The speaker begins by thanking God and asking for guidance during a study session. They discuss the sixth law, which is the law of evaluation, and give an example of a couple dealing with financial issues. The speaker emphasizes the importance of evaluating the pain caused by setting boundaries and differentiating between pain and injury. They mention that pain can help us grow and give an example of a woman who found comfort in shopping but caused harm to her marriage. The speaker also introduces the seventh law, the law of being proactive, and discusses the importance of taking action to resolve problems based on one's values and needs. They mention the three stages of this law and the importance of being proactive rather than reactive in marriage. The speaker briefly mentions the topic of hormonal changes and premenstrual syndrome in relation to reactive behavior. They encourage listeners to address these issues with their partners.
Gracias, Señor, por estos preciosos momentos. Gracias por que nos permites reunirnos en tu nombre. Te pido, Padre, que seas tú quien guíe esta noche, este estudio, Señor, que abras los ojos de nuestros corazones, Padre, para que podamos escuchar atentas lo que tú nos quieres decir hoy. Te pido que, por favor, nos ayudes a entender de tu palabra, darnos discernimiento y sabiduría, y sobre todo, ayúdanos a ser mujeres sabias y poner en práctica lo aprendido. Te lo pido en el nombre de tu Hijo Jesús.
Amén. Las otras 5 leyes, las que le siguen, en total son 10. El miércoles pasado vimos 5, este le siguen, bueno, la número 6. Y la número 6, bueno, es la ley de la evaluación. No sé si algunos han tenido la oportunidad de leer el libro, pero sí, es tan interesante. Muchas veces tomo cosas del libro y luego complemento mucho también con cosas que me pasan o que aprendo, etc. Entonces, la ley de la evaluación prácticamente es aprender a diferenciar entre dolor y herida.
Esta esencia de saber, ok, voy a evaluar el dolor que pueden causar mis límites a la otra persona. Recuerden que los límites siempre son a nosotras mismas, ¿no? Pero ese tipo de límites que yo puedo poner es un dolor que conduce a una herida, ya sea a mi cónyuge, o es un dolor que surge el crecimiento, ¿no? Siempre me gusta poner ejemplos para poder entenderlo más, y es por decir un nombre, ¿no? No sé por qué siempre, ahorita van a ver por qué digo esto, ¿no? Pero siempre como que echan la culpa a las mujeres que les gusta irse tanto de compras, y ahorita vas a ver por qué, ¿verdad? Era un hombre, ponle que se llama Juan, ¿no? Y está en una situación en su matrimonio en donde estaba siendo herido por las actitudes de su esposa, ¿no? ¿Por qué? Porque ella estaba pasando por situaciones como de desánimo, depresión, entonces lo que ella hacía era irse de compras.
¿Por qué? Porque la animaba, se sentía bien por un rato, y qué es lo que estaba pasando, o sea que ella no sentía dolor cuando se iba de compras y gastaba extravagantemente, pero el matrimonio sí estaba siendo herido, ¿no? Él se sentía triste simplemente de pensar en que tiene que cancelar sus tarjetas, ¿no? Cuando buscó ayuda, este pastor, el doctor Claude, le dijo, ¿has pensado en cancelar sus tarjetas? Y él dijo, no, es que eso la va a poner muy triste y le va a causar mucho dolor, porque sé que cuando tuvo, en su infancia, pues sufrió de cosas que le faltaban, entonces yo sé que también esto le hace bien irse de compras, etc.
Pero la realidad es que la economía del matrimonio se estaba destruyendo a causa de esto, ¿no? Entonces Juan estaba luchando con esta evaluación, o sea, esta ley, ¿no?, la evaluación del dolor, del dolor que iba a causar este límite que él podría poner, ¿verdad? Pero recuerden que siempre cuando alguien está en dolor no significa que algo malo está ocurriendo, ¿no? Porque como lo vimos, o sea, esta chica, ¿no? Ella, pues sí, se sentía en dolor y todo, pero probablemente algo malo no era que estuviera ocurriendo, ¿no? Siempre el dolor nos va a ayudar a crecer.
