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Episodio #10

Episodio #10

Emanuel J. Soto BlasEmanuel J. Soto Blas

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The podcast discusses the topic of desires and how they should align with God's will. It emphasizes the importance of not letting desires control us and the need to take action to fulfill them. The three ways to obtain what we desire are through prayer, work, and a combination of both. It highlights the significance of aligning our desires with God's will and not pursuing selfish desires. The episode also mentions the importance of finding God's will in His Word and how reading and studying the Bible can change our perspectives and thinking. ¡Ignorante! ¡Qué basura! Y las cosas que yo defendía me hacían daño y ahora lo puedo ver. No todo deseo nos va a llevar a la voluntad de Dios. Y el deseo está engañoso y rápidamente a ti mismo se puede convertir en necesidad. Tus deseos, si eres cristiano, tienen que estar ajustados a la voluntad de Dios. Bienvenidos al podcast, el libro abierto donde las conversaciones son filtradas por la palabra de Dios junto a Emanuel Soto... ...y Giancarlo... ...Natán. Giancarlo no necesita mi apellido, papi. Ah, no, tranquilo, tranquilo. Soy VIP. Y, ¿qué sucede? Estamos en el episodio número 10, que va a estar titulado Tres formas de obtener lo que deseas. De por sí, el título es provocativo. Las chavas voy a estirlarme bien el cazo, nene, yo quiero todo. Porque estamos hablando de tres formas de obtener lo que deseas y vamos a hablar... ...claro, hoy día, ¿quién no desea las cosas? Tenemos tantos anuncios y tantas cosas que te dicen, ¿tú quieres esto? Pues yo tengo la solución. Y vas a ver que mientras estemos discutiendo este tema, esas tres formas de obtener lo que deseas no es lo que tú crees. No le digas, no le digas, después de clicar... No es lo que tú crees. So, la forma en que vamos a estar llevando este episodio, se lo vamos a estar dividiendo en tres partes, donde vamos a estar aplicando las tres C, ¿cuáles son esas tres C? ¿Cuál es el tema? Esa es la primera parte. Segundo, ¿cuáles son las enseñanzas? Y tercero, ¿cómo lo vamos a aplicar a nuestra vida? ¿Cuáles son las aplicaciones? Eso es bien importante siempre que terminemos con cómo aplicarlo, porque cuando Dios nos da conocimiento a través de su palabra, o a través de un siervo de él, cuando escribe un libro, ese conocimiento tiene el propósito de no solamente ser útil a nuestra mente, sino poder aplicarlo a nuestro diario vivir. Y esto es lo que hacemos en este podcast. No solamente usamos la Biblia, también buscamos de otros libros de otros cristianos, donde también ellos escribieron comentarios sobre la Biblia, para poder llevarte estos temas, que sean de edificación para ti, para todo aquel que nos escuche. Creo que estamos claros con eso, ¿ya? Bastante bien. Hay que ayudarnos entre todos. Sea en persona, sea por libro, sea por podcast, sea por el online. Siempre hay algo que Dios usa a todos en diferentes partes del mundo, y hay que aprovechar la bendición de la tecnología y del capitalismo, Pablo. El capitalismo. Sí, no, y hay que aprovecharlo. Hay que aprovecharlo. Bueno, ¿qué sucede? ¿Cuál es el tema? O sea, ¿de qué trata este capítulo? E.W. Tozer habla sobre tres cosas que debemos hacer para obtener lo que deseamos. Pero antes de eso, él saca un poco de su tiempo para definir lo que significa la palabra deseo. Y mira lo que él dice. La palabra aparece en pocas instancias en la Biblia. OK, curioso. O sea, la palabra deseo no aparece tantas veces en la Biblia. Y dice, y en éstas, rara vez significa algo más que una intención o ganas de algo. Repito, una intención o ganas de algo. Oye, Giancarlo, ¿qué tú