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Programa del 25/03/2023 Nota a Gustavo Di Marinis
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Programa del 25/03/2023 Nota a Gustavo Di Marinis
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Programa del 25/03/2023 Nota a Gustavo Di Marinis
The speaker discusses their involvement in the fight for justice for the victims of the dictatorship in Mendoza, Argentina. They talk about the organization they belong to and their efforts to bring the perpetrators to trial. They also mention their personal experience of having a sister who disappeared during that time. They emphasize the importance of seeking justice and reparations rather than revenge. The speaker also mentions the recent commemoration of the Day of Remembrance and the large turnout of people showing their support. They share a personal anecdote about their encounter with a member of the dictatorship's surveillance and their experience of having classmates who were also involved in the regime. Vamos a seguir un poquito con el programa. La verdad que al principio del programa él me hizo hacer una introducción con respecto a lo que se conmemoró ayer en la provincia de Mendoza. Y bueno, queríamos de alguna manera dejar esto para el espacio final, para hacer todas las reflexiones y aprovechar el último invitado que tenemos, Gustavito Di Marini. ¿Cómo estás hermano? Un gusto tenerte acá. Hola Alfredo, hola compañeros. Un placer estar aquí en esta radio. Bueno, un poco la idea era invitarte Gustavo, vaya independientemente a tu trayectoria, no hace falta mucha presentación en los medios, pero para la gente que por ahí escucha y no te conoce, que vos más o menos ves una idea de cuál ha sido tu participación activa en lo que fue la lucha para llevar a juicio a algunos de los genocidas, junto con todo ese grupo, tu familia, en fin, son una parte representante de una historia trágica, negra, que gracias a Dios, gente como el espacio y la lucha que ustedes han llevado adelante sigue manteniendo viva esa memoria, esa permanente, lo decíamos al principio del programa, reivindicación a toda una generación que los energúmenos hicieron desaparecer, una generación, como digo yo, nos perdimos de tal vez excelentes presidentes de la nación, que nos hizo retroceder históricamente como país, pero fundamentalmente como seres humanos, así que bueno, un poco la idea era tratar de escucharte, que des tu palabra autorizada, como digo yo, contando más o menos cómo es la experiencia vivida, nos hablábamos recién fuera del aire con Claudio, de qué es lo que pasó en el proceso militar acá en Mendoza y cómo se fueron dando las cosas acá para haber llegado a esta realidad. En principio muchas gracias por esta presentación, yo les cuento, yo integro la agrupación familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas y además estoy en un grupo que se llama colectivo Juicios Mendoza, en el que hacemos la cobertura de todos los juicios de derecha humanidad que se están haciendo en la provincia, ya comenzó uno justamente esta semana en San Rafael, el duodécimo, y en poco tiempo más tendremos el décimo tercero, y a la vez creemos que en un mes y medio más habrá sentencia de un juicio que se está desarrollando actualmente. Respecto concretamente de lo que fue la dictadura en Mendoza, les cuento así rápidamente que Mendoza formaba parte de la zona Córdoba, Córdoba era donde se organizaba todo y Mendoza era una subzona, ahí el principal responsable era Luciano Benjamín Menéndez, quien se murió con 15 o 16 condenas a prisión perpetua, y bueno y acá funcionaba, estaban organizadas todas las fuerzas armadas, las del ejército, incluyendo fuerzas aéreas, y la policía subordinada al ejército. Yo concretamente en mi caso, tengo una hermana desaparecida que fue secuestrada el 3 de junio de 1976, de la cual no supimos nunca más nada, y a partir de allí comenzó