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ESPIRITUALIDAD SIN RELIGIÓN

ESPIRITUALIDAD SIN RELIGIÓN

Alyssa CerezoAlyssa Cerezo

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No entraré en tema religiosos pero si es necesario aclarar mi perspectiva desde mi punto de vista es cuando hablo de “mensaje mal interpretado”: ---Mateo 10:35: “Porque he venido a poner al hijo contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra” ¿Acaso el despertar del ser interior no te aleja de algunas personas? ¿No te hace discutir con tus más allegados porque simplemente no entienden el ser que florece en ti? solo debes revelarte contra ti y desde tu interior.

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In this podcast, Alicia Cerezo discusses the topic of spirituality without religion. She shares her personal beliefs and experiences, explaining that religion imposes rules and limits, while spirituality is about self-discovery and personal growth. Alicia questions the existence of a higher being and the purpose of life, emphasizing the importance of intuition and self-reflection. She believes that spirituality creates unity and connection, while religion divides people into different beliefs. Alicia encourages listeners to question and unlearn societal norms in order to find their true selves and live consciously. ¡Hola! Muy, muy, muy, muy, muy buenos días. Mi nombre es Alicia Cerezo y este es mi primer spot. Este es Jueves, denota Jueves porque hay que trascender y en la vida crecer y siempre ser. Estoy muy feliz de poder compartir mis conocimientos y evoluciones mediante este podcast. La verdad de que he atrasado este podcast por diversas circunstancias y obviamente, dependiendo de mí, mis estados de ánimos diarios, mis autosabotajes, pero es algo que estoy aprendiendo, es algo que estoy manejando, controlando y así evolucionando. Entonces, la finalidad de este podcast sería transmitirles mis conocimientos con la finalidad de ayudarlos a ustedes y a la vez auto-retroalimentarme para encontrar la mejor versión de nosotros mismos y ser más conscientes. Vivir conscientes cada momento, en cada segundo, en el ahora, en el aquí y en el ahora. Bueno, el tema de hoy es la espiritualidad sin religión. La verdad es que se me ocurrió el tema, es un tema interesante, un tema en el cual me puso a meditar mucho, a cuestionarme también sobre lo que realmente yo pensaba, lo que yo sentía, lo que ya mis creencias venían desde chiquita. Entonces, es súper importante desaprender para volver a aprender, pero en el proceso de desaprender es un poco difícil y tedioso a la vez porque te encuentras contigo mismo y es como un debate contigo, no, pero yo tenía esta creencia, no, pero esto era así y así tiene que ser. A raíz de eso se nos crean lo que hoy conocemos como creencias limitantes y vamos creciendo con esas creencias. Pero como dije anteriormente, es muy importante desaprender para volver a aprender todo el tiempo. Nada está dicho, nada está por hecho dado así con un punto y coma, un manual de cómo tienes que ser, de si eres mamá, de cómo ser mamá, si eres hija de cómo ser una hija, de cómo trabajar, o sea, no, tú mismo creo que tenemos que aprender a conocernos a nosotros y de ahí dar paso a los cuestionamientos, no, el desaprender para volver a aprender constantemente porque esta vida es maravillosa, pero también tiene sus altos y bajos y frente a esos bajos tenemos que saber sobrellevar diversas situaciones que nos acontecen en la vida. Entonces, obviamente partiremos por una pregunta básica, ¿qué es la espiritualidad y qué es la religión? ¿no? Preguntas básicas. Para mí, de lo que yo conozco, de lo que yo he percibido, la religión es una cuestión de doctrina guiadas por una lista de reglamentos que tienes que seguir y la verdad es que no te da apertura a poderte