PODCAST 5 NATURALEZA SUCREÑA ALEJANDRO MENESES EDITADO

The speaker, Alejandro Meneses, introduces himself as a student of Communication and greets the listeners. He talks about the importance of experiencing nature and highlights the beauty of the Sucre countryside. He mentions the violence that has affected the region but also describes the tranquility and peace found in the area. He discusses the sights and sounds of the morning, including the mountains and the aroma of fresh air. He reflects on his childhood and the simple joys of waking up early to play and do chores. He mentions how technology has both harmed and facilitated life and how it has disconnected people from nature. He concludes by emphasizing the beauty of living in harmony with nature in the Sucre region. Hoy presentamos La Naturaleza Sucreña Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están? Recibo un cordial saludo. Les habla su amigo Alejandro Meneses, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Si estamos grabando este podcast, quiero entregar a todos ustedes un cordial, pero cordial saludo. Un saludo muy, pero muy especial para todas las personas que nos están escuchando, ya sea en las tardes, en las noches. En mi caso son las 5 y 40 de la mañana del día lunes. Estamos por aquí entregándoles a todos ustedes un podcast muy bonito sobre la naturaleza. Les voy a entregar una experiencia que no van a olvidar para que puedan así resaltar la importancia de poder vivir, de poder sentir un nuevo amanecer. Así que, sin más que agregar, comencemos. Un día crucificante es un verdadero placer. El poder dispersar con los sonidos el ambiente de la naturaleza, los animales silvestres. Darle gracias a Papá Dios por permitirnos la bendición de contar con vida. Darle gracias a Papá Dios por podernos dar esa bendición de levantarnos, de contar con vida, de poder respirar aire puro, de resaltar la importancia de conocer un nuevo amanecer. Ya es un nuevo día, son las 5 y 47 minutos de esta mañana de lunes. Despertar en el campo para poder así percibir toda la paz del ambiente, la tranquilidad que genera nuestro campo sucreño. Poder observar el Cerro del Erma que resalta sobre las demás montañas por aquella magnitud que posee. Respirar y poder tener el aroma fresco del aire puro que contamos en esta región. Dicha región que ha sido lamentablemente tan pero tan lastimada por culpa de la violencia. Aquella violencia que ha hecho que nuestro país haya y siga viviendo momentos oscuros en diversas ocasiones. Dichos momentos, dichos instantes que han opacado la belleza de nuestra fauna y flora de nuestro departamento del Cauca. La belleza de percibir el frío de la madrugada, de observar como en cada casa los habitantes de aquellos hogares desde bien temprano se levantan para ir a trabajar en sus respectivas labores del agro. Donde sobresale el humo de las chimeneas debido a que se está preparando un delicioso desayuno en fogón de leña. Además se alcanza a percibir el aroma café recién hecho. Un aroma que atrapa, que transporta a nuestra mente recordar momentos de infancia. Cuando la alegría prevalecía en mi y en las personas que me rodeaban. Cuando me despertaba junto a mi hermano a jugar y lo único que miraba y percibía en aquel entonces era preocuparme por hacer mis tareas. Cuando la tecnología que tanto hoy en día le ha hecho daño y que también en muchas ocasiones por supuesto también ha facilitado muchas cosas, también le ha quitado al cada ser humano la perspectiva de poder sentir como es la vida en realidad, como es el ambiente, como es la naturaleza. Aquel tiempo en el que mi madre me despertaba para ir a estudiar. Donde escuchábamos ese sonido que emiten las gallinas al cacarear. Además del gallo, aquel padrón como se le dice por acá en este lado, el cual desde bien temprano empieza a cantar. Siendo este un despertador que desde bien pero bien madrugados tienen las personas que desde bien temprano se levantan en nuestros campos ucreños. Es una pequeña reflexión de lo que ocurre y de lo que pasa cuando despertamos, madrugamos en nuestros campos ucreños. La belleza del aire puro y la belleza de vivir en su creencia.