toda una lucha, un peregrinaje que encabezaron primero las madres, que fueron las que golpearon puertas de comisarías, de seccionales, de las iglesias, de dependencias del ejército y de la justicia, con una paciencia enorme y siempre transmitiéndonos a los que estábamos detrás la enseñanza de no tener rencor, de no querer actuar o de hacer venganza por mano propia, sin resentimientos, por eso es que hemos luchado tanto, porque se desarrollan los juicios en los que los genocidas tienen la oportunidad de defenderse y tienen todas las garantías de la ley, e incluso ahora que ya están grandes, que ya están viejos, tienen el derecho de estar en prisión domiciliaria si la salud no les permite estar en un penal. Así que bueno, en esa lucha estamos siempre... La idea es la justicia, la realidad. La idea es la justicia, la reparación. No la venganza, la justicia y la reparación. Los juicios son reparadores, como fue reparadora ayer la concentración por el Día de la Memoria, la verdad es que tantísima gente... Sí, como diez mil compañeros habían más o menos. Más o menos diez mil. Impresionante, impresionante. Ha sido una de las más grandes que yo recuerdo. Nos acompañaron mucho y nosotros teníamos alguna duda porque había mucho malestar por la situación económica, que es real, que no lo vamos a negar, pero nos acompañaron mucho, mucho, mucho, así que... Muchos sectores políticos. Muchos sectores políticos, principalmente del peronismo, claramente, pero también estaban otros movimientos. Y fue bueno porque el Día de la Memoria ya dejó de ser un día de dolor para nosotros. Eso fue al principio, cuando en los primeros años marchábamos cincuenta, cien, ciento cincuenta como mucho y hoy nos acompañan todos. Entonces es un día de reencuentro, también de reencuentro con los compañeros y las compañeras que no están, porque nos sentimos acompañados y de traerlos, de que no sean tan desaparecidos, de dar un rostro en la mano de un compañero o compañera desaparecida es traerlo, es visibilizarlo, es que lo vean. Te hago una pregunta. El último hijo recuperado es mendocino, digamos. ¿Lo tenía una familia mendocina o algo así, puede ser? ¿Que nos cuentes eso? El nieto, el nieto recuperado. El nieto recuperado, perdón. Es el penúltimo, el nieto 131, después hubo uno más, el 132. El nieto 131 es hijo de un matrimonio mendocino, de Oriundo de San Carlos. Y, bueno, acá en Mendoza ya la familia se ha contactado con los organismos de derechos humanos, han participado de los actos. En matrimonio este de Oriundo de San Carlos, los dos eran estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo, donde se plantaron árboles para homenajearlos y acompañados por los familiares que estaban muy conmovidos porque han comenzado a encontrarse con una historia en la que han visto fotos de las que no tenían registro, así que muy emotivo eso. Diga, yo Gustavo, no sé, yo me atrevería a pedirte por la amistad y por la confianza que tenemos, de alguna manera tu historia personal, digamos, tu experiencia personal, digamos, cómo se vivió. Digo esto porque planteando, yo muchas veces hablo con mi hijo, que tiene más chicos, 19 años, y también tengo otros más grandes, que es lo que cuando uno le habla de la memoria, de qué memoria le puedo hablar si no tenían vida en ese momento cuando pasaba todo esto. Y de alguna manera los que tratamos de llevar la llama encendida a estas cosas, nos nutrimos de experiencias, de cosas vividas, cada uno. Yo viví la mía en particular, la comenté al principio del programa, cada uno tuvo una experiencia determinada. Yo era un adolescente cuando pasó toda esta situación y viví en carne propia, desaparecían, chupaban, como decían en la jerga, compañeros de la secundaria, que después no sabíamos dónde estábamos y no eran mayores siquiera, éramos todavía jóvenes, que nunca supimos, nunca volvieron al colegio y era un secreto a voces de qué es lo que