cuestionar, ¿no? Diversas preguntas que te puedas hacer en el camino de, ojo, cualquier religión, cualquier religión, hablo de religión en general, seas judío, seas cristiano, seas evangélico, seas mormón, seas testigo de Jehová, cualquiera. Entonces, eso, la religión es un listado de cosas que te imponen a realizar porque si no las haces, pues, irás al infierno o eso es lo que la mayoría de religiones, al menos a mí, me han dado a entender de esa manera. Y si las haces, pues, eres una persona buena, eres una persona de bien, un ejemplo y posteriormente irás al cielo. ¿Pero qué es la espiritualidad? Bueno, según mi criterio, es vivir en una espiritualidad, es una espiritualidad interior, o sea, individual, donde aquí nos damos cabida al reconocimiento de nosotros mismos, los que les venía mencionando, donde se abre también a las confrontaciones de la metafísica y la física cuántica y todo este tema universal que es maravilloso, súper, súper maravilloso e interesante, que de a poco iremos aprendiendo e iremos descubriendo muchos más temas. Ya, de todo esto, lo desconocido. Hablo de lo desconocido porque uno no sabe si realmente cuando se muere reencarna, uno no sabe cuando se muere a dónde mismo va, qué pasa con el alma, qué pasa con el espíritu, o sea, el cuerpo es carne, se pudre y se comieron los gusanos, pero el alma, lo que te da vida, lo que te hace sentir, esa motivación que tienes el día a día, tus sentimientos para evolucionar, ¿dónde va esa alma? ¿Qué realmente venimos a ser nosotros? ¿Cuál es nuestro propósito de cada quien? Si realmente es graduarte tú de pronto de doctora, de psicóloga, de ingeniero, si tu propósito de vida es tener hijos, tres hijos y quedarte ahí en una casa bonita en el campo y esa es tu vida feliz, o sea, realmente, ¿qué somos nosotros? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué venimos? Yo me he preguntado muchas veces eso. ¿Por qué vine? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué hago aquí? ¿Cómo lo hago? ¿Qué realmente yo quiero? ¿Qué me llena? Entonces, eso a medida que vamos abriendo más debates al podcast, vamos siguiendo avanzando y aprendiendo sobre nosotros. Entonces, volviendo al tema, la espiritualidad es un descubrimiento de nosotros mismos, en otras palabras. En cambio, la religión es una doctrina impuesta que te hace creer en un Dios o en profetas, según las enseñanzas bíblicas, ¿no? O sea, lo que decía, que vienen con un estado de leyes o reglamentos que tienes que hacerlo porque tienes que hacerlo. Entonces, ya aquí mi cuestionamiento de aquí partió todo lo que ya poco a poco vamos a ir observando y escuchando mediante este podcast. Bien, ahora, entonces, la espiritualidad y la religión, ¿cuáles son las diferencias? En la espiritualidad, se siente a Dios en todo. Tú eres Dios. Tú eres capaz de descubrir, de abrirte, de mejorar. Tú eres ese Dios. En cambio, en la religión, se cree la existencia de un Dios, o sea, alguien superior a nosotros, alguien mucho mejor que nosotros. Alguien que viene o vino a enseñarnos y a dejarnos unos reglamentos, unas leyes y que así hay que seguirlas. Pero realmente yo, en lo personal, lo creía, hace mucho tiempo atrás lo creía. Creía en un Dios alto, gigante, con un vestido largo, creo que se llama tónica, blanco, con barba blanca, cabello blanco, super sabio, caminando lento, pero no por lento de vejez, sino por lento de que tenga un conocimiento sobrenatural, por así decirlo. Yo lo creía. Yo lo creía antes. Pero ahora realmente no, yo no creo en las religiones, en ningún tipo de religión. Las respeto mucho. Tienen sus puntos buenos, también tienen sus puntos que yo debato y discrepo, pero en mi creencia de ahora, o en mi ideología del que he venido aprendiendo, la religión limita, limita y divide a los seres humanos, o inclusive a nuestro ser, nuestro propio ser. Porque