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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Palabra de vida hoy, viernes 29º del tiempo ordinario, al pan por la palabra, de la carta a los romanos. Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mÃ, es decir, en mis bajos instintos, porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo no. El bien que quiero hacer no lo hago, el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. Desgraciado de mÃ, ¿quién me libera de este ser mÃo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias. Desde las pequeñas aclaraciones hechas a lo largo de esta semana sobre el lenguaje de San Pablo, sobre el significado de la palabra cuerpo o carne, y teniendo en mente todas las problemáticas circunstancias sociales que genera la ideologÃa con que nos enfrentamos los cristianos hoy, circunstancias que ya enumeramos el pasado domingo, afrontamos esta nueva dosis medicinal y revitalizadora que desde la carta en los romanos el santo de Tarso nos administra hoy. Desde la formación intelectual y cristiana que hemos recibido todos nosotros a lo largo de tantos años, con la gracia de tantos sacramentos recibidos y tantas horas de retiros y oración disfrutados, estamos en la misma situación en la que San Pablo se muestra en una lÃnea de discurso ejemplificante ante sus oyentes y lectores. Nuestro sentido común cristiano es perfectamente capaz hoy de discernir la malicia, la falacia y la atrocidad de numerosas leyes y usos que hoy están implementados con normalidad en la conciencia colectiva de nuestro paÃs y de casi todo occidente. Como una cosa es ser consciente del bien y del mal y otra vivir en consecuencia cuando el entorno lo pone tan caro, podemos tender a dejarnos cautivar por esa conciencia colectiva torticera dando cabida en nuestras opiniones y posturas al dictado de los instintos carnales dominantes para no complicarnos la vida en exceso. Como es tan difÃcil pensar y vivir como cristianos en esta sociedad de hoy, terminamos por amoldar nuestra conciencia e ideologÃa dominante para vivir con menos conflictos interiores y exteriores. Total, nos decimos, no están las cosas tan claras ni para los curas, y la misma alta jerarquÃa de la iglesia parece estar dividida. No puede ser tan raro y malo lo que tantas personas promueven, hay que ser tolerante. Este estribillo nos lo repetimos en nuestro fuero interno, lugar donde resuena para cada uno la palabra de alguien con mayúscula, que quiere que nos volvamos a hacer las mismas preguntas y afrontemos de nuevo las mismas cuestiones, pero ahora para encontrar en él las respuestas. Y nos dice esa voz, cuando veis subir una nube por el poniente decÃs enseguida, chaparrón tenemos, y asà sucede. Hipócritas, si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Del Evangelio según San Lucas. Un abrazo fuerte y lleno de paz y bien, con afecto, con ternura, de vuestros hermanos franciscanos desde Toledo.