LA EDUCACION PARA LOS MESTIZOS

LA EDUCACIÓN PARA LOS MESTIZOS La legislación de India había considerado la necesidad de reglamentar la educación de los nuevos cristianos. Aún antes que éste iniciase en las conquistas en territorios continentales, las leyes castellanas, las ordenanzas municipales y las costumbres determinaban el tipo de instrucción que correspondía a los criollos y españoles de las Indias. Entre ambos grupos surgió muy pronto un nuevo elemento que compartían características de ambos, pero que era muy diferente por su condición social, los mestizos. Originalmente fruto de uniones ocasionales entre soldados y mujeres indias de los pueblos mestizos, el mestizaje se convirtió en complejo mezcla de diversas etnias. Hubo un porcentaje variado y el crisol de caracteres biológicos diversos en el que se fraguaba un nuevo y heterogéneo grupo social, el de las castas. La violencia y los impulsos primarios se dieron paso al ámbito de las relaciones sexuales irregulares entre conquistadores y el comendoro, amos, esclavos, mayordomos, haciendas o patronos de obrajes y las mujeres forzosamente sometidas a ellos por su posición social o laboral. Entre las masas populares el matrimonio no se consideraba imprescindible y las preocupaciones por la pobreza de la sangre eran inexistentes, de modo que los hijos naturales eran numerosos y el surtido de posibles mezclas casi inadoptables. El nombre de mestizo era un estigma que marcaba a cuantos no podían acreditar una limpieza ascendencia debidamente documentada. Antes de mediar el siglo XVI y aunque las leyes no los hubiesen mencionado todavía, los mestizos estaban presentes en la sociedad novispana y eran un testimonio vivo de la interpretancia de los padres y la debilidad e indefensación de los padres. Los franciscanos de la Ciudad de México, el calvildo del capital y el primer virrey, don Antonio Mendoza, compartieron la preocupación por los niños abandonados, rechazados por ambos protegedores y sostenidos por sus madres en situaciones de miseria e ignorancia. Asimismo, surge el Colegio de San Juan de Letá. Como remedio al problema social del vagabundeo y la medicidad, la erección de colegios para mestizos pretendió ser una realización humanitaria y cristiana a la vez que una medida de protección para la buena sociedad. Una fecha aproximada de esta iniciación fue entre el año de 1529 y 1547. Esta institución educativa fue controversial y la creación de esta obra fueron los franciscanos, no solo por la vocación de estos de resolver los problemas sociales vigentes, sino porque su funcionamiento era resolver problemas sociales y la utilización del régimen misional, que ofrece una constante proyección a futuro en obra de los educados. La enseñanza comprendía la doctrina cristiana, la lectura y la escritura, pero superando esto los alumnos se organizaban en dos clases, los que irían a los oficios, se les instruía en el que los fuese más educando, o sea, en el que mejor se iniciara cada uno, y el término de esos estudios del colegio procuraba su colocación en algún empleo, y los que irían a la universidad eran introducidos a la dramática y las otras artes.