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Alice encounters the White Queen in the fifth chapter of "Through the Looking-Glass." The queen is disheveled and seems scared. Alice helps her fix her clothes and hair. The queen mentions wanting a maid and offers to hire Alice. They have a conversation about jam, with the queen explaining that it can only be eaten on specific days. Alice is confused by the concept of living backwards. She realizes that her memory only works in one direction. Alicia a través del espejo Capítulo cinco Agua y lana Y mientras decía esto, cogió el matón al puelo, miró alrededor suyo para ver si encontraba a su dueña. Al momento apareció la reina blanca, corriendo desalada por el bosque, con los brazos abiertos en cruz, como si viniera volando. Y Alicia se acercó muy cortesmente a su encuentro para devolverle el manto. —¡Me alegro mucho de haberle podido echar una mano! —dijo Alicia, mientras le ayudaba a ponérselo de nuevo. La reina blanca parecía no poder responderle más que con una extraña expresión, como si se sintiera asustada y desamparada, y repitiendo en voz baja algo que sonaba así como, —¡Pan y mantequilla! ¡Pan y mantequilla! De forma que Alicia decidió que si no empezaba ella a decir algo, no lograría nunca entablar conversación. La inició, pues, tímidamente preguntándole, —¿Tengo la honra de dirigirme a la reina blanca? —Bueno, si llamas a eso dirigirse —respondió la reina blanca—, no es en absoluto lo que yo entiendo por esa palabra. Alicia pensó que no tendría ningún sentido ponerse a discutir precisamente cuando estaban empezando a hablar. De forma que sonrió y dijo, —Sí, Su Majestad, quisiera decirme cómo debo empezar. Lo intentaré lo mejor que pueda. —Pero si es que no quiero que lo hagas en absoluto —gemeó la pobre reina—. Me he estado dirigiendo todo el tiempo durante las dos últimas horas. —Más le valiera —pensó Alicia— tener a alguien que la dirigiera un poco, pues estaba tan desafelada. —Todo lo lleva mal puesto —considera Alicia— y le sobran alfileres por todas partes. —¿Me permite ponerle bien el mantón? —añadió en voz alta. —No sé qué es lo que le pasa —suspiró melancólica la reina—. Creo que debe de estar de mal humor. Le he puesto con un alfiler por aquí y otro por allá, pero no hay manera de que esté quieto. —No puedo quedar bien, por supuesto, si lo sujeto solo por un lado —le dijo Alicia, mientras se lo iba colocando bien con mucho cuidado. —¡Y Dios mío! ¿En qué estado lleva ese pelo? —Es que me he enredado con el cepillo —y el peine se perdió ayer —explicó la reina suspirando. Alicia desenredó cuidadosamente el cepillo e hizo lo que pudo por arreglarle un poco el pelo. —¡Vaya! Tiene mucho mejor aspecto —le dijo después de haberle cambiado de sitio la mayor parte de los alfileres. —Lo que de verdad me hace falta es tener una doncella. —Estoy segura de que te contrataré a ti, con mucho gusto —aseguró la reina. —A dos reales la semana. Vérmela de un día sí y otro no. Alicia no pudo evitar la risa al oír esto y le contestó. —No quisiera verme empleada y no me gusta tanto la mermelada. —Ah, pues es una mermelada excelente —insistió la reina. —Bueno, en todo caso, lo que es hoy no me apetece nada. —Hoy es cuando no podrás tenerla, ni aunque te apeteciera —atacó la reina. —La regla es mermelada mañana y ayer, pero nunca hoy. —¿Alguna vez tendrás que tocar mermelada hoy? —objeto Alicia. —No, no puede ser —refutó la reina. —Ha de ser mermelada un día sí y otro no. —Y hoy nunca puede ser otro día, ¿no es cierto? —No, no comprendo nada —dijo Alicia. —Qué lío me he hecho con todo esto. —Eso es lo que siempre pasa cuando se viene marcha atrás —lo explicó la reina amablemente. —Al principio se marea, siempre suna un poco. —¡Viviendo marcha atrás! —repitió Alicia con gran asombro. —Nunca he oído una cosa semejante, pero tiene una gran ventaja. —Y es que si la memoria funciona en ambos sentidos... —Estoy segura de que la mía no funciona más que en uno —observó Alicia. —No puedo acordarme de nada de lo que haya sucedido antes.