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The transcription is about a guided meditation practice. It instructs the listener to get comfortable and relax their body, focusing on deep breathing. The meditation then guides them to bring their attention to their spiritual heart, visualizing it and observing its characteristics. The listener is encouraged to invite thoughts and distractions to the spiritual heart and practice self-compassion and gratitude. The meditation concludes with a visualization of pure white light flowing through the body, followed by slowly awakening and opening the eyes. Posiciónate cómodamente, tumbada en el sofá, en la cama, en la esterilla. Estira tus piernas, cierra los ojos. Los brazos puedes dejarlos lejos del cuerpo, con palmas mirando al cielo. O por lo contrario, también puedes poner las manos en alguna zona de tu cuerpo donde sienta que debe de haber sanación. Relaja los músculos de la cara, sobre todo la mandíbula, dándole una sensación de calma, de paz al cerebro. Y haz tres respiraciones profundas, inhalando por la nariz y expirando por la boca. Inhala profundo aire limpio y blanco, y exhala relajando cada vez más el cuerpo, dejando que las piernas pesen. Que la columna se hunda lentamente en la tierra, que los ojos pesen y se hundan en el cráneo. Inhala profundo por la nariz, y esta vez reten un par de segundos el aire, y cuando creas que no puedas inhalar más, hazlo un poquito más. Y expulsa por la boca. Deja que la respiración vuelva a su cause natural. Y deja que el cuerpo pese cada vez más, y más, y cada vez más pesado con la respiración, perdiendo sensaciones físicas. Dejando a un lado esa mente irracional, bajando la intensidad de las emociones. El corazón espiritual, según los yoguis, los antiguos sabios de la India, está situado al lado derecho de nuestro corazón anatómico, en el centro de nuestro pecho. Pon toda tu atención ahí, lleva tu respiración a esa zona. Vas a sentir o a visualizar ese corazón espiritual. Puedes ponerle una forma y un color, una forma que le sea fácil a la mente visualizar, como quizá pueda ser un círculo, una flor. Y vas a observar su tamaño, su forma, el color, el tacto que pueda tener. Y te vas a recoger en esa zona de tu cuerpo. Si viene algún pensamiento, lo vas a invitar a que vaya a esa zona. Si hay algún ruido externo que te distraiga, vas a invitar a ese ruido a que vaya a ese corazón espiritual. Y vas a recogerte con humildad y con amor en esa zona tan importante, tan sutil. Me permito parar y darme un espacio para sentirme, para sentirme entera por dentro y por fuera. Y voy a visualizar como mi cuerpo se mete en ese corazón. Y voy a observarme a la vez desde fuera como si tuviese ese corazón, como si me tuviese a mí misma en la palma de la mano. Observa que edad tienes en ese recogimiento interno, cómo vas vestida, vestido, cómo es el pelo, las emociones que tienes en el rostro en ese recogimiento. Sin juzgarte, sin cruzar palabra alguna, te vas a seguir observando con compasión, humildad, amor y gratitud. Y te vas a decir a ti misma, a ti mismo, que no te vas a abandonar. Y pase lo que pase vas a estar contigo, que esto es un lugar seguro para recogerte en cualquier momento y en cualquier circunstancia. Y vas a hacer una lista mental de gratitud, de agradecimiento hacia ti misma. Deja que el amor inunde todas las zonas de tu cuerpo físico y sutilez. Que inunde cada parte de tu subconsciente, limpiando memorias, acompañándote en todo momento, acompañándote a ti misma, a ti mismo. Y vas a sentir como esa parte de ti vuelve a entrar en tu cuerpo, dejándolo que entre por cualquier zona, por la zona donde necesites más sanación. Iluminándote de luz pura y blanca, esa luz va a situarse en el centro de tu pecho. Y con cada inhalación va a ir recorriendo tu clavícula, tus hombros, costillas, pulmones, bajando por tus codos, antebrazos, inundando todos tus dedos, zona superior de la espalda, cuello. Vértebra, mandíbula, todos los músculos del rostro iluminando tu cráneo por dentro y por fuera. Bajando por tu columna, vertebra a vértebra, inundando pulmones, estómago, vaso, páncreas, intestino, tus caderas, aparatos reproductor, aparatos urinarios, bajando por muslos, rodillas, pantorrillas, hasta llegar a la puntita de tus pies, envuelta en una luz, toma una respiración muy, muy, muy profunda por la nariz y exhala con la boca. Esa luz se va a ir recogiendo poquito a poco en tu pecho con cada respiración. Y de una forma muy consciente y muy sutil vas a empezar a mover los dedos de los pies y de las manos, intentando no abrir los ojos hasta el último momento, moviendo muy suave la cabeza, mueve suave muñecas y tobillos, empieza a hacer los movimientos que tu cuerpo te pida sin perder esa conexión contigo misma con tu interior, tu ser, tu presencia. Espírate, abre la boca y bosteza también si el cuerpo te lo pide y te vas a dar tu tiempo para ir despertando poco a poco y cuando el cuerpo te invite a abrir los ojos puedes hacerlo lentamente. Subtítulos por la comunidad de Amara.org