Details
Nothing to say, yet
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
Today's class is about exploring the institutional dimension in social work. The objective is to introduce key concepts for reflecting on the role of institutions in contemporary social work. Institutions are seen as a space for professional action, and understanding this dimension requires a critical perspective. In the current context of crisis, public institutions play a crucial role in providing basic rights for vulnerable populations. The class will cover topics such as the definition of institutions, the difference between organizations and institutions, the relationship between institutions and subjectivity, and historical movements in institutions. The focus will be on public institutions where social work professionals are primarily involved. Institutions are cultural objects that regulate common life and have a strong impact on individuals and communities. They provide stability and support for social interaction. Institutions exist through material forms such as organization El nombre de la clase de hoy es Explorando la dimensión institucional en el trabajo social. Tiene por objetivo introducir algunos conceptos, algunas nociones claves para iniciar la reflexión sobre la dimensión institucional en los procesos de actuación profesional del trabajo social contemporáneo. La clase se ubica en el módulo 1 del programa de la asignatura, cuyo objetivo es que ustedes, como estudiantes de quinto año próximas a recibirse, construyan una mirada crítica desde una perspectiva situada sobre la problemática de las instituciones público estatales en la actual coyuntura política, social y económica. Acá vamos a tomar algunos aportes de Ana Arias, colega del trabajo social de la UBA, que señala que para el trabajo social las instituciones singularizadas en organizaciones sociales suponen un ámbito de intervención o lugar desde el cual se despliegan los procesos de actuación profesional, por lo que considerar la dimensión institucional significa reflexionar analíticamente sobre la relación trabajo social e instituciones desde una mirada o una posición crítica que permita comprenderlo, habitarlo y construirlo. A decir de Sandra Arito, también colega del trabajo social de la Universidad Nacional de Entre Ríos, señala que es muy importante para el trabajo social contemporáneo, y sobre todo en el contexto actual de crisis y crítica generalizada de las instituciones público estatales, ya que para... ¡Ay, eso me quedó como el orto! Bueno... Le doy vuelta al párrafo. Arito Sandra... Arito Sandra, también colega del trabajo social de la Universidad Nacional de Entre Ríos, señala que esto es muy importante para el trabajo social contemporáneo, y sobre todo en el contexto actual de crisis y crítica generalizada de las instituciones público estatales, ya que para la mayor parte de la población argentina que se encuentra socialmente más vulnerable, estas instituciones son el único medio o espacio para hacer efectivos algunos de sus derechos más básicos, como la educación, la salud, la asistencia, entre otros. En esta primera clase vamos a tratar de manera introductoria los siguientes temas. ¿Qué son las instituciones? ¿Cuáles son las instituciones secundarias y primarias? ¿Cuál es la diferencia entre organizaciones e institución? ¿Cómo se vinculan las instituciones y la subjetividad? ¿Qué tipo de movimientos institucionales podemos identificar en la historia? Esto lo vamos a hacer para tratar luego de focalizarnos en un tipo particular de establecimiento institucional, las organizaciones público estatales, donde se inserta mayormente el profesional de trabajo social. Vamos a tratar de reflexionar sobre las diferentes posiciones históricas y presentes del trabajo social respecto de la crítica a lo público estatal como un ámbito de ejercicio profesional. Definiendo las instituciones. Vamos a hablar un poco respecto de la naturaleza de las instituciones y sobre cuál es su papel en la vida humana. Al respecto, Arias refiere a las instituciones como formas de regular la vida en común, las cuales se rigen por relaciones de poder. Es desde las instituciones que el trabajo social tiene posibilidad de transformar la vida de las personas. Las instituciones se presentan como ámbitos complejos y contradictorios necesarios para garantizar derechos, refiere la autora. Cristian Varela, psicólogo institucional, define a la institución como las formas