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The speaker begins by discussing Psalm 19, which emphasizes the revelation of God through nature and the importance of worshiping the Creator. They then move on to Psalm 119, which highlights the revelation of God through His Word, the Bible. The qualities and functions of the Word of God are discussed, including its ability to convert the soul, make the simple wise, open one's eyes, and bring joy to the heart. The speaker shares a personal story to illustrate the impact of the Word of God on one's actions and decisions. They urge listeners to teach their children the Word of God to protect them from negative influences. The speaker concludes with an introduction to Psalm 20, a prayer for God's help and protection in times of conflict. They express excitement to analyze and discuss this Psalm further in the next session. Vamos a entrar en nuestra lectura bíblica para hoy. Ya hemos hecho un recorrido por todo el Salmo 19, hermoso Salmo. Es como una fuente de conocimiento. Y hoy, pues, damos inicio al Salmo 20. Pero permítame si es posible, ¿verdad?, hacer un... así como a manera de retroalimentación de este Salmo 119. Qué tanto, ¿verdad?, ha empatado nuestra vida. Alabado sea el nombre del Señor. En el Salmo 119, recuerde, pues, que en su primera parte nosotros encontramos esa primera revelación, la primera forma, primera manera de Dios revelarse al hombre que lo hace a través de la naturaleza. ¡Oh, bendito sea el nombre del Señor! Es la primera revelación de Dios al ser humano, la naturaleza. Recuerde que el Salmo comienza, los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Y así comienza la adoración al Dios Todopoderoso por su creación. Y qué bueno que los creyentes genuinos en el Señor no adoran lo creado. No adoramos el sol, no adoramos las estrellas, no adoramos la luna ni los ríos, sino que adoramos al Creador del Universo, a nuestro Padre Celestial. ¡Oh, gloria al nombre de Jesús! Así que, al mismo tiempo que muestra la naturaleza como la primera revelación, la primera forma de Dios revelarse al hombre, pues también nos insta y nos motiva a adorarle, adorarle por su creación, adorarle por su poder. Nos insta y nos motiva. Y su segunda parte, ¿verdad?, hermosísima también, en esta segunda parte el salmista, ¿verdad?, nos muestra la segunda forma de Dios revelarse al ser humano, segunda forma de Dios revelarse a la humanidad, que es a través de su santa y bendita Palabra. ¡Oh, gloria al nombre del Señor! Es una revelación de Dios. La Biblia es una revelación de Dios al hombre. Ella nos habla de Dios. Y en Humera, ¿verdad?, la segunda parte del Salmo, preciosísimas cualidades de la santa Palabra del Señor, como ya hemos estado recalcando, habla de esas cualidades tales como presenta a la Palabra de Dios como la ley de Jehová, la ley perfecta, también como fiel, la Palabra de Dios es fiel, es recta, es limpia, es verdadera, según el salmista, ¿verdad?, es deseable, bendito sea el nombre del Señor, es eterna. La misma Palabra dice que el cielo y la tierra pasarán, más la Palabra de Dios no pasará. Hay más de nueve características, más de nueve cualidades, así como es el fruto del Espíritu, ¿verdad?, nueve, pues así también encontramos en este Salmo, nueve cualidades que resaltan la Palabra del Señor. Y también en esa segunda parte, pues encontramos más de cinco, seis, siete funciones que hace la Palabra de Dios en el hombre. Una de las más impactantes, ¿verdad?, es que convierte el alma, así es, cuando dice que esa Palabra convierte el alma. Y es que el que lee la Palabra de Dios, el que estudia la Palabra de Dios, su alma es marcada, de tal manera que se le hace a veces difícil violar los preceptos bíblicos. Y recuerdo, ¿verdad?, en una ocasión cuando nos contaba un joven, una experiencia en su vida de drogadicción, ¿verdad?, en su vida de rumba, como dice el mundo, uno de esos grupos pues quería hacer que ese muchacho le quitara la vida a uno de sus compañeros, sí, que le cegara la vida a uno de sus compañeros. Y le dieron el arma para que disparara, y lo motivaron y lo motivaron para que él disparara contra aquel muchacho que le había hecho daño. Y él trató y dice, es que no puedo, es que yo no puedo. Pero que mira, que si no disparas te vamos a cegar la vida a ti. Es que yo no puedo disparar. Y cuando los demás muchachos se sentaron con él, sus compañeros de rumba, ¿verdad?, y le cuestionaron, ¿por qué tú no puedes disparar? Si esa es nuestra vida como drogadictos, como delincuentes, esa es nuestra vida. Y esa sentó y le dijo, perdónenme, pero permítanme explicarle. Cuando era chico, mi abuela me llevaba a la escuela bíblica. Y siempre la maestra de escuela bíblica nos leía la palabra y nos leía ese versículo del libro de Éxodo que dice, no matarás. Y eso ha quedado grabado en mi corazón. Y es como si atara mi mano para que yo no pueda disparar el gatillo y quitarle la vida a