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"El amor de los esposos en Cristo" (Efesios 5:25-33)

"El amor de los esposos en Cristo" (Efesios 5:25-33)

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Predicación del domingo 29 de octubre 2023 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Hugo Ventura

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This is a sermon discussing the importance of love in marriages. The speaker emphasizes the need for husbands to love their wives as Christ loved the church. They also mention the negative effects of pride and selfishness on a marriage. The speaker encourages couples to follow the guidance of God's Word in order to have a fulfilling and blessed marriage. Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. Vamos a continuar con nuestro estudio en la Carta a los Efecios. El día de hoy vamos a estudiar Efecios capítulo 5, versículo 25 al 33. Para los que nos están visitando, hemos estudiado la Carta a los Efecios, versículo a versículo, ya durante los últimos meses. Hemos visto la identidad que tenemos en Cristo, la salvación por gracia, por su misericordia. Hemos visto también que hemos sido llamados en respuesta a esta salvación, a este amor, a esta misericordia. Hemos sido llamados a vivir acorde o dignamente del llamamiento con el que hemos sido llamados como hijos de Dios. Por lo tanto, es nuestra identidad que tenemos en Cristo la que ahora deriva en actividad y en fruto de nuestra vida. Así que la semana pasada hablamos respecto a la sumisión de las esposas. Y creo que fue un tiempo bastante confrontante, pero también Dios nos instruyó en su palabra. Y el día de hoy vamos a ver esta parte del rol de los esposos. Así que, esposa, ya aguantaste el domingo pasado. Y es mi anhelo que Dios, más que aguantar, haya podido instruirte, darte ánimo y también sabiduría y guía en este llamado como esposa. Pero el día de hoy vamos a ver qué dice la palabra de Dios a que somos llamados en este pasaje de Efecios 5, versículo 25 al 33. Entonces, Gloria pide que te pongas de pie, por favor. Vamos a leer en pantalla el texto ahí. Recuerda que en pantalla está apareciendo la versión que estoy utilizando, que es la Nueva Biblia de las Américas. Así que si gustas leer de ahí para ir en una misma versión, puedes hacerlo. Yo leo el 25, tú el 26, y así alternamos hasta el versículo 33 leer juntos. Dice Efecios 5, 25. 25. Maridos, amen a sus mujeres, así como Cris tomó a la iglesia y se dio él mismo por ella. A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Juntos, en todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido. Vamos a orar. Jesús, gracias por un día más dar aliento a nuestros pulmones, Señor. Gracias por un día más extender Tu misericordia, y gracias por un día más darnos el privilegio de venir a Tu Palabra, Señor. De saber que Tu Palabra es verdad, que es viva, que permanece, Padre. Y así como hace ocho días nos mostraba, Señor, el llamado como esposas, hoy también Tú eres claro, Padre, y nos muestras el llamado que tenemos como esposos, como hombres. Y mi anhelo es, Padre, que no solamente quede en los que estén casados aquí, sino que también jóvenes, personas que a lo mejor no están dentro de un matrimonio como tal, puedan apreciar, Señor, Tu amor, Tu gracia, Señor, y saber que sobre todas las cosas estamos completos en Ti, Padre. Gracias, Señor, porque Tú no eres un Padre que nos deja a la deriva o a nuestro propio entendimiento, sino que en Tu Palabra nos muestras Tu verdad y nos santificas con Tu verdad. Así que, Padre, Te necesitamos como hombres, como iglesia, y Tú sabes y me conoces, Señor. Ha sido algo confrontante para mí porque hay áreas, Señor, en las que aún estoy lejos, Padre, y anclado en Tu gracia, Señor, y confiado en Tu voz y Tu Palabra, Señor, no las mías, Señor. Ruego que exaltes a Jesús, que transforme nuestra mente, Señor, y que para gloria Tuya, Señor, afecte nuestra vida y nuestro matrimonio, Señor. Gracias, Padre, por este tiempo, en el nombre de Jesús. Amén. ¿Podemos tomar nuestras sientes, hermanos? Honestamente, es un pasaje muy claro, y doy gracias a Dios porque Él es un Padre bueno. Honestamente, yo creo que no sería una exageración decir que las familias están constantemente en crisis. Yo no sé en qué momento esté tu familia ahorita, tu matrimonio, pero déjame decirte que más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio. Aún hablando, dentro