S. LUCAS EVANGELISTA

The transcript is about the challenges and difficulties that arise in life and how we can overcome them. It mentions that during times of crisis, relationships can either break or become stronger. It also discusses the current global crisis and how it affects human relationships, including within Christian communities. The transcript emphasizes the importance of being proactive and promoting social friendship, understanding, and mercy towards others. It encourages individuals and communities to be aware of their weaknesses and support those who are struggling. The ultimate goal is to live out the faith by reflecting the mercy of God and bringing peace and comfort to others. Palabra de vida hoy, miércoles vigesimoctavo del tiempo ordinario, celebrando a San Lucas, evangelista. Al pan por la palabra. Cuando las dificultades se arrecian, y parece que cuanto mayor es nuestro progreso menos tardamos en salir de unas cuando otras ya nos atenazan, se produce un efecto purva, que pone en verdad a las personas y a las relaciones. Las que tenían ya problemas o pecaban de superficialidad se quiebran, mientras las demás atraviesan el valle del fuego para salir de él como lo hace el oro del crisol, menguado, sí, pero con máquilates, de mayor valor, por haber dejado atrás tanto como llevaba sobre sí y lo devaluaba. El sufrimiento y las pérdidas bajo las crisis y las dificultades son inevitables, pero cómo se sale de ello depende de cómo se afrontan y desde dónde, con qué motivaciones, con qué asideros. En la crisis mundial que se asoma y crece por el vertiginoso deterioro planetario, por la contumacia con que los poderosos y políticos le dan la espalda, por la guerra de Ucrania, los nuevos focos de conflicto desatado como el oriente próximo y los modelos de gobierno que gestionan todo esto, están sufriendo una dura prueba las relaciones humanas de todo tipo, también dentro de nuestras comunidades cristianas. Mientras las circunstancias, entre la misma crisis vocacional y el secularismo, nos han movido a replegarnos sobre nosotros mismos para protegernos, la Iglesia nos llama por la voz del Papa Francisco a tomar en las manos lo que somos, para ser generadores y promotores de amistad social como actitud de relación que apunta a una mayor conciencia de fraternidad humana, universal, desde una actitud trenzada con los miembros de la escucha y el diálogo, de la comprensión y la misericordia, del afecto sincero hacia todo ser humano y el respeto como vínculo de amor militante, que desde el Señor, se vuelca como fuente hacia todo ser humano y motor de la verdadera reconciliación. Ante la sensación de desconcierto a la que nos someten las circunstancias, la tentación más común empuja a ocuparse cada uno de lo suyo, mientras se asegura un espacio saludable de confort y seguridad. Si lo que nos mueve no es el espíritu de nuestra carne cobarde, nuestro ego, sino el Espíritu de Dios, comprenderemos que la mejor manera de esquivar un golpe es no estar ahí cuando el golpe llega, movernos y hacerlo siempre hacia adelante. Sería muy recomendable que cada uno de nosotros y cada comunidad tomara conciencia de las debilidades y carencias que la situación pone de manifiesto en nosotros para dar un paso al frente, unidos, y tratar de sostener a los que ya se dobla, convirtiéndonos en un apoyo sereno para nuestros prójimos. Ya que las complicaciones y dificultades vienen solas, hagamos que nuestra vida, nuestros trabajos y nuestras cosas ofrezcan facilidades y algo de sosiego a los demás. En eso consiste mucho de vivir la fe, apostar de tal modo por el Evangelio de Jesucristo, que en cada instante de la vida diaria seamos aupados sobre nuestros límites y dolores, transformados en un reflejo del rostro de la misericordia del Padre que es el Hijo, pues somos hijos en Él. Así seremos capaces de aportar a los demás lo que no tienen, y la vida sola nunca ofrece. Paz y bien desde Toledo, con el corazón ensanchado de alegría, así os saludan todos los miembros de esta familia franciscana.