dicen, esto se hace, esto no se hace. Si haces esto, eres bueno. Si no haces esto, eres malo. Si vas todos los domingos a misa, irás al cielo. Si no vas los domingos y pecas, y no te confiesas, vas al infierno. Y realmente no creo que exista un cielo y un infierno como tal. En cambio en la espiritualidad, uno se expande. El ser de uno se expande, porque somos una unidad, somos unificación. Todos somos todos. Todos tenemos a Dios adentro. Yo tengo una diosa llamada Elisa por dentro. Alguien que me dirige. Que eso podríamos denominarlo como intuición. Si la tienes desarrollada, dirás, no, por aquí no tenemos que ir, porque podría pasar tal cosa. Y sigues a tu intuición. Podría yo denominar que la intuición es mi Dios, porque es la que me encamina a realizar cosas de mi propósito para crecer todos los días y dar lo mejor de sí mismo. La espiritualidad, otro punto de la espiritualidad es que Dios es interno, lo que decía. Uno es Dios. Dios está dentro de mí, vive dentro de mí. No es un ser exterior a nosotros, físico, que lo podamos ver, lo podemos sentir. No lo creo así. En cambio en la religión se cree que hay profetas, líderes, el mismo Dios de barba blanca, cabello blanco, alto. En la espiritualidad se crea unión, desde que todos partimos del todo. Todos somos todos. Como decía, todos somos unificación. Todos somos seres individuales unificados. De ahí creo que se agarró la religión diciendo que todos somos hermanos. Que sí comparto en algo, como digo, comparto ciertos puntos de la religión, porque también pienso que la religión está mal enfocada para llevar a cabo una meta, un objetivo. Ya les hablaré con más detalle de este punto. En la espiritualidad, aquí en la espiritualidad es una sola. Es lo que yo voy aprendiendo y conforme a mis creencias, mis experiencias, voy creciendo, ¿verdad? En cambio en la religión hay muchas religiones y se desglosan. Que si eres católico, que si eres testigo Jehová, que si eres testigo Jehová tienes que vestirte con faldas largas, que si eres cristiano es la religión un poco más moderna, no te exigen tanto la vestimenta, pero si eres católico tienes que ir todos los domingos a misa, entonces hay ciertas diferencias que, como digo, impuestas por las religiones mismos para ser una mejor persona, una persona de bien y puedas ir al cielo. Por otro lado, la espiritualidad creo yo y en mis conocimientos, la espiritualidad crea una unión, crea una conexión, porque te descubres, te analizas, aprendes, no te remuerdes por lo que pasó, o sea, si hoy día no hiciste la dieta que tenías estrictamente planeada hacer, o que si hoy día te dieron mal el vuelto y tú supiste que diste mal el vuelto y aún así no lo devolviste, no lo sé, si viste a una señora pasar la calle sola sabiendo que tú la podías ayudar, o sea, te pones a cuestionar y lo haces, es tu decisión si lo haces o no lo haces, pero ¿realmente hay alguien detrás de eso que te esté castigando, que te esté juzgando, que te esté señalando o apuntando con el dedo diciendo que tú hiciste esto, tú hiciste aquello, te lo voy a anotar todito lo que estás haciendo? Realmente no, porque nosotros somos los que decidimos, nosotros decidimos si ayudar a la viejita a cruzar o no cruzar, pero igual eso se desglosa en muchas más posibilidades de que si tuviste tiempo, si no tuviste tiempo, si habían otras personas igual al lado tuyo que pudieron haberle ayudado, el vuelto igualmente, o sea, si conocías a esa persona, si no la conocías, si te caía bien, si te caía mal, entonces realmente uno mismo se cuestiona, no es necesario que venga otra persona del exterior diciendo esto hiciste mal, esto está mal, mira te la voy anotando, tienes esta lista y solo va los primeros 5 días de este mes y has hecho toda esta lista. Realmente no creo que haya eso, ese tipo de cosas como tal. Uno mismo se cuestiona, uno mismo se analiza