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DOMINGO XIV  T.O

DOMINGO XIV T.O

VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS

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Palabra de vida hoy, domingo decimocuarto del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. Del libro de Zacarías, así dice el Señor, alégrate hija de Sion, canta hija de Jerusalén. Virá a tu Rey, que viene a ti justo y victorioso, modesto y cabalgante en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones, dominará de mar a mar, del gran río al confín de la tierra. Del Salmo responsabil, el Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad. El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles, que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis del Evangelio según San Mateo. Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso, porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera. Dice Shunzú en su libro El Arte de la Guerra. Conoce a tu enemigo y habrás ganado la mitad de la batalla. Conócete a ti mismo y habrás ganado la batalla completa. A pesar de comenzar hoy nuestra reflexión con una cita tan sumamente extraña dentro de una homilía, a medida que ésta se vaya desarrollando la cita quedará totalmente dentro de contexto. El descomunal poder del hoy mayor enemigo del ser humano se pone de beniciesto en signos como, por ejemplo, el avance enloquecido de una técnica sin el más mismo trazo de ética, una técnica científica que, como un renovado mito de Lícaro, no busca sino avanzar hacia la expresión más alta de su poder sin considerar las consecuencias de sus avances para el ser humano o la calificación oral que puede tener cada uno de esos avances. Embriones humanos sintéticos, creación de placenta artificial e incubadoras prenatales para embriones obtenidos in vitro, no son simples avances científicos sino conquistas de una ideología materialista tanto con tratos neomarxistas como ultraliberales, que busca dominar las fuentes de la vida y manejarlas a voluntad en aras de una igualación extrema entre varón y mujer, como entre las distintas orientaciones sexuales. Preparar el ejercicio de la sexualidad de la procreación para que todos los individuos tengan el mismo derecho a gozar del sexo como al de acceder a los hijos por igual, desvinculándolo uno del otro, es la meta que igualará una heterosexualidad castrada de su natural secundidad de una homosexualidad dotada a base de tecnología de lo que nunca podría alcanzar por sí mismo. Importante, no estamos hablando de personas hetero u homo, sino de las ideologías que manipulan a las dos. Muy cerca de este ejemplo encontramos todo lo relativo a la creación de más de 20 modelos de familia, al reconocimiento de deseos como necesidades convertidas en derechos a la hora de engendrar y gestar, de cualquier modo que el dinero pueda pagar, o de reconocer un artificioso y falaz derecho a la maternidad o la paternidad de cualquiera, en cualquier circunstancia, sin considerar que ese presunto derecho no es más que una capacidad del ser humano que comporte el compromiso de custodiar los derechos naturales y necesidades del mercituro se ha engendrado, y no de quienes lo han engendrado o encargado. De nuevo recomiendo la lectura de Un Mundo Feliz, de Aldous Huxley, que en 1932 tuvo la clarividencia de retratar y presentar a dónde conducía la naciente ideología de género, y cuya lectura hoy aporta tanta luz para saber interpretar hechos sociales aparentemente inconexos. La batalla contra este feroz enemigo se libra encarnizadamente en todo Occidente, la mayor parte del mundo, desde hace treinta o cuarenta años de forma evidente, tan evidente como resulta el poder económico y de difusión con que se reforma la confianza colectiva, y se consiguen avances legislativos que son una verdadera involución autodestructiva del ser humano. Ante esto, ¿qué hacemos nosotros, cristianos, que puede hacer la Iglesia para defender la identidad humana, según salió de las manos del Creador, una identidad llamada evolucionar, crecer y desarrollarse por caminos de naturaleza, y no de perder sus alardes de poder? El neomarcismo urde el conflicto como dialéctica para hacer avanzar sus huestes, mientras el ultraliberalismo corrompe las conciencias con el edulcorado veneno del bienestar material, desactivando así toda capacidad de resistencia y todo espíritu crítico. Algunos cristianos abogan por tomar esa misma dialéctica del conflicto como forma de lucha, sin reconocer que ese es el camino por donde transitan más cómodamente nuestros contrarios. Si bien ninguno de nosotros tiene una respuesta última y genial a esta situación tan compleja, recurramos, como siempre han hecho los creyentes, a la revelación de Dios, para encontrar el modo que nos señala Él para integrarnos en las filas de Su ejército desarmado y así ganar la guerra, aunque perdamos muchas batallas. Releamos la palabra de Dios de este domingo, y meditemos qué puede hacer cada uno por conocer suficientemente al enemigo y sus planes, pero conociendo más y mejor quiénes somos nosotros y al lado de quién hemos de librar la lucha. Con afanes de formarnos en la oración, el estudio y la vida de comunidad, vuestros hermanos franciscanos tan necesitados de vosotros, os saludamos y os abrazamos con la paz y el bien. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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