y modos de relación entre los sujetos y con el mundo que toda sociedad establece y sanciona tanto de manera explícita como implícitamente. Por ejemplo, señala el derecho, la educación, la religión y la familia. Refiere que para que la institución exista se requiere de formas materiales que indistintamente él denomina instituciones u organizaciones, como por ejemplo, un tribunal, una escuela, un templo, una familia o una empresa. De esta manera, las organizaciones serían las formas materiales que asumen las instituciones en un determinado momento histórico determinado y con un determinado ordenamiento, objetividad y racionalidad que las excede porque se las ubica en el nivel de la institución. Lo dije como la gente. Venía muy bien. Voy a arrancar desde Varela. Al respecto, Cristian Varela, psicólogo institucional, define a la institución como las formas y modos de relación entre los sujetos y con el mundo que toda sociedad establece y sanciona de manera explícita y porque no cerramos el Whatsapp. Varela, psicólogo institucional, define a la institución como las formas y los modos de relación entre los sujetos y con el mundo que toda sociedad establece y sanciona tanto de manera explícita como implícitamente. Por ejemplo, el derecho, la educación, la religión y la familia son instituciones. Señala que para que estas instituciones existan requieren de formas materiales que él indistintamente denomina instituciones u organizaciones, como por ejemplo un tribunal, una escuela, un templo o una determinada familia en un contexto socio-histórico determinado. De esta manera queda establecida la diferencia y la semejanza entre los términos de institución y organización. Las organizaciones serían aquellas formas materiales que están sujetas a un determinado ordenamiento, objetivo y racionalidad que las excede porque las ubica en el plano de la institución. Desde el análisis institucional, otra de las grandes referentes a nivel argentino es Lidia Fernández. La misma refiere que las instituciones son objetos culturales que tienen para el individuo cierto grado de pregnancia y de universalidad. Es posible diferenciar a la institución de otras formas sociales por estos dos rasgos que acabamos de mencionar y por su poder de regulación tan fuerte en los sujetos y colectivos humanos. La autora define a la institución como un objeto de vinculación y de representación que opera como componentes de ligazones intersujetivas permitiendo la estabilidad psíquica del sujeto, ya que se constituye como un soporte de sus múltiples apoyaturas identitarias y en función organizadora opera como sostén de condiciones de interacción social configurando un espacio institucional. La autora va a definir a la institución como un objeto de vinculación y de representación que opera como un componente de ligazones intersujetivas, es decir, permite la vinculación con los otros y al mismo tiempo permite la estabilidad psíquica del sujeto, ya que le permite ordenar su mundo y construir identidad. En función de eso es que es organizadora de los diferentes espacios sociales y de la vida en sociedad. Esta idea la retoma de René Caé, que entiende a las instituciones justamente como formaciones culturales bifrontes. ¿Qué quiere decir bifronte? Que por un lado están por fuera de los sujetos, es decir, disponibles en la trama sociocultural de la época, pero por otro lado se instituyen como objetos internos, es decir, como un marco de regulación propia del sujeto que encontró en esas formas de regulación externa y social formas para construir su identidad y, de esa manera, poder relacionarse consigo mismo y con los otros. En síntesis, para que una institución pueda ser considerada como tal, debe tener un poder de regulación real en ese grupo social. En ese sentido, Fernández refiere que las instituciones construyen territorio social, es decir, van configurando espacios institucionales donde transcurre la vida de los sujetos. Espacios que pueden ser permitidos, posibles o admitidos, formas de vestirse, de relacionarse, prohibidos, demarcan lo que se puede y lo que no se puede, otros espacios posibles de explorar que no están ni prohibidos ni permitidos y que dependerán de la audacia o del sujeto o de ese grupo en particular, y finalmente los espacios que no serían posibles de representar. Sobre esto podemos dar algunos ejemplos. Por ejemplo, podemos pensar en espacios prohibidos, como puede ser en los años de la esclavitud, a los grupos de población