y creo que tenemos la capacidad de adaptarnos a diversas situaciones conforme a nuestras experiencias nos van dejando nuestro vivir. De ahí analizamos, conectamos, concretamos, pensamos, inclusive nosotros mismos nos juzgamos, decimos que si está bien, si está mal, bueno si yo esta vez hice esto este día y me salió de tal manera, entonces no lo voy a hacer para la próxima. Creo que con uno mismo se vive bien, uno conociéndose día a día, experimentando, se siente bien, no hay necesidad de que venga otra persona a juzgarte, porque uno está consciente de lo que hace cada día, ¿verdad? En cambio la religión habla del pecado, el pecado y la culpa, que si no diste el vuelto, ¿por qué no diste el vuelto? Eres una mala persona, eres culpable, que bestia, eres una mala persona. Si no ayudaste a la anciana, que bestia, y si hubiese sido tu abuela, que vergüenza me da. Y uno se siente con culpa, yo me he sentido con culpa de muchas cosas que he hecho, de más pequeña, y me he llevado esa culpa, hasta ahora grande que ya me he puesto en una situación de autoanálisis y digo, bueno, ya es hora de dejar todo esto atrás, porque sí, es verdad, lo hice, pero a raíz de que lo hice no lo volví a hacer, y si no lo volví a hacer es porque aprendí. No tengo que llevarme esa culpa hasta la muerte o sentirme mal cada vez que lo piense o que alguien me diga una situación parecida a la mía. No, no tengo por qué llevarme esa culpa, tengo que aprender de eso, porque a veces se trata en la vida de que te da lecciones, te da situaciones, te da circunstancias, pero es tu decisión si realmente quieres aprender de cada persona, de cada situación, de cada circunstancia, día a día. La espiritualidad también se vive en el presente, en el aquí y en el ahora, no te enfoques en qué pasó ayer, qué pasó hace dos años, si fuiste hace cinco años una persona que mentía, de pronto era cleptómana o era ese tipo de personas que sabes que en un punto de tu vida que está mal, lo estás haciendo mal, porque no causas ningún beneficio y dañas a las personas a tu alrededor, o sea, hay personas que salen realmente chispiadas de tus acciones, inclusive a veces hasta lo que uno mismo dice, salen afectadas, entonces no tienes por qué vivir en el pasado, por qué aferrarte a eso, por qué decirte y lamentarte y culpándote todos los días, cada día de tu vida, porque como digo, si lo hiciste mal y estás consciente de que lo hiciste mal, entonces no lo vas a volver a hacer, pero eso no implica que todos los días te tengas que culpar y te tengas que sentir tipo pecador o mala persona porque lo hiciste, o sea, si ya lo hiciste, ok, lo hiciste, fue una lección, no la vuelves a repetir y deja tu culpabilidad a un lado porque viniste a este mundo a aprender, entonces si no lo hubieses hecho no hubieses aprendido y si no lo hubieses aprendido quizás lo hubieses hecho hasta peor, entonces eso, mientras que la religión vive en el pasado y en el futuro, que Dios hizo tal cosa y tal cosa en el pasado, nosotros tenemos que ser así, que sin un futuro tú tienes tantos años y has ido a la iglesia y que no sé qué, que no sé cuánto, ajá, irás al cielo, entonces la verdad que no creo que la vida se base en un pasado y un futuro porque la verdad es que eso no es vivir, si vives en el pasado, vives en depresión, en culpabilidad, en vergüenza y si vives en el futuro pues vives en ansiedad, en ataques de pánico, o sea, realmente creo que el vivir, realmente vivir, no sobrevivir, el vivir día a día es vivir en el presente, en el ahora, en el que estoy haciendo en este momento, cómo lo voy a hacer, cómo lo voy a lograr, me voy a sentir satisfecha, quiénes salen beneficiados con mis acciones y finalmente la diferencia entre la espiritualidad y la religión es que la espiritualidad es individual, de uno mismo, un autoanálisis, una autocrítica, un autodescubrimiento