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La verdad es una experiencia, no una creencia
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La verdad es una experiencia, no una creencia
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La verdad es una experiencia, no una creencia
Alicia Cerezo introduces herself and her podcast, discussing her journey of learning and self-improvement. She explores the topic of spirituality without religion, questioning beliefs and the limitations of organized religion. Alicia believes that spirituality is a personal discovery of oneself and the connection to a higher power, while religion imposes rules and divides people. She emphasizes the importance of self-reflection and following one's intuition. Alicia aims to help others find their purpose and live consciously. Hola, muy, muy, muy, muy, muy buenos días. Mi nombre es Alicia Cerezo y este es mi primer podcast. Este es jueves, de note a jueves, porque hay que trascender y en la vida crecer y siempre ser. Estoy muy feliz de poder compartir mis conocimientos y evoluciones mediante este podcast. La verdad es que he atrasado este podcast por diversas circunstancias y obviamente dependiendo de mí, mis estados de ánimo diarios, mis autosabotajes, pero es algo que estoy aprendiendo, es algo que estoy manejando, controlando y así evolucionando. Entonces, la finalidad de este podcast sería transmitirles mis conocimientos con la finalidad de ayudarlos a ustedes y a la vez auto-retroalimentarme para encontrar la mejor versión de nosotros mismos y ser más conscientes. Vivir conscientes, cada momento, en cada segundo, en el ahora, en el aquí y en el ahora. Bueno, el tema de hoy es la espiritualidad sin religión. La verdad es que se me ocurrió el tema, es un tema interesante, un tema en el cual me puso a meditar mucho, a cuestionarme también sobre lo que realmente yo pensaba, lo que yo sentía, lo que ya mis creencias venían desde chiquita, ¿no? Entonces, es súper importante desaprender para volver a aprender, pero en el proceso de desaprender es un poco difícil y tedioso a la vez porque te encuentras contigo mismo y es como un debate contigo de, no, pero yo tenía esta creencia, no, pero esto era así y así tiene que ser. A raíz de eso se nos crean lo que hoy conocemos como creencias limitantes y vamos creciendo con esas creencias. Pero como dije anteriormente, es muy importante desaprender para volver a aprender todo el tiempo. Nada está dicho, nada está por hecho dado así con un punto y coma, un manual de cómo tienes que ser, de si eres mamá, de cómo ser mamá, si eres hija, de cómo ser una hija, de cómo trabajar, o sea, no, tú mismo creo que tenemos que aprender a conocernos a nosotros y de ahí dar paso a los cuestionamientos, ¿no? El desaprender para volver a aprender constantemente porque esta vida es maravillosa, pero también tiene sus altos y bajos y frente a esos bajos tenemos que saber sobrellevar diversas situaciones que nos acontecen en la vida. Entonces, obviamente partiremos por una pregunta básica, ¿qué es la espiritualidad y qué es la religión? ¿no? Pregunta básica. Para mí, de lo que yo conozco, de lo que yo he percibido, la religión es una cuestión de doctrina guiada por una lista de reglamentos que tienes que seguir y la verdad es que no te da apertura a poderte cuestionar, ¿no? Diversas preguntas que te puedas hacer en el camino de, ojo, cualquier religión, cualquier religión, hablo de religión en general, sea judío, sea cristiano, sea evangélico, sea mormón, sea testigo de Jehová, cualquiera. Entonces, eso, la religión es un listado de cosas que te imponen a realizar, porque si no las haces, pues te irás al infierno, o eso es lo que la mayoría de religiones, al menos a mí, me han dado a entender de esa manera. Y si las