Sandunga

¡Ay, Sandinia! ¡Sandinia, mamá, por Dios! ¡Sandinia, no seas ingrata! ¡Lama de mi corazón! Ante la noche fui a tu casa, tres veces le di el candado. Tú no sirves para morir, tienes el sueño pesado. Me ofreciste acompañarme desde la iglesia anchoja. ¡Ay, Sandinia! ¡Sandinia, mamá, por Dios! ¡Sandinia, no seas ingrata! ¡Lama de mi corazón! Arriesgaste en la paloma, me esperabas durmiendo ayer. Te acercé por la cerilla y no me sentiste bien. Y todos los días solitos, arruinándose el sonido. Y por las luchas que te hice, te hiciste desentendida. ¡Ay, Sandinia, sí! ¡Ay, Sandinia, no! ¡Ay, Sandinia, del otro lado! Donde quiera que te bumblinco yo, yo siempre caigo parado. ¡Ay, Sandinia! ¡Sandinia, mamá, por Dios! ¡Sandinia, no seas ingrata! ¡Lama de mi corazón! ¡Ay, Sandinia! ¡Ay, Sandinia!