pasaba. Pero bueno, nunca viví más allá de esas situaciones y algunas otras, por la misma militancia, uno que llevaba desde la cuna. Tu experiencia personal, si querés volcar acá alguna anécdota triste a lo mejor, para recordarla a la Lila, que yo después voy a decir unas palabritas con respecto a eso, pero quería escucharla. Sí, sí, yo lo puedo contar sin ningún problema. Quizá al principio costaba mucho contarlo, pero ahora no, ya no, ya no está de contrasumido, así que por ahí a mí no me gusta mucho hablar de lo personal porque es todo un movimiento colectivo, pero también lo personal sirve para que se entienda lo que pasó. Yo les cuento brevemente. Tenía 15 años cuando se llevaron a mi hermana, que vivíamos nosotros en Catamarca y Montecaseros, es el edificio que le dicen de los maestros, en un cuarto piso. Hasta allí llegó una patota de entre 6 y 8 personas con pasamontañas, caracubiertas claramente, borseguíes armados con... ¿Todo verde? Tenían pulveres verdes, eso pareció a lo de la Fuerza Aérea. Y bueno, armados con armas cortas y largas, ingresaron a mi casa empujando a mis viejos, los dos ya estaban jubilados, y fueron habitación por habitación. En una estaba yo durmiendo y me despertaron e inmediatamente empezaron a revisar lo que yo tenía ahí, mis pertenencias, mis pertenencias eran los libros de la escuela, que algunos los rompieron y otros les gustaron y se los llevaron, porque repiñaban también en los... Sí, se los robaban todos. Sí, sí, sí, los que podían se los llevaban. Les llamó la atención una mochila que yo tenía y me preguntaron de quién era, yo en ese momento me incorporé para mirar la mochila y ahí recibí un culatazo. Y no miré, pendejo de mierda, me taparon la cabeza con la funda de la almohada, me ataron manos y pies, igual que a mis viejos, mientras se llevaban a mi hermana yo sentía como la iban golpeando y la iban insultando. Y ahí en ese momento es cuando mi vieja se transforma en una guerrera, porque no sabemos cómo logró desatarse y pudo observar por la ventana cómo se la llevaban. Y a partir de ahí empieza la historia que han vivido todos los familiares, que empiezan a denunciar, a caminar, a buscar, y ahí se encuentran todas las familias, se forma Madre de Plaza de Mayo, se forma la agrupación Familiares, después con el tiempo se forman Hijos, así que... Y mira, hablando de anécdotas, hay una que sirve para describir cómo actuaba la dictadura. Yo en ese momento tenía 15 años, y trabajaba de cadete en una casa de comercio, en la Casa de los Cubiertos, que ya algunos se acuerdan. Bueno, yo tenía un tipo que estaba en la esquina, que me ayudaba a girar a mí. Estaba parado todo el tiempo ahí, y al tercer día que estuvo ahí, yo estaba barriendo la vereda, y fui y le pegué unos escobazos, y le dije, decidme dónde está mi hermana, bueno, lo insulté y todo. Y después, mira cómo era la vigilancia. Yo iba al Nacional de Guaymallén, al tercer año, y tenía compañeros grandes, porque era un colegio expertino nocturno, entonces la mayoría trabajaba. Había dos compañeros que eran de los servicios. Uno de ellos estaba haciendo por segunda vez la secundaria. Caso único en el mundo, ¿no? Se imaginan un tipo haciendo por segunda vez la secundaria. Lo habían mandado ahí a vigilantear. Y me vigilaba a mí. Yo, eso, tuve la oportunidad de denunciarlo en la justicia, y a este muchacho lo llamaron a declarar, Ricardo Daniel Rebora, y él en su testimonio reconoció que estaba haciendo por segunda vez la secundaria porque estaba dando un servicio a la policía. Era oficial de policía. Era bastante burro, porque... Evidentemente era así. Era bastante burro, a pesar de haber hecho dos veces la secundaria, no probaba poca química. Mirá las cosas que buscaban para poder... Pero el tipo me vigilaba a mí, y en la declaración que hizo, cuando lo llamaron de la justicia federal, dijo que él lo que hacía era cuidarme, porque como yo era más