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"Pequeño Cerdo Capitalista" is a book by Sofía Macías that teaches you how to create a healthier financial life, save and invest to increase your income. The main causes of not being able to save are psychological and emotional, such as the belief that you can only save when you earn more money. Two strategies for saving are to not leave it for last and to have someone hold you accountable. Setting solid and specific goals is important for successful saving. Creating a balance of expenses and income helps determine your true savings capacity. It is also crucial to have an emergency fund and manage debt responsibly. Finally, investing is essential to make your money work for you and combat inflation. Pequeño Cerdo Capitalista es un libro escrito por Sofía Macías que te invita a crear una vida financiera más saludable, que te permita ahorrar e invertir para aumentar tus ingresos actuales, sin importar que seas demasiado joven o demasiado viejo. En este video te compartiré 6 lecciones del libro para ayudarte a mejorar tus finanzas personales. Lección número 1. Ahorros. Probablemente seas el tipo de persona que a fin de mes ha gastado más de lo que ha ganado. Incluso, después de que consigues aumentar tus ingresos por cualquier motivo, tampoco puedes ahorrar nada. La imposibilidad de ahorrar no es nada extraño, de hecho es muy común. Parece que es una tarea imposible de completar. Pero ¿cuáles son las causas de este problema? Según la autora, las causas son psicológicas y emocionales. Por ejemplo, te sientes entusiasmado por ganar tu propio dinero y crees que eres libre para gastarlo. Te convences de que solo puedes ahorrar cuando ganes más dinero. Elevas tu punto de referencia y en lugar de gastar $300 en un regalo, ahora gastas $1000. Esperas siempre los aumentos de salario para gastar más. Y percibes el ahorro como un sacrificio y no como una inversión en ti mismo. Muchos dirán, no tengo dinero para ahorrar. No se puede. Apenas me alcanza con lo que gano. Pero, ¿qué habría pasado si nunca te hubieran aumentado el sueldo? Simplemente no gastarías más. Esto explica por qué el nivel de ingresos tiene poco o nada que ver con ahorrar. Siempre culpamos a nuestro sueldo. ¿Pero de verdad, un aumento te permitirá hacerlo o solo es una excusa para posponerlo? Aquí tienes dos estrategias para implementar el ahorro. Estrategia número uno. No lo dejes para lo último. Una de las causas más comunes de fracaso en el intento por ahorrar es esperar a guardar el dinero hasta hacer todos nuestros gastos. Ahorrar lo que sobre es una mala estrategia por un pequeño detalle. Nunca sobra. Si en los pagos diarios sucede una emergencia o simplemente, todavía tengo dinero, merezco comprar esto o aquello. Además, como no tenemos una idea real de cuánto tendremos disponible al final, es imposible planear. La autora recomienda separar la cantidad que nos hemos propuesto ahorrar justo en el momento en que recibimos el dinero. Estrategia número dos. Quítamelo o lo gastaré. Si tienes este tipo de comportamiento, entonces firma un acuerdo con otra persona en el que estés obligado a ahorrar. Por ejemplo, dile a tu jefe que te ayude. Muchas empresas ofrecen la posibilidad de descontar parte de tu salario para depositarlo en una cuenta de ahorros. O también puedes tener un trato personal con tu jefe que una cierta cantidad se deposita en otra cuenta con un plazo determinado. Habla con tu banco para habilitar un débito automático que se deposita en otra cuenta o en un fondo de inversión. Lección número dos. Metas sólidas y específicas. Si quieres que tu plan de ahorro funcione, debes establecer un objetivo específico, una cantidad determinada, un plazo determinado y aclarar cómo lo vas a lograr y cómo lo vas a invertir. Puedes establecer metas financieras con una tabla como ésta. Al establecer una meta financiera, no escribas hacerme rico o volverme un millonario, sé específico. Escribe la cantidad acepta de deuda que deseas pagar. Escribe el precio de lo que deseas comprar o el dinero que deseas ahorrar para invertir. Establece tiempo corto, mediano y largo plazo con fechas y escribe la explicación de cómo lograrás tu meta financiera. Todo lo que escribas será un compromiso contigo mismo. Manténlas a la vista. Una vez que tengas tus metas definidas, sácale un par de copias y pégalas donde las puedas ver. Obviamente tus metas no están escritas en piedra, pero lo ideal es que si cambian es porque hay algo que te interesa más y no porque ya no quisiste hacer el esfuerzo. Lección número 3. ¿En qué se te va el dinero? En esta lección, la autora te anima a crear un balance de gastos e ingresos. Aunque esto pueda parecer tedioso o aburrido, un balance te ayudará a solucionar el desorden financiero si no tienes idea de cuál es tu verdadera capacidad de ahorro. Con un balance lo verás con claridad. Empecemos por los ingresos. Lo ideal es realizar un seguimiento de tus ingresos cada mes. Para los gastos, según la autora, puedes organizar tus gastos de dos formas distintas, según la prioridad o según gastos fijos y variables. Los gastos fijos son alquiler, servicios y transporte. Los gastos variables son comidas en restaurantes, entretenimiento, viajes, regalos, etc. Este tipo de registro se puede realizar mediante aplicaciones como Excel o aplicaciones móviles, o incluso, en una hoja de papel. Cuando termines de escribir todos tus gastos e ingresos, verás fácilmente lo que queda. Puedes interpretar tus resultados de esta forma para conocer tu situación actual. Ingresos superiores a gastos, con ahorro incluido. Bueno, ingresos iguales a gastos, debes ajustar ciertas cosas para poder generar tus recursos de emergencia y