de uno mismo, de cómo ser mejor persona, qué hice ayer, en qué me benefició esas acciones que hice ayer, ok, no me beneficiaron, perfecto, hoy día lo hago de otra forma, sin perjudicar a nadie, beneficiándote a ti, porque al final, como digo, el que crece eres tú, las personas se acercan a ti y cada persona que llega a tu vida llega con una lección, cada persona que llega a tu vida llega con una lección, así sea la vecina que te cae mal y justo ese día te levantas, te llama el humor y la vecina que te cae mal va y te toca la puerta y te pide un favor y tú dices, pero por qué esta no me pide un favor si me cae mal, o sea, todo, desde esas pequeñas cosas tiene un porqué, tiene un trasfondo, tiene una lección y la verdad es que nosotros atraemos lo que somos, no todas las personas, o sea, todas las personas que vienen a tu vida, todas las personas que vienen a tu vida vienen con una lección y se acercan a tu vida según tu frecuencia que emites ese día, porque como digo, la espiritualidad es vivir en el presente, entonces si ahorita ya estoy alegre, viene de pronto mi vecina que es súper alegre, que piensa en positivo, que tiene palabras de construcción, constructiva, tiene análisis, tiene criterio propio, puedo aprender de ella, si estoy en una frecuencia de alegría, de armonía, o de pronto no viene nadie, igual estás en armonía, estás en alegría, estás tranquila contigo mismo, o sea, cada persona llega a tu vida según tu frecuencia y en cambio la religión es de una manera colectiva, una manera colectiva me refiero a que todos se juzgan entre todos, si vas a la iglesia, uy mira, fulanita de tal vino con tal ropa, porque no se puso un abriguito o algo que le tape un poco la pechonalidad, o el juzgar y el que te sientas culpable creo que es uno de los errores, no se si yo dominar los errores, pero es una de las falencias que la religión realmente tiene o te han inculcado, que está bien o está mal, porque realmente yo creo que nada está bien, nada está mal, si lo vuelves a hacer, ahí hay un problema, pero si por decirlo por primera vez, creo yo que es una enseñanza, es un aprendizaje, es una lección de vida, es algo que te va a ayudar a mejorar, bueno eso por el caso de las diferencias entre la espiritualidad y la religión, ahorita vamos a hablar un poco de mi, de lo que he venido aprendiendo, de lo que me han venido inculcando de las enseñanzas, de los aprendizajes que he tenido a lo largo de mi vida, cuando nací eligieron mi religión, yo soy bautizada, mi mamá me bautizó, la historia realmente si ella realmente quiso o no quiso fue inculcada de pronto hasta por otra persona, y la presión social, mi mamá me dijo, sabes que, no tú ven, te bautizas en este momento, porque si no te lleva el tintín, te vas al infierno, vas a tener pesadillas, y bueno hay un poco de historias que de pronto en el pasado, por falta de información y de autoconocimiento, no nos llegamos a cuestionar, sino que nos llegaron a sentir culpables, y la presión social era tal que hicimos muchas cosas que a veces realmente ni siquiera queríamos hacerlo, entonces como decía yo fui bautizada, yo realicé la primera comunión, realicé la confirmación, y cada etapa recuerdo que yo iba, realmente iba por jugar, para ser sincera yo iba por jugar, porque cuando hice la primera comunión yo tenía unos amiguitos, yo iba me acuerdo a una especie de escuela en la mañana, y en la noche era como una escuelita, porque es como una formación, es como una escuela, tú para hacer la primera comunión tienes que venir 3 meses, 4 meses, a escuchar la palabra de Dios, a aprenderte el credo, a aprenderte el Ave María, a aprenderte no se cuantos cánticos y todo, entonces yo realmente me acuerdo que después de eso nos dejaban como un lapso de 15 minutos, 20 minutos, tipo recreo, y a mi me encantaba jugar con mis amigos, me