haces, pues eres una persona buena, eres una persona de bien, un ejemplo, y posteriormente irás al cielo. Pero, ¿qué es la espiritualidad? Bueno, según mi criterio, es vivir en una espiritualidad, es una espiritualidad interior, o sea, individual, donde aquí nos damos cabida al reconocimiento de nosotros mismos, los que les venía mencionando, donde se abre también a las confrontaciones de la metafísica y la física cuántica y todo este tema universal que es maravilloso, súper, súper maravilloso e interesante, que de a poco iremos aprendiendo y iremos descubriendo mucho más temas. Ya, de todo esto, lo desconocido, hablo de lo desconocido porque uno no sabe si realmente cuando se muere reencarna, uno no sabe cuando se muere a dónde mismo va, qué pasa con el alma, qué pasa con el espíritu, o sea, el cuerpo es carne, se pudre y se comieron los gusanos, pero el alma, lo que te da vida, lo que te hace sentir, esa motivación que tienes el día a día, tus sentimientos para evolucionar, ¿dónde va esa alma? ¿Qué realmente venimos a hacer nosotros? ¿Cuál es nuestro propósito de cada quien? Si realmente es graduarte tú de pronto de doctora, de psicóloga, de ingeniero, si tu propósito de vida es tener hijos, tres hijos y quedarte ahí en una casa bonita en el campo y esa es tu vida feliz, o sea, realmente, ¿qué somos nosotros? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué venimos? Yo me he preguntado muchas veces eso, ¿por qué vine? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué hago aquí? ¿Cómo lo hago? ¿Qué realmente yo quiero? ¿Qué me llena? Entonces, eso a medida que vamos abriendo más debates al podcast, vamos siguiendo avanzando y aprendiendo sobre nosotros. Entonces, volviendo al tema, la espiritualidad es un descubrimiento de nosotros mismos, en otras palabras, en cambio la religión es una doctrina impuesta que te hace creer en un Dios o en profetas, según las enseñanzas bíblicas, ¿no? O sea, lo que decía, que vienen con un estado de leyes o reglamentos que tienes que hacerlo porque tienes que hacerlo. Entonces, ya aquí mi cuestionamiento de aquí partió todo lo que ya poco a poco vamos a ir observando y escuchando mediante este podcast. Bien, ahora, entonces, la espiritualidad y la religión, ¿cuáles son las diferencias? En la espiritualidad se siente a Dios en todo. Tú eres Dios, tú eres capaz de descubrir, de abrirte, de mejorar, tú eres ese Dios. En cambio, en la religión se cree la existencia de un Dios, o sea, alguien superior a nosotros, alguien mucho mejor que nosotros, alguien que viene o vino a enseñarnos y a dejarnos unos reglamentos, unas leyes y que así hay que seguirlas. Pero realmente yo, en lo personal, lo creía, hace mucho tiempo atrás lo creía, creía en un Dios alto, gigante, con un vestido largo, creo que se llama túnica, blanco, con barba blanca, cabello blanco, super sabio, caminando lento, pero no por lento de vejez, sino por lento de que tenga un conocimiento sobrenatural, por así decirlo. Yo lo creía, yo lo creía antes, pero ahora realmente no, yo no creo en las religiones, en ningún tipo de religión, las respeto mucho, tienen sus puntos buenos, también tienen sus puntos que yo debato y discrepo, pero en mi creencia de ahora, o en mi ideología del que he venido aprendiendo, la religión limita y divide a los seres humanos, o inclusive a nuestro ser, nuestro propio ser, porque dicen, esto se hace, esto no se hace, si haces esto, eres bueno, si no haces esto, eres malo, si vas todos los domingos a misa, irás al cielo, si no vas los domingos y pecas, y no te confiesas, vas al infierno, entonces, y realmente no creo que exista un cielo y un infierno como tal, en cambio en la espiritualidad, uno se expande, el ser de uno se expande, porque somos una unidad, somos unificación, todos somos todos, todos tenemos a