de las iglesias cristianas hay una alta estadística respecto al divorcio. Ahora, hay muchos que no se divorcian también, pero no viven un matrimonio feliz, no viven un matrimonio estable, no viven un matrimonio deleitoso. Es triste, honestamente, no sé si te ha pasado, pero que aquel momento en el que te casaste, que juraste estar feliz y contento, y que prometiste estar en las buenas, en las malas, en riqueza, en pobreza, en salud y en enfermedad, y era todo ilusión, todo deleite, probablemente ha llegado a un punto donde es todo frustración, todo peleas, todo desilusión, y ahora el matrimonio se ha convertido más que un deleite en una carga, en un terreno donde día a día libras batallas, libras conflictos, libras ofensas, y es una triste situación que muchos de aquí pudieran estar atravesando, y que en algún momento por causa del pecado vamos a atravesar. Como decíamos la semana pasada, si hay una institución que Satanás quiere destruir es la familia, es el matrimonio, y está lanzando sus mejores ataques, sus mejores dardos, como veremos más adelante en Efectos Capítulo 6, con tal de destruir las familias, no solamente fuera de la iglesia, sino dentro de la iglesia. Ahora, cuando una familia es destruida, cuando ya no hay esta dinámica conforme al diseño de Dios, que actúa con un esposo o con una esposa, comienza a haber tremendas consecuencias dentro de la sociedad. Ahora, aunque sabemos que el origen de todos estos problemas es el pecado, el pecado daña nuestra naturaleza, el pecado nos llena de orgullo, nos llena de soberbia, y por lo tanto es imposible tener un matrimonio feliz, un matrimonio deleitoso, cuando no estamos constantemente porando el orgullo y el egoísmo de nuestras vidas. El matrimonio, alguien decía por ahí, es como cuidar un jardín, tú no puedes dejar que crezca la hierba mala. Y si te has dado cuenta, si en algún momento has tenido la oportunidad de cuidar un jardín, la hierba mala crece sola. Tú no riegas el jardín, si tú no lo riegas el pasto no va a crecer solo, pero te das cuenta y crecen espinas, crecen arbolitos, no sé cómo se llaman, hierba con espinas, con situaciones que lastiman. Para eso no necesitas trabajarlo, pero para un jardín hermoso, y alguien comparaba así el matrimonio, se necesita día a día podarlo, día a día trabajarlo, y uno de los elementos importantes es matar el orgullo y el egoísmo. Ahora, Pablo nos ha venido enseñando, entre muchas áreas, hace ocho días, la sumisión de las esposas, como ahora el rol de los esposos, que la única manera de lograr esto bíblicamente, es por medio del Espíritu Santo. Todo lo que estamos viendo mis hermanos, incluido el rol del esposo, como vamos a ver el día de hoy, el amor del esposo, viene como un fruto del Espíritu Santo, que veíamos ya en Efesios capítulo 5, versículo 18, cuando dice, no se embriaguen con vino, sino más bien sean llenos del Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo el que puede darnos este poder. Ahora, ya vimos también, desde Efesios capítulo 5, versículo 19, varios frutos de ser llenos del Espíritu Santo, y el día de hoy veremos específicamente esta parte del amor. Por eso ponía el título del sermón, el amor de los esposos en Cristo. Ahorita vamos a ver, y si te fijaste a leer los versículos, que esa palabra amor es una palabra que se repite constantemente en estos versículos. Así como la palabra sumisión se repetía en los versículos 22 al 24, respecto a las esposas, el día de hoy se va a repetir mucho esta palabra amor. Y Pablo va a poner delante de nosotros dos cosas muy puntuales para definir la manera de cómo el esposo es llamado a amar a su esposa. El mapa del sermón lo dividiendo en dos elementos. El primer elemento es que los esposos somos llamados a amar a nuestras esposas como Cristo amo a la Iglesia. Y el segundo elemento es que los esposos somos llamados a amar a nuestras esposas como a sus mismos cuerpos. Eso es básicamente lo que veremos el día de hoy. Y debemos recordar, mis hermanos, Dios es el autor del matrimonio. Dios es el autor del matrimonio y Él nos ha dejado un manual de cómo vivir, de cómo llevar a cabo nuestro matrimonio. Yo no sé cuántos alguna vez han escuchado o han dicho esta frase. Ah, yo quisiera entender a mi mujer. Quisiera que mi mujer viniera con un manual. Si eres como yo, si hay algo que a mí no me gusta es utilizar manuales para armar las cosas. Cuando hemos comprado, recuerdo con mi hija Ruth, de pequeñitas, tuvimos