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This is a guided meditation that encourages relaxation and connection with your inner child. The meditation begins by focusing on deep breathing and relaxing the body. Then, you are guided to visualize a sphere of light entering your heart and growing with each breath. Next, you are asked to imagine a childhood home or a place that brings back memories, specifically your childhood bedroom. You are encouraged to observe your inner child and notice any emotions they may be experiencing. As the adult version of yourself, you are then prompted to enter the room and embrace your inner child, providing them with love and understanding. Finally, you are encouraged to express any thoughts or feelings to your inner child and assure them that they are loved and protected. The meditation concludes with a sense of peace and gratitude, knowing that your inner child is now happy and at peace within your heart. Bienvenida, bienvenido. Te recomiendo hacer esta meditación a solas y con aurífonos. Ubícate en una posición cómoda y prepárate. Vamos a comenzar. Toma una inhalación lenta y profunda por la nariz. Retén el aire un momento y luego exhala por la boca lentamente mientras sientes como tu cuerpo comienza a relajar todos tus músculos. Una vez más, inhala muy profundo por la nariz. Retén el aire un momento y exhala. Siente como tus hombros, tu cuello y músculos de tu cara se relajan. Tomamos otra inhalación por la nariz y suelta lentamente por la boca. Siente tu cuerpo cada vez más y más relajado. Tu energía está presente aquí y ahora mientras respira lentamente quiero que visualices con la próxima inhalación como ingresa a tu cuerpo una energía luminosa que se dirige hacia tu corazón formando una hermosa esfera de luz. Observa esta esfera de luz como comienza a crecer mientras gira en el sentido de las agujas del reloj. Con cada inhalación la esfera luminosa crece y crece en tu corazón. Mientras sigue creciendo y sigue girando cubre por completo y te rodea. Una energía de paz dentro de esta esfera luminosa te sientes en tu hogar y quiero que visualices la casa en donde pasabas tiempo en tu infancia o el lugar donde tu intuición te transporte. Al pensar en lo que pudo haberse sentido como tu lugar cuando eras un niño o una niña observa la decoración, los muebles y lentamente dirígete hacia el lugar que era tu habitación. Abre un poco la puerta pero no ingreses a la habitación, solo observa. Podrás ver que ahí está el niño o la niña que fuiste, ¿lo reconoces? Es tu niño interior, fíjate en cómo está vestida, su ropa, su calzada, su peinado. Siente su energía por todo tu cuerpo. ¿Puedes notar que algo le sucede? Hay una expresión en su rostro, quizás está triste, enojado, avergonzado o tal vez muy asustado. Siente cómo aumenta su energía en ti y recorre todo tu cuerpo. En este momento decides entrar a esa habitación, de modo que ahora estás tú como el adulto que eres de frente a ese niño que fuiste y ves que te reconoce y te extiende sus bracitos. No dudes y acércate, abrázalo tan fuerte que sientas que son uno o una. Siente sus pequeños bracitos rodeando tu cuello, es un amor auténtico que recuerdas y te das cuenta de que todo este tiempo te ha estado esperando. Inhala profundamente y exhala, no dejes de abrazarlo y pregúntale cerca a su oído qué le sucede. Puede que te lo haga saber con palabras o con su energía, pero te das cuenta de que ese niño o niña sabe que tú eres esa persona que puede entenderle perfectamente. Escúchalo, siéntelo, porque es en este momento en que tienes la oportunidad de hacerle saber que si estaba triste, enojado, asustado, avergonzado o si sentía culpa, soledad, miedo o incomprensión ya no hay motivo para estar así. Ahora todo estará bien, porque tú vas a protegerlo y amarlo, nunca más se sentirá solo o sola. Es seguro ser quien es, porque es perfecto, perfecta, tal y como es. Nada le falta y nada le sobra, es como una maravillosa expresión de la vida. Ahora tómate un momento para decirle lo que sea que sientas que debes expresarle, ya que este momento es de los dos y tú eres la persona que sabe exactamente lo que ese pequeño o pequeña ha estado anhelando, esperando, necesitando y ahora tienes la oportunidad de dárselo. Mira y siente como su rostro, su cuerpo y su energía comienzan a reflejar paz y como de un momento a otro parece que el niño o la niña ha olvidado su tristeza. Ahora emana alegría como su estado natural. Y al verlo puedes darte cuenta de que ese niño o esa niña es puro amor, un ser perfecto, completo y valioso como tú. Mientras, quédate con su energía de amor y comienza a despedirte, haciéndole saber que cada vez que necesite, tú estarás y vendrás a visitarlo. Puedes ver que sabe que ya nunca más estará sola o solo y no hay nada de qué preocuparse. Siente su gratitud porque ahora es presencia, es alegría y amor. Sientes verdadera plenitud y como se funde en un abrazo de amor infinito hasta que la habitación comienza a hacerse más pequeña, un poco más pequeña, hasta desvanecerse junto con la esfera de luz. Ahora dentro de tu corazón hay un pequeño o pequeña sonriente y en paz por siempre.