Dios adentro, yo tengo una diosa llamada Elisa por dentro, alguien que me dirige, que eso podríamos denominarlo como intuición, si la tienes desarrollada, dirás, no, por aquí no tenemos que ir, porque podría pasar tal cosa, y sigues a tu intuición, podría yo denominar que la intuición es mi Dios, porque es la que me encamina a realizar cosas de mi propósito para crecer todos los días y dar lo mejor de sí mismo, la espiritualidad, otro punto de la espiritualidad es que Dios es interno, lo que decía, uno es Dios, Dios está dentro de mí, vive dentro de mí, no es un ser exterior a nosotros, físico, que lo podamos ver, lo podamos sentir, no lo creo así, en cambio en la religión, se cree que hay profetas, líderes, el mismo Dios de barba blanca, cabello blanco, alto, en la espiritualidad se crea unión, desde que todos partimos del todo, todos somos todos, como decía, todos somos unificación, todos somos seres individuales unificados, de ahí creo que se agarró la religión diciendo que todos somos hermanos, que si comparto en algo, como digo, comparto ciertos puntos de la religión, porque también pienso que la religión está mal enfocada para llevar a cabo una meta, un objetivo, ya les hablaré con más detalle de este punto, en la espiritualidad, aquí en la espiritualidad es una sola, o sea, es lo que yo voy aprendiendo y conforme a mis creencias, mis experiencias, voy creciendo, verdad, en cambio en la religión, hay muchas religiones y se desglosan, que si eres católico, que si eres testigo Jehová, que si eres testigo Jehová tienes que vestirte con faldas largas, que si eres cristiano, es la religión un poco más moderna, no te exigen tanto la vestimenta, pero si eres católico tienes que ir todos los domingos a misa, entonces, hay ciertas diferencias que, como digo, impuestas por las religiones mismas para ser una mejor persona, una persona de bien y poder ir al cielo. Por otro lado, la espiritualidad, creo yo, y en mis conocimientos, la espiritualidad crea una unión, crea una conexión, porque te descubres, te analizas, aprendes, no te remuerdes por lo que pasó, o sea, si hoy día no hiciste la dieta que tenías estrictamente planeada hacer, o que si hoy día te dieron mal el vuelto y tú supiste que diste mal el vuelto y aún así no lo devolviste, no lo sé, si viste a una señora pasar la calle sola sabiendo que tú la podías ayudar, o sea, te pones a cuestionar y lo haces, es tu decisión si lo haces o no lo haces, pero ¿realmente hay alguien detrás de eso que te esté castigando, que te esté juzgando, que te esté señalando o apuntando con el dedo diciendo, tú hiciste esto, tú hiciste aquello, te lo voy a anotar todito lo que estás haciendo? Realmente no, porque nosotros somos los que decidimos, nosotros decidimos si ayudar a la viejita a cruzar o no cruzar, pero igual eso se desglosa en muchas más posibilidades, de que si tuviste tiempo, si no tuviste tiempo, si había otras personas igual al lado tuyo que pudieron haberle ayudado, el vuelto igualmente, o sea, si conocías a esa persona, si no la conocías, si te caía bien, si te caía mal, entonces realmente uno mismo se cuestiona, no es necesario que venga otra persona al exterior diciendo, esto hiciste mal, esto está mal, mira te la voy anotando, tienes esta lista y solo va los primeros 5 días de este mes, y has hecho toda esta lista, realmente no creo que haya eso, ese tipo de cosas como tal, uno mismo se cuestiona, uno mismo se analiza y creo que tenemos la capacidad de adaptarnos a diversas situaciones conforme nuestras experiencias nos van dejando nuestro vivir, de ahí analizamos, conectamos, concretamos, pensamos, inclusive nosotros mismos nos juzgamos, decimos que si está bien, si está mal, bueno si yo esta vez hice esto este día y me salió de tal manera, entonces bueno no lo voy a hacer