Rom 14 del 4 al 23 Sem 71 El Dilema de un Santulon Dom 14 Abril 2024

Olivo Verde is a community focused on the systematic and respectful study of the Word of God. In their study of the Book of Romans, week 71, they discuss the concept of each person having different beliefs and practices regarding what is right or wrong. The Apostle Paul emphasizes the importance of respecting and caring for others' beliefs, even if they differ from our own. He also highlights the idea that some people have different levels of maturity in their faith. Lastly, Paul encourages believers to consider the needs and preferences of others when making choices. The discussion includes examples of different beliefs about the sanctity of certain days, such as Sunday or Saturday. The main point is that believers should be fully convinced in their own minds about their choices and respect others' perspectives. Olivo Verde es una comunidad enfocada en el estudio sistemático y respetuoso de la Palabra de Dios. El contenido de su producción se basa en el trabajo verso a verso del texto bíblico. A partir del versículo 4, realmente a partir del versículo 5, en nuestro seguimiento versículo a versículo del Libro de Romanos, semana 71, Pablo nos hace una pregunta a todos. Es una pregunta muy interesante porque algunas veces esto del versículo 4 es exactamente ese concepto. Es exactamente que cada patrón, cada amo tiene a su sirviente en las condiciones que puede hacerlo. Esto es lo que está diciendo Pablo. Y así cerró la idea anterior con relación a lo que venía armando y haciéndonos entender que había que tener mucho cuidado a la hora de saber que era lo que estábamos comiendo, haciendo, porque algunas personas se habían vuelto muy radicales con el tema de la comida, con el tema de los días de fiesta, y entonces al entrar al versículo 5, hoy yo quisiera que sepan que le puse un título que se llama el dilema del santurón, así le puse, y voy a tratar de ser breve porque la intención es ver si logro terminar el capítulo 14 el día de hoy de aquí a las doce y media de esta tarde. Vean hermanos, el apóstol Pablo en el capítulo 14 está tratando de mostrarnos tres cosas. La primera cosa es que no todos, no todos van a poder ver las cosas con relación a lo que hacen bien o mal, o buenas o malas. Siempre pongo este ejemplo porque me ayuda a montones. Cuando fue la feria, una feria en Amsterdam, Holanda, hace muchos años, que la patrocinó el ya finado don Billy Graham, invitaron a más de cuatro mil pastores del mundo, yo no fui, fue mi pastor a esa reunión. Dice mi pastor, que fue en ese tiempo don Miguel, dice don Miguel que los hermanos pastores escoceses, que eran una delegación de más o menos cuarenta pastores, estaban indignados a la muerte, estaban horrorizados de ver a los pastores latinos tomando café. ¿Qué es eso? ¿Qué barbaridad? ¿Qué clase de cristianos? Y adivinen qué, en la noche, en la cena, después de comer, los pastores holandeses sacan una pipa, la encienden y se fuman un pipazo. Y adivinen qué, los pastores latinos estaban escandalizados de ver a los pastores fumando pipa. Esto es un problema, esto es un problema. Y les voy a decir algo, y doña Sonia Murillo sabe que no les estoy inventando nada, gracias a Dios por esta congregación. Porque realmente nosotros no estamos pensando en si ese peinado que tiene Tavo es el peinado, o sea. Sin embargo, Pablo quiere que todos tengamos una posición ante estas cosas, y seamos capaces, hermanos, seamos capaces de cuidar el corazón de las personas con las que compartimos. Y nos demos cuenta, la segunda cosa que Pablo nos enseña en estos versículos, es que algunas personas tienen una madurez procesada diferente, yo no quiero decirle son más maduros, porque así ni siquiera se dice, así no se dice, ¿verdad? Son más maduros que, no quiero decirlo así, quiero decir que algunos de nosotros tenemos una madurez procesada de una forma y otros procesada de otra. Lo tercero que Pablo quiere que nosotros entendamos, aquí es la parte que más cuesta, es que tenemos que aprender a deponer, a parar, a controlar lo que queremos hacer por