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Bueno y además los derechos humanos están cuando conviene, o sea, bueno, un ejemplo muy claro, para mí, ¿qué huevos del presidente ahorita el de Salvador? No, no, yo Bukele, no, yo Bukele. ¡Qué huevos de cabrón! No mames, sí, güey. ¡Qué huevos de cabrón! Ah, y el mundo apedreándolo. Dices, ¿derechos humanos? ¿Dónde estabas cuando vi una bola de hijos de su perra y puta madre, eh, aterrorizando a mis ciudadanos, güey? Violando, matando, secuestrando. Ahí no te metes, ¿verdad, cabrón? Porque pobrecitos, güey, son sus derechos. Ah, pero no sea que yo a los putos delincuentes, güey, los traigo a pan y verga, porque ahí si no, espérate, cabrón. Les acaba el pan. ¡Derechos humanos, güey! ¡Vete a la verga, ahora sí te metes, güey! Los chingones los huevos que tuvo para decirles, si se meten aquí, ¿qué les dijo? No sé, no sé, cabrón, no. No, era algo como, ¿qué le valía verga a los derechos humanos? Que él los iba a dejar sin comer y le valía madre. No me acuerdo qué, algo más les dijo, ¿se acuerdan qué les dijo? Y empezaron a hacer como revueltas fuera a los mismos grupos delictivos y por cada uno que le mataron afuera dejaban cinco pegadas. A los de adentro, ¿no? Sí.