para la próxima, creo que uno mismo, con uno mismo se vive bien, con uno, uno conociéndose día a día, experimentando, se siente bien, no hay necesidad de que venga otra persona a juzgarte, porque uno está consciente de lo que hace cada día, verdad, en cambio la religión habla del pecado, el pecado y la culpa, que si no diste el vuelto, porque no diste el vuelto, eres una mala persona, eres culpable, que bestia, eres una mala persona, si no ayudaste a la anciana, que bestia, y si hubiese sido a tu abuela, que vergüenza me da, y uno se siente con culpa, yo me he sentido con culpa de muchas cosas que he hecho, de más pequeña, y me he llevado esa culpa, sino hasta ahora grande que ya me he puesto en una situación de autoanálisis y digo bueno ya es hora de dejar todo esto atrás, porque si es verdad lo hice, pero a veces que lo hice no lo volví a hacer, y si no lo volví a hacer es porque aprendí, no tengo que llevarme esa culpa hasta la muerte, o sentirme mal cada vez que lo piense, o que alguien me diga una situación parecida a la mía, no, no tengo por qué llevarme esa culpa, tengo que aprender de eso, porque a veces se trata de la vida, de que te da lecciones, te da situaciones, te da circunstancias, pero es tu decisión si realmente quieres aprender de cada persona, de cada situación, de cada circunstancia, día a día. La espiritualidad también se vive en el presente, en el aquí y en el ahora, no te enfoques en qué pasó ayer, qué pasó hace dos años, si fuiste hace cinco años una persona que mentía, de pronto era cleptómana, o era ese tipo de personas que sabes que en un punto de tu vida que está mal, lo estás haciendo mal, porque no causas ningún beneficio y dañas a las personas a tu alrededor, o sea, hay personas que salen realmente chispiadas de tus acciones, inclusive a veces hasta lo que uno mismo dice, salen afectadas, entonces no tienes por qué vivir en el pasado, por qué aferrarte a eso, por qué decirte y lamentarte y culpándote todos los días, cada día de tu vida, porque como digo, si lo hiciste mal y estás consciente de que lo hiciste mal, entonces no lo vas a volver a hacer, pero eso no implica que todos los días te tengas que culpar y te tengas que sentir tipo pecador o mala persona porque lo hiciste, o sea, si ya lo hiciste, ok, lo hiciste, fue una lección, no la vuelvas a repetir y deja tu culpabilidad a un lado porque viniste a este mundo a aprender, entonces si no lo hubieses hecho, no hubieses aprendido y si no lo hubieses aprendido, quizás lo hubieses hecho hasta peor, entonces eso, mientras que la religión vive en el pasado y en el futuro, que Dios hizo tal cosa y tal cosa en el pasado, nosotros tenemos que ser así, que si en un futuro tú tienes tantos años y has ido a la iglesia y que no sé qué, que no sé cuánto, ajá, irás al cielo, entonces la verdad que no creo que la vida se base en un pasado y un futuro, porque la verdad es que eso no es vivir, si vives en el pasado, vives en depresión, en culpabilidad, en vergüenza y si vives en el futuro, pues vives en ansiedad, en ataques de pánico, o sea, realmente creo que el vivir, realmente vivir, no sobrevivir, el vivir día a día, el vivir en el presente, en el ahora, en el que estoy haciendo en este momento, cómo lo voy a hacer, cómo lo voy a lograr, me voy a sentir satisfecha, quienes salen beneficiados con mis acciones. Y finalmente, la diferencia entre la espiritualidad y la religión, es que la espiritualidad es individual, de uno mismo, un autoanálisis, una autocrítica, un, un, ay, se me fue la palabra, un autodescubrimiento de uno mismo, de cómo ser mejor persona, qué hice ayer, en qué me benefició esas acciones que hice ayer, ah ok, no me beneficiaron, perfecto, hoy día lo hago de otra forma, sin perjudicar a nadie, beneficiándote a ti, porque al final, como digo, el