causa de otra persona. Eso es lo importante de esta mañana y lo que de alguna forma usted y yo tenemos que aprender. En el versículo 5, del mismo modo, algunos piensan que un día es más sagrado que otro, mientras que otros creen que todos los días son iguales. Cada uno debería estar plenamente convencido de que el día que elija es aceptable. Entonces, no te quede una vez, se va a la yugular, se va a la yugular y dice esto, Lorena viene desde la juela, pero sólo se congrega el domingo, porque el domingo es el día del Señor. Pero Pablo, Pablo vino hoy porque tuvo una situación ayer, pero Pablo solamente viene los sábados y para él el día del Señor es el sábado. O sea, lo que la palabra nos está diciendo, de plano, no se agarren por eso, no se preocupen por eso, porque si para usted es sagrado el sábado, guarde el sábado. Si para usted es sagrado el domingo, guarde el domingo. Mi bronca con este texto es esto. Perdón, esto es lo que a mí me hierve la sangre, me hierve la sangre. O sea, dice la Biblia que los hijos de Dios ya hemos elegido que un día a la semana es intocable. Pablo, a partir del 4, entra derecho a que logremos entender, a que logremos entender que es el dilema del santulón. ¿Por qué? Verso 5. Dice, y aquí voy a hacer un paréntesis, ¿por qué? Porque, claro, es fundamental. Dice, del mismo modo, algunos piensan que un día es más sagrado que otro. Mientras que otros creen que todos los días son iguales. Cada uno debería estar plenamente convencido de que el día que elija es aceptable. Y esperan, con todo respeto, con todo respeto, aquí hay algo en este texto, amigos y amigas, que a mí me paró el pelo. Porque cuando usted ve, por ejemplo, un adventista del séptimo día, el adventista, si el jefe lo pone a trabajar, él le trabaja el domingo, le trabaja en la madrugada, le trabaja en la noche del domingo, le trabaja en la madrugada del domingo, le trabaja el día que sea, pero no va a trabajar el sábado. Prefieren ser despedidos. Lo cual dice uno, ¡ay, qué belleza!, ¿verdad?, ¡qué gente más comprometida!, ¿verdad?, que esta gente sí, ¡qué bárbaros!, ¿verdad?, ¡qué bien esta gente!, ¡qué gente más!, ¡qué bueno!, ¡qué bueno!, ¿verdad?, bueno, sí y no. Sí y no porque es que hay un problema, y el problema es que muchas personas, cuando usted no hace lo que ellos hacen, el que está mal es usted. Por ejemplo, Jesús resucitó el domingo, que es el primer día de la semana, en hebreo, no existen, en hebreo, no existen nombres de los días de la semana. El único nombre que existe en hebreo para los días de la semana es el del sábado, Shabbat. Entonces, ¿cómo se llama en Israel el lunes? Uno, eh, perdón, dos. ¿Y el martes? Tres. ¿Y el miércoles? Cuatro. ¿Cuarto día? Quinto día. Es una abominación ponerle nombres de dioses a los días de la semana. Para ellos jamás lo van a hacer. Jamás, ya está bien, está claro. Pero al hacer el cambio, al hacer el cambio que hace, que hace de alguna forma Constantino, y otro emperador que sucede a Constantino, que no es exactamente el que lo sucede, pero sí, a ver, Constantino declara que la gente tiene que empezar a creer en las mismas cosas que creen los cristianos. Pero, otro emperador, en el 380, ahorita me acuerdo del nombre, no recuerdo en este momento el nombre, otro emperador, declara que la religión del Estado es la religión católica, apostólica y romana. Desde ese día había gente en el pueblo que no sabían qué era, pero eran católicos, apostólicos y romanos. Y entonces se empezó a celebrar el día, la celebración se hacía los lunes, y aparte de eso, los cristianos no se podían reunir los días sábados, porque era la reunión de la sinagoga, entonces los cristianos tenían que reunirse el domingo. Entonces, uno de los argumentos de la iglesia adventista es que la gran ramera es la iglesia evangélica, por haber cambiado el domingo al sábado. Para que ustedes vean la clase de enredo que hay con el tema de qué días hay, pero yo no estoy aquí, ya lo voy a mencionar porque tengo que hacerlo, pero yo necesito que usted vea algo aquí que tiene que llamar la atención a todos. Del mismo modo, algunos piensan que un