la oportunidad de comprarle un carrito así montable, pero tenías que armarlo. Y me decía mi esposita, pues ahí está el manual. ¿A qué van a necesitar ese manual? Pues si son cuatro llantitas, el volantito, ese es algo fácil. Y ahí estaba, ¿no? Sin tomar en cuenta el manual. ¿Y cómo crees que acabó eso? Fue un momento muy frustrante para mí. En plan de decirle, ¿sabes qué? Yo no puedo hacer esto. En lugar de humillarme, ir al manual. Y gloria a Dios porque mi esposita es una mujer muy paciente que, contraria a mí, a ella le encanta tomar esos desafíos y cualquier cosita que trae manual y que te va dando paso a paso, le gusta realizarlo. Pero mis hermanos, hay una gran noticia como esposos. Dios nos dejó un manual. El matrimonio viene con un manual. Nuestras mujeres, nuestras esposas vienen con un manual. De tal manera que la palabra de Dios nos da esa esperanza, nos da esa guía de que si realmente queremos gozar de un matrimonio pleno, estable, bienaventurado, ojo que no estoy diciendo perfecto, ojo que no estoy diciendo sin lucha, sin batalla, pero si queremos realmente tener un matrimonio deleitoso debemos tomar en cuenta lo que la palabra de Dios nos enseña como manual de aquel que es el creador del matrimonio. Así que vamos a entrar rápidamente al pasaje del día de hoy. ¿Qué es lo que dice Pablo acerca de las esposas, de los esposos en este manual? Bueno, en primer lugar, que como esposos debemos amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia. Mi hermano, quizá me escuchaste orar, quizá no pusiste atención, pero quiero partir esto de verdad diciéndote y hablándote desde un hombre que estoy honestamente aún lejos de cumplir a la perfección lo que Cristo espera de mí en su palabra. Somos una obra siendo perfeccionada hasta el día que estemos con él y mi anhelo no es venir aquí y regañarte como si yo estuviera cumpliendo todo, mi anhelo es venir aquel que ve nuestra debilidad, aquel que conoce nuestra condición, pero que está dispuesto para gloria de su nombre en fortalecer a hombres pecadores y débiles como tú y como yo de tal manera que podamos glorificar a Cristo en nuestros matrimonios. Así que dice versículo 25, maridos amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio él mismo por ella. Me acuerdo en alguna ocasión allí en Querétaro me decía, sí, después de convertirme en un buen amigo durante un cierto tiempo pero recuerdo que le daba consejería y me dice, es que Hugo tú no entiendes, yo siento que yo amo demasiado a mi esposa. Y así como, ¿en serio? Pues sí es que yo creo que ese es mi problema, que yo la amo demasiado, que yo doy demasiado por ella. Y me quedaba así como de órale pues, en base a qué estás diciendo eso. Tú me estás diciendo que amas a tu esposa tal como Cristo ama a la iglesia. Y me dijo, bueno, siendo así, pues la verdad es que no la amo de esa manera. Cuando nosotros mis hermanos creemos que estamos amando demasiado a nuestras esposas, es porque estamos perdiendo de vista o no estamos entendiendo la verdadera naturaleza del amor bíblico. Yo me preguntaba esto, ¿es posible amar a una persona demasiado? ¿Es posible amar demasiado a mi esposa? Y aquí pudiera partir de lo que cada uno defina como amor. Algunos definen como amor a una emoción misteriosa, algunos definen amor como a esta sensación de las famosas mariposas en el estómago, de que ah, es que lo veo, la veo y entonces hasta mis piernas como que se debilitan y me siento como en las nubes. Lo ven como una fuerza misteriosa o una emoción que viene quién sabe de dónde, pero que genera eso. Y por supuesto creo que cuando uno está enamorado vienen ese tipo de emociones también. Pero escúchame bien esto mi hermano, la Biblia no presenta el amor primariamente como un sentimiento o una emoción. La Biblia no presenta el amor primariamente como un sentimiento o una emoción. ¿Qué es el amor entonces? Mira lo que dice, vamos al pasaje clásico del Nuevo Testamento con respecto al amor. Dice 1 Corintios capítulo 13, versículo 4 al 7. Dice el amor es paciente, es bondadoso, el amor no tiene envidia, el amor no es factancioso, no es arrogante, no se porta indecorosamente, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido, la Reina Valera dice no guarda rencor, el amor no se regocija de la injusticia sino que se alegra con la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Ahora, ¿qué está pasando aquí? Si miramos cuidadosamente, Pablo está utilizando una