africana les estaba impedido acceder a una serie de espacios y costumbres porque eran, bueno, de la clase dominante. Lo mismo podemos pensar de los espacios no representativos o que no son capaces de representar. Podemos pensar en la niñez como, bueno, en algún momento histórico no era posible pensar al niño como sujeto, sino más bien como adultos pequeños, no existía como tal la niñez, y así con un montón de ejemplos. Entonces, en líneas generales, la educación, podemos poner también otro ejemplo, el de la educación superior como un objeto institucional, como un ideal, un imaginario, un universal, que tiene particular pregnancia en lo social. Por ejemplo, ustedes como ciudadanos tienen una idea, una representación idealizada de lo que debe ser la universidad como tal, que luego esa universidad se concreta en, no sé, la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, una facultad muy concreta acá en la región patagónica. Hay como una idea de qué tipo de comportamiento, qué es lo que se puede hacer, qué es lo que no se puede hacer, qué es lo que podemos intentar, qué es lo que no se puede hacer, y bueno, y otras formas quizás de enseñanza, de aprendizaje, diferentes salas tradicionales, que de repente algunos profesores o algunas cátedras se dan y en otras no. Eso sería como un ejemplo para entender lo que venimos hablando. Ahora bien, ¿cuál es la relación entre institución y subjetividad? El primer propósito de la institución, el objetivo de esta, es constituir subjetividad humana. Esa subjetividad que se constituye no puede ser externa a los mecanismos de su constitución. Se es sujeto humano a la manera de ese colectivo humano que nos ha humanizado. Una vez que se ha constituido la subjetividad humana, se ha establecido un mundo en el que se puede recrear. Entonces no hay sujeto sin institución, pero tampoco el sujeto se reduce a la misma. La subjetividad de este permite que pueda desplegarse. Es una dimensión de apertura a lo indeterminado. A partir de esa constitución subjetiva dada es que el sujeto puede encarar el trabajo de recrearse o de rehacerse en términos identitarios. Esto quiere decir que donde hay una subjetividad instituida, hay una subjetividad instituyente. La subjetividad humana no sería solo compulsión a la repetición, sino una elaboración y reelaboración de la dimensión instituyente. Lo institucional es una noción que permite dar cuenta de la complejidad de la naturaleza psicosocial de la realidad humana, que es siempre grupal y colectiva, aún en lo más individual de la persona, es decir, en su subjetividad. Al respecto, Cristian Varela retoma la tesis desarrollada por el autor que mencionamos anteriormente, René Caés, y señala que lo institucional estaría implicado en la dimensión del sujeto y que si existe subjetividad es porque hay institución, que es causa de la emergencia del sujeto psíquico. Entonces, la institución antecede al sujeto tanto lógica como cronológicamente. En ese mismo sentido, Enriquez refiere que las instituciones crean marcos que nos preceden. Esa trama social y cultural que es institucional estaba aguardando al sujeto antes de su nacimiento y le sobrevivirá cuando éste muera. La cultura humana tiene dos grandes dimensiones institucionales. Varela refiere que están las instituciones primarias, que serían aquellas destinadas a satisfacer las necesidades de su existencia. Las instituciones secundarias son de naturaleza política y están destinadas a garantizar la cohesión del grupo. Esto es así porque aquello que el humano requiere para poder vivir en el mundo no se puede adquirir de manera individual. El nombre del sujeto, su identidad, su género, su pertenencia a un grupo social, su lenguaje, etc., es por sobre todas las cosas un hecho social. En un sentido amplio, las instituciones tienen como principal misión la conservación. Las mismas se vuelven problemáticas para el ser humano cuando se tornan anacrónicas o descontextualizadas. Esto es, cuando en vez de facilitar y hacer perdurar la vida, la obturan, la entorpecen o la interrumpen. Como ejemplo de instituciones primarias podemos pensar a la familia, por ejemplo. Y luego, como ejemplo de instituciones secundarias, también podemos pensar la escuela, la secundaria, el trabajo, cualquier tipo de organización laboral. En un sentido amplio, de acuerdo a lo que dice Varela, ambas instituciones tienen, como dijimos anteriormente, la función de la perduración y de la protección de la vida. Ahora