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A group of punctuation marks go on a walk and debate their importance. The comma claims to be important for lists and explanations, while the colon and semicolon argue for their own significance. The ellipsis claims to create suspense, while the period emphasizes its necessity for clarity. The exclamation and question marks assert their role in expressing emotions. The story ends with the message that each punctuation mark has a specific function and contributes to the overall meaning of a text. ¡Hola niños! ¿Cómo están? ¡Es la hora de contar una historia especial! ¡Vamos todos a escuchar! ¡Buenos días niños y niñas! Os vamos a leer un diálogo sobre los signos de puntuación. Como era una tarde soleada, los signos de puntuación decidieron salir de paseo. Se desprendieron de las frases, y mientras bajaban por el lomo del libro, discutían quién era más importante. La coma dijo... Yo soy hermosa, tengo una figura gráfil y además soy muy inteligente. Cuando algo no me gusta, me cambio de sitio y modifico todo cuanto a mi alrededor se dice. Imaginen que a mí me usan, entre otras cosas, para olvidarse de la conjunción cuando se hacen enumeraciones, también cuando se intercalan datos explicativos, cuando se invierte el orden de la oración, cuando haya una elipsis del verbo, o sea, cuando no lo dices, y no sigo porque la verdad es que soy tan importante, que si quieren saber más de mí, tendrán que buscar en un libro para saber todo para lo que yo sirvo. ¿Se dan cuenta? Ajá, eso piensas. Le respondieron los dos puntos, que al hablar se contoneaba con mucha gracia. Nes, déjanos decirte que nosotros somos más que funcionales. Vamos a empezar, pero ahora no es que se vayan a cansar en la mitad, porque son tantas cosas. Bueno, presten atención, cuando aparecemos estamos citando a alguien de manera textual. ¿Cómo les pareció? Seguimos. Cuando los demás signos de puntuación iban a responder, ellos no los dejaron. Ahora bien, en otras ocasiones llamamos la atención sobre algo o resumimos la consecuencia de lo que acabamos de decir. ¿Seguimos? Bueno, muchachos, no es necesario que nos respondan. El punto quiso decir algo, pero los dos puntos continuaron y para callarlo, alzaron el tono de la voz. Ah, miren, también cuando se va a iniciar una enumeración o cuando saludamos a alguien en el comienzo de un discurso, entre otras cosas. Por lo que, sin nosotros, nada importante se podría decir. Iban a continuar, pero los demás signos de puntuación se quedaron mirándolos con cara de pocos amigos, por lo que de inmediato se sentaron tratando de mostrarse supremamente orgullosos y miraban a los demás con un poco de compasión. Ustedes dos me van a discul... Dijo el punto y coma. Si no fuera por mí nadie podría separar los grupos de frases, los periodos. Nadie podría enumerar de una manera clara y transparente. Tampoco tendría mucha sonoridad lo que dijeran, de tal manera que yo soy el más importante de todos. Ay, se me olvidaba, coma. Lo que dijiste de la enumeración no es para los dos últimos elementos de la enumeración. No nos vengas a tratar de confundir, ahí vas a necesitar la conjunción. No me hagan reír, señores. Dijeron con un aire de superioridad los puntos suspensivos. Cuando nosotros aparecemos, aparte de las demás cosas que hacemos, todo queda en suspenso. ¿Acaso creen que no somos los más importantes, que sería de la lectura sin el suspenso, sin nosotros? Imaginen, nada tendría interés. Dijeron, bajando el tono de la voz como en un susurro. Bueno... Intentó decir el punto, pero la coma, elevando el tono de la voz y contoneándose como si fuera la reina del grupo, le interrumpió. No, no, no. Dijo con sorna mientras iba de un lado para otro, dando vueltas alrededor de los demás signos de puntuación. Estoy bien clara en que cada uno de ustedes es muy importante, y que si no estuvieran, pues difícilmente podría tener sentido lo que se escribiera. Pero si de importante se trata, quiero