serie de verbos. ¿Te gustaba la clase de español en la escuela? ¿Recuerdas que ponían sujeto, el individuo, predica? Bueno, el verbo era la acción. ¿Qué está haciendo el individuo? Era la acción. Y lo ponías con rojo, creo, porque el sujeto iba en azul o algo así. Lo que Pablo está diciendo aquí son puros verbos, son puras acciones. De tal manera que lo que Pablo nos quiere demostrar es que la palabra de Dios define el amor en base a las acciones. Puse esto en pantalla. Dios define el amor en su palabra, en términos de lo que hacemos y las motivaciones, no de lo que sentimos. El que ama evidentemente hará algunas cosas y dejará de hacer otras por amor. Así que, mis hermanos, al evaluar nuestro amor no podemos hacerlo basado en nuestros sentimientos o nuestras emociones, sino en nuestras acciones y en nuestras motivaciones. Ha llegado ese momento que no, pues, yo te amo. Sí, pero, y esto y esto, ¿por qué me trata? Pero te amo. Bueno, la palabra de Dios nos da elementos en el cual podemos saber que el amor se puede evaluar en base a nuestras acciones y a las motivaciones. En el pasaje de Ezequiel, hablando Pablo del rol de los esposos, del amor de los esposos a las esposas, lo va a confirmar y va a decir, ok, amar a tu esposa luce de esta manera. Así que, ¿qué es lo que debemos hacer los esposos por las esposas? Pablo responde, lo que hace Cristo con su esposa. Lo que hace Cristo con su iglesia. ¿Qué es lo que deben hacer los esposos con sus esposas? Lo que hace Cristo con la suya. Mira lo que dice el versículo 25. Te puedes preguntar, ¿y qué hizo Cristo con su iglesia? ¿A qué se refiere? Bueno, Pablo lo va a poner ahí literalmente con manzanitas. Dice, maridos, amen a sus mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se dio en mismo por ella para santificarla. ¿Qué hizo Cristo por su esposa? Se sacrificó por ella con un propósito. ¿Cuál es el propósito? Santificarla. Si te fijas el día de hoy, la prioridad muchas veces, y lo vamos a ver más adelante, hay un elemento también de cuidado, de protección, de sustento, pero pareciera como un tema de, ok, la manera de amar a mi esposa es darle la vida material más cómoda. Ese sería el gran propósito. Y aquí dice, no, maridos, primordialmente son llamados a santificar a su esposa. Así como Cristo entregó su vida en la Cruz del Calvario de una manera sacrificial, así somos llamados. Así como para Cristo ningún sacrificio fue tan grande con tal de salvar a su esposa y santificarle, de la misma manera nos llama a los esposos a amar a nuestras esposas. Mis hermanos, Pablo está apuntando al elemento que Cristo tuvo que hacer para salvarnos. Pablo está trayendo a la mesa y está diciendo, mira, Cristo, por amor de su esposa, que es la iglesia, para salvarla y santificarle, estuvo dispuesto a dejar su trono en el cielo, a encubrir su gloria divina con el velo de su humanidad. Él vino y tomó la forma de ciervo y estando en esa condición se humilló, fue malentendido, fue avergonzado, fue menospreciado, fue humillado, fue escupido, fue burlado, fue coronado de espinas y finalmente fue clavado en una cruz. Puse en pantalla esto, ningún sacrificio fue demasiado grande para Cristo con tal de salvar a su esposa y santificarle. Y de la misma manera llama a los esposos a amar a sus esposas imitándole a Él. Un amor sacrificial, un amor que busca la santidad de su esposa. Ahora, si somos bien honestos, decíamos la semana pasada, y es mi anhelo que hayas podido tener este tiempo, yo lo tuve con mi esposa, Lamos, las mujeres batallan naturalmente con la sumisión y somos llamados a ayudarlas, a facilitarles su llamado. Al yo hablarte de esto, de sacrificarte como Cristo para amar a tu esposa, lo más natural es que puedas estar pensando esto, ay, pues sí, pero ¿cómo podría yo, un hombre tan débil, amar así a una persona llena de defectos? ¿Cómo puedo amar tú porque no conoces a mi esposa? Ella no es lo que tú ves aquí el domingo, no conoces su pecado, no conoces la manera como ella responde, ¿cómo me pides que yo la ame a ese nivel que Cristo amaba a su iglesia? Bueno, primeramente debemos dejar en claro que no podemos amar con el mismo nivel de amor con que Cristo amó a la iglesia, a ese mismo nivel jamás podremos llenarlo de la misma manera que ama a su iglesia porque Él es perfecto, nosotros no, pero si somos llamados a imitarle en el ejercicio de amar de esa manera a nuestras esposas. Ahora, hay muchos elementos en toda la