que crece eres tú, las personas se acercan a ti, y cada persona que llega a tu vida, llega con una lección, cada persona que llega a tu vida, llega con una lección, así sea la vecina que te cae mal, y justo ese día te levantaste a llamar amor, y la vecina que te cae mal va y te toca la puerta y te pide un favor, y te dices, pero por qué este amor me pide un favor, si me cae mal, o sea, todo, desde esas pequeñas cosas, tiene un por qué, tiene un trasfondo, tiene una lección, y la verdad es que nosotros atraemos lo que somos, no todas las personas, o sea, todas las personas que vienen a tu vida, todas las personas que vienen a tu vida, vienen con una lección, y se acercan a tu vida según tu frecuencia que emites ese día, porque como digo, la espiritualidad es vivir en el presente, entonces si ahorita ya estoy alegre, viene de pronto mi vecina que es súper alegre, piensa en positivo, que tiene palabras de construcción, constructiva, tiene análisis, tiene criterio propio, puedo aprender de ella, si estoy en una frecuencia de alegría, de armonía, o de pronto no viene nadie, igual estás en armonía, estás en alegría, estás tranquila contigo mismo, o sea, cada persona llega a tu vida según tu frecuencia, y en cambio la religión es de una manera colectiva, una manera colectiva me refiero a que todos se juzgan entre todos, si vas a la iglesia, uy mira, fulanita de tal vino con tal ropa, porque no se puso un abriguito o algo que le tape un poco la personalidad, o el juzgar y el que te sientas culpable, creo que es uno de los errores, no sé si voy a denominarlo errores, pero es una de las falencias que la religión realmente tiene o te han inculcado, que está bien o está mal, porque realmente yo creo que nada está bien, nada está mal, si lo vuelves a hacer, ahí hay un problema, pero si por decirlo por primera vez, creo yo que es una enseñanza, es un aprendizaje, es una lección de vida, es algo que te va a ayudar a mejorar, bueno, eso por el caso de las diferencias entre la espiritualidad y la religión, ahorita vamos a hablar un poco de mi, de lo que he venido aprendiendo, de lo que me han venido inculcando, de las enseñanzas, de los aprendizajes que he tenido a lo largo de mi vida, cuando nací, eligieron mi religión, yo soy bautizada, mi mamá me bautizó, la historia realmente, si ella realmente quiso o no quiso, fue inculcada de pronto hasta por otra persona y la presión social, mi mami le dijo, sabes que, no, tú, ven, te bautizas en este momento, porque si no, te lleva el tintín, te baja al infierno, que vas a tener pasadillas, y bueno, hay un poco de historias que de pronto en el pasado, por falta de información y de autoconocimiento, no nos llegamos a cuestionar, sino que nos llegaron a sentir culpables y la presión social era tal que hicimos muchas cosas que a veces realmente ni siquiera queríamos hacerlo, entonces, como decía, yo fui bautizada, yo realicé la primera comunión, realicé la confirmación, y cada etapa recuerdo que yo iba, realmente iba por jugar, para ser sincera, yo iba por jugar, porque cuando hice la primera comunión, yo tenía unos amiguitos, yo iba, me acuerdo, a una especie de escuela en la mañana, y en la noche era como una escuelita para, porque es como una formación, o sea, es como una escuela, tú, para hacer la primera comunión, tienes que venir 3 meses, 4 meses, a escuchar la palabra de Dios, a aprenderte el credo, a aprenderte el Ave María, a aprenderte no se cuantos cánticos, y todo, entonces, yo realmente me acuerdo que después de eso, nos dejaban como un lapso de, no sé qué sé yo, 15 minutos, 20 minutos, tipo recreo, y a mí me encantaba jugar con mis amigos, me encantaba, o sea, yo iba, mi motivación de ir todos los días, era jugar con mis amigos en la noche, porque era súper divertido, era maravilloso, yo me