quieres ahora mismo? ¿Qué yo quiero? ¿Qué yo quiero? ¿Qué yo quiero? Quiere decir, mira, ya tenemos primer deseo. Queremos comer. Mira tan sencillo lo que es el deseo. Ese deseo, ah, pero esto es curioso. Cada deseo, en la mayor parte de los casos, debería llevarte a una acción. Por ende, si tengo hambre, yo quiero comer y yo voy a comer. Lo que tenga que hacer sea comprarme la comida, hacerla, cocinarla, etc. El deseo está, por ende, yo tengo que ir a hacer algo. En tu cerebro ya tú la acondicionaste a comer para hoy, ¿verdad? A ciertas horas, y pues depende de lo que tú comes. Como yo dije, el sándwich de pernil, ¿por qué? ¿Por qué lo dije? Porque me gusta el sándwich de pernil y es lo que a mí me gusta comer. Y por eso, en lo siguiente, vamos a ver en lo que tú consumes, en lo que tus pensamientos te van a llevar a buscar lo que estás acostumbrado a, a lo que siempre estás necesitando. Si se dan cuenta lo que es desear algo, es algo tan común en nuestro diario vivir. Incluso ahí W2C también menciona que ese deseo, lo que es desear algo, a los niños les encanta tener eso. Incluso, ¿qué hacemos nosotros en Navidad? Escribele a Santa Claus esa lista de deseos y tú pones una lista de todos los regalos que ese nene quiera. Santa Claus si quiera, se hubiera gestionado el primer año. Con tantos deseos que tiene. ¿Con ese qué, boludo? No, no, claro. Ahora, pero mira esto. Él también dice, hablando de deseos, es difícil concebir algo más vano que desear. Ahora bien, la palabra vano, muchos de ustedes la conocen, se refiere a algo inútil. Incluso, nunca me olvido de Ecclesiastes cuando dice vanidad de vanidades, todo es vanidad. Y en este caso, W2C se lo atribuye a la acción de desear. Jan, dime la verdad. Hay personas que desean muchas cosas. Pero, ¿cómo está su vida para alcanzar esas cosas que ellos desean? Pues, en verdad, depende. ¿O qué triste? Pues, aunque, si lo vamos right through, mucha gente desea cosas, pues, como dice, vanas, inútiles. Pues, yo era uno de ellos y yo pienso mucho en lo que yo deseaba, eran cosas tan superficiales. El deseo es tan engañoso y rápidamente a ti mismo se puede convertir en necesidad. Es un buen punto. Gente, eso lo que él dice es verdad. No todo lo que deseamos lo necesitamos. Por eso es que hay mucha gente que se está yendo en mangas rotas hoy día. Porque compran, compran, compran, vamos a decir con su tarjeta de crédito. Y sin darse cuenta, esa tarjeta de crédito está trepada por las nubes y ellos necesitaban esas cosas para tirar nombre. Yo conozco gente que tiene como cuatro, tres, cuatro, cinco, seis. Y de vez en cuando sale una, cogen otra. Y aunque ese no es el tema, hay que ser un buen administrador del dinero. Por ende, no dejemos que nuestros deseos nos controlen. Cuando tú te enteras por qué son, pues, dices, pero, ¿por qué yo no compré tantas cosas? ¿Por qué tú estás cogiendo tantas tarjetas de crédito? Si es verdad, yo no te había comprado tantas cosas. Si tú no miras, con una cosa que se compraron por un deseo, que vieron como necesidad, uno las ve. ¿Cómo está tu cajo del año pasado? Ah, me cogí otro de este año. ¿Por qué? Porque, papi, el año no necesitaba, es que es del año y el otro lleva un año más, nada. Y ese es el problema. No todo deseo nos va a llevar a la voluntad de Dios. Y eso es lo que vamos a discutir ya mismo. ¿Por qué? Esto es bien importante. Mira unas cositas que dice el W. Tozer. El hombre no tardará en sustituir el trabajo arduo por simples anhelos. Y a menos que corrija radicalmente esa falta, se convertirá en un soñador sin carácter que solo concibe sueños ilusorios. Quiere decir que si tus deseos no van acompañados de una acción como vamos a ver más adelante, tú eres simplemente un soñador frustrado. Esa es la