día es más intesagrado que otro, mientras que otros creen que todos los días son iguales. Cada uno debería estar plenamente convencido del día que el hija es aceptable, y perdónenme, esa palabra el hija nos tira todos de revistas al suelo. ¿Por qué? ¿Por qué? Porque la iglesia es el último lugar. Si así ese día a usted le llegan visitas, si ese día a usted le toca cualquier cosa, usted no va a dejarlas por la iglesia. Mentira, yo tampoco. Pero no nos engañemos. Ahí dice Pablo que sí, que hay una broca con la gente que está con el tema si es domingo o es sábado. Pero Pablo dice que hay gente que ya eligió que hay un día que le pertenece al Señor, y eso es lo que yo tengo bronca. Eso es con lo que yo quisiera que usted me capte esta noche, que el texto dice, bueno, ¿habrá uno más sagrado que otro? No. Si usted ora un domingo, ¿le va mejor que orar un sábado? No. Si usted ora a las dos de la mañana, ¿es mejor que orar a las diez de la mañana? Porque como nos gusta santulones, y nos gusta... Pero el tema del sacrificio, hay gente que ora a las dos de la mañana y le va muy bien. Y hay gente que ora a las diez de la mañana y le va tan bien como le fue el de las dos de la mañana. Pero ¿cuál es el problema? El problema es que algunos de nosotros no oramos ni a las dos, ni a las diez, ni a las once, ni a las cuatro, ni a las una. Sí, me voy a entender. Entonces, el texto está diciendo que hay uno más sagrado que otro. Está bien. Pero también que hay uno, que todos son iguales. Pero, por favor, señoras y señores, ¿para qué viene usted aquí si selectivamente u opcionalmente este fue el tiempo que a usted le quedó? Yo no estoy diciendo que sea todo el caso de todos nosotros. Pero yo sí quiero que usted entienda que la palabra nos hace entender que los hijos de Dios tienen claro sábado, domingo o viernes, pero hay un día que le pertenece al Señor. Y me dicen amén por las buenas con la paja en la mano. Gracias por leer. Estaba revisando el material del tema sobre el Día del Señor, porque hicimos un tema de dos semanas sobre el Día del Señor. Y es bien largo, es larguísimo. De hecho, voy a usar una partecita de eso porque sí, porque sí es clave mencionar el tema. Y que conste, Pablo no está hablando del Día del Señor, pero la palabra elegir, la palabra elegir tiene que causarle a usted y a mí alguna incomodidad. No puede hacer lo que usted quiera con el Día del Señor. Es el Día del Señor. Óigame, óigame. Es el Día del Señor. Y lo que el Señor quiere es que usted se congregue, que usted descanse. Y Él dice que si usted se congrega y usted descansa, Él lo va a bendecir. Es más, me siento así como casi, bueno, pues se lo voy a decir. Dice la Biblia que si usted le hace caso al Señor con el descanso lógico, racional que Él estableció, hasta su negocio le va a ser bueno. Y con razón estamos llenos de un montón de cosas, aparte de panzones, colesterol, y el montón de cosas que tenemos porque no hay descanso. Y lo peor es que somos multitasking. ¿Saben qué significa la palabra multitasking? Multitasking significa que estamos haciendo una cosa y con la mano una cosa, con la otra otra, y con la otra otra, y con la otra otra. Entonces sucede que conste, Pablo no está hablando del Día del Reposo. Pablo no está hablando de eso. Pablo le está diciendo, a ver, Adrián, ¿qué día quiere usted ir a la iglesia? El sábado. Descanse el sábado, Adrián. A ver, Stephen, ¿qué día quiere usted ir a la iglesia? El domingo. Descanse el domingo. Sí, pero eso no... Stephen, no seas necio, deja que don Adrián venga el sábado y se acabó el problema. No hagas problema. De eso está hablando Pablo. Pero cuando la palabra dice que nosotros hemos elegido un día y estamos en Romanos 14, y usted vino por primera vez en Romanos 2 y aparece en el 14, algo está pasando. No vi el amén. Vea, perdón que me meta con eso y si lo dejamos ahí no hay ningún problema. Mire, queremos ver grandes cosas teniendo el mínimo compromiso. Esperamos de Dios todo. Eso sí, yo le digo a Dios que toma de mí, porque estoy tan guapo, tan lindo, estoy tan carga, se imagina yo tan carga, tan guapo, en este momento