ahorro. Ingresos inferiores a tus gastos, debes actuar ahora para controlar la situación, ya que seguramente te estás endeudando o te estás gastando tus ahorros. Para saber cómo recortar los gastos, la autora propone escribir todos los gastos que realizas de acuerdo a la importancia que tienen para ti. La idea de esta técnica es que sea coherente con tus prioridades y lo más importante que debes incluir en el ahorro que te propusiste como la primera categoría, porque si realmente quieres ahorrar, tienes que empezar con pagarte a ti primero. Para empezar a recortar, puedes comenzar con eliminar las categorías que están al final de tu lista, pues consideraste que no son una prioridad para ti. Ten en cuenta que no se trata solo de escribir números como Dios te dé a entender. Para cada recorte, piensa cómo vas a modificar tus hábitos respecto a esa categoría para lograrlo. Y recuerda, si nos proponemos hacer cambios drásticos en nuestros gastos, lo más seguro es que al cabo de unas semanas lo mandemos todo a volar. Es mejor ir modificando nuestros hábitos poco a poco y alcanzar metas que nos mantengan motivados. Lección número 4, el fondo de emergencia. ¿Alguna vez puso el auto por algo menor que el deducible de tu seguro y no sabías ni de dónde sacar para pagarlo? ¿Te has quedado sin trabajo o simplemente lo que tienes ahorrado no te alcanza para ver si eso pasa? Si te hospitalizaran, ¿tendrías que pedir prestado? Si tuvieras que hacer un viaje no planeado por alguna urgencia familiar o de negocio, ¿tendrías con qué solventarlo? ¿Pensaste que alguna de estas hipotéticas y muy posibles situaciones, o te han ocurrido otras similares, te urge crear tu fondo de emergencias? El fondo de emergencia no es una alcancía donde puedas retirar dinero cuando quieras. Este es un dinero exclusivo para imprevisto. No se gasta o se toca para otros fines. Recuerda que un imprevisto no es un dinero que sabes que tienes que pagar en una fecha determinada. Eso no es una emergencia, más bien debería estar relacionada en tu presupuesto. Bueno, y te estarás preguntando, ¿cuánto debo tener para mi fondo de emergencia? Los asesores financieros recomiendan tener entre tres a seis meses de tu sueldo ahorrado para este fin. Yo personalmente recomendaría mínimo un año. Esto te dará tranquilidad para tomar mejores decisiones, ya sea para buscar un nuevo trabajo o no estar aterrorizado que te despida tu jefe. Lección número 5. Tu deuda no es culpa de tu banco. Hay gente que jura que el origen de todos sus problemas de crédito son los bancos, pero no se dan cuenta que durante el año se alimentaron el consumismo con unos irresponsables de la deuda. Hay que entender que el crédito bancario no es un aumento de sueldo ni un regalo, sino la posibilidad de tener más flexibilidad para pagar lo que estás comprando. Los expertos en finanzas personales recomiendan que tus deudas no superen el 30% de tu salario. Cruzar esa línea podría traducirse en ahogarse en un ciclo interminable de deuda e intereses. El crédito no es una trampa, es una buena herramienta si lo utilizas con planificación. Además, el uso inteligente y responsable del mismo te ayudará a mejorar tu historia de crédito. ¿Cómo elegir la mejor tarjeta de crédito? La autora recomienda tener en cuenta algunos factores, como la tasa de interés. Es el costo del crédito y es variable el banco y el tipo de tarjeta de crédito que te ofrezca comisiones. Algunos bancos te traen comisiones. Si tienes más de un producto financiado con ellos, debes echar un vistazo y evaluar todas las tarifas involucradas. Lección número 6. Inversiones. Aplicando las recomendaciones dadas hasta ahora, podrás sanar tus finanzas personales y aumentar tus ahorros. Y aunque ahorrar es un gran logro, la tarea está incompleta y se acostarás a mitad del camino. O peor aún, empezarás a perder dinero. Sí, perderás dinero. Ahorrar y sólo ahorrar es lo mismo que perder dinero progresivamente. ¿Cómo? Debido a la inflación. Todo el mundo ha escuchado esas historias de padres o abuelos sobre las cosas que podían comprar con muy poco dinero. Hoy, la misma cantidad de dinero compra muy poco. La inflación consume tus ahorros progresivamente. Lo ideal es hacer que tu dinero trabaje para ti, invirtiéndolo para que cada dólar pueda generar más dólares. Para comenzar a invertir, lo primero que debes hacer es pensar en tus objetivos financieros. Hay dos factores principales que más importan al hacer una meta. ¿Cuándo planeas usar el dinero para ese objetivo y cuánto puedes arriesgar de ese dinero? Por ejemplo, digamos que tienes $10,000 dólares y que vas a comprar un boleto de avión que cuesta $5,000 dólares. Quieres dejar $3,000 para emergencias y $2,000 no los utilizarás por lo menos en los próximos dos años. Puedes invertir en corto, mediano y largo plazo. Para los $3,000 necesitas un instrumento de liquidez diaria que da entre el 3% y el 5% de rendimiento anual, que no es mucho, pero es el costo de tener el dinero disponible para cualquier eventualidad. Para los $5,000 necesitas un banco seguro donde puedas disponer de seis meses sin que hayas ganado. Puede ser un depósito a término fijo que entre el 8% y el 10%. Esto dependerá mucho de las tasas vigentes en tu país. Como los $2,000 no los usarás en este momento, puedes invertirlos en la bolsa valores que pueden dar rendimientos más altos a los mencionados, pero igualmente tienen mayor riesgo asociado. Bueno, esto sería todo por este vídeo. Espero que te haya gustado. Si consideras que es una información útil, te invito a compartir con tus amigos y suscribirte para próximos vídeos. Y recuerda, si quieres conocer el valor del dinero, intenta pedirlo prestado. Muchas gracias por tu tiempo. Ten un buen día.