que sepan que cuando yo no aparezco en un párrafo, la gente me extraña. Y al leer, si alguien me ignora por la razón que sea, se le complica la vida, pues no comprende nada, las entendederas se tapan. Tampoco entienden quienes le escuchan, si es que está leyendo en voz alta. Ustedes, en cambio... Dejó la frase en suspenso mientras los miraba con cierto desdén. ¿Se dan cuenta? Tuvo que usarnos a nosotros, pero con todos pasa igual, si nos ignoran, nadie entiende nada. Así que eso no indica tu importancia. Los puntos suspensivos son orgullosos de que la coma los usara. La raya trató de intervenir, pero los signos de admiración la miraron con cara de espanto, como si fuera a decir algo malo, razón por la que prefirió guardar silencio, separando su idea del resto del grupo, casi como intercalada, como estaba acostumbrada a hacer. El punto intentó hablar, pero los signos de interrogación se le pararon enfrente y empezaron a gritar. ¿Quién eres tú? ¿Por qué no reconoces nuestra importancia? ¿Acaso no sabes que si las preguntas nadie tendría nada que responder, es que acaso te crees el más importante de todos y por eso no nos dejas hablar? Y mientras entornaban el signo, lo miraban de hito en hito. Pero si yo no he dicho nada. Dejó el punto tímidamente. Los signos de admiración, para poder entrar en la conversación, empezaron a gritar. ¡Cállense ya! Es que nadie respeta a quienes queremos expresar la emoción, la admiración, el amor, los sentimientos. El punto, oyendo que los signos de admiración levantaban la voz, puso cara de disgusto, aunque un poco deprimido, pues era el más pequeño de todos y el más sin pie, por lo que se levantó y con voz firme, pero sereno, acotó. Bueno, mi querida Coma, no niego tu importancia, tampoco que eres muy bella y que todo alrededor de ti, de acuerdo a donde te ubiques, cambia el significado de lo que está escrito. También que en un párrafo eres la que más aparece. Tampoco niego la importancia vuestra. Le dijo a los dos puntos, al punto y coma, a los signos de admiración, a los signos de interrogación y a los puntos suspensivos, mientras los miraba uno a uno. Pero déjenme decirles que cuando yo aparezco, si soy punto y seguido, terminamos un concepto, pero seguimos razonando sobre el mismo tema, si soy punto y aparte, el párrafo termina bien porque se cambia de asunto o se trata de otro tópico del mismo tema, y si soy punto final, las ideas se acaban. Levantando los brazos, leitó. Y ahora escuchen con mucho cuidado lo que les voy a decir, todos y cada uno tenemos que aprender cuál es la función de cada uno de nosotros y además cómo afectamos la pronunciación cuando se lee en voz alta. Por lo demás, déjenme decirles que ustedes están insoportables, por lo que ahora soy punto y final. Diciendo esto, soltó la carcajada, se ubicó al final del párrafo y terminó con el cuento. Ahora os vamos a dictar unas oraciones para saber si lo entendisteis. 1. Mi hermano aprobó lengua, matemáticas, francés y naturales. 2. El ladrón fue detenido con el dinero, sin embargo, fue puesto en libertad a las pocas horas. 3. ¿Tienes hora? 4. ¡Qué golazo! 5. Cada uno de los equipos de trabajo preparará un taller, el primero, un taller de cerámica, el segundo, uno de costura, el tercero, el de cestería. 6. Mi amiga Sonia habla ruso, María, japonés, Pablo, francés y Raquel, inglés. 7. ¿Crees que llegaréis a tiempo? 8. ¡Hola, Irene! Exclamó Iván al llegar. Ahora las vamos a corregir. 1. Mi hermano aprobó lengua, matemáticas, francés y naturales. 2. El ladrón fue detenido con el dinero, sin embargo, fue puesto en libertad a las pocas horas. 3. ¿Tienes hora? 4. ¡Qué golazo! 5. Cada uno de los equipos de trabajo preparará un taller, el primero, un taller de cerámica, el segundo, uno de costura, el tercero, el de cestería. 7. Mi amiga Sonia habla ruso, María, japonés, Pablo, francés y Raquel, inglés. 8. ¿Crees que llegaréis a tiempo? 9. ¡Hola, Irene! Exclamó Iván al llegar. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org