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In a deep forest, there was a cemetery cared for by a poor watchman named Alberto. He encountered a strange creature who warned him of a terrifying being in the forest. Scared, Alberto released the creature and called for help. He believed using his journal would document the paranormal events. Unbeknownst to him, he was communicating with a ghost who tricked him into becoming a vessel. The ghost thanked Alberto and ran to its house in the cemetery. A new grave appeared on the ground. En un bosque profundo, alejado de cualquier pueblo cercano, había un cementerio, cuidado por un pobre velador. Se llamaba Alberto del Pino, apodado Don Palabra, ya que siempre tenía una historia nueva que contar. ¡Ay, tengo hambre! Este lugar está muy lejos de cualquier lado, voy a tener que recurrir a la casa. Pero cualquier tipo de carne me caería bien. Después de caminar un rato en el bosque, se topó con una criatura extraña, y se acercó lento para no espantarlo. ¡Te tengo, criatura! Piedad, os pido piedad, sabio hombre, ya que si sabes que es conveniente, me dejarás marchar. Yo poseo una información que nadie más en todo el bosque estaría dispuesto a compartir. ¿A qué te refieres, bestia infernal? Asombra, mi buen señor, vive en el bosque, y va a venir por ti, acecharás en ese nombre. ¡Por favor, para! Se va a aprovechar de tu miedo a los punitas, y se va a alimentar del terror en tus ojos. Asustado, Don Palabra soltó a la criatura. ¡Me estoy volviendo loco! ¡Traigan ayuda! Usaré mi bitácora para solucionar y documentar cualquier suceso paranormal, ¡qué horror! Cuando oigan la grabación, sabrán qué pasó. Cambio y fuera. ¿De verdad crees que eso te va a salvar? Lo que necesitas es fuego para asustarlo, de otra manera, se cobrará con tu alma. Así que corre, y ponte en la entrada del cementerio. Cambio y fuera. ¿Qué? ¿De otra manera qué? Lo que él no sabía es que se comunicaba con un fantasma del más allá. Pequeño humano, ven a mis fauces, déjame saborear tu miedo, pequeño y frágil ser. ¡Madre mía, tenían razón! ¡Se toca! ¡Al fin un cuerpo! Hace mucho que no me sentía viva. Tú hiciste la parte difícil, amiga mía. Gracias a la pequeña alma, aunque es viejo, pronto necesitarás otro. Y corrió a su casa, en lo alto del cementerio. De una patada, con palabras, cayó al hoyo de la tumba. Detrás de la cruz, salió un fantasma, el mismo con el que habló hace unos pocos minutos. Alegres, los amigos caminaron al bosque y desaparecieron. ¿Vieron? Del suelo salió una nueva tumba abierta.