realidad. Un soñador frustrado. ¿Por qué? Para ponerte un ejemplo como lo estamos haciendo ahora. Nosotros queríamos hacer un podcast. Sabíamos que hacer un podcast iba a tomar tiempo, iba a tomar esfuerzo. Por ende nos comprometimos que por lo menos una vez a la semana tenemos que fielmente grabar un episodio. Y que si llegamos por lo menos a los cinco episodios, podíamos comprar un logo. Llegamos a los cinco episodios, compramos un logo, y ahora mismo estamos grabando el episodio número 10, y tenemos muchas metas más. Pero tuvimos que comprometernos a no solamente desearlo, sino meter manos. Y eso lo vamos a hablar ya mismo, porque sí tiene que ver con las tres formas de obtener lo que deseamos. Antes de eso, para terminar y hablar del tema del deseo, Dawson deja claro que hay malos deseos, aquellos que no se ajustan a la voluntad de Dios. Por ende, tus deseos, si eres cristiano, tienen que estar ajustados a la voluntad de Dios. Por el contrario, no pedes recibir nada. Como dice Santiago capítulo 4, versículo 3, que lo hemos leído muchas veces. Pedid y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Y mira el énfasis, deleites los deseos malos de tu corazón. Pero, ¿cuál debería ser el deseo de cristiano? Como dice Salmo 37, 4, deleítate a sí mismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. ¿Por qué? Porque tú encomiendas a Jehová tu camino y confías en Él, y entonces Él hará. Ahora bien, ¿cuáles son estas tres formas que Dios utiliza para obtener lo que deseamos? Dilo, ya está. Es que, totalmente, nunca van a esperar esto. Vamos a empezar con la primera, tú no te la vas a esperar para nada. Orar. Orar. Perdón, pero, tenías que saberlo, ¿verdad? Estaba leyendo un libro de oración. ¿Segundo? Trabajar. ¿Pero el tercero? ¿Y el tercero? Orar y trabajar. Y no, no estamos vacilando. Literalmente, esas son las tres cosas que I. W. Towson menciona, que son las tres formas de obtener lo que deseamos. Orar, trabajar, y orar y trabajar. Y vamos a ir desglosando cada una de esas. Y aprende, ya estamos entrando a la segunda parte de este episodio, donde vamos a estar hablando cuáles son las enseñanzas que se cubren en este capítulo número 12 del libro de la oración de I. W. Towson. Ya, ya hablamos de la primera bastante. Es que hay deseos que no se alinean a la voluntad de Dios. La pregunta, entonces, es ¿dónde encontramos la voluntad de Dios? No. Gente, la voluntad de Dios la encontramos en la Palabra de Dios. Giancarlo, ya que tú llevas ya tiempito lo que es leyendo la Biblia, leyendo libros, incluso el que habla de la Biblia, ¿cómo ha sido tu experiencia desde... y, ¿verdad? Voy a tratar de parafrasear bien la pregunta. Antes... Considera cómo tú pensabas antes... Pre-Biblia. Sí, antes de... Pre-Biblia, literalmente. Considera cómo tú pensabas antes de estar en los pies de Jesús, de seguir sus caminos, y ahora, que llevas ya tiempito sirviéndola al Señor, y estás leyendo más su Palabra, y leyendo más. ¿Cómo tu forma de pensar ha cambiado? Pues, cielo a la vieja. Van cosas que yo justificaba, y defendía, y le buscaba la lógica a no más poder. Que decía, ¡Ah, pero es que dice! ¡Ah, no! ¡Es que se puede! No, no. Es que cuando tú empiezas a leer la Biblia... Bien, y yo me acuerdo, cuando yo empecé a leer, yo leí este libro, estaba leyendo la Biblia a la misma vez, para justificar el libro, y oraba mientras leía. Yo estaba hundido, ahogándome en palabras. Profundo, profundo. Y en esos momentos, cuando tú vienes a pasar los días, como estás meditando, y eso es lo que está dando comer a tu cerebro, que muchas de las cosas, que yo mismo, nadie fue adonde vino, fue un hermano, fue que me vino papi, quítate esa porquería. Fue que yo mismo dije, ¡No! Esto va contra Dios. Dios dice esto. Y