Palabra de Dios de cómo Cristo ama a su iglesia, pero en este pasaje yo podría destacar dos señalamientos interesantes al respecto. Primero, cómo Cristo amó a su iglesia, ponía esto el primer elemento, Cristo amó a una esposa que no era digna de su amor. Por esto son grandes elementos que si tú no estás casado o casada, tú eres la iglesia y debes recordar esto, que Cristo te amó cuando no eras digno de su amor. Hay momentos que viene condenación y dices, híjole, la regué, ¿cómo podría acercarme? Acuérdate, Él te amó cuando no eras digno o digna de su amor. Ahora, hablando del tema de Cristo con la iglesia respecto al matrimonio, Cristo amó a una esposa que no era digna de su amor, no había belleza en ella ni atractivo alguno, ninguno de nosotros éramos atractivos por nosotros mismos a Él y Cristo dio su vida por un grupo de personas que no lo merecíamos. De esa manera amó Cristo a la iglesia. No fue en respuesta a que Él dio algo bueno y entonces dijo, ah, pues si me conviene, voy a rescatarle y voy a santificarle. No fue porque lo merecíamos. De tal manera que cuando viene este pensamiento, mi hermano, es que tú no lo conoces, tú no la conoces a mi esposa, no la mereces. Ve cómo se ha comportado. Bueno, mira a Cristo. Tampoco tú y yo lo merecíamos y Él por su gracia nos amó, dice Romanos 5.8. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Esa es la maravilla del Evangelio. Y qué bueno, hermanos, que Dios ama a los pecadores. Por eso dio a Cristo. Si no, ni tú ni yo tendríamos esperanza. Pero esa es la maravilla de Dios, que Él dirige su amor a personas que no les son amables por sí solas, personas que no tenemos nada en nosotros mismos que pudiéramos atraer su amor, excepto por su gracia. Entonces, ese es un elemento, como Cristo amó a su iglesia. El segundo elemento es que Cristo atrajo a su esposa con cuerdas de amor para hacerla entonces digna de su amor. Cristo amó a una esposa que no lo merece y la trae así para hacerla digna de su amor. En otras palabras, es Cristo quien embelleza a su esposa y la hace atractiva. Puse ahí en pantalla esto. Cristo recibió a su esposa como estaba, la salva tal y como está, pero no la deja como está. Él entonces la embelleció. Cristo no esperaba nada que su esposa le diera excepto lo que Él primero le daría. Excepto lo que Él primero le daría. ¿Cómo aplica esto de manera práctica con nosotros el día de hoy? Porque dice que nosotros debemos amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia. Bueno, ¿me estás diciendo que debo buscar a alguien que no me guste? No, no estoy diciendo eso. ¿Significa que deba buscar a la persona menos atractiva y entonces proponerle matrimonio? No, eso no es lo que significa. Estamos hablando de la belleza espiritual, de un tema de carácter. Lo que Pablo está diciendo aquí, escúchame bien, mi hermano, es que los esposos, como creyentes, en lugar de quejarnos del carácter de nuestras esposas, ha llegado a ese punto, es que ya no la soporto. Mira cómo es, mira cómo me habla, mira cómo me trata, cómo se comporta. Al final del día, ¿por qué la gente se divorcia? Porque llegan a ese punto de, es que ya no es como antes. Mira cómo me trata, miren lo que se ha convertido. Muchas veces ni siquiera es porque ha cambiado físicamente, sino porque su carácter ahora no le agrada. El punto aquí, poní en pantalla, mis hermanos, como esposos cristianos, en lugar de quejarnos de las deficiencias de carácter de nuestras esposas, debemos involucrarnos activamente en el embellecimiento de ella, así como Cristo lo hace con su iglesia. No solamente es tema de divorcio, es decir, es que miren lo que se ha convertido, sino muchos hombres también toman salidas fáciles y comienzan a refugiarse en el trabajo, comienzan a refugiarse aún dentro del ministerio, en hobbies, en diversión, y dicen, lo que menos tenga que estar con mi esposa es mejor. Cristo dice, no, mira, más bien involúcrate activamente en el embellecimiento de ella, como Cristo lo ha hecho contigo. Ahora, ¿qué embellecimiento habla nuevamente en el tema del carácter, en el tema espiritual? Dice el versículo 25, Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo, oma a la iglesia, y se dio el mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua, con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. La imagen de Cristo es un esposo fantástico. Él remueve todas las manchas, todas las arrugas espirituales que hay en su esposa, que es la