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Capitulo 1. El inicio de la aventura

Capitulo 1. El inicio de la aventura

La señora TALa señora TA

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00:00-17:20

En este capítulo se comparte la emoción de recibir la noticia de un diagnóstico de autismo en un niño.

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Summary: This podcast episode tells the story of a woman named Señora Thea who enjoys having everything in order and under control. She is constantly working to maintain order and control in her job and attends important meetings to discuss this. She is offered a new job opportunity where she can have even more control, but it adds to her stress. Eventually, she receives a treasure called I.O., which brings her happiness but also more stress in trying to keep it in order and under control. The story ends with the realization that I.O. has autism, causing Señora Thea to realize that not everything can be controlled or in order. Hola, bienvenido a este podcast llamado Las Aventuras de la Señora Thea. El día de hoy iniciamos con el primer capítulo que es El Inicio de la Aventura. Había una vez una señora que le gustaba tener todo en orden y todo bajo control y disfrutaba de las horas trabajando en un lugar donde todo estaba en orden y todo bajo control. Si algo resultaba fuera de orden o de control, la gente se reunía y hablaba sobre el tema, buscaban soluciones y formas para que eso no volviera a suceder. En ese lugar todos pensaban igual y tenían un lema, cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa. Pues bien, en esa sociedad vivía la amable Señora Thea. Sus días eran complicados. Tenía que despertarse muy temprano, arreglarse, preparar todas sus cosas para ir a trabajar donde tenía que ir de reunión en reunión, hablando con todos los demás sobre cómo mantener todo en orden y todo bajo control. Asistía a reuniones aún más importantes, reuniones telefónicas, reuniones a distancia, donde hablaban con otras personas muy importantes sobre cómo mantener todo en orden y todo bajo control. También esas personas importantes hacían preguntas importantes sobre los riesgos de que las cosas no continuaran así, que algo se saliera de orden o se saliera de control. Esto estresaba muchísimo a la Señora Thea. Por eso todo su turno se la pasaba trabajando en su computadora, haciendo planes y más planes para mantener las cosas todo en orden y todo bajo control. En ocasiones pasaba las noches sin dormir pensando y pensando cómo evitar que las cosas se salieran de orden o de control. Le angustiaba no saber qué pasaría al día siguiente, qué tal si al llegar al trabajo las cosas se habían salido de orden o de control, y qué tal si un día el turno nocturno se les había olvidado seguir todas las reglas y pasos para mantener todo en orden y todo bajo control. Así transcurrían días y noches. La Señora Thea siempre estaba ocupada. Cuando llegaba a descansar, hablaba con sus amigos de todas aquellas situaciones donde las cosas no habían resultado como se esperaba o que había problemas o que había errores. Comentaban sus anécdotas e incluso hacían bromas al respecto. Así todo el tiempo con su mente ocupada, hasta que le llegó una nueva oportunidad. Lo que tanto había deseado la Señora Thea por fin apareció. Tenía esa oportunidad de tomar un maravilloso puesto de trabajo donde podría controlar aún mejor que todo estuviera en orden y todo estuviera bajo control. Así que tomó esa oportunidad y pudo viajar a otros lugares, a reuniones aún más importantes con personas más importantes que hacían preguntas más importantes sobre cómo mantener todo en orden y todo bajo control. Muy contenta y satisfecha, inició esta nueva labor. Continuó trabajando, dedicada como siempre, hasta que un día recibió una noticia. Esta noticia la sorprendió y la llenó de felicidad. Ahora sabía que tenía que hacer muchos cambios para mantener todo en orden y todo bajo control porque se había hecho merecedora de un tesoro invaluable que próximamente llegaría a su casa. Sin embargo, se sentía tranquila puesto que tenía mucho tiempo para hacerlo. Así pasaron los meses, pero como seguía