sentía espectacular, era como que mi medalla, lo que ganaba, ya, ok, te escuché todas dos horas hablando sobre Dios, ahora sí, a jugar con mis amigos, no me interesa lo que tú realmente me hayas dicho, quiero jugar con mis amigos, y realmente era así, o sea, yo pensaba así, yo iba, mi motivación eran mis amigos desde entonces, luego en la confirmación fue lo mismo, tenía un grupo de amigos considerables que en mi adolescencia estaban conmigo, y la mayoría de mis amigos estaban metidos ahí en la confirmación, entonces también lo mismo, vamos allá, vamos a la misa, nos reíamos en chiquicorto para que no nos reten, o sea, yo no lo viví realmente como una, creo como que tenía que vivirlo, yo la pasaba divertida, la verdad, yo siempre vi la vida como una diversión, tengo que hacerlo porque si no, se me va la vida, si no me río, se me va la vida amargándome, se me va la vida escuchando a otras personas, entonces, mi motivación fueron mis amigos, y luego en cada etapa de estas, me acuerdo llegar a un punto de quiebre, de llegar a un cuestionamiento, inclusive hasta sentir frustración, a veces el ir, yo, ay, como que te levantas y dices, ay, pero por qué voy, y empecé a renegar, a renegar, a renegar, a cuestionarme, pero realmente de qué me sirve esto, yo solo quiero jugar con mis amigos, y bueno, obviamente nadie, en ese tiempo a nadie le dejaban salir en la noche, entonces, era un spot perfecto para jugar entre nosotros, entonces, bueno, eso en la primera comunión, en la confirmación, sí, fue en la mañana, eran creo que, si no recuerdo, de 9 a 11, dos horas creo, tres horas, por ahí sí, y luego de eso, a veces nos íbamos al parque, o nos quedamos en la casa de alguna amiga, viendo películas, o alguna cosa así, o sea, era una vaina de que literalmente mis amigos me motivaban, o sea, porque si fuera por mí, o sea, por decisión propia, porque no conocía a nadie, en casa que no conocía a nadie, la verdad es que no iba, creo que todos los días hubiese peleado con mi mamá, hubiese pegado, y hubiese sido una cosa espantosa, pero, pero sí, llegué a un punto de frustración del cuestionarme por qué ir, por qué voy, qué realmente me están enseñando, y el escuchar lo mismo, y que las oraciones, y que los salmos, y que el versículo tal y tal, y confieso que recién ahora, grande, como a los 15, 16 años, recién aprendí a buscar versículos en la Biblia, porque ni siquiera eso sabía, y ya estaba bautizada, ya había hecho la primera comunión, ya había hecho la confirmación, pero yo no sabía buscar versículos en la Biblia, no sabía, a mí me tenían que ayudar a buscar, yo realmente era, o sea, era una cosa que yo, no sé si estaba bloqueada o qué, pero realmente no podía aprender en ese momento que me estaban enseñando, no podía, mi cabeza no me daba, y aprendí ya de más grande, entonces, de alguna manera yo sabía que me limitaban, como digo, mi motivación fueron mis amigos, y era como que, ajá, tenía que aguantar la clase, y luego, ajá, el recreo, perfecto, y cuando crecí, yo me fui a vivir, bueno, tuve unas pequeñas vacaciones en el oriente, como de tres meses más o menos, tenía dos familias allá, y en esas tres, perdón, tres semanas, casi un mes, y en esas semanas llegó a mi vida lo que es la religión cristiana, la verdad que este tipo de religión, en ese entonces me gustaba un poco, porque dije, bueno, es algo más moderno, no es algo como que te imponen tan aburrido, como que la Iglesia católica, la verdad es que comparaba mucho, me comparaba mucho, y me gustaba, me gustaban sus canciones, eran como más juveniles, más alegres, no sé, me motivaba a yo querer aprender un poco más, yo decía, bueno, esta es otra, lo veía como que otra metodología de aprender la religión, otra metodología de aprender que realmente te quieren enseñar la Biblia, entonces, pero