encantaba, mi motivación de ir todos los días era jugar con mis amigos en la noche, porque era super divertido, era maravilloso, yo me sentía espectacular, era como que mi medalla, lo que ganaba, ya ok te escuché todas las 2 horas hablando sobre Dios, ahora si a jugar con mis amigos, no me interesa lo que tú realmente me hayas dicho, quiero jugar con mis amigos, y realmente era así, yo pensaba así, mi motivación era mis amigos desde entonces, luego en la confirmación fue lo mismo, tenía un grupo de amigos considerables que en mi adolescencia estaban conmigo, y la mayoría de mis amigos estaban metidos ahí en la confirmación, entonces también lo mismo, vamos allá, vamos a la misa, nos reíamos en chiquicorto para que no nos reten, o sea yo no lo viví realmente como una, creo como que tenía que vivirlo, yo la pasaba divertida la verdad, yo siempre vi la vida como una diversión, tengo que hacerlo porque si no se me va la vida, si no me río se me va la vida amargándome, se me va la vida escuchando a otras personas, entonces mi motivación fueron mis amigos, y luego en cada etapa de estas, me acuerdo llegar a un punto de quiebre, de llegar a un cuestionamiento, inclusive hasta sentir frustración, a veces el ir, como que te levantas y dices, ay pero porque voy, y empezaba a renegar, a renegar, a renegar, a cuestionarme, pero realmente de que me sirve esto, yo solo quiero jugar con mis amigos, y bueno obviamente en ese tiempo a nadie le dejaban salir en la noche, entonces era un spot perfecto para jugar entre nosotros, entonces, bueno eso en la primera comunión, en la confirmación si fue en la mañana, eran creo que si no recuerdo de 9 a 11, dos horas creo, tres horas, por ahí así, y luego de eso a veces nos íbamos al parque o nos íbamos a la casa de alguna amiga viendo películas o alguna cosa así, o sea era una vaina de que literalmente mis amigos me motivaban, o sea porque si fuera por mi, o sea por decisión propia, porque no conocía a nadie, en caso de que no conocía a nadie, la verdad es que no iba, creo que todos los días hubiese peleado con mi mamá, hubiese pegado, y hubiese sido una cosa espantosa, pero sí, llegué a un punto de frustración del cuestionarme por qué ir, por qué voy, que realmente me están enseñando, y el escuchar lo mismo, y que las oraciones, y que los salmos, y que el versículo tal y tal, y confieso que recién ahora grande, como a los 15, 16 años, recién aprendí a buscar versículos en la Biblia, porque ni siquiera eso sabía, y ya estaba bautizada, ya había hecho la primera comunión, ya había hecho la confirmación, pero yo no sabía buscar versículos en la Biblia, no sabía, a mí me tenían que ayudar a buscar, yo realmente era, o sea, era una cosa que yo no sé si estaba bloqueada o qué, pero realmente no podía aprender en ese momento que me estaban enseñando, no podía, mi cabeza no me daba, y aprendí ya de más grande, entonces, de alguna manera yo sabía que me limitaba, como digo, mi motivación fueron mis amigos, y era como que, ajá, tenía que aguantar la clase, y luego, ajá, el recreo, perfecto, y cuando crecí, yo me fui a vivir, bueno, tuve unas pequeñas vacaciones en el oriente, como de tres meses más o menos, tenía unas familias allá, y en esas tres, perdón, tres semanas, casi un mes, y en esas semanas llegó a mi vida lo que es la religión cristiana, la verdad que este tipo de religión en ese entonces me gustaba un poco, porque dije, bueno, es algo más moderno, no es algo como que te imponen tan aburrido, como que ir a la iglesia católica, la verdad es que comparaba mucho, y me gustaba, me gustaban sus canciones, eran como más juveniles, más alegres, no sé, me motivaban a yo querer aprender un poco más, yo decía, bueno, esta es otra, debería como que otra metodología de aprender la religión, otra metodología de aprender que realmente te quiere enseñar la