iglesia, y lo que Pablo está diciendo es que como esposos debemos hacer lo mismo. En lugar de quejarnos de las deficiencias de su carácter, debemos involucrarnos activamente en el embellecimiento de ellas. Pensaba en alguna ilustración, y es que honestamente, generalmente, las mujeres les gustan este tipo de mascarillas, de embellecerse, está muy de moda, o por lo menos últimamente, no sé si antes, esta mascarilla para quitar los puntos negros, que están aquí, y a las mujeres les gusta adquirir este tipo de cosas, algunos hombres también ya, pero generalmente las mujeres conocen un montón de cremas, un montón de mascarillas, un montón de remedios que las hace ver más bellas, o con la piel conservada durante más tiempo, y lo que Pablo está diciendo de alguna manera es que como esposos, pasándolo al tema espiritual, debemos convertirnos en expertos de belleza, debemos saber cuáles cremas, haciendo alusión a la Palabra de Dios, debemos aplicar en nuestras esposas para quitar esta mancha o esta arruga. Ahora quiero poner un paréntesis aquí, para mis hermanas, porque yo no estoy diciendo, ni la Palabra de Dios dice, que las esposas no tengan ninguna responsabilidad propia con su santificación, yo lo que estoy intentando decir, Pablo, aquí, como mujeres, como esposas, también están llamadas a crecer en la gracia, en el conocimiento de nuestro Señor Jesús, como todos y cada uno de los creyentes, pero los esposos juegan un papel preponderante en este proceso, un rol, y este rol es descansando en que Cristo obra. Quiero decirte eso, mi hermano, nosotros somos llamados a hacer esto, con la certeza y la confianza que es Cristo el que obra, no es nuestra capacidad, pero es un diseño divino al cual nos ha llamado ahora. ¿Cuál es esa crema maravillosa que somos llamados como esposos para embellecer a nuestras esposas? La Palabra de Dios, es lo que está diciendo ahorita en Efesios 5, y recuerda Juan 17, 17, dice, santificalos en tu verdad, tu palabra es verdad, pon eso en pantalla, así como Cristo purifica a su iglesia por medio de su palabra, de la misma manera su palabra aplicada en nuestras vidas es la crema para embellecer o santificar a nuestras esposas. ¿Por qué digo, y quiero resaltar el punto primordial y fundamental de la Palabra de Dios? Porque honestamente, muchas veces como creyentes estamos batallando con alguna situación y decimos, mira, yo estoy luchando con este pecado, estoy luchando con este desánimo, estoy luchando con esta amargura, estoy luchando con esta falta de perdón, ok, ¿y qué estás haciendo? Pues estoy orando y pidiéndole a Dios que me ayude a cambiar y ya, pues sigo mi vida esperando que por arte de magia algo suceda. Dios podría hacerlo, por supuesto, sin embargo, la Palabra de Dios juega un papel fundamental en nuestra santificación. Poní en pantalla esto, la santificación es un acto de Dios definitivamente, sin embargo es un proceso en el que nosotros estamos involucrados y en el que la Palabra de Dios juega un papel fundamental. Mis hermanos, la Palabra de Dios es necesaria, es vital para producir cambios duraderos en nuestra vida. El Espíritu Santo toma la Palabra de Dios que nosotros hemos leído, que hemos memorizado y la toma para cambiarnos desde dentro. Él nos transforma desde adentro conforme a su Palabra, por eso cuando lleguemos a Efesos capítulo 6, vamos a ver que la Palabra de Dios es esta arma que el Espíritu Santo utiliza. Dice Romanos capítulo 12 versículo 2 Y no se adapten o no se conformen a este mundo sino transformense mediante la renovación de su mente para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, aceptable y perfecto. Debemos cambiar nuestra manera de pensar y eso es únicamente conforme a la Palabra de Dios. Dejando aquí este elemento del papel fundamental para nuestra santificación uniéndolo con el llamado como esposos que tenemos a santificar a nuestras esposas podemos decir esto, aparece en pantalla los esposos cristianos debemos contribuir al proceso santificador de nuestras esposas y para eso necesitamos hacer uso de la Palabra de Dios necesitamos permanecer en la Palabra de Dios mi hermano esto fue tan confrontante para mí, yo también he estado ahí en momentos ah señor porque mi esposa volvió y es mi hermano, sé honesto contigo mismo ¿tienes alguna queja con respecto al carácter de tu esposa? ¿tienes alguna queja que dices ya me está molestando demasiado esta manera de ser de ella, de hablar hay estas