chiquito, entonces que él me consolaba. Bueno, tremendo. No, no, totalmente. Eso hacían. Vigilaban a todas las familias. Mis hermanos se tuvieron que ir del país. Mi hermana, que es una conocida pianista, se tuvo que ir, la echaron de la universidad. Mi hermano, que hoy es escritor y docente en Canadá, también se tuvo que ir. Fue muy tremendo. A todas las familias perseguían. Perseguían, vigilaban. Sí, se quedaron con cosas de las familias, se robaban las cosas. Y no era que se llevaban a quienes estaban en la lucha armada. Sí, se llevaban. Pero se llevaban a médicos, abogados, delegados gremiales. Sí, esa generación. Lo decía el Alfredo al principio del programa. No se llevaban a cualquiera. No, no, profesionales, amigos, porque figuraban en una lista. Hubo una cosa bien digitada, bien apuntada. No era una cosa al azar, simplemente. Por supuesto que el efecto colateral afectó a mucha gente, por eso no hay que quitarle el mérito a otros desaparecidos que a lo mejor no tenían ni participación política. Pero en su gran mayoría el objetivo principal era tratar de erradicar una cuestión ideológica. Y sobre todo con mucho contenido político y mucho intelectual político, que eso es lo que los retrasó tantos años. Mucho intelectual y cualquier militante, esencialmente izquierda y peronista, que era candidato a... Bueno, vos fijate esto que lo charlamos también al principio del programa. Todos aquellos que de alguna forma fueron obligados a irse del país o tuvieron que irse, escondidos algunos, en su gran mayoría fueron, hoy que cuando volvieron a la democracia y regresaron acá, fueron personas totalmente destacadas por su intelecto, por su profesión, por lo que fuese. Vos imaginate todos esos que lograron salvarse, emulados con lo que no lo lograron. O sea, lo que hubiera sido esta sociedad, que distinta. Bueno, ya estamos llegando sobre el final. Yo, mira, quería hacer una sola mención sobre la hermana de Gustavo, Lila de Marina y nosotros. Bueno, ustedes saben que yo soy dirigente del club argentino y, bueno, Gustavo es fanático del club. Y hay una razón también, lo cierto, que tiene que ver con la familia de Gustavo. Lila fue jugadora de básquet. No sé si últimamente ustedes han pasado por el club argentino. Ya no es tan como antes, lo cierto. Antes eran unas baldosas rojas que habían ahí. Ahora se ha transformado en una hermosa pista azul, hermosa. Una vida social importante. No, actualmente. Pero la tenía en ese momento, ¿no? Y yo quería rescatar a Fernando Montaña. En el 2021 publicó... Hicimos una ceremonia ahí, en la cual él participó en plantar memoria, que era que plantábamos un árbol como una cuestión conmemorativa. Y Fernando Montaña, otro gran escritor, poeta, periodista también. Cantautor. Cantautor, sí, le gusta cantar. Estaba Fernando, que lo quiero muchísimo. Bueno, gran compañero y amigo de Gustavo. Hizo unas palabras para Lila. Y yo quería decirlas al aire. No sé si ustedes me lo permiten, muchachos. Totalmente, está permitido. Lila en nuestros corazones, dice. Jubilosa en el verballón de la baldosa, que hoy rebosa de azul profundo, Lila en cada salto hacía las circunferencias del tablero de básquet. Lila y sus hermanas y hermanos, el puño erguido en la tribuna al viceleste, diseñó con campos de libertad, con correr en la hierba, y que sus hijos y nietos corrieran la misma suerte de un país justo, con más derechos. Hoy, Lila, seguimos tu sueño. Correr por un campo sembrado de lilas libres. Lila del jardín ausente, arrancada por las bestias. Sin embargo, no impidieron que tu aroma perfume cada rincón de tu barrio, cada sitio de tu amado club. Aquí, en cada niña y niño, hay cientos de lilas de corazones solidarios, de sonrisas cristalinas como la tuya. Hay sentido de pertenencia por este trético argentino, en lo que aprendiste a caminar y al que amaste con devoción. Al que llegaste por primera vez de mano del Armando y el Isabel, y