metido en iglesia. ¡Qué desperdicio! Si usted toma algo de la vida que Dios a usted no le ha dado, Dios va a tener que tomar algo que ya le dio. Lo puse intencionalmente al ver a otros iguales que a mí, que yo, no creemos que debamos hacer mayor cosa porque se llama la ley de los mínimos. Si aquí está Daniela, si aquí está Adriana Tapia, si aquí está Vanessa, estamos a las mismas, somos de los mismos, mismos bichos, me voy a entender, somos de la misma gente. Eso sí, no somos sacerdotes, lectores de la palabra de Dios, pero sí tenemos una teología que dice por qué razón, porque la familia es primero, porque la casa es primero, porque aquí es primero, porque es primero aquí, primero allá. Una pregunta, ¿y cuándo usted va a poder servir a Dios si usted está tan ocupado y tan ocupada en las cosas? Ahora, repito, yo no estoy hablando de esto, estoy hablando de que Pablo dice que hay un día que pertenece al Señor y que está dando por sentado, que el pleito se da, en que unos escogieron sábado, otros escogieron domingo, y le pregunto a Olivo Verde, ¿y usted qué día escogió? Me encanta la Nueva Traducción Viviente, perdón, me parece una versión bastante sencilla, la Nueva Traducción Viviente, oígalo. Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Estoy leyendo el capítulo 20 del Libro de Éxodos. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos, a tus siervas, a tus animales, y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. Esto es un pleito porque hasta se pelean, pensaban si podían quebrar o no, quebrar un huevo, coger un huevo de una gallina, caminar no sé cuántos pasos, o sea, no nos vamos a meter en ese enredo, porque lo que el Señor está diciendo es que hay un día del cual usted no puede disponer. ¿Me escuchó? Aquí voy cayendo mal. Por lo menos tengamos la decencia de si vamos a disponer del día del Señor, ser capaces de decir, Señor, perdóname, porque Él está esperando que usted entienda que usted está aquí, no porque, porque Dios le va mejor siendo Dios si usted viene. Es porque usted y yo necesitamos de Dios. ¿Qué pasa cuando obedecemos? Mira, ahora te enseño decretos y ordenanzas tal como le encargó el Señor, Moisés hablando, mi Dios, para que los obedezcas en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. No puedes hacer nada si no tienes un orden. Eso es lo que está diciendo Moisés. Síguelos al pie de la letra y darás a conocer. Oigan la razón de por qué tenemos que ser obedientes. Ah, porque somos buenos evangélicos, bueno, verdad, somos buenos cristianos y bien buena gente y somos buena gente. No, no, no, no, no. Dice así. Y darás a conocer tu sabiduría y tu inteligencia a las naciones vecinas. Cuando esas naciones se enteren de todos estos decretos, exclamarán, qué sabio y prudente es el pueblo de esa gran nación. Dios quiere que nosotros entendamos que le obedecemos a Dios no por la tontera de que necesitamos hacer casos así, así, no digo nada, soy de palo, tengo orejas de pescado, no digo nada, no, no, no, no. Porque hay una lógica racional de un Dios inteligente que conoce nuestros cuerpos, que nos formó y sabe lo que nosotros necesitamos. ¿Qué le dijo Dios a Israel? Si ustedes trabajan la tierra seis años, el séptimo año yo los mantengo y adivinen qué hizo el pueblo de Israel. Nunca detuvo la producción ninguno de los años durante cuatrocientos años. ¿Y saben qué les dijo Dios? Bueno, debido a que ustedes no quisieron detenerse, la tierra necesita descansar. Los voy a sacar de aquí setenta y cinco años para que la tierra descanse. Esa es la razón del cautiverio de Israel. Ahora, es que, yo no quería meterme en este tema porque es un tema que tiene que se las trae. Pero, a ver, si Dios le está hablando al pueblo de Israel de la tierra y está preocupado por la tierra, ¿cuánto Dios cree que está preocupado por usted y por mí y por su cuerpo? Siete. Pues, ¿qué gran nación tiene un Dios que esté tan cerca de ellos de la manera que el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros cada vez que lo invocamos? Oigan que dice la Biblia que cuando nosotros obedecemos a Dios Dios está cerca de