te viene el miedo, me vino la culpa, me vino el asco. Pues como tú, él tiene el pasado, el cringe, cuando dice la palabra que te dice, ¡Ah! Yo no puedo creer que yo hacía esa cosa cuando era chiquito, ¡Ah! Que era un niño. Lo mismo sentí en ese momento. ¡Qué ignorante! ¡Qué basura! Y las cosas que yo defendía me hacían daño, y ahora lo puedo ver. Y yo lo defendía como quiera. Exacto. ¿Y todo por qué? Porque cuando leíste la palabra de Dios, la palabra de Dios te confrontó y te dejó saber cuál era su voluntad. Y ya tu mente se estaba ajustando a eso. Y tus deseos iban en pos de esa voluntad. Mira, por eso es que W. Tozer dice lo siguiente, lo que está mal en los vanos deseos radica en el hecho de que quien los pronuncia no se ajusta a la voluntad de Dios. O sea, hay personas que expresan sus deseos, pero no están buscando agradar a Dios con sus deseos. Este individuo permite que sus deseos estén por encima de aquello que está completamente por fuera de la voluntad de Dios para él y sueña con poseer lo que sabe bien que no debería tener. Y mira eso, sabe bien lo que no debería tener. ¿Qué es lo que yo puedo aconsejar aquí? Analiza que deseos no están conformes a la voluntad de Dios en tu corazón. ¿Qué es lo que tú deseas? Y analízalo a la luz de la palabra de Dios. ¿Cómo están esos deseos? Eso lo vamos a hablar un poquito más a detalle. Ahora bien, vamos a discutir entonces el primer punto de las tres formas de obtener lo que decíamos. Y el primero es orar. Y me refiero a orar solamente. Mira lo que dice A. W. Tozer. Dios ha dispuesto que acudamos a él para obtener lo imposible cuando ese imposible es parte de su voluntad eterna para nuestro supremo bien. Jean Caldo, yo creo que tú y yo estamos de acuerdo. Nosotros, como seres humanos, podemos hacer absolutamente todo. No. Por favor. No puedo hacer cosas que están en mi poder. Y ¿qué tú opinas entonces de esos comerciales que dicen tú puedes, yo voy a ti. Lo que tú te propongas, todo lo que tú te propongas, lo vas a hacer. Y añado, en ningún momento mencionaron a Dios. ¿Qué tú crees de esos anuncios? Me están guiando, me están cogiendo por el cuello. Me están cogiendo como un pejo en amasadito que tú lo pasas por todos lados y el pejo no está haciendo nada más que ser paseado. Así me siento. Que yo sigo una ilusión, sigo un maestro que no es Cristo, que soy yo mismo. O sea, cuando un pejo tú lo tienes de leech, de abajo, se ve bien lindo y se ve bien feliz porque no tiene que preocuparse para dónde tiene que caminar mientras confía en ti. Así yo quedo escondido, ¿verdad? Que mientras Dios sea el que me aguante, que yo pueda 100% caminar para el sur entero. Muy bien, que tú puedas confiar. Y no, ¿y qué sucede? Hay cosas, si esto lo tenemos que entender, es bien importante, hay cosas que nosotros no vamos a poder hacer nunca con nuestras propias fuerzas. Por ejemplo, hay sanidades en el cuerpo que necesitamos que la medicina no lo va a poder lograr. Podemos utilizar la medicina para aliviar los síntomas, podemos hacer ejercicio para aliviar los síntomas, y eso es muy bueno que lo hagan, pero la enfermedad de por sí, hay médicos que te pueden decir es incurable, ¿verdad? Y eso es bien fuerte. Que un profesional te diga. Sí. ¿Te echabas de paso? No, no, y eso es fuerte, eso es fuerte. Lo que es, por ejemplo, cáncer, lo que es cáncer, lo que es otras enfermedades más severas, esas enfermedades de por sí, la medicina y el médico lo va a declarar imposible de sanar. Pero, para Dios nada es imposible. Por ende, si en algún momento tú estás pidiendo a Dios por sanidad, si es conforme a su voluntad, Él te puede sanar, y lo va a hacer si es conforme a su voluntad, al punto de que, prácticamente, ese cáncer o otra enfermedad que tú tengas