tan ocupada trabajando con ese nuevo proyecto, con tantas personas importantes, con tantos problemas importantes, con tantas situaciones importantes y con tantos riesgos de errores importantes, que tenía que resolverlo para mantener todo en orden y todo bajo control. Tanto así era su trabajo que dormía poco a pesar de estar a punto de recibir a un tesoro invaluable. La señora Thea pensaba que tenía que dedicarle horas y horas del día a ese trabajo tan maravilloso que tanto le gustaba, de modo que su tiempo para prepararse a recibir a su tesoro invaluable era cada vez más corto y más corto y más corto. Y eso la mantenía más estresada, más estresada y más estresada. Y los problemas del trabajo continuaban, continuaban y continuaban. Las cosas no estaban en orden y no estaban bajo control. Había que hacer cosas aquí y cosas allá. Había que reunirse aquí, reunirse allá, reunirse con los internos, reunirse con los externos, reunirse con los jefes, reunirse con los empleados, reunirse con los compañeros, reunirse con todos de la Junta General, además de la Junta Individual y de la Junta Personal, y aún más. Así pasaban las horas, los días, las semanas, los meses, hasta que ya no pudo esperar más y simplemente su tesoro invaluable llegó. Y llegó un poco antes de lo que le habían dicho que lo recibiría. Para colmo, la señora Teano había terminado de completar sus listas, así que no estaba en orden y no estaba bajo control. Se sintió un poco alarmada, desorientada, sin saber muy bien qué hacer, pero recibió su tesoro invaluable. La señora Tea era muy preparada. Había estudiado mucho para saber cómo comportarse, qué hacer y, sobre todo, cómo mantener todo en orden y todo bajo control. Pero para el regalo recibido, para ese tesoro invaluable, nadie le había preparado. Y por más que buscaba las instrucciones y preguntaba y buscaba el instructivo y el manual y los modos de falla, nada de eso estaba disponible. Tenía que averiguarlo todo. Había personas que le ayudaban. Tenía su familia y que les decía, cuídale aquí, cuídale allá, mira, acómodalo así, acómodala allá. Y personas que voluntariamente decidían ayudarla y cuidar a ese tesoro invaluable. La señora Tea sabía que su tesoro invaluable era tan especial que decidió nombrarlo. Decidió llamarlo I.O. Y de pronto, I.O. empezó a dar señales de su funcionamiento correcto. Fue entonces que la señora Tea se sintió relajada. Pensó que todo estaría bien, que todo estaría en orden y que todo estaría bajo control. Así, al pasar de los días, se iba sintiendo cada vez más aliviada. Iba sintiendo que todo iba quedando en su lugar. Porque recuerden, su lema que seguía fielmente, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Y así transcurrió un poco más de tiempo, haciendo los cambios necesarios para que su tesoro invaluable estuviera seguro y resguardado. Incluso había personas que se encargaban de asegurarse que así fuera. Finalmente llegó el día en que la señora Tea se sintió tranquila y pudo regresar a su rutina. Empezó a ir a trabajar, a resolver problemas, llevar juntas reportes, entregando información, haciendo llamadas, videoconferencias, tomando evidencias para enviar toda la información de modo que todos supieran que todo estaba en orden y todo bajo control. Al llegar a su casa, la señora Tea se llenaba de felicidad al poder ver a ese tesoro, su propio tesoro invaluable. Y entonces saludaba a IO y le preguntaba a las personas si se aseguraron que todo estuviera en orden y todo bajo control. Y así era. Continuaron los días y estos días parecían llenos de felicidad. Transcurrieron más días y semanas y meses, incluso pasó más de un año y todo parecía funcionar de la manera adecuada. Un tiempo después, algo se notó diferente. Algo alertó a la señora Tea. Notó que IO se alteraba de la nada. Un día la señora Tea percibió sutilmente un sonido extraño mientras se daba cuenta que IO estaba alterado. De acuerdo a lo que la señora Tea sabía, era necesario probar si había relación encendiendo y apagando ese sonido. Así lo hizo y se dio cuenta que sí había relación. La señora Tea sabía que había que ir más profundo y que había que probarlo con otros estímulos y así lo