Entonces, bueno, él se tuvo que detener a evaluar, o sea, ¿qué estoy haciendo? Y pues al final sí, o sea, finalmente decidió cancelar las tarjetas de crédito de su esposa y María, pues, aprendió a lidiar con su dolor y esto la hizo crecer y las finanzas del hogar estuvieron estables, ¿no? Estos límites que él puso fueron sanos porque le ayudaron a crecer. Si nos vamos explicando, o sea, no fue un límite que él haya puesto y que, no, o sea, María ya no pudo más con su vida y, no, o sea, se destrozó la vida porque ya no pudo ir de compras, claro que no, ¿verdad? O sea, es un límite que la ayudó a crecer.
Y, bueno, yo puse este ejemplo, pero tú puedes tomar en cuenta esta ley, ¿no? Evaluar, decir, mi límite va a ayudar a crecer, pues, a mi cónyuge, va a ayudar a crecer a la relación porque recuerda que siempre los límites tienen que ser sanos, ¿no? Con esta finalidad de que los dos podamos crecer, de que los dos podamos seguir sintiéndonos libres y amados, ¿verdad? ¿Por qué? Porque establecer límites a tu cónyuge para hacerle daño, o sea, con ese afán de hacerle daño es venganza y sabemos que la venganza está en manos de Dios y no en las nuestras.
Así que recuerda esto, o sea, el dolor sí puede ser el mejor amigo de tu matrimonio que jamás hayas tenido, ¿no? Hay un versículo que me encanta en Oseas 2.14 que dice, Pero luego volveré a conquistarla, la llevaré al desierto y allí le hablaré tiernamente. Es un versículo que Dios nos está diciendo, o sea, te volveré a conquistar. Cuando te lleve al desierto, allí te hablaré tiernamente. Es a lo que me refiero con esta frase, cuando el dolor puede ser nuestro mejor amigo, es porque es el propósito de Dios, llevarnos al desierto ahí en donde pensamos que todo está mal, que todo se está destruyendo.
¿Por qué? Porque a veces nos vamos a sentir solas o tristes con algunas circunstancias con nuestro matrimonio, ¿verdad? Pero es ahí en donde vas a conocer verdaderamente a tu Señor. Es ahí en donde Él nos va a conquistar, nos va a hablar con ternura, nos va a enjuagar las lágrimas. Y ese es mi deseo siempre, o sea, que en cada situación de dolor o confusión que tú te encuentres, por situaciones de tu matrimonio o externas también, o sea, puedas recordar que Dios tiene un plan y un propósito con cada dolor que estemos pasando.
Y recuerda que el dolor no necesariamente va a ser porque algo malo esté ocurriendo, sino porque Dios lo va a usar para su gloria y para tu bien. Así que esta ley, pues, estuvo interesante, ¿verdad? Vamos a la número siete, la ley de ser proactivo. ¿Qué quiere decir esto? A ver, te ha pasado en tu matrimonio, ¿no?, que tú eres la que se queda callada. Yo sé que hay... a mí me pasaba esto, ¿no? Yo era la que me quedaba callada.
Hay matrimonios en donde es el hombre como que el más calladillo, ¿no? Pero bueno, ¿qué pasa, no? A lo mejor hay relaciones también en donde los hombres son como burlones, ¿no? O como de bromas, o ya también así como que están... Ay, no sé cómo se dice la palabra, que están frío y frío, ¿verdad? Quería buscar una palabra que se pudiera entender para todas, ¿no? Pero es eso, ¿no? O sea, él es así y luego tú te quedas callada como para no seguir el juego de tu esposo, ¿no? O ya estás cansada de lo mismo y ya ni siquiera contestas para no rebajarte a su nivel, etc., ¿no? Y aun cuando a veces tu esposo es sarcástico o hiriente, bueno, tú lo soportas en silencio.
Entonces, si eres así, definitivamente va a llegar un momento, si no es que ya te llegó el momento en donde vas a explotar. O sea, pues vas a explotar enojada, ¿por qué? Porque todo te lo estuviste guardando. Y ese día que explotes, o sea, te vas a sentir hasta irreconocible, o sea, ¿por qué reaccioné así? O sea, no me lo imaginaba, no lo pensé, ¿verdad? Y hasta te vas a sentir que tú has sido la mala persona y todo, ¿no? Entonces, por eso esta ley no se llama proactivo, ¿por qué? Porque significa que es tomar acción ahora para resolver los problemas basándote en tus valores, en tus deseos, en tus necesidades.