bien, nos vamos a meter de lleno en el tema de las organizaciones sociales, públicos estatales y la dimensión institucional en los procesos de actuación profesional. Para el trabajo social, las instituciones singularizadas en organizaciones sociales suponen un ámbito de intervención o el lugar desde el cual se despliegan los procesos de actuación profesional. Por lo que, considerar la dimensión institucional significa reflexionar analíticamente sobre la relación que existe entre trabajo social e instituciones desde una posición crítica que permita comprenderlo, habitarlo y construirlo. Según la autora Ana Arias, quien además refiere que las instituciones son una forma de regular la vida común. Para el trabajo social, las instituciones singularizadas en organizaciones son el espacio propicio de desarrollo laboral, siendo el Estado el ámbito propio de actuación profesional. Se presentan como ámbitos complejos y contradictorios pero necesarios para garantizar derechos. La discusión de lo institucional en el trabajo social argentino es una discusión principalmente en el marco de lo público estatal. Esto no quiere decir que sea el único ámbito de incumbencia de la profesión. Sin embargo, es donde mayor se despliegan las actuaciones profesionales. La autora señala que la expansión de la política social es proporcional a la expansión de las instituciones públicas que la efectivicen. Por lo que el Estado resulta el empleador principal para el trabajador social, como dijimos anteriormente. Las políticas sociales en el marco del neoliberalismo presiden de las instituciones estatales tradicionales. Esto ha colocado a los trabajadores del Estado en una posición aparentemente contradictoria. ¿Por qué? Porque por un lado, aparecen como cuestionadores de las instituciones, de la escuela, del hospital, y por otro, como acérrimos defensores de la avanzada neoliberal. En opinión de la autora, esta defensa realizada en el marco sindical o como protesta por parte del colectivo profesional, no se traduce o transforma en una acción reconstructiva o de apuesta que aumenta la capacidad institucional. Entonces, ¿qué significa incorporar la dimensión institucional del análisis de los procesos de actuación profesional en las organizaciones sociales público estatales? El planteo de Arias gira en torno a identificar con qué características se presenta la relación entre trabajo social e institución en el devenir histórico, y en pensar en qué elementos hay que actualizar en las posiciones del trabajo social para hacer un aporte a la construcción de instituciones sociales garantes de derecho. Entonces, el interrogante central es, ¿cuáles pueden ser las posiciones críticas frente a lo institucional público estatal, que nos permitan acercar una propuesta de mayor efectividad en la garantía de los derechos a las poblaciones más vulnerables? En función de estos objetivos, señala que el trabajo social, en su configuración histórica, estuvo asociada a disciplinas para jurídicas y paramédicas. Y que el estatuto profesional de la disciplina se logró y se sostiene actualmente a partir de la defensa de lo específico disciplinar. En relación a esto, la autora señala que en un determinado momento histórico, aproximadamente en la época de los 60, con la corriente reconceptualizadora, la relación entre el trabajo social y las instituciones público estatales asumió como principal característica la crítica y la negación de estas últimas por parte del trabajo social hacia ellas. Para la autora, esta posición crítica, que se materializó en abandonar las instituciones público estatales por creerlas conservadoras, y proponer, como el verdadero trabajador social, aquel que se debía a la comunidad, aquel que se iba a resultar en una práctica transformadora, emancipadora de la vida de las personas, estaba en lo comunitario y en lo grupal. Esta época también se caracteriza por todas las producciones teóricas de las corrientes del análisis institucional y toda la crítica generalizada hacia las instituciones modernas por considerar, es decir, limitar muchísimo la movilidad social y también por el diseño que tenían, que era generador de mucho sufrimiento y padecimiento. Es decir, la recompensa por llevar adelante el mandato institucional, comportarse como la institución refiere que tenés que comportar, no es ni remotamente suficiente con el grado de sufrimiento y padecimiento que significa estar sujeto a esa institución. Yo creo que el mejor ejemplo que