arrugas que de plano ya están siendo están probablemente ya queriendo hacer tirar la toalla ahora yo te pregunto a ti mi hermano ¿qué estás haciendo para embellecerla espiritualmente hablando? ¿cómo estás estimulando la santificación en ella? tú y yo como esposos somos los que tenemos la responsabilidad de embellecerla no sé si te suenan familiares estas palabras, probablemente no y dices ¿qué onda con el pastor? hay momentos donde dices, mire mi esposa y yo llevamos ya 5 o 10 años casados y ella todavía no aprende a tratarme con respeto con ese honor que la Biblia dice que me debería de tratar yo te pregunto mi hermano ¿cómo es que tú has estado casado con esta mujer por tanto tiempo y ella no ha cambiado? ¿qué has hecho tú para ayudarla? para tratar con ese pecado, con ese problema puse en pantalla esto como esposos somos los principales responsables de la santificación de nuestras esposas si no estamos usando la escritura en una forma adecuada para ayudarla con ese proceso no las estamos amando bíblicamente hay un montón de cosas que por supuesto que somos llamados también a ejercer como hombres pero Pablo, inspirado por el Espíritu Santo pone como prioridad la santificación de nuestras esposas y pone al hombre no al pastor de la iglesia no al predicador de internet no a la maestra de podcast sino pone al esposo y le dice tú has sido puesto como cabeza para liderar a tu esposa y principalmente es a través de buscar su santificación por medio de la palabra de Dios si queremos santificar a nuestra esposa definitivamente tendremos que hacerlo como Cristo Cristo dejó su gloria Cristo dejó su trono la respuesta natural es decir es que tú no conoces mi horario, tú no conoces mis actividades no hay ni tiempo para sentarme a leer la palabra de Dios para orar, para escuchar, escuchar sus batallas y poder llevar a la palabra de Dios mi hermano, muchas veces ni siquiera nosotros mismos estamos pasando tiempo en la palabra de Dios y aquí Pablo nos está diciendo como hombres primeramente deberíamos estar tan saturados de la palabra de Dios que por lo tanto anhelemos primariamente transmitir eso y santificar a nuestras esposas y eso va a costarnos tiempo eso va a costarnos tiempo mis hermanos, va a costar sacrificio va a costar quizá apagarle un capítulo a la serie va quizá a tener que eliminar ese ratito de sueño va a tener que eliminar y sacrificarse probablemente ponerse a burlar también porque muchos a lo mejor hemos llegado a un momento donde la esposa te va a ver y va a decir, como ahora quieres venir a leer la palabra de Dios conmigo, si no lo has hecho durante tantos años, esposas lo veremos al final, pero también es un llamado que ustedes puedan animar y estimular el liderazgo de sus esposos, pero como esposos somos llamados a hacer esto y por lo tanto somos llamados a estudiar más la palabra de Dios a prepararnos a escuchar a nuestras esposas y llevarlas y lavarlas con la palabra de Dios mi hermano ¿estás estimulando la palabra de Dios en tu esposa? yo quiero compartirte algo honestamente en el ministerio podemos caer en una situación, mi esposa es una mujer piadosa, ama la palabra de Dios y muchas veces como esposos, probablemente Dios te ha bendecido también con una esposa piadosa, que ama la palabra de Dios y caemos en el engaño de decir, bueno al final del día ella conoce la palabra, ella sabrá la palabra de Dios, mis hermanos no podemos dejar a la deriva eso, es un llamado que hacemos en respuesta a lo que Dios ha hecho por nosotros eso involucrará muchas veces que tengas que cuidar a los niños que tengas que sacrificar algunos hobbies eso también implicará que tengas que reagendar tu agenda y decirle mira, hoy he entendido que mi prioridad es tu santificación es llevarse más a la palabra aquí en la casa adentro de la iglesia, proveer recursos para que ella profundice en la Biblia, hacerle regalos de tipo espiritual, regalarle libros no es un anuncio de la librería, puedes comprarlo donde tú quieras pero estimularlo y acercarle y mantenerla constantemente lleno de la palabra de Dios esto no va a pasar por accidente, no es algo que surge de la nada el embellecer a nuestra esposa así que mi hermano recuerda esto Dios no nos ha llamado primariamente a mantener la belleza física de nuestra esposa nos ha llamado a buscar y procurar la belleza interna de su alma y eso es a través de la palabra de Dios y esa es tu responsabilidad mi responsabilidad y mi responsabilidad