Es por eso que esta ley nos va a ayudar a ser proactivas y no reactivas, ¿no? Esta ley se conforma de tres etapas, ¿no? Una, los límites reactivos son parte necesaria del crecimiento de tu matrimonio. Son parte necesaria porque si has sido víctima o tu personalidad es ser pasiva, entonces este límite reactivo te va a ayudar para tomarte la libertad de hablar al respecto, ¿no? De todo lo que has estado callando o de todo lo que no estés de acuerdo, ¿no? Estuviste callada, callada, entonces tienes esto de que reaccionas y, bueno, pues ya que de verdad ya reaccionaste, ahora te va a tocar decir, bueno, ya perdón, me equivoqué, pero es que fíjate que no estoy de acuerdo ni con esto, ni con esto, ni con esto, ¿no? Creo que a esto se refiere, o sea, te va a dar la libertad de, bueno, expresarte ya cuando hayas reaccionado, ¿verdad? Pero la segunda es que este tipo de límites reactivos no van a ser suficientes para el crecimiento, ¿por qué? Porque una, pues no te la puedes pasar como que guardándote todo lo que sientes, eso no es posible, ¿verdad? Y tampoco, pues, solo gritando o reaccionando vas a hacer que tu esposo quiera escucharte, ¿no? Eso no va a funcionar y, al contrario, pues a veces va a preferir, pues, no escucharte o si cada vez que se ponen límites o si cada vez que tú quieres decir algo que te molesta, son con gritos, eso va a dañar más la relación, ¿no? Y por tercero es que los límites proactivos mantendrán el amor y la libertad, ¿no? Vamos a seguir con esto, ¿verdad? Hablando de lo reactivo, quise añadir esta parte porque creo que es muy interesante.
En una de las preguntas que les mandé, chicas, en el primer capítulo, a lo mejor no todas las tienes, pero, bueno, yo se las mando ahorita, les digo el correo, hay una pregunta que te dice, ¿tú con tu esposo abordan temas como de disfunciones, líbidos, cambios hormonales? Yo cuando abordé esta pregunta con Gabriel sí fue como que, ah, pues sí, sí, una vez por mes, pues, andas de, pues, como que más de genio, ¿verdad? Y yo de que, ok, y ya, o sea, nada más fue el tema, ¿no? Pero es importante mencionarlo porque, porque sí, cada tres de cuatro personas pasan por estas situaciones en el, sí, una vez por mes, ¿verdad?, ¿saben de lo que estoy hablando? Perdón que se me, como que se me fue la presentación.
Se llama el síndrome premenstrual. No sé si lo habían escuchado, o sea, yo soy bien ingenua, le dije a Gabriel, perdóname, yo no lo había escuchado, hasta apenas estoy investigando de, de esto, ¿no? ¿Por qué? Porque, te digo, todas pasamos por eso, todas, si tú eres mujer estás pasando por esto, ¿no? ¿Por qué, este, fácil, es una semana antes de que te llegue el periodo vas a estar más reactiva? Es por eso que lo quise sacar en este tema, ¿no? ¿Cuáles van a ser tus signos? Que tengas tensión, ansiedad, a veces tu estado de ánimo, te vas a sentir como deprimida o más decaída, vas a tener episodios de llanto, o sea, vas a estar llorando por todo, vas a tener cambios de humor, irritabilidad, enojo, algunas padecen de insomnio, y ahí es lo que mencionaba, también hay mujeres que tienen, les afecta su cambio de líbido, puede ser que no se sientan con, o sea, no tengan apetito sexual para nada, ¿verdad? Y otras que sí, cada mujer es diferente, ¿verdad? Y estos son los síntomas emocionales.
Realmente hay algo, o sea, literal se llama el síndrome premenstrual, hay algo que pasa en nuestra mente, en nuestra cabeza, también, este, cuando estamos una semana antes de nuestro periodo, ¿verdad? Esto es lo emocional, agrégale los síntomas físicos, que te duele la cabeza, que te sientes fatigada, te sientes inflamada, brotes de acné, cólicos, y yo digo, o sea, esto es suficiente para que tu vida cotidiana se afecte, hay un estrés emocional, y por consecuencia puede afectar tu matrimonio.