ustedes pueden encontrar para entender esto es la película de Pink Floyd, cuando está el tema de The Wall y cómo de repente la educación, en esta idea de construir un sujeto del aprendizaje, todo el padecimiento, los castigos y demás. Ahora, todo eso que es este tipo de instituciones es puesto en crisis y prácticamente también en el colectivo profesional se entiende que estas instituciones, más que generar un sujeto político, más que generar derechos, lo que construían es la reproducción de las desigualdades sociales. Por eso el movimiento reconceptualizador critica toda esta forma tradicional de hacer trabajo social y propone el barrio y la comunidad como una alternativa de ejercicio profesional. Ahora bien, para la autora, esta posición crítica hoy en la actualidad, con el neoliberalismo y su crítica generalizada hacia las instituciones público estatales, no sirve o por lo menos no es conducente de intervenciones institucionales que permitan el fortalecimiento de las mismas. Lo que ella dice es que esta posición crítica no puede pasar por la negación o la ruptura de lo público estatal o escapar de lo mismo. Esta posición para ella resulta más evasiva que crítica ya que anuda la posibilidad de intervención. Al respecto retoma al autor Nicolás Lobos, quien refiere que esta posición es de cultivo hidropónico de la crítica, es decir, es un ejercicio intelectual autovalidado y ajeno al desarrollo de las prácticas de intervención. Básicamente lo que está diciendo es que no permite construir nuevos horizontes de institucionalidad. Además, la discusión de lo institucional en trabajo social en Argentina es una discusión en el marco de lo público estatal. Esto es así porque la expansión de la política social es proporcional a la expansión de las instituciones públicas que la efectivizan y porque el Estado resulta el empleador principal del trabajador social, como dijimos anteriormente. La reflexión sobre la dimensión institucional es siempre de la institución en su conjunto y del colectivo profesional del trabajo social como grupo institucional o como parte de esos grupos. La autoobservación aislada solo se refuerza a la ilusión de la autonomía y en ese sentido limita las potencialidades de la crítica y por tanto de la intervención fundada. La dimensión institucional de la intervención profesional implica comprender que lo institucional tiene como función sostener y formar, por lo que las instituciones necesariamente regulan y controlan. Las instituciones al mismo tiempo que controlan también emancipan y muchas de las instituciones tienen como función construir una subjetividad emancipadora. Por ejemplo, pensemos en la institución de formación superior. Más aún, en muchas de las instituciones donde ejercemos el trabajo social, sus objetivos explícitos son transformar la subjetividad. Sin transformación de esta subjetividad no hay institución. Los emancipa en tanto los sujeta a lo social. Actualizar la crítica implica revisar cuáles son los imperativos de transformación y revisar esta búsqueda en el plano de las propuestas o las respuestas institucionales de acuerdo a la respuesta de los derechos, sobre todo de acuerdo a las demandas de los sujetos que se encuentran excluidos al acceso a estas prácticas. En síntesis, la propuesta de la autora es llevar al plano de lo estatal la agenda de transformación de la calidad, del acceso, de la adecuación cultural como posibilitador del ejercicio de los derechos sociales. Recapitulando los puntos claves de la clase de hoy y su relevancia para el trabajo social, hemos podido ver cuál es la naturaleza de las instituciones como parte de la dimensión de la vida humana. Hemos podido abordar algunas definiciones desde autores propios de la disciplina como Ana Arias, Sandra Arito y también retomar algunos aportes del enfoque institucional con Cristian Varela, Lidia Fernández y Cáez. También hemos podido advertir cuál es la relación existente entre la subjetividad, el sujeto y la institución. Finalmente, hemos podido advertir cuál es la idea o el planteo de Ana Arias y de buena parte del colectivo profesional respecto a por dónde debería empezar a plantearse la crítica de lo público estatal y en ese sentido del trabajo social y de los aportes que puede hacer en el proceso de actuación profesional. Es decir, en las intervenciones que realiza como parte del colectivo profesional que hace efectiva el cumplimiento de derechos en el marco de las políticas sociales estatales.