alentaste al Hugo y al Gustavo. Feliz estaría de saber que el Lisandro y el Laureano, también celebran esta causa académica. Lila, este noble algarrobo es para hoy ahorrar tu memoria. Algún día, seremos bosques de alegría. Alba y cielo de esperanza. Salud, Lilia Beatriz. Orgullo académico. Fernando Montaña. Muy bien. Un aplauso. Bueno, eh... Claudio. Claudio, ¿qué te pasó? Sí, me quedé, viste, me pegó fuerte, me pegó fuerte. Impresionante. Sobre todo teniendo... No, no, agradecerle a Daniel, que haya venido. Gustavo. Gustavo, perdón. Que haya venido y que podamos haber tenido esta charla. Quería preguntarle una cuestión. Él nombró a Menéndez, pero también estaba Macera manejando algunas cuestiones en la provincia de Mendoza, como por ejemplo, el quedarse con un loteo que es el Wilry en Chacras de Coria, ¿te acordás? Sí. Parte de la historia mendozina. Se robó terreno. Se robó todo. Caballos de carrera. Dejó un desastre ahí con eso. Que se pudo lograr recuperar a partir de alguna gestión que hizo Anabel Fernández Agasti junto con los organismos de Derecho Humano, digo, me gustaría que por ahí, así, muy brevemente, pueda tocar ese tema. Porque han hecho barbaridades, digo, los militares en la provincia. Sí, sí. En este caso... Y en el país, por supuesto. Se quedaron con unos terrenos en Chacras de Coria. Venían secuestrados a los propietarios, que era Conrado Gómez, Pincolini, no me acuerdo el nombre, y los obligaron a firmar transferencias. Por supuesto lo hicieron bajo tortura. Bueno, eso se logró recuperar. Hay una casona que se está trabajando para que sea sitio de memoria. Porque además seguimos encontrando, pasan los años y seguimos encontrando con que hubo lugares que fueron centros clandestinos de detención, de detención y de exterminio. Así que... La casona que está en Sobrecari Italia, decimos, ahí en Chacras. En Sobrecari Italia, en Chacras de Coria. Sí, sí, sí. Bueno, y la familia, la familia siempre ha luchado por recuperar esto, así que es un trabajo constante de la justicia y de los organismos de derechos humanos. Digo, por ahí, porque estas cosas que por ahí se dicen, se hace una, se dio adelante alguna acción, alguna cuestión con respecto a recuperar las cosas que fueron de muchas personas, muchos habitantes de la provincia. Y después, al callarse, hay habitantes de esos barrios que ni saben cuál es la historia real de esos lugares, ¿entendés? Digo, me parece que hay que ser más... hay que estar, hay que decirle, hay que contarle, hay que ir y ver a esos vecinos para que sepan, ¿viste?, cómo es esto. Claro, de hecho, le cambiaron el nombre... Porque esto no fue una guerra, digo, ¿eh? Digo, para que quede claro, digamos. No, no, de ninguna manera fue una guerra. Mirá, y al respecto, si me permiten una reflexión final, están, joden permanentemente, hay una concejal de Guaymallén que salió a decir que no fueron 30.000. Sí, la he negacionido. Primero, primero, si fueron 30.000 u 8.000... Es lo mismo. Eso no le quita responsabilidad a la genocida por haber secuestrado, torturado, violado, matado y desaparecido a las personas. Incluyendo a niños. Más el robo de bienes. Segundo, fíjense, hay un artículo que publicó el diario La Nación, miren quién, el diario La Nación, que no es precisamente afín a los derechos humanos, que publicó Hugo Alcolada Mon en 2006, un investigador que siempre tira para el otro lado... Sí, sí, sí. Bueno... Que con mentiras quiere debate de cualquier lado. Tal cual. Bueno, él publicó una investigación que hizo una universidad de Estados Unidos, una universidad de Georgetown, que desclasificó informes del ejército, en los que, eso se puede googlear, cualquiera lo puede encontrar. Bueno, a 1978 el ejército argentino reconocía 22.000 crímenes, 22.000 desaparecidos. Listo, no se discute más. Claro, no hay discusión, no hay discusión. Se agarran del Nunca Más, porque en el Nunca Más las denuncias fueron cerca de 