Entonces, si tú no conocías el tema, es este, aquí te lo dejé, las iniciales, SPM en español, en inglés es PMS, Premenstrual Mood Swings. A mí me gusta leer como la medicina más en inglés trae más, no sé, se me hace que está un poco más completa, ¿no? Y entonces es un tema que puedes abordar con tu esposo, digo, ya a través de estas preguntas que te di, o sea, decirle, ¿sabes qué? Sí me pasa esto, sí, reacciono más, a lo mejor, en esta temporada del mes, porque pues me siento diferente, estoy muy fatigada, si mi hijo está llore, llore, llore, pues reacciono con más facilidad, ¿verdad? Si él no tiene la más mínima idea, es algo que necesitas platicar con él, ¿verdad? Dile, ¿sabes qué, amor? Ya estoy en esta semana, así que prepárate.
No, no es broma, pero sí le puedes decir, sí, necesito que me ayudes, necesito que seas más amoroso, más paciente, y por nuestra parte, yo creo que poner excusas no se vale, ¿no? Porque si ya sabemos del tema, es de decir, ok, ya sé del tema y lo voy a investigar, ¿no? Hay mujeres que dicen, ay, no, pues ni yo me aguanto. Pues no, ok, pues él tampoco me aguante. No, creo que no se trata de eso, ¿no? Yo investigué y lo que podemos hacer por nuestra parte, o sea, nuestros esfuerzos y de manera natural es lo siguiente, ¿no? Hacer ejercicio 30 minutos diarios, más días de la semana que menos, ¿no? A veces nos conformamos como que, ah, bueno, el lunes, porque quise empezar el lunes, y el martes y ya, no, más días de la semana que menos tienes que hacer ejercicio, al mínimo 30 minutos, con eso está bien.
Una, debes de dejar la comida chatarra, ¿no? De evitar azúcares, evitar refrescos, comer balanceado, frutas, verduras, cereales, etc., ¿no? Dormir entre 7 y 8 horas diarias. Esto creo que es de lo más importante. Necesitas descansar y dormir lo suficiente. ¿Por qué? Porque si no duermes suficiente, vas a estar más irritable, ¿no? Yo sé que hay mamás de bebés pequeños que sus hijos se levantan en la noche, etc., o sea, lo que yo hacía era dormirme en el día.
Cuando un bebé es pequeño, se duerme en el día. Yo necesitaba dormir en el día para recuperar como que esas horas de sueño, ¿verdad? Y por otra parte, el manejo de estrés. Estrés porque, pues, trabajamos, hay estrés, pasamos por otras cosas aparte de los hijos y el matrimonio, ¿no? Así que necesitamos también aprender a hacer como ejercicios de respiración para calmar nuestro cuerpo, nuestra mente, ¿no? Creo que la mayoría de las mujeres pasamos por esto, no sé, a mí me pasaba.
Hace poco que reaccioné, que yo dije, ¿qué? ¿Por qué dije esto? Yo ni siquiera quería decir esto, ¿qué pasó, no? Y es cuando nos pusimos a investigar sobre este tema y creo que es algo que lo más amoroso que puede hacer tu esposo es investigarlo contigo, ¿no? No simplemente que se ponga como que, ah, pues ya sabía que te pasaba o no sé, simplemente hacerlo juntos, ¿no? Que puedan hablar de este tema juntos. Y hay aplicaciones, creo que a lo mejor ya tienes una aplicación en donde puedes estar revisando estos días, etc., ¿no? Y creo que lo mismo pasa con el embarazo, o sea, cuando están embarazadas, mujeres que están pasando por la menopausia, es lo mismo.
Nuestros cuerpos cambian, hay cambios hormonales que sí nos afectan. Así que es algo que debemos de investigar, o sea, como que tomar nosotros la responsabilidad y luego sí hacérselo saber a ellos, ¿no? Pero bueno, este era como que punto y aparte, un tema que se me hizo importante abordar en esto de cuando somos reactivas. Les sigo, les sigo, que ya estoy hablando mucho. La siguiente es la envidia, la ley de la envidia. Aquí está. La envidia declara que nunca obtendremos lo que queremos si nos estamos enfocando fuera de nuestros límites, ¿no? O sea, ¿qué quiere decir? Nos estamos enfocando en lo que otros tienen, en los demás.