hizo. Probó con la luz, probó con las texturas, probó con los olores y continuó encontrando la relación. Ahora la señora Tea estaba segura que no sabía qué hacer y se estresó muchísimo. Y empezó a buscar respuestas y empezó a hablar con sus personas de confianza y dudaba si sólo era su imaginación o en realidad algo no estaba en orden o no estaba en control. Como no estaba muy segura de qué hacer, puesto que en las reuniones, en las listas de acciones, en los planes, en todo lo que conocía, nada daba una solución. Y como no había un manual ni un módulo de falla, pues nada de lo que conocía en el trabajo estaba disponible para esta situación. Ahora no sabía qué hacer, así que su única opción fue ir con un especialista. Al especialista le platicó lo que le sucedía al tesoro invaluable y el especialista tan sólo le respondió. Vamos a mandarlo con un especialista más especialista porque hay algo que no me gusta. Es muy extraño que a pesar que le hablo a Io, no me responde cuando los tesoros invaluables deben hacerlo. Así, con un nudo en el estómago, la señora Tea fue y buscó al especialista más especialista. Habló con él, el especialista observó a Io y le hizo un par de pruebas. Entonces dijo, es muy extraño que si le hablas a Io, no responde igual que todos los tesoros invaluables. Ahora le pido que vaya a un centro de especialistas especializados para que le hagan algunas pruebas a Io y encontremos por qué no está en orden o no está en control. Así, la señora Tea, un poco frustrada, fue al centro de especialistas especializados durante una semana completa, llevando a Io su tesoro invaluable, dejándolo en manos de otra persona y esperando por horas a que terminaran. Mientras esperaba ahí, la señora Tea pensaba cuáles podrían ser los modos de falla que debería poner en el reporte de Io. Tal vez la especialista especializada que está junto con Io sepa cuáles son estos modos de falla. Qué interesante sería conocerlos. ¿Será que hay tantos tesoros invaluables? ¿Y cuántos de ellos podrían estar pasando por la misma situación de Io? Ay, ¿por qué le había pasado esto si todo iba tan bien? Siempre procuró que todo estuviera en orden y que todo estuviera bajo control. ¿Por qué ahora las cosas resultaron diferentes, a pesar que con Io llevaba cuidado en todo detalle y el seguimiento tal como ella lo sabía? Después de toda la semana en espera en el centro de especialistas especializados, la principal especialista especializada finalmente habló con la señora Tea y le dijo, ¿De acuerdo con las pruebas, Io tiene autismo? Es entonces que la amable señora Tea se dio cuenta que nada estaba en orden y nada estaba bajo control. Y la señora Tea empezó a recibir un mar de información. Había tantas listas de cosas por hacer, pero había tantas contradicciones. Los especialistas del centro especializado decían que siguieras estos pasos, pero luego otros especialistas decían que siguieras otros tres pasos. Para colmo de males había otras personas que decían que no servía nada de eso, que es lo peor que podrías hacer y que mejor siguieras estos otros diez pasos, o estos otros cinco, o estos otros seis, o estos otros doscientos. Hay tantas cosas. ¿A quién escuchar? ¿Cuáles pasos seguir? Nada parecía en orden y nada parecía bajo control. Ahora se sentía la señora Tea tan pequeñita, navegando en una barca tan, tan pequeñita, entre un inmenso mar de información que va y viene y que forma olas tan grandes que no la dejan ver qué es lo que hay más allá. La señora Tea no sabe hasta dónde navegar. El cielo se tornó nublado y gris. No ve la luz, no ve un camino. Tan solo está ahí en medio de ese mar, de pie, en esa barca, con hilo en sus brazos. Justo aquí es donde empiezan las verdaderas aventuras de la señora Tea. Si tú eres familiar de una persona que sospechas que tiene autismo o que recientemente recibió un diagnóstico de autismo, toma en cuenta que hay muchas cosas por hacer, pero te sugiero empezar por buscar una red de apoyo. Busca otros padres o familiares que te puedan orientar y que te puedan escuchar. No estás solo o sola en este recorrido. Te envío un abrazo de corazón azul.

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