va a desaparecer por completo. Por ende, si estás orando por esa sanidad que es imposible en términos humanos, y es conforme a la voluntad de Dios dártelo, pues yo te exhorto, no te quites. Sigo orando, sigue pidiendo, porque Dios lo va a hacer. ¿Ves? Y esos son casos donde solamente lo único que tú puedes hacer es orar. Y otro ejemplo es, tal vez la salvación de un ser querido, hay seres queridos que por más que tú les prediques, por más que tú les hables, por más que tú les digas algo, no quieren escuchar de Dios. Hablar con una pared, vamos a ver. Hablar con una pared, literalmente. ¿Y qué sucede? Es que hay que orar al Señor y decir, Señor, ten misericordia de Él, quítale ese corazón de piedra y ponle un corazón de carne porque solamente tú lo puedes hacer. ¿Ves? Por ende, ese primer punto es, orar. Orar, solamente orar. Ahora Jan, háblame un poquito de este. Vamos a hablar entonces del segundo punto que es, simplemente, trabajar. ¡Ay, el mamado! Y ahora, me gustaría que tú leas lo que él dice sobre ese punto. A ver, escucha. Hay otras cosas que pueden lograrse mediante el simple recurso del trabajo. Es inútil pedir a Dios algo que podemos obtener con un poco de esfuerzo dirigido apropiadamente. Ningún cristiano instruido desperdiciará desperdiciará se ha olvidado hablar español su tiempo para orar por cosas que están en su alcance y depende de él obtenerlas. Hacerlo es engañarnos a nosotros mismos y convertir todo el concepto de oración en una farsa. Eso está fuerte. Mira como él dice, que si estas cosas que tú pidas, que tú solamente estás orando cuando tú las puedes alcanzar trabajando, es como convertir la oración en una farsa. O sea, tú estás prácticamente pintando la oración como algo para obtener las cosas o obtener todas las cosas sin poner esfuerzo de tu parte. A un cierto nivel puede ser que si cuando lo hacemos nosotros se ve como un niño y cuando, por ejemplo, si tú pones un ateo relajando y empiezan a orar Señor, dame esto y dice, mira, ya lo cogí, pero a la misma vez hace un buen punto porque es verdad y hay cristianos que usan la oración en esa misma manera genuinamente. Pero genuino, pero a la misma vez es innecesaria una farsa. Si tú puedes hacer algo, algo que ya Dios te dio que está a tu alcance, no ores, hazlo. Sigue leyendo. Si el trabajo nos permite obtener algo, entonces debemos ponernos a trabajar para obtenernos de lo que deseamos. Dios no va a patrocinar nuestra negligencia dándonos dones que podamos obtener nosotros mismos, pero hemos rehusado a actuar para obtenerlos. Eso está interesante donde Dios no va a patrocinar nuestra negligencia. Y de nuevo, vamos a seguir usando este ejemplo del podcast. Giancarlo, vamos a poner un ejemplo hipotético y tú me vas a decir algo. Digamos que yo vengo y te digo, ya, vamos a hacer un podcast pero vamos a orar primero. Yo teniendo el micrófono, teniendo la computadora y teniendo el equipo para poder grabarlo, pero voy a orar. Voy a orar para ver qué pasa. ¿Qué tú me hubieses dicho? Dios mío, hermano, en Cristo tenemos toda la fe abierta. ¿Qué tú quieres? Que Dios también llegue y hable por ti. Pero bueno, yo tampoco, a la misma vez, yo lo he hecho y yo sé que todos hemos hecho en ciertos niveles que oramos, ay, señor, yo quiero hacer esto. Yo antes decía, men, yo quiero empezar a hacer esto con la computadora y por ende, yo tengo una computadora tremenda en casa, yo tengo un escritorio, yo tengo todo lo que necesita una persona para hacer lo que yo quería hacer y como que no, no lo hacía. Y hermano, él me decía, pero, hasta a mí, yo quiero un ejemplo, yo quiero un ejemplo No, literal, literal. Y es frustrante y yo sé que a ti que nos escuchan, ¿le ha pasado a alguien? Le ha pasado. Donde tú tienes a una persona