Hubo una mujer que lo tuvo todo. Y su nombre es Eva. Dios le dio acceso a todos los árboles del jardín. Ella tenía todo para ella, y bueno, en excepción de este árbol de la Biblia que le llama el árbol del conocimiento del bien y del mal, ¿verdad? Entonces, ¿cuál fue la raíz de que Eva pecara y comiera ese fruto de ese árbol? La inconformidad. O sea, Eva quitó los ojos de las bendiciones que Dios le estaba dando, y esa ambición, pues le quitó lugar al contentamiento.
Fíjate, este versículo está en Génesis 3, 6. Dice, la mujer quedó convencida, vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría, así que lo tomó y se lo comió, ¿verdad? Pero, fíjate bien, o sea, en este versículo hay un verbo clave. Eva vio, la mujer vio, ese es el verbo. La mirada de Eva cambió de lugar, o sea, ella dejó de ver todo lo bueno que estaba a su disposición, y ahora sus ojos estaban puestos en aquel árbol.
Es lo que Dios nos está diciendo esto, o sea, que no cambiemos lo perfecto, que Dios nos ha dado por lo imperfecto. O sea, no cambiemos lo eterno por lo pasajero, no cambies la felicidad por el dolor. Y en pocas palabras, o sea, concentra tu mirada en las cosas que tienes, en las bendiciones que Dios ya te ha dado, esposo, hijos, hogar, trabajo, ¿verdad? Dos temas importantes que quise agregar en esto es las redes sociales y los pensamientos.
Mucho de las redes sociales, ¿por qué? Porque la envidia, como vemos, el descontentamiento, el desear lo que otros tienen, empieza por lo que vemos, ¿no? Entonces, en las redes sociales deseamos tener la casa que vimos en Pinterest, ¿no? Y muchas veces también llega la envidia porque estás comparando tu realidad con la realidad que estás viendo ahí en esas redes, ¿no? Y hacemos como Eva, fijamos nuestra mirada en eso que los demás comparten, ¿no? Y empezamos a dar entrada a la envidia, y empezamos, ay, es que yo quisiera tener el cuerpo de ella, qué padre, ¿no? Ay, me gustaría ser así como esa mujer emprendedora, o yo quisiera tener su vida, mira, se la pasa viajando.
O sea, la envidia y la envidia, y luego hay mujeres que se esconden atrás del, ay, es que esa envidia es la buena, ¿eh? No es cierto, no se dejen engañar, porque no existe la envidia buena, no existe. O sea, lo único que está provocando esto es descontentamiento en tu corazón, y al mismo tiempo le estamos diciendo adiós. ¿Sabes qué, Dios? Pues no estoy satisfecha con lo que me estás dando, no me gusta en dónde vivo, no me gusta mi vida, y fácil podemos caer en esa trampa que nos está robando el gozo, ¿no? Y nos está desviando del propósito de Dios.
Por eso no debemos de dar cabida a la envidia, ¿no? A través también de, creo que tenemos que ser muy inteligentes para saber usar las redes sociales. Y por otra, los pensamientos. ¿Por qué? Porque la raíz de Eva, de que ella pecara, fue por las mentiras que empezó a poner el enemigo en su cabecita, ¿no? Llegó la serpiente y se le acercó y le dijo, no hombre, no, no te va a pasar nada si comes ese fruto.
Y aun cuando ella sabía que no debía hacerlo, pues lo hizo, ¿no? ¿Por qué? Porque le creyó a las mentiras que le estaba poniendo el enemigo en esa cabeza, ¿no? Por eso es lo que necesitamos también, o sea, ¿qué tipo de pensamientos he estado pensando últimamente? Porque sé que hay mujeres que luchan con pensamientos de, es que mi vida hubiera sido mejor con mi ex, porque mi esposo no me entiende, o a lo mejor otro hombre sí me valoraría, ¿no? O al contrario, hay mujeres que dicen, no, es que mi esposo estaría mejor con alguien más, ¿no? Yo no soy suficiente, no soy buena para él, ¿no? Otra mentira que le va a encantar al enemigo ponerte en tu cabeza es que las cosas en tu matrimonio nunca se van a solucionar, o sea, que tu pareja nunca va a cambiar.