este muchacho. Y aquí se hace patente, ¿verdad?, esta expresión del Salmo 19 cuando dice que convierte el alma, convierte el alma. O sea, marca el alma para cosas positivas. Así que si quieres que tus hijos sean librados de la delincuencia, que tus hijos sean librados de tantas cosas nocivas que hay en la sociedad, instruya a tus hijos en la santa palabra del Señor. Otra verdad de las funciones, de las virtudes de la palabra de Dios en el ser humano es que hace sabio al sencillo. Aquel que lee la palabra de Dios con humildad y que le pide a Dios que le instruya a través de su palabra y que cuando va a leer la Biblia pide al Espíritu Santo que le ilumine, esa persona que entiende que necesita a Dios se hace sabio. Y ser sabio no es, no es lo menos importante porque ser sabio es saber actuar como es correcto, como es debido en cada momento y en cada circunstancia. También otra de las funciones, otro poder que ejerce la palabra de Dios en la vida del hombre es que abre sus ojos. Dice que abre sus ojos. Por ejemplo, dice la ley de Jehová es perfecta que convierte el alma, o sea, marca el alma. Hace que el alma niegue esas insinuaciones del mal sobre la vida, hace que se vayan en el nombre de Jesús. Dice el testimonio de Jehová es fiel que hace sabio al sencillo. Quiere ser sabio, quiere actuar con prudencia, entonces hace amante de la palabra del Señor. Dice sus mandamientos son rectos que alegran el corazón. Qué hermoso, ¿verdad? La palabra de Dios alegra el corazón. Te sientes triste, te sientes deprimido, cabizbajo, cansado, acude a la palabra del Señor, acude a la lectura de la Biblia. No es necesario acudir al alcohol, no es necesario acudir a las drogas, a la fornicación, al adulterio. Te sientes triste, deprimido, acércate a Dios a través de su palabra y la palabra de Dios alegra el corazón. Dice que es deseable. El que comienza a leer la palabra de Dios y se enamora de la palabra del Señor, siente cada vez más ganas de seguir leyendo y de seguir profundizando. Y la última parte, ¿verdad? Me gustó muchísimo porque esta, pues, muestra como resultado lo que produce la palabra de Dios en la vida del hombre. Cuando David termina de escribir todo esto, termina en oración, termina pidiendo misericordia al Dios Todopoderoso, y recuerda, ¿verdad? Cuando decía, ¿quién podrá entender sus propios errores? Líbrame, Señor, de los que me son oculto. Preserva también a tu siervo de la soberbia, que no se enseñore la soberbia de mí, porque tantas veces la palabra, Dios dice en su palabra que repudia la soberbia, que los soberbios no heredarán el reino de Dios, que Dios mira de lejos a los soberbios. Entonces, eso hace la palabra de Dios. En la palabra de Dios hay suficiencia. En la palabra del Señor está todo lo que necesitamos para poder tener un encuentro maravilloso con nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Entonces, la palabra de Dios produce ese deseo en el ser humano de intimidar con Dios, de estar en paz con Dios. Produce ese deseo de obedecer la palabra, y es que la palabra de Dios trae fe a los oyentes. Y la fe, pues, te hace sentir que necesitas un Salvador, que eres pecador y que necesitas un Salvador. La palabra de Dios te hace entender que no puedes vivir de espalda a Dios. Te hace entender que vivir de espalda a Dios trae consecuencias funestas, que vivir de espalda a Dios te hace reo del infierno. Todo eso te ayuda la palabra de Dios a entenderlo, de manera que te muestra el camino de la salvación. Así es. Y ya, ¿verdad?, entramos al Salmo 20. El Salmo 20 es una oración también. Es cuando se prepara el batallón para ir a la guerra. Y es muy inspirador. Voy a leer solo la primera parte del 20, y lo estaremos comentando en nuestra próxima entrega. El 20 dice así, Jehová te oiga en el día del conflicto. ¿A quién no le gusta que Dios lo escuche en el día del conflicto? Quienes no han tenido un momento difícil en la vida, un momento de guerra. Bendito sea el nombre del Señor. Jehová te oiga en el día del conflicto. El nombre del Dios de Jacob te defienda. Jehová te envía ayuda desde el santuario. Y desde Sion Jehová te sostenga. Jehová haga memoria de todas tus ofrendas. Y entiéndase que ofrenda no es solo una moneda que usted eche en el arca de la ofrenda, sino que cuando tú te conviertes, le ofrendas tu vida al Señor, le ofrendas tu corazón a Dios. Aleluya. Haga memoria de todas tus ofrendas y acepte tu holocausto. Jehová te dé conforme al deseo de tu corazón. Cumpla todo tu consejo. Nosotros nos alegraremos en tu salvación. Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios. Conceda, Jehová, todas tus peticiones. Es hermoso, ¿verdad? Muy alentador el Salmo 20. Vamos a entrar hoy en el análisis, pero ya sí que en nuestra próxima programación pues estaremos entrando en el análisis. Este Salmo, pues este capítulo es más breve, solo tiene nueve versos, nueve versos, y lo vamos a estar analizando en nuestra próxima entrega.