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JUEVES XI  TO

JUEVES XI TO

VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

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Jesus teaches his disciples to pray with trust and personal commitment. The Lord's Prayer is not meant to be a ritual, but an expression of faith and a way of life aligned with God's plan. It signifies a new relationship with God based on love and a horizontal relationship with others. The prayer encompasses all aspects of human existence and emphasizes the importance of both God's and humanity's causes. It encourages a mindset of selflessness and concern for others. By praying the Lord's Prayer sincerely, one acknowledges God's authority and works towards the realization of His kingdom on earth. It is a reminder to live a life of love, sharing, forgiveness, and righteousness. The prayer should not be recited mechanically but with genuine intent. It calls for a broadened perspective beyond one's individual concerns. Praying the Lord's Prayer requires a genuine passion for both God and humanity, and a desire to align one's actions with His will. Palabra de vida hoy, jueves dĂ©cimo primero del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. Del Evangelio segĂºn San Mateo. En aquel tiempo dijo JesĂºs a sus discĂ­pulos, cuando recĂ©is no usĂ©is muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harĂ¡n caso. No seĂ¡is como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidĂ¡is. JesĂºs, orad asĂ­, Padre nuestro. Los discĂ­pulos piden a JesĂºs una oraciĂ³n ritualizada, un signo de identidad y distinciĂ³n frente a otros grupos, como la oraciĂ³n del bautista u otros guĂ­as religiosos del tiempo, pero JesĂºs les enseña una oraciĂ³n que no debe ser jamĂ¡s ritualizada, una plegaria llena de confianza y de compromiso personal. Realizar el Padre nuestro es dirigirse a Dios con confianza filial, Padre. JesĂºs introduce un cambio profundo en la relaciĂ³n de las personas con Dios, da un nuevo significado al temor de Dios, reemplazando el miedo por el amor, y dando la verticalidad de esa relaciĂ³n con Él, la horizontalidad de la relaciĂ³n desde Él con todos los demĂ¡s. JesĂºs es Padre, y dirigirse a Él como un hijo implica rezar con manos y corazĂ³n de hermano. No se trata de una oraciĂ³n a repetir de memoria. El Padre nuestro es la expresiĂ³n de una actitud, de un estilo de vida identificada con el proyecto de Dios. El Padre nuestro resume la fe, la vida y la misiĂ³n del discĂ­pulo. La relaciĂ³n con Dios como Padre y una existencia volcada en la realizaciĂ³n del Reino de Dios de un mundo diferente mejor porque puede serlo, y creerlo es consecuencia natural de creer en Dios. En esta oraciĂ³n compuesta por JesĂºs para nosotros encontramos la correcta relaciĂ³n entre Dios y nosotros, entre lo que esperamos, el cielo, una vida plena y feliz, y lo que vivimos, una vida que se gasta por plantar un cielo en la tierra, en lo que se pudiere. La primera parte de la plegaria hace referencia a la causa de Dios. La segunda parte concierne a la causa del hombre. Dios no se interesa sĂ³lo de lo que se refiere a Él, el respeto y la honra que merece, sino que prioriza lo que ama y es suyo, la causa del hombre, de todos los seres humanos creados para ser uno con Ă©l y entre sĂ­. Igualmente la persona que sabe rezar el Padre nuestro no sĂ³lo tiene en cuenta lo que le preocupa para vivir, sino que se abre tambiĂ©n a lo que concierne a la preocupaciĂ³n de Dios, para que todos puedan vivir. En la oraciĂ³n de JesĂºs, la causa de Dios no es ajena a la causa del hombre, y la causa del hombre no es ajena a la causa de Dios. Si nos fijamos bien, el Padre nuestro tiene que ver con todas las grandes cuestiones de la existencia personal y social del ser humano de todos los tiempos. El centro lo ocupa Dios, juntamente con el hombre necesitado. Es una hermosa lecciĂ³n. Hay que ensanchar la mente y el corazĂ³n mĂ¡s allĂ¡ de nuestro pequeño horizonte individual. Cuando la pasiĂ³n por Dios se conjuga y se comprende desde la pasiĂ³n por el hombre, la pasiĂ³n por el cielo se une a la pasiĂ³n por la tierra, haciendo algo mĂ¡s presente a Aquel en Ă©sta. Di Padre cuando reces, si cada dĂ­a te portas como un hijo y tratas a los demĂ¡s como hermanos. Di Nuestro si no te aĂ­slas en tu egoĂ­smo. Di que estĂ¡s en los cielos cuando no piensas sĂ³lo en lo material. Di Santificado sea tu nombre si tratas de amar a Dios con todo el corazĂ³n, con todo el alma y con todas tus fuerzas. Di Venga a nosotros tu reino si de verdad Dios es tu Señor y trabajas para que Él reine en todos los corazones. Di HĂ¡gase tu voluntad si la aceptas y la buscas cumpliĂ©ndola, y no quieres que sĂ³lo se haga la tuya. Di Danos hoy nuestro pan si sabes compartir con los pobres y con los que sufren. Di Perdona nuestras ofensas si quieres cambiar y perdonar de corazĂ³n. Di No nos dejes caer en tentaciĂ³n si de verdad estĂ¡s decidido a alejarte de toda ocasiĂ³n de pecados. Di LĂ­branos del mal si tu compromiso diario es por el bien. Y di AmĂ©n si tomas en serio las palabras de esta oraciĂ³n cada vez que las pronuncies y no simplemente las repites como un inerte magnetofĂ³n humano. Deseando aprender a rezar el Padre nuestro con todo el corazĂ³n, con todas las fuerzas y con cada fibra de nuestro ser, os abrazamos franciscanamente con la paz y el bien.

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