Y recuerden que un pensamiento repetitivo se vuelve una acción. Así que cuando, o sea, lleguen pensamientos así a tu cabeza que dices, estos pensamientos no vienen de Dios, no están glorificando a Dios, hay que permanecer en oración para atacar esos pensamientos. Justo ahorita leía un versículo en 2 Corintios 10.5 que dice, lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. ¿Para qué? Para que no caigas en la trampa del enemigo, para que no te encuentres mandándole un mensaje a otro hombre, y bueno, un hombre a veces, no sé si escuchan nombres o no, para que no te encuentres mandándole un mensaje a otra mujer, ¿no? A esto me refiero de no cambien la felicidad por el dolor, no cambies lo que Dios ya te dio por algo pasajero.
Necesitamos entregarle a Dios nuestras insatisfacciones que estemos sintiendo, ¿no? Necesitamos entregarle a Dios nuestros pensamientos que nos están inquietando y pídele que te dé contentamiento con lo que te ha dado, pídele que te ayude a valorar cada detalle que viene de Él, ¿por qué? Porque yo sé que cada una de ustedes tienen sueños, todas tenemos sueños, ¿no? Y Dios quiere concederte los deseos de tu corazón. Él sabe a lo mejor nuestros deseos de tener una casa bonita, no importa el tamaño bonita, pero una casa propia, un marido que honre a Dios, una estabilidad financiera.
Él conoce cada uno de nuestros deseos, pero simplemente Él nos está pidiendo a cambio, deleítate en mí. Está en Salmo 37.4, deleítate en el Señor y Él concederá los deseos de tu corazón. El término deleite es una palabra que se utiliza en la Biblia para describir un estado de felicidad, gozo, satisfacción. Es lo que nos está diciendo Dios. Busca tu satisfacción y tu felicidad en mí y yo te daré y te concederé los deseos de tu corazón.
Y creo que no hay nada que se compare a esa plenitud de poder pasar tiempo en Su Palabra, de poder conocerle, porque te lo digo a 100%, no hay lugar, no hay cosa, no hay persona que va a poder saciar tu corazón y sólo Dios. Así que, bueno, ésta era como complemento de esta ley y sigo con la siguiente, ¿no? La ley de la actividad. Se me hizo muy sencilla práctica, fácil de entender. Aquí está, la ley de la actividad.
¿De qué se refiere? Pues ésta declara que necesitamos tomar la iniciativa para resolver nuestros problemas en vez de ser pasivas, ¿no? Creo que en las relaciones siempre va a existir la pareja que es pasiva y la pareja que es activa. La pasiva siempre va a ser como que, no, pues que ella me hable primero, o el que me hable primero. Y siempre espera que la otra es la que dé el primer paso y luego ya respondo.
Y la activa, pues va a ser la que toma la iniciativa a confrontar los problemas, ¿no? Creo que algo que a mí me ha ayudado a ser una persona activa en mi relación de tomar la iniciativa es que he podido experimentar la profundidad del perdón de Dios. Y otra, porque aún en las circunstancias difíciles, discusiones, en lo que nos encontremos, siempre mi mente está puesta en su verdad. Es un versículo que me gusta tener en mente en 1 Corintios 13, 4, 7, ¿verdad? El amor es paciente, es bondadoso, el amor no es celoso, ni fanfarrón, no es orgulloso ni ofensivo.
No exige que las cosas se hagan a su manera, no se irrita ni lleva registro de las ofensas recibidas, no se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad cuando la verdad triunfa, ¿verdad? El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe y siempre tiene esperanzas. Y se mantiene firme en toda circunstancia. Creo que es algo que me ha ayudado como que, bueno, voy a tomar la iniciativa yo, ¿verdad? Y es algo que Dios nos está diciendo, no esperes a que tu pareja dé el primer paso, pídele a Dios que te ayude a tomar la iniciativa, ¿no? Haya sido tú o no la que comenzó la discusión, el problema, que siempre puedas tener esa responsabilidad de tomar la iniciativa, ¿no? Y a lo mejor si es a tu esposo al que le cuesta tomar la iniciativa, también puedes orar a Dios por eso.