nosotros. ¡Wow! Está claro. Aquí viene la segunda afirmación de Pablo en el versículo siete y llega Pablo y dice, vean, Pablo está haciendo una generalización, damas y caballeros, está haciendo una generalización que ya de una sola vez nos dio por la cabeza. Pues no vivimos para nosotros mismos ni morimos para nosotros mismos. ¡Falso! Totalmente falso. Si lo que hacemos es vivir para nosotros y lo que estamos viviendo es ver cómo hacemos para... Todo yo, yo, yo, yo. Esto que Pablo está diciendo es la segunda afirmación que es delicada porque lo que Pablo está haciendo es asumiendo que nosotros no vivimos para nosotros mismos. Y eso no es cierto, hermanos. Somos terriblemente egoístas. Todos somos súper egoístas. Primero mis dientes y después mis parientes, decía mi mamá cada rato. Pero Pablo está partiendo del hecho de que usted entiende de que nosotros no vivimos para nosotros mismos ni morimos para nosotros mismos. Si vivimos es para honrar al Señor y si morimos es para honrar al Señor. Sea que vivamos o que muramos, pertenecemos al Señor. Y vea el principio. Hagámonos la pregunta, ¿para quién vivo yo? Y la gente dice, mis hijos, mire, por mis hijos yo, la carrera, mis hijos, el título, el cuerpo, bueno. ¡Qué difícil! Pablo nos quiere hacer entender cosas muy claves en este versículo 7 y el versículo 8 que nos dice, para empezar, el problema está en que la gran mayoría de nosotros no entendemos que los hijos de Dios tenemos que hacer el esfuerzo de no poner de prioridad nosotros porque no somos nosotros. Es Dios la prioridad. Pero tampoco se trata de un asunto de prioridad. ¿Por qué? Porque a usted le van a decir, cuando usted ponga a Dios en primer lugar, cuando usted ponga a Dios en primer lugar, las cosas cambian. Usted no puede poner a Dios en primer lugar. Dios dice que Él quiere estar en todo y en todo. Porque Él lo llena todo. Por lo tanto, Él nunca va a estar en primer lugar. Él va a estar en el primero, en el segundo, en el tercero, en el cuarto. Con Dios usted no puede decir, no, no, no, olvídese. Es palabra de Dios. ¿Qué quiere que le diga? ¿Qué dice? ¿Qué dice la filosofía? La filosofía dice, ponga a Dios de primero, de segundo, de tercero y Dios aquí. Pero cuando la vida se te pone cuesta arriba, entonces ahí sí. ¿Para qué? Entonces este versículo 7 y 8 es lo que introduce el siguiente tema y lo pone Pablo de una manera muy clara, poco fuerte, pero Pablo nos dice, bueno miren, ustedes, ustedes aprendan a respetar. Quien respeta, más o menos, es lo que estoy tratando que ustedes me entiendan. Quien respeta, le funciona. A ver, entiéndanlo así, vean, Dios, con el propósito de ser Señor de los vivos y los muertos. ¿Por qué entonces juzgamos a otro creyente? ¿Por qué menospreciamos a otro creyente? Recuerde que todos vamos a dar cuenta a Dios de las cosas que hacemos. Recuerda que todos estaremos delante del tribunal de Dios de alguna, de otra forma. Usted no puede ponerse a pensar que usted lo que va a hacer es arreglar la vida de una persona que se está comiendo un tuco de, un tuco de cerdo, se lo está comiendo con tortillas, y usted cuando lo ve, usted dice que se va a ir al infierno por comerse el tuco de cerdo y usted va y se toma una birra porque para ese pobre que se está comiendo el tuco de cerdo que se está muriendo de hambre, también usted no entiende que usted se está muriendo de septo y lo que se encontró fue una cerveza o usted se tomó una cerveza y se acabó. ¿Cuál es el problema? Algunos somos buenos para señalar a una persona y decirle a una persona que es, hace algo que a usted no le parece, pero usted, de cada diez palabras que dice, de ahí nueve, son una mentada madre y nueve habla feo, nueve habla grosero, hace un día, hace unos días, tuve la oportunidad de oír un papá hablando con el chiquito de cuatro años, si dicen que dije me quito, me voy a entender, a eso sí, un papá muy ordenado, un papá muy rígido, un papá muy aquí, muy allá, pero es una bestia para hablar con los hijos, perdón. Yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, yo no entiendo eso, 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