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Algunos tenemos una costumbre especial cuando vivimos un momento que queremos atesorar: repasamos cada detalle, los matices de cada emoción, las sensaciones en nuestra piel, los pensamientos, las miradas y las vibraciones de quienes nos rodean. Todo eso lo capturo en mi memoria para poder revivirlo cuando lo necesite, como un refugio personal. A esas pequeñas cápsulas mágicas yo las llamo "Guardatiempos".