que tú la conoces muy bien, tiene el talento, tiene el don para hacer ciertas cosas o no se atreve por miedo o simplemente dices, pues voy a orar para ver qué pasa. Mira, no. O sea, si tú eres una persona que le tiene miedo el stage fright, le tiene miedo aparecer al frente de muchas personas, la única forma de tú romper eso, pero, parate frente al grupo de personas y enfrenta tu temor. Muchos de los problemas que nosotros tenemos, muchas de las condiciones, ¿verdad? Como ha dicho Manuel, como dice Manuel, hazlo. Ah, pero va a ser incómodo. ¿Qué va a ser? Tiene que ser incómodo. Claro. Al principio es incómodo, después es segunda naturaleza. Mira, otro ejemplo, yo, hermano Soto, yo soy un músico, yo soy músico y soy cantante, pero antes de yo empezar a cantar, a mí me pasó por la pubertad. Mi voz cambió, se puso más grave y las ciertas notas altas que antes yo llegaba, ya dejé de llegar. Yo tenía una opción, quitarme y decir, pues no, no puedo llegarlo, pero no, pero ahora mismo yo tenía el deseo de mejorar. ¿Qué yo podía hacer? Yo podía decir, señora, ayúdame a cantar mejor. Te voy a decir algo, no iba a pasar absolutamente nada. Te lo digo desde ahora, nada iba a pasar si yo me quedaba orando más nada. Pues, ¿qué yo hice? No solamente oré, yo cantaba. Yo cantaba desde la iglesia donde yo me congregaba al principio. Cuando se me presentó la oportunidad de que iban a dar clases de voz, yo dije, pues yo me voy a apuntar. No solamente eso, yo me ponía a escribir mis propias canciones y a cantarlos frente a la iglesia aunque yo no supiera mucho todavía y aunque mi voz no estuviera al tope todavía. Y además, eso es una forma de expresar fe, porque si tú eras algo y además de, si no lo trabajas, pues no lo vas a tener. Pero además, si lo trabajas, si oro y pongo mi práctica y pongo mi esfuerzo, lo voy a lograr. Si tú no trabajas y tú lo que haces es pedir y nunca actúas sobre algo. No, no. Mira, y como músico, como músico, yo he tenido profesores porque yo me gradué en la universidad, ¿verdad? En la Universidad Interamericana de San Germán, dando promo. Me gradué en la Universidad Interamericana de San Germán como en Educación Musical General Vocal, o sea, como cantante. También yo cogía mis pianos, etc. Y mi profesora es practica, porque si no practico, no iba a llegar a ninguna parte. Ahora, mira esto, no me decía hora, decía practica, porque eso no iba a venir por fe, eso no iba a venir por obra de magia. Tenía que poner de mi parte donde yo tenía los recursos, yo tenía la profesora que me estaba ayudando, tenía los audios de ella cuando yo la grababa, tenía el piano para yo poder calentar por mi parte, tenía la pieza y la partitura que lo único que yo tenía que hacer era la música. Por ende, para yo poder ser un buen músico, tenía que poner de mi parte. Y ahora, estoy graduado como maestro de voz. Pero eso no llegó de una noche a la mañana, estamos hablando de años de trabajo y esfuerzo donde Dios me permitió hacer todo eso. Pero como me permitió hacer todo eso, gracias a su misericordia y su bondad, ¿qué le estaba esperando de mí? Que yo pusiera de mi parte. Y para eso, no necesitaba orar, sino simplemente darle las gracias. Gracias Señor Él te dio todos los recursos y lo demás es como que, úsalos, úsalos. En tantas veces en la Biblia, él ve que cuando él enviaba a los profetas y todo eso, él sabía a quién escogía, él sabía a quién él mandaba. Y a muchos de ellos se les hacía difícil, había momentos de dificultad, momentos que se querían quitar, momentos que no sabían, que hasta dudaban y contradecían al Señor y decían, yo no sé. Y hacia el cabo, tú ves que ellos también sentían esta incomodidad, hasta los profetas, hasta los apóstoles, sentían que nosotros nunca vamos a llegar