Biblia, entonces, pero igual aprendí, fui, ahí fue donde me enseñaron a leer y a buscar versículos de la Biblia, y de nuevo volvió al mismo punto, llegué a cuestionarme, llegué a intrigarme en saber por qué realmente quieren enseñarte la Biblia, porque igual, a pesar de que éramos juveniles, más alegres, con músicas chéveres, igual te imponían a hacer ciertas cosas que a mí, en lo personal, me cuestionaba, y yo decía, pero, ¿por qué? Entonces, no me sentía conectada con ese gozo y esa conexión y esa motivación de querer aprender o de querer saber más de Dios, de decir, bueno, a mí me gusta tal religión, yo, como me gusta, la voy a inculcar, la voy a impartir, voy a aprender y luego a transmitir el mensaje, o sea, no sentía eso que me llenaba, como ellos lo denominaban o lo describían, no me sentía tranquila con eso. Entonces, también recuerdo que tuve una mentora testigo Jehová, ella iba, se tomaba la molestia de ir casi todos los días a mi casa, a ver, creo que eran cuatro veces por semana, pero siempre iba en la noche, tipo siete u ocho, justo a las horas que yo estaba jugando con mis amigos. Ya era grande también, ya tenía tipo quince, dieciséis años, más o menos, y yo estaba jugando, que a la pelota, que al policía y a ladrones, yo ya iba a mi casa, y yo sentía una obligación de entrar y a veces entraba enojada, porque yo decía, es que no te quiero escuchar ahorita, porque quiero estar con mis amigos, estoy con mis amigos. Yo prefería estar con mis amigos que escucharla, y sentía frustración, sentía enojo, me llenaba de ira el saber que tenías que dejar una diversión por escuchar algo que realmente no me importaba, no me llenaba, no sabía por qué realmente tenía la obligación de escucharla. Entonces, llevamos tres religiones que he pasado, entonces, que esa persona me explicara a mí la palabra de Dios, y que este versículo, y con ejemplos, y con esos folletos, y todo, la verdad es que me parecía muy aburrido, muy aburrido. No fue hasta entonces, en el 2020, que volví a la religión cristiana. Yo, en ese, en el 2020, en plena pandemia, me sentía, bueno, no, a finales del 2019, entrando en el 2020, tuve una crisis emocional, tuve una crisis existencial, tuve una crisis de amor, o sea, tuve vivencias muy fuertes en mi vida, demasiado fuertes, que llegué a sentirme muy sola, muy sola. Llegué a llorar todas las noches, me cuestionaba, me autosaboteaba, me desesperaba, no podía, había un lapso de la noche que no podía respirar, o me levantaba con pesadillas. De verdad, era, fue una época que realmente me sentía muy mal, y eso me llevó a volver a la religión cristiana, porque era la única religión que a la final dije, o sea, sí, me van a arrepentir lo mismo que ya sé, pero, sabes, me gustan las músicas, me gusta el trato, puedo al menos vestirme como yo quiera, o sea, no hay tantas imposiciones, ¿no? Entonces, este, la ropa más moderna, las músicas, como digo, entonces yo dije, no, sí, aquí me quedo, porque tenía la creencia de que uno tenía que tener una religión que debía seguir hasta el día de tu muerte, y yo estaba en busca de esa religión. Yo estaba en busca de qué me hacía mejor, qué me hacía bien, qué me gustaba, entonces, recuerdo que volví al punto de quiebre, a cuestionarme de nuevo, a sentirme mal por lo que pensaba, por lo que comía, por lo que había hecho, por todo. Y no fue sino hasta una noche que, con mi esposo, nos cuestionamos, nos abrimos y nos cuestionamos, nos preguntamos qué realmente vinimos a hacer, o sea, tuvimos una tipo de crisis existencial. Pero él, la verdad, lo tuvo más fuerte. Él fue el que investigó, me acuerdo que esa noche nos quedamos esta tarde preguntándonos de dónde mismo veníamos, quién realmente era Dios, por qué estábamos aquí, cuál era nuestro propósito. Y la verdad es que nos chocó mucho el saber de que realmente no hay un Dios, el que realmente