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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Palabra de vida hoy, miércoles segundo del tiempo ordinario, memoria de San Antonio Abad. Al pan por la palabra. San Antonio Abad es el padre del monacato y en buena parte de la vida religiosa en la iglesia. Su relevancia histórica y carismática no tiene parangón y hoy vamos a asomarnos a este ejemplo paradigmático de vida cristiana del siglo tercero a través de lo que de él nos dice otro gran santo, un padre de la iglesia, San Atanasio, que con la frescura de un contemporáneo pudo recoger el legado de la vida de San Antonio. Dice San Atanasio, cuando murieron sus padres Antonio tenía unos 18 ó 20 años y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana. Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres cuando un día en que se dirigía según costumbre la iglesia iba pensando en su interior cómo los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador y cómo muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de la venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres. Imbuido en estos pensamientos entró en una iglesia y escuchó si quieres llegar hasta el final vende lo que tienes, da el dinero a los pobres así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo. Entonces Antonio, como si aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió enseguida de la iglesia hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres reservando sólo una parte para su hermana a quien encomendó a unas vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación. En cuanto a él, a partir de entonces libre ya de cuidados ajenos emprendió una vida de ascetismo y de intensa mortificación. Trabajaba con sus propias manos, oraba con mucha frecuencia ya que había aprendido que es necesario retirarse para ser constante sin orar. En efecto ponía tanta atención en la lectura que retenía todo lo que había leído hasta tal punto que llegó un momento en que su memoria suplía los libros. Todos los habitantes del lugar lo llamaban amigo de Dios y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano. El fenómeno de los padres del desierto y de San Antonio Abad como búsqueda de la centralidad de la dedicación a Jesucristo retirándose de la vara onda de la vida social nos llama a nosotros a replantearnos nuestros usos y costumbres, nuestros horarios y hábitos para poder retirarnos algo más del alocado frenesí social y poder así sentir y atender la necesidad de que el Señor sea en nosotros mucho más una presencia viva y locuaz que un mero recuerdo silente. Tomando la metáfora paulina hagamos como los deportistas de élite entrenamiento diario dietas saludables sobre todo para nuestra mente y conciencia y concentración retirada de lo prescindible para mejor poder competir mientras miramos al podio al trofeo a la meta de ese deporte que hoy es de riesgo ser un cristiano que aspira a la excelencia de la santidad sabedores de nuestra pequeñez pero tratando de encender en nosotros los más santos y nobles deseos os saludamos con la paz y el bien