba la vas a superar, un hijo de Dios la prueba la va a superar, algunos la superarán más de una manera y otros la superarán más de otra, uno les costará más, otro les costará menos, dependiendo de qué, pues del compromiso efectivamente de la voluntad que pongas, de la búsqueda del Señor, la confianza que tengas en Él, y el saber que esa prueba pasará, pasará, y durante ese pasará tenemos argumentos y tenemos cosas como por ejemplo la paciencia, el dominio propio, que es algo espiritual que Dios nos da, la paciencia para soportar ese tiempo pues con calma, como podríamos decir, no perder los nervios, no perder los estribos, hermano, hermana, esa prueba va a pasar, porque Dios lo dice en su palabra, y además Dios nos dice que no nos dejará hacer tentados, Pablo, no nos dejará hacer tentados más allá de lo que nosotros podamos resistir, así que hermano, hermana, tu prueba, tu momento difícil pasará, porque Dios no va a permitir lo contrario, no va a permitir que tú caigas, que tú no lo superes, no lo va a permitir, antiguamente había una expresión que era muy de nuestras abuelas, que se decía en el mundo que es precisamente este, es que en el lenguaje popular de la calle se usaban muchos versículos o proverbios bíblicos a su manera, y era el antiguo, aquel es el verbo de Dios aprieta pero no ahoga, pues es esto, o sea, Dios no te va a tentar más allá, o sea, no va a permitir que seas tentado mejor dicho, más allá de lo que tú o yo podamos resistir, el apóstol Pablo habla de la vida de sufrimiento de un cristiano, porque el cristiano tiene que sufrir, el cristiano tiene que sufrir, dice la palabra que en este mundo tendremos aflicción, y eso significa que vamos a tener aflicción, vamos a sufrir, y sufriremos momentos muy difíciles si no han llegado todavía los que han de llegar todavía, como ha sufrido la iglesia y los cristianos a lo largo del tiempo, los tiempos de Pablo las persecuciones estaban ahí, más adelante fueron más duras y más crueles, la iglesia en cierto modo ha sido siempre perseguida, cuando no ha sido perseguida los cristianos se les ha tocado vivir unos tiempos sociales, el siglo X, el siglo XII, cada tiempo ha tenido sus peculiaridades, yo creo, estoy convencido de que no es que sean, salvo la persecución de la iglesia, que salvo reductos hoy en día en el planeta que hay, bueno, no existe tal y como existía, lo hemos estudiado antiguamente, pero cada tiempo, cada generación ha tenido su vida, su sociedad, que de alguna manera la ha enfrentado a cosas, hoy en día no vivimos como vivía Pablo en sus tiempos, pero si vivimos otra cosa, la sociedad nos ha empujado a unas necesidades que no tenían entonces, ahora igual si, que si el paro, que si el desempleo, que si hay que pagar recibos de luz, de agua, que si esa serie de cosas, lo que nos encontramos los cristianos ahora, con leyes que nos echamos las manos a la cabeza, las leyes trans, las leyes en los divorcios, los abortos, incluso ahora estamos también que te permiten elegir si quieres morir o quieres vivir, o esa serie de cosas que no se vivían antes, pero el cristiano hoy en día las vive, somos más conscientes de las guerras que ocurren porque las estamos viendo en todo momento, en todo caso, todos los cristianos tenemos que vivir, todos los hombres, pero hoy estamos hablando de los hijos de Dios, son las pruebas que Dios permite que tengamos, ¿para qué? Porque dice que la fe se prueba, se prueba con bolero, con fuego, hay que probar la fe, hay que probar nuestras vidas, Dios prueba nuestras vidas ¿para qué? ¿por gusto? No, porque Él quiere que caminemos rectamente, que aprendamos, que maduremos, las pruebas se hacen más fuertes, las pruebas te hacen más capacitado, las pruebas te hacen reforzar tu fe, pues cuando la prueba ha terminado y ves todo como Dios ha tratado tu vida en ese tiempo, das gracias a Dios porque sabes que Dios ha estado ahí, que no te ha abandonado y que Dios te ha hecho fuerte, para la próxima. El apóstol Pablo, en 2 Corintios 11.24, Él relata, 2 Corintios 11.24, Él relata cómo fue su vida apóstol, cómo fue su vida apóstol, no para gloriarse en el sufrimiento, pero Él nos muestra a nosotros las cosas que pasó, dice, 5 veces he recibido de los judíos 39 azotes, 3 veces he sido golpeado con balas, una vez fui apedreado, 3 veces naufragué y he pasado una noche y un día en lo profundo, con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre, en sed, y a menudo sin comida, en frío y desnudez. Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias. O sea, y en medio de todo esto, está el Padre Señor, y en medio de todo esto, está el consuelo de nuestro Dios. O sea, no es fácil ser cristiano. No es fácil, cuando salimos de nuestro estado de confort, que muchas veces estamos metidos, no nos toquen nuestro estado de confort, pero la verdad es que ser cristiano es una actividad difícil porque vemos más profundamente las cosas, vemos mucho más allá de lo que ocurre a una persona, a un ser querido, o lo que nos ocurre a nosotros mismos. Somos más conscientes de nuestras debilidades, más conscientes de nuestros errores, de nuestros fallos. El pecado nos abruma, el pecado nos constriñe. Por eso, Pablo nos puede dar un ejemplo de cómo es la vida de un cristiano. Incluso el mismo Nuestro Señor, Nuestro Señor en Hebreos 12.2, vamos a recurrir también a Hebreos, nos habla, hemos hablado de Pablo, en la Carta de Hebreos, dice, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, de lo que vamos a hablar ahora para terminar, dice, ¿Quién? Nuestro Señor Jesús, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, el oprobio, dice la Reina Valera, y se ha sentado a la derecha del trono de Dios. O sea, Nuestro Señor echó a un lado lo que era el oprobio, lo que era la cruz, lo que significaba la cruz, que era la humillación, la vergüenza, la burla, el descrédito de otras personas, el sufrimiento, los golpes, los latigazos, el que, Nuestro Señor fue escupido, fue abofeteado, o sea, fue con escarnio, tratado con escarnio, pero Él, a pesar de todo eso, fue crucificado, dolió, sufrió, en su carne, en su espíritu, todo el sufrimiento, Él sabía que eso habría de pasar, porque tenía los ojos, no en ese momento, tenía los ojos más allá, en el gozo de saber que iba a estar como está hoy en día, Él sentado en gloria, en su reino, en gloria, en su trono, junto a la derecha del Padre. El alzador Apóstol Pedro nos recuerda que tenemos que padecer por un poco de tiempo. En fin, lo que yo os quería decir, el ánimo que os quería dar, hermanos y hermanas, es que el mensaje que, de la que vamos a pasar esas pruebas y esas adversidades, pero para lo que hemos hablado antes, para ser tratados espiritualmente y llegar a una madurez espiritual, ya un conocimiento mucho más amplio de lo que es nuestro Señor Pablo a finales de sus días, como todos sabéis, en la segunda carta de Timoteo, habla con unas palabras llenas de emoción y dice que he peleado la buena batalla, he acabado la carrera y he guardado la fe. Todo lo que pasó, pasó, pero ahora Pablo dice he guardado la fe, he acabado la carrera. Por lo demás, espera ahora la corona que tiene que recibir, que recibiríamos todos. Y nuestro Señor puso el gozo delante de él, también sabiendo que, de todo este sufrimiento, iba a estar de nuevo en la gloria, junto al Padre, sentado a su derecha, interfierendo por todos nosotros. Así que estas pruebas que estás pasando, o que pasarás, o que tienes recuerdo de ellas, son pruebas que hay que pasar. Jesús aprendió obediencia por estas pruebas también. El Hijo pasó obediencia. Así que mi ánimo es que busca a Dios, que la palabra de Dios alumbre tu camino, alumbre tus pies, alumbre tus pasos en esta carrera, hermanos, que lo busquemos a Él, porque vendrán momentos difíciles y más difíciles todavía van a venir, pero confiemos en que Dios no nos va a permitir más allá de lo que nosotros podamos soportar. Y gracias por escucharme, gracias, Señor, por el púlpito, y vamos a cantarle, vamos a alabarle, y como he dicho antes, pues será Lugo a continuación. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. 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