y como quiera ellos tenían que decir, no, yo tengo que hacerlo. No, tienen que confiar y es una parte clave, hay que confiar que el Señor está con nosotros. Y aquí venimos al último punto de las tres formas de obtener lo que decíamos, donde oramos y trabajamos y como menciona el autor, la mayoría de las cosas caen en esta categoría. Ya sea, por ejemplo, Señor, me quiero graduar, ¿verdad? Porque vamos a hacer un curso en la Biblia y vamos a hacer un curso en la Biblia, ¿verdad? Porque vamos a hacer nuestro trabajo y yo sé que es difícil la universidad, los exámenes, me quiero graduar, pues ora, pero también estudia, estudia, ora y estudia. Señor, quiero predicar a personas, quiero evangelizarlas, ora y predica. Y de nuevo sigue estudiando la palabra. La mayoría de las cosas que hacemos caen siempre bajo esta categoría de orar y trabajar y ahí es una de las formas en las que podemos obtener lo que deseamos. Bueno, depende, vamos entonces a la tercera parte y a prácticamente casi la conclusión de este episodio, cómo lo aplicamos a nuestro diario vivir. Ok, Jean Carlos, ¿cómo entonces, y esto es bien importante, ¿cómo entonces nosotros ajustamos nuestros deseos a la voluntad de Dios y ya tú nos comentaste un poquito sobre eso? El que adivine esto es genio, ¿verdad? Pero no se han esperado que vamos a decir leer la Biblia. Leer la Biblia. Lectura, consume. Porque así tiene que ser un cristiano. Nuestro primer punto de referencia tiene que siempre ser la Biblia. Eso es así. Si no es así, hay algo malo. Eso es así. Porque es lo primero que Dios lo dio. Desde chiquito, tenemos la Biblia, está en todos lados, no hay excusas, no tenemos una Biblia. No lo dejes cogiendo polvo. Yo lo hacía mucho, yo tenía a veces, cuando era chiquito, hasta joven, tenía como tres Biblias. Jean Carlos, ¿cómo están mis Biblias? Abusadas. Están abusadas. Ustedes tienen que leer y hablarse tanto que lo que me dure estén como cuatro meses de abuso. Lo mío está roto. Y ahora, no es para echármela ni nada, pero yo escuché una frase que a mí me alentó, me animó mucho, que decía, un hombre con una Biblia destrozada es un hombre con una vida organizada. Es un hombre con una vida levantada, con una vida fortalecida. ¿Por qué? Porque se está dando la tarea de consumir la Palabra de Dios. Jean, tristemente, comentamos un poquito de eso, ¿verdad que estamos consumiendo muchas cosas excepto la Palabra de Dios? Lo que sea mientras no sea la Palabra de Dios. He llegado... A ver, que uno dice, no, es que, es que me, es que yo, eh, ¿sabes si es aitrún? Tú, no use de excusa YouTube y las cosas que tú haces la mayoría del día para no leer la Biblia. Porque yo te apuesto que en días que tú no has tenido luz, si eres boricua, y nos boricua sabemos lo que es no tener luz por un día o días. Exacto. Ahora, ¿sabes tú? ¿Cuántos de nosotros aprovechamos en María a dedicarnos a la Biblia ya que no había más nada que hacer? Yo puedo decir que yo no lo hice. Yo antes decía, yo era la persona que decía, ah, no, es que, pues, yo lo haré porque cuando, pues, no va a haber más nada que hacer, ¿no? Porque el deseo no estaba, yo no estaba sometido a Cristo, yo no había importancia, yo no, yo no tenía eso por encima de lo que tú tienes. Muy bien. No esperes a que yo, que pase una situación que te obligue, no porque, seguir nuestros deseos tan fácil en cualquier momento, o sea, no digas, ah, es que la internet no me deja, porque los tiempos de antes eran a la internet y la gente como que ya no leía la Biblia. Eso es así. La gente prefiere mirar el cielo y contar las nubes y decir, bueno, ¿cómo se ve esa nube? Antes de leer la Biblia. No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no,

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