igual aprendí, fui, ahí fue donde me enseñaron a leer y a buscar versículos de la Biblia, y de nuevo volvió al mismo punto, llegué a cuestionarme, llegué a intrigarme en saber por qué realmente quieren enseñarte la Biblia, porque igual, a pesar de que éramos juveniles, más alegres, con músicas chéveres, igual te imponían hacer ciertas cosas que a mí, en lo personal, me cuestionaba, y yo decía, pero, ¿por qué? Entonces, no me sentía conectada con ese gozo y esa conexión y esa motivación de querer aprender o de querer saber más de Dios, de decir, bueno, a mí me gusta tal religión, yo, como me gusta, la voy a inculcar, la voy a impartir, voy a aprender y luego a transmitir el mensaje, o sea, no sentía eso que me llenaba, como ellos lo denominaban o lo describían, no me sentía tranquila con eso. Entonces, también recuerdo que tuve una mentora testigo Jehová, ella iba, se tomaba la malicia de ir casi todos los días a mi casa, a ver, creo que eran cuatro veces por semana, pero siempre iba en la noche, tipo siete u ocho, justo a las horas que yo estaba jugando con mis amigos, yo era grande también, ya tenía tipo quince, dieciséis años, más o menos, y yo estaba jugando, que a la pelota, que al policía y a ladrones, yo ya iba a mi casa, y yo sentía una obligación de entrar, y a veces entraba enojada, porque yo decía, es que no te quiero escuchar ahorita, porque quiero estar con mis amigos, estoy con mis amigos, yo prefería estar con mis amigos que escucharla, y sentía frustración, sentía enojo, me llenaba de ira el saber que tenía que dejar una diversión por escuchar algo que realmente no me importaba, no me llenaba, no sabía porque realmente tenía la obligación de escucharla. Entonces, llevamos tres religiones que he pasado, entonces, que esa persona me explicara a mí la palabra de Dios, y que este versículo, y con ejemplos, y con esos folletos, y todo, la verdad es que me parecía muy aburrido, muy aburrido. No fue hasta entonces, en el 2020, que volví a la religión cristiana, yo, en ese, en el 2020, en plena pandemia, me sentía, bueno, no, a finales del 2019, entrando en el 2020, tuve una crisis emocional, tuve una crisis existencial, tuve una crisis de amor, o sea, tuve vivencias muy fuertes en mi vida, demasiado fuertes. Llegué a sentirme muy sola, muy sola. Llegué a llorar todas las noches, me cuestionaba, me autosaboteaba, me desesperaba, no, había lapsos de la noche que no podía respirar, o me levantaba con pesadillas. La verdad, era, fue una época que realmente me sentía muy mal. Y eso me llevó a volver a la religión cristiana, porque era la única religión que a la final dije, o sea, sí, me van a arrepentir lo mismo que ya sé, pero, sabes, me gustan las músicas, me gusta el trato, puedo al menos vestirme como yo quiera, o sea, no hay tantas imposiciones, ¿no? Entonces, este, la ropa más moderna, las músicas, como digo, entonces yo dije, no, sí, aquí me quedo, porque tenía la creencia de que uno tenía que tener una religión que debías seguir hasta el día de tu muerte, y yo estaba en busca de esa religión. Yo estaba en busca de qué me hacía mejor, qué me hacía bien, qué me gustaba, entonces, recuerdo que volví al punto de quiebre a cuestionarme de nuevo, a sentirme mal por lo que pensaba, por lo que comía, por lo que había hecho, por todo. Y no fue sino hasta una noche que, con mi esposo, nos cuestionamos, nos abrimos y nos cuestionamos, nos preguntamos qué realmente venimos a hacer, o sea, tuvimos una tipo de crisis existencial. Pero él, la verdad, lo tuvo más fuerte. Él fue el que investigó, me acuerdo que esa noche nos quedamos hasta tarde preguntándonos de dónde mismo veníamos, quién realmente era Dios, por qué estábamos aquí, cuál era nuestro propósito, y la verdad es que nos chocó mucho el saber de que realmente no hay un