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DOMINGO XXVIII  TO

DOMINGO XXVIII TO

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The main ideas from this information are: - The importance of acquiring wisdom and living a meaningful life. - Prioritizing God's wisdom over worldly wisdom. - The threat of a society that denies human nature and creates its own identity. - The role of Christians in living as examples and spreading the truth. - The importance of education, especially in shaping the conscience of young people. - The need for support and unity among Christians. - Greetings from the Franciscan brothers in Toledo. Palabra de vida hoy, domingo vigesimoctavo del tiempo ordinario, al pan, por la palabra. Las lecturas de este domingo nos hablan de cuán deseable es adquirir sabiduría, aprender a vivir para darle a las cosas el valor que le corresponden, siempre relativo, como medios para atender más fácilmente a un fin. Mientras ya se cabida en uno mismo, es aprender a ser persona, unos con otros y todos gracias a cada uno, destacando de entre todos a ese Uno con mayúsculas que es el Dios que nos entrega el saber vivir por excelencia, y que nos hace mediaciones para los demás de esa, su sabiduría. Un cristiano debe siempre priorizar la sabiduría de Dios frente a la del mundo, tomando aquella como criterio para discernir qué partes de la sabiduría humana son saludables y cuáles son un alarde de mundanidad deshumanizante. Decía Benedicto XVI que hoy, la mundanidad radical se revela como la auténtica visión dominante que roba cada vez más espacio para vivir. Hoy se niega a que el hombre como ser libre se encuentre vinculado de alguna manera a una naturaleza que determine el espacio de su libertad, que lo circunscriba dentro de las características de la realidad personal que le es dada, como lo circunscribe las circunstancias familiares, sociales, que le acogen desde que es concebido. Hoy el ser humano ya no tiene una naturaleza, sino que se hace a sí mismo. Cada individuo decide si es varón o mujer, comprendiéndose el ser humano como alguien que ya no proviene de las manos de un Dios creador, sino del laboratorio de las creaciones sociales. La abolición del Creador y la consecuente abolición de una identidad humana constante y universal se convierten así en la auténtica amenaza de hoy, sostenía Benedicto XVI. Esta es la gran tarea que se presenta a los cristianos, y podremos resolverla y llevarla a los demás sólo si el ejemplo de nuestra vida es más fuerte que el poder de las negaciones que nos rodean. Negar la identidad dada por Dios al ser humano los cancela a ambos, instaurando una falsa libertad que no es sino un libérrimo albedrío sin ninguna referencia objetiva, y, por tanto, a merced de los dictados ideológicos que se imponen como único pensamiento tolerable en el modelo social de quienes lo diseñan. La verdad del amor como clave para comprender el misterio de Dios, de la persona humana y del mundo, inspirándose en Juan Pablo II y Benedicto XVI, es la línea del acompañamiento que pide el Papa Francisco desde su magisterio, para que el hombre viva desde la asunción creciente y gozosa de la verdad sobre sí mismo, sobre los otros y sobre la entera creación. La diferencia entre el hombre y la mujer en una insoslayable igualdad de dignidad y derechos pertenece a la constitución originaria del ser humano como criatura de Dios. La negación actual de que la diferencia sexual forma parte del núcleo de lo humano procede de una forma de entender la libertad que nace con el materialismo de todo signo político y pretende un dominio despótico sobre la naturaleza, sobre la sociedad y sobre el propio cuerpo. La tentación para los cristianos hoy es adaptarse a la visión mundana de una verdad deformada y de un amor como mera emotividad subjetiva cambiante. Frente a esa tentación, el Evangelio de Jesucristo hoy nos sabe salvar a través de una comunión eclesial abierta y viva en la que se anime a la búsqueda de la verdad. Porque el amor salva al hombre cuando el amor se toma como inseparable de la verdad. Nos lo jugamos todo hoy en la educación de nuestros jóvenes y de nuestros pequeños, comenzando con esa pequeña criatura que es la conciencia cristiana de cada uno de nosotros. Ayudémonos unos a otros a aprender a ser personas según Dios y nunca seamos para los demás piedra de tropiezo o escándalo. Paz y bien os desean con afecto vuestros hermanos franciscanos desde Toledo.

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