9.000, pero en ese momento había mucha gente que no denunciaba, que tenía miedo, que hoy sigue teniendo miedo. Así que, pero con esa información publicada por La Nación, no publicada por el Página 12, ni publicada por algún medio afín a los derechos humanos, o peronistas, kirchneristas, no, la publicó La Nación. Gustavo, digamos, para ir ya sobre el cierre del programa, ¿qué opinión te merece la película de 1985 que, bueno, galardonada, por unas cuestiones, ya sabemos, porque ganó el Oscar, evidentemente, lo van a ir justamente los que apoyaban el plan Cóndor a premiar una película que ganaba justamente... Y luego lo contrario. Y luego lo contrario, porque lo juzgó. Pero digo, ¿qué opinión te merece? Independientemente de que pueda el contenido ser más pobre o más rico, ¿cómo está eso, de alguna manera, como herramienta, digamos, para que los chicos justamente, porque queremos alimentarles esa llama de la memoria que tenemos nosotros? ¿Cómo lo viste? Es excelente, es muy buen testimonio, es importante que lo pasen en las escuelas, porque si bien está ficcionado en algunos aspectos, refleja lo que realmente ocurrió. Así que está bueno que se pase eso. Después de eso vino lo otro, vino la obediencia de vida y el punto final, que fue Alfonsín, los indultos de Menem, y acá en Mendoza tuvimos los peores problemas porque había un juez, Vento, no sé si lo conocen. ¿Me suena? Suena, suena, sí. Vento, ya sé, con la mano... Sí, describía las causas y las mandaba a Córdoba, con la excusa de que la represión en Mendoza se organizaba en Córdoba. Eso retrasó más todavía. Pero nosotros íbamos todos los jueves ahí a tribunales, íbamos a hacer ruido, a cantar, y les molestaba hasta que finalmente tuvieron que ceder y empezar los juicios. No hemos hablado de la participación activa de tu mamá. Sí, era como la bandera idolatrada de todo eso. Decían, no empiezan los actos sino a ella. Bueno, ella iba todos los jueves ahí a los tribunales, junto con los demás, hay que decirlo. Una de las madres más reconocidas. Bueno, estamos llegando ya al final. ¿Tenía algunas palabras para terminar? ¿Algo que quieras decir? Principalmente que agradezco la oportunidad de expresarme en este espacio, y lo segundo es que, como decía la actriz y directora de teatro, en su momento nos robaron la vida y nos robaron la muerte también. Nos robaron la muerte porque no nos permitieron hacer el duelo, nunca van a decir dónde dejaron los cuerpos de los compañeros y las compañeras, pero no nos han vencido. Nunca nos van a vencer. Nunca nos van a vencer. Aunque ellos crean que nos han vencido, no. A pesar de los palos, a pesar de las bombas, a pesar de los fusilamientos, siguen trabajando en el diario, ¿no? Sí, sí, sigo trabajando en el diario. Bueno, espero que no hagan una nota de los programas. Pero cómo no, va a ser un gusto. Como si te gustó el programa y todo lo demás. Bueno, Gustavo. Salí el otro día en el Mentoso Alto Barrio, ¿lo viste? Lo vi, lo vi, sí, sí. Algo así, como para que la gente no me cubra. Gustavo, yo simplemente agradecerte. Baja tanto su perfil, porque uno parece que le quiere preguntar sobre lo personal y él pone el conjunto y eso habla de la persona que es Gustavo. Te humilda, te humilda. Te agradezco muchísimo que hayas venido a dar un aporte, un brillo a este segmento que le dejamos exclusivamente a esta triste parte de la historia de nuestro país. Así que te agradezco muchísimo. Muchísimas gracias a ustedes. Gracias a vos, Gustavo. Gracias, Gustavo. Tu vivencia personal. Muchas, pero muchas gracias. Bueno, gracias. Y le digo lo último cuando, si quieren saber la actualidad de los juicios de Mendoza, en la página Lesa Humanidad Mendoza, ahí pueden encontrar información actualizada. Ahí está. Bien. Lesa Humanidad Mendoza. Bien. Bueno, listo. Nos vamos. Nos vamos. Hasta el próximo sábado. Hasta el próximo sábado. Gracias. Chao, Patricia. Un placer. Gracias, Juan.