25 abr 2024, 15_38_06

Con diez cañones por banda, viento en popa toda vela. No corta el mar si no vuela, un velero gargantín. Baja el pirata que llaman, por su bravura, el temido. En todo mar conocido, del uno al otro con fin. La luna en el mar riela, en la loma gime el viento. Y alza en blando movimiento, olas de plata y azul. Y ve al capitán pirata, cantando alegre en la popa. Así a un lado, al otro Europa, y allá en su frente, Estambul. Navega, valero mío, sin temor, que ni enemigo navio, ni tormento, ni bonanza. Tu rumba torcera arcada, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho, al deslecho, del inglés, que han rendido sus perdones, cien naciones a mis pies. Que es mi barco, mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Allá movan feroz guerras ciegos reyes, por un palmo más de tierra, que yo tengo aquí por mío, cuanto barca en paz agravio. A quien nadie impuso leyes, y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera, ni esplendor. Que no sienta mi derecho y de pecho a mi valor. Que es mi barco, mi tesoro, a la voz de barco viene, es deber. Cada como vira, y se previene a todo trapo a escapar. Que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer. En las presas yo divido, lo cogido por igual, solo quiero por riqueza la belleza sin rival. Que es mi barco, mi tesoro, sentenciado estoy a muerte y yo me río. No me abandone la suerte y el mismo que me condena. Colgaré la alguna entera, quizá en su propio navio, y si caigo. Que es la vida, por perdida ya la vi, cuando él yugó, del esclavo como un bravo sacudí. Que es mi barco, mi tesoro, son mi música mejor aguilones. El estrepito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los brandidos, y el rugir de mis cañones, y del trueno al sol violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar. Que es mi barco, mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza del viento, mi única patria, la mar.