Te dejo eso en Salmo 34, 14, ¿no? Que puedes pedirle a Dios a través de este Salmo para que él pueda también tomar la iniciativa de querer solucionar los problemas. Y por último, la ley de la exposición. Este también me gustó porque es tan cierto. Dice que un límite que no se comunica es un límite que no está funcionando, ¿no? Puede ser que a estas alturas de tu matrimonio hay cosas que todavía no le has comunicado a tu pareja.
A lo mejor también puede ser que tenga un poquito de tiempo de casados y te da pena decírselo, no sabes cómo decírselo, pero recuerda que Dios diseñó los límites para promover el amor y la verdad. O sea, necesitas dejar en claro desde ahora lo que quieres en tu matrimonio, lo que no quieres en tu matrimonio. Y esta ley de la exposición es la única manera que se puede llevar a cabo la curación y el crecimiento, ¿no?, en nuestro matrimonio.
Hay que ser sabias para poder darle la libertad a nuestro esposo de que hable también, ¿no? Porque a lo mejor en otros casos es el esposo el que es más pasivo o serio, ¿no?, y que le cuesta tomar la iniciativa. O sea, dale la libertad también para que él pueda tomar la iniciativa y decir los límites que él también quiere, ¿no? Te dejo un versículo aquí por último. Está en el Salmo 119, 59, que dice, Me he puesto a pensar en mis caminos y he vuelto mis pasos hacia tus mandatos.
Te lo repito otra vez. Me he puesto a pensar en mis caminos y he vuelto mis pasos hacia tus mandatos. Creo que es un momento en el que nos podemos, nos ponemos a pensar qué caminos estoy siguiendo yo con mi relación con Dios, qué caminos estoy siguiendo en mi matrimonio. Me pongo a pensar en esto y reoriento mis pasos siempre a la palabra de Dios, siempre a lo que Él dice en sus mandamientos, ¿verdad? Y les dejo este versículo de nuevo en 1 Corintios 13, 4, 7, porque yo sé que hay mujeres que a lo mejor dicen, es que yo no sé cómo orar o cómo puedo hacer para orar.
Anteriormente vimos como dos temas, ¿no?, de orando la Biblia y específicamente vimos orando salmos, pero también puedes usar partes de las Escrituras para orar por tu matrimonio o situaciones en específico. Y vimos este de 1 Corintios, o sea, cuando un matrimonio está siendo herido, cuando hay dificultades pueden usar este versículo. Ahorita yo lo leí, voy a orar un poco este, te lo voy a poner como ejemplo de cómo lo puedes orar para que tú lo tomes en cuenta para orarlo también.
Pero puedes empezar por decir, y bueno, es con la oración con la que voy a terminar también. El amor es paciente, Señor. Te pido, Padre, que Tú reines en cada uno de los matrimonios que están escuchando estos audios, Señor. Te pido que el amor sea paciente en cada uno de ellos, Señor. Ayúdalos a ser pacientes y a entenderse, Señor. Darles la bondad de poder tomar la iniciativa, Padre, para querer arreglar los asuntos por los que estén pasando, Señor.
Te pido, Señor, que en sus matrimonios no existan los celos, Padre, que siempre haya verdad, que siempre haya libertad, Padre. Que en sus matrimonios, Señor, quites el orgullo, Señor. Te pido que en ningún lado pueda haber pláticas ofensivas, que ellos siempre puedan hablarse con amor, Padre. Te pido, Señor, que las cosas que ellos hagan siempre puedan estar de acuerdo. Que no sea que quieran hacer las cosas a su manera, sino a Tu manera, Padre. Te ruego, Señor, que no haya gritos, que no se irriten, Señor, que ninguno de ellos lleve un registro de las ofensas que han recibido.
Que puedan cumplir con Tu Palabra, Padre, y perdonar como Tú nos has perdonado, Señor. Que ya no se tenga que recordar una y otra vez las ofensas que se han recibido, Padre. Te pido que ellos puedan alegrarse en Tu verdad, que puedan buscar Tu verdad para que Tú seas el centro de su matrimonio. Que su amor nunca, Señor, se dé por vencido. Que su amor jamás pierda la fe. Que ellos puedan poner sus esperanzas en Ti, porque Tú jamás los vas a defraudar.
Te pido, Padre, que los mantengas firmes en Tu roca, que eres Tú, que es Tu Palabra, Padre, y que en cada circunstancia Tu amor gobierne en cada uno de sus matrimonios. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo, Jesús. Amén.