Details
COEMNTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Details
COEMNTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Comment
COEMNTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
The speaker reflects on the start of Advent, a time of Christian hope. In a world filled with bad news and negativity, they emphasize the need to find hope and positivity in small signs of progress, in personal actions, and in turning towards Christ. They mention biblical passages that speak of God's faithfulness and the need to build peace and reconciliation. They encourage listeners to let go of worldly weapons and embrace the "weapons of light" to change their lives and the world around them. The speaker ends by wishing peace and well-being in this precious time of Advent. Palabra de vida hoy, primer domingo de adviento, al pan por la palabra. Comienza el adviento, el tiempo de la esperanza cristiana, en un tiempo en el que por tantas malas noticias y pésimos augurios, ponemos nuestra expectación en cualquier signo de avance diplomático ante las guerras, o algún indicador social o económico que nos ofrezca una esperanza frente a la creciente crisis política nacional, o miramos la tele y nos enredamos con las redes sociales para que nos distraigan y nos saquen de un bucle de negatividad que nos encierra cada vez más en el escepticismo. A veces, buscar narcotizar la conciencia sin que nunca sea bueno ni deseable es cuando menos comprensible. Si no tenemos otro punto donde mirar que estos, ¿aún habrá lugar para la esperanza de que esto cambie para mejor? No necesitamos volver a tomarnos de la mano para volver a mirar hacia lo alto y tender hacia Cristo. No tendremos que volver a levantar la cabeza para mirar más allá de la prensa y de las redes y cambiar las cosas desde más cerca, desde nuestra vida diaria. Del profeta Isaías Tu Señor eres nuestro Padre, Tu nombre de siempre es nuestro Redentor. Señor, ¿por qué nos extravías de Tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temas? Vuélvete por amor a Tus siervos y a las tribus de Tu heredad. Ojalá rasgases el cielo y bajases derritiendo los montes con Tu presencia. O del Salmo responsorial, Pastor de Israel, escucha, Tú que te sientas sobre querubines, resplandece, despierta Tu poder y ven a salvarnos. Y de la Carta Primera a los Corintios A vosotros, que guardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Él os mantendrá firmes hasta el final para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de Su Hijo Jesucristo Señor nuestro, y Él es fiel. La esperanza que necesitamos no está lejos de cada uno de nosotros, sino muy cerca, muy dentro. Es el tierno Niño de Belén, Señor y Juez de todos. Es ese Padre nuestro bien rezado que nos revela y entrega la verdad más transformadora y revolucionaria que podemos recibir. Iniciamos el Adviento, aprendamos a mirar a lo alto. Con la encarnación y el nacimiento de Jesucristo, comienza la era mesiánica que se instituirá plenamente con Su venida gloriosa al final de los tiempos. Todos los oraclos y profecías mesiánicas del Antiguo Testamento coinciden en que esa era mesiánica se caracteriza por la reconciliación universal en toda la creación y por la paz. Una paz que no se realizará por arte de magia, sino por la adhesión de los bienaventurados constructores de la paz al Mesías. En Isaías y Primeras Corintios, vemos hoy cómo se construye la paz según el estilo mesiánico. Desde el reconocimiento militante del Señorío de Dios sobre toda carne y la gozosa certeza de su fidelidad comprometida por todo ser humano que quiera serlo como Él sueña que lo seamos todos. Convirtiéndonos en instrumentos de acogida, encuentro y reconocimiento, para que se extienda la adhesión a la paz en muchos corazones incorporados a la causa de construirla. Dejar atrás o al menos hacer a un lado las armas y los usos del mundo para dar seguridad a la propia vida es una opción en favor de las armas de la luz que convertirán nuestra vida en una existencia digna por cambiar las cosas, convertirán nuestra vida en una existencia digna por cambiar las cosas, por no ser ya más cómplices del estado actual de los acontecimientos con nuestra inoperancia burguesa o nuestras malas obras. En esto consiste vigilar o permanecer en vela como hoy nos reclama el Señor Jesús. Abrámonos a Él para cambiar las cosas por cambiar nuestra vida y comenzar así a cambiar lo que nos rodea. Del Evangelio según San Marcos mirad, vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento. Un abrazo de paz y bien en este precioso tiempo de adviento que hoy inauguramos.