el universo es una unificación de todos, el que venimos de atmas, de constelaciones, somos polvo cósmico, como lo quieras llamar. Realmente todas las religiones son imposiciones. Entonces, le chocó mucho a él, luego a mí. Yo en el momento no lo entendía a ciencias ciertas, solo me quedé como, oh, ok, pero a él sí le chocó bastante. Luego ya lo entendí un poco mejor, fuimos investigándonos el tema cada día, fuimos adentrándonos a todo este campo cuántico del universo y las leyes espirituales y todo este conocimiento maravilloso, que fue cuando tuve mi crisis existencial. Yo me puse muy mal, me acuerdo. Igualmente me seguía cuestionando, pero era un cuestionamiento no para alguien, sino hacia mí mismo, de qué vengo a hacer. Ya estoy aquí, tengo tantos años, ¿qué vengo a hacer? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cómo hacer que mis personas cercanas y las personas ajenas tengan un conocimiento o una lección de vida o un vivir pleno, un vivir consciente, un vivir en el ahora? Fue entonces cuando aprendí que la espiritualidad es el camino de las leyes espirituales, de la introspección, de la sanación, del crecimiento personal, despertar de conciencia, y definí qué es la espiritualidad en mi vida. Mientras que la religión las definí como reglas que impuestas, que tenías que realizarlas porque ibas a ser buena persona y si no las ibas a ser, pues eras mala persona. Entonces, no estoy satanizando a la religión, por si acaso, y a ninguna religión. Todas hablan del mismo Dios, todas hablan en los mismos pasajes bíblicos, pero lo que realmente creo es que la religión está mal enfocada. A pesar de que si te restringen muchas cosas, en muchos aspectos, está mal enfocada, porque realmente lo que relata la Biblia está enfocada a un beneficio para el mundo, más no para uno mismo. No sé si me entiendo. Entonces, yo respeto en realidad cada religión, cada ideología, no estoy juzgándola, no estoy imponiendo, estoy diciendo lo que yo creo, lo que yo pienso. Entonces, realmente nadie te va a salvar si no es tú mismo. Nadie va a querer ayudar a crecer si no es por ti mismo. Nadie puede ayudarte más que tú mismo. Entonces, que quede claro que todo lo que he dicho generalizado es base a mis experiencias, a lo que yo pienso, a lo que yo pensé en su momento, a lo que yo ya me definí. Y como digo, nosotros siempre tenemos que estar abiertos a desaprender para volver a aprender. Y la verdad es que cuando desaprendes te chocas mucho porque es como que te pones en un espejo tú a tú y es un debate contigo mismo. Pero es de crecimiento, chicos. Crecimiento personal, crecimiento puro. He terminado mi primer podcast. La verdad estoy muy feliz, más que todo contenta y satisfecha porque dije, bueno, al fin lo hice. Y disculparán algún audio. Estoy empezando. Disculparán si de pronto terminan algún debate, alguna cosa que no les gustó o se ofendieron por algo. Lo siento. Yo lo que hice fue base a mis experiencias, mis vivencias, mi autocrítica, mi autocrecimiento. Y se los comparto a ustedes para que podamos vivir de manera consciente, para que podamos vivir en el presente, en el aquí y en el ahora. Para que vivamos mejor cada uno, como ser individual, como personas. Ese creo que es el primer paso de nuestro propósito de vida. Definir quiénes somos, cómo somos, aceptarnos y reconocernos. Y bueno, chicos, esto ha sido todo por hoy. Muchas gracias por su tiempo. Muchas gracias por tomarse la molestia de escucharme. Si tienen algún punto, algún comentario, me lo hacen saber, por favor. Si tienen algún otro tema que les gustaría que hablara, también me lo hacen saber. Muchísimas gracias por tomarse el tiempo nuevamente y que tengan una vida muy, muy, muy, muy, muy bonita y consciente. Bye. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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