Dios. El que realmente el universo es una unificación de todos. El que venimos de atmas, de constelaciones, somos polvo cósmico, como lo quieras llamar. Realmente todas las religiones son imposiciones. Entonces, le chocó mucho a él, luego a mí. Yo en el momento no lo entendía a ciencia cierta, solo me quedé como, oh, ok, pero a él sí le chocó bastante. Luego ya lo entendí un poco mejor, fuimos investigándonos el tema cada día, fuimos adentrándonos a todo este campo cuántico del universo y las leyes espirituales y todo este conocimiento maravilloso, que fue cuando tuve mi crisis existencial. Yo me puse muy mal, me acuerdo. Igualmente me seguía cuestionando, pero era un cuestionamiento no para alguien, sino hacia mí mismo, de qué vengo a hacer. Ya estoy aquí, tengo tantos años, ¿qué vengo a hacer? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cómo hacer que mis personas cercanas y las personas ajenas tengan un conocimiento o una lección de vida o un vivir pleno, un vivir consciente, un vivir en el ahora? Fue entonces cuando aprendí que la espiritualidad es el camino de las leyes espirituales, de la introspección, de la sanación, del crecimiento personal, despertar la conciencia, y definí qué es la espiritualidad en mi vida. Mientras que la religión las definí como reglas impuestas, que tenías que realizarlas porque ibas a ser buena persona y si no la ibas a ser, pues eras mala persona. Entonces, no estoy satanizando a la religión, por si acaso, y a ninguna religión. Todas hablan del mismo Dios, todas hablan en los mismos pasajes bíblicos, pero lo que realmente creo es que la religión está mal enfocada. A pesar de que si te restringen muchas cosas, en muchos aspectos, está mal enfocada, porque realmente lo que relata la Biblia está enfocada a un beneficio para el mundo, más no para uno mismo. Entonces, yo respeto en realidad cada religión, cada ideología, no estoy juzgándola, no estoy imponiendo, estoy diciendo lo que yo creo, lo que yo pienso. Entonces, realmente nadie te va a salvar si no es tú mismo. Nadie va a querer ayudar a crecer si no es por ti mismo. Nadie puede ayudarte más que tú mismo. Entonces, que quede claro que todo lo que he dicho generalizado es base a mis experiencias, a lo que yo pienso, a lo que yo pensé en su momento, a lo que yo ya me definí. Y como digo, nosotros siempre tenemos que estar abiertos a desaprender para volver a aprender. Y la verdad es que cuando desaprendes te chocas mucho porque es como que te pones en un espejo tú a tú y es un debate contigo mismo. Pero es de crecimiento chicos, crecimiento personal, crecimiento puro, autoconocimiento, autodefinición, autoanálisis, es una cosa maravillosa. Con esto he terminado mi primer podcast. La verdad estoy muy feliz, más que todo contenta y satisfecha porque dije, bueno, al fin lo hice. Y disculparán algún audio, estoy empezando, disculparán si de pronto tuvieron algún debate, alguna cosa que no les gustó o se ofendieron por algo. Lo siento, yo lo que hice fue base a mis experiencias, mis vivencias, mi autocrítica, mi autocrecimiento y se los comparto a ustedes para que podamos vivir de manera consciente, para que podamos vivir en el presente, en el aquí y en el ahora, para que vivamos mejor, cada uno, como ser individual, como personas. Ese creo que es el primer paso de nuestro propósito de vida, definir quiénes somos, cómo somos, aceptarnos y reconocernos. Y bueno chicos, esto ha sido todo por hoy. Muchas gracias por su tiempo, muchas gracias por tomarse la malestia de escucharme. Si tienen algún punto, algún comentario, me lo hacen saber, por favor. Si tienen algún otro tema que les gustaría que hablara, también me lo hacen saber. Muchísimas gracias por tomarse el tiempo nuevamente y que tengan una vida muy, muy, muy, muy bonita y consciente. Bye.