con mi esposa, con tu esposa es tu principal responsabilidad mi hermano la verdad es es lamentable y no lo digo aquí desde un tema de atacarlos y señalarlos, pero es lamentable como como hombres muchas veces prácticamente nos andan arriendo las mujeres para los temas espirituales para ir a la iglesia, para ir a la oración, conferencias de matrimonios hasta que la esposa, y el esposo no sabe ni la fecha no sabe cos, y caemos en esa situación caemos en ese tema y Dios nos está diciendo, hombre es tu responsabilidad y no está diciendo es tu responsabilidad y hazle como puedas, veremos más adelante, está diciendo es tu responsabilidad y como yo te llamé yo voy a respaldar esa autoridad, pero olvidamos constantemente eso, mira lo que dice John MacArthur de esto, dice cuando un hombre ama a su esposa la pureza y santidad de ella es su interés supremo wow, wow es duro eso también te pregunto mi hermano ¿amas a tu esposa? ¿la amas como Cristo ama a su iglesia? ¿en que contribuyes tu al proceso santificador de tu mujer? ¿qué haces para que ella crezca en el conocimiento de la palabra y así poder ayudarla en este tema? ¿o eres más bien de los esposos como muchas veces caemos y más bien nos airamos con el pecado de nuestras esposas y no solamente nos airamos huimos, nos escondemos en un montón de cosas y las dejamos ahí sin ayudarlas ¿cómo reaccionamos ante el pecado de nuestras esposas? Ojo quiero recordar esto no se exactamente el contexto en el que tu te hayas casado, pero estoy seguro que desde que te casaste, tu sabías que tu esposa no era perfecta tu sabías que tu esposa tenía algunos pecados, algunos temas de carácter, así que ahora no podemos quejarnos por este tipo de situaciones, ¿por qué nos sorprendemos cuando nuestras esposas pecan, cuando aparecen sus debilidades, que al final del día nos casamos sabiendo que eran pecadoras? Yo sé que ese momento de la boda es un momento mágico por lo menos puedo dar gracias a Dios por eso y entonces entra tu mujer, entra vestida de novia y todo es color de rosa parece un ángel, parece que ya estás en el cielo está ahí el reflejo de la gloria de Cristo casi casi de todo tan hermoso pero comienza realmente el matrimonio y te das cuenta que no es así, te das cuenta que hay pecado te das cuenta que te casaste con alguien imperfecto, que de por sí tu ya sabías, pero has perdido de vista y por lo tanto quieres huir, y Pablo nos está diciendo eso no es una opción contrario a eso, como esposo, Dios ha permitido defectos de carácter en tu esposa o pecado, para entonces trabajar contigo ese liderazgo y que puedas tú ser un agente de santificación a través de la palabra de Dios ahora yo pensaba en esto leía y te quiero recomendar muchísimo un libro de Miguel Núñez que se llama Revolución Sexual que habla de las distintas personalidades del hombre y la mujer, como funciona el matrimonio es un gran libro pero quiero ponerte un ejemplo práctico de como funciona esta parte cuando viene el pecado de mi esposa como puedo yo reaccionar bíblicamente de manera bueno vamos a poner un caso imaginario que no cuesta mucho imaginar imagínate un esposo que está en medio de una conversación con su esposa queriendo tomar una decisión financiera de repente la esposa dice mira yo creo que el presupuesto debería más bien dirigirse hacia este elemento de repente el esposo dice mira no es así yo creo que lo mejor es que invirtiéramos más en este elemento y entonces cuando el esposo toma la decisión sin tomar en cuenta a su esposa la esposa comienza a pelear y le empieza a decir oye que te sucede eres un machista eres un egoísta si tú te jactas de usar muy bien el dinero porque estamos así como debería reaccionar un esposo yo sé que nadie ha atravesado nunca una situación así verdad mis hermanos a la luz de la palabra de Dios podemos decir esto y podemos ir a Efesios capítulo 5 vertículo 25 y decir mira yo sé que soy amado amar a mi esposa como Cristo ama a su iglesia así que inmediatamente que ella reacciona mal yo debo de hacer un lado ese problema económico eso ha pasado a un segundo plano en ese momento tu esposa está pecando ella ha perdido probablemente el control de sí misma y como buen pastor debemos lidiar con el pecado de ella dejar a un lado el tema económico hablar con ternura y principios bíblicos ya no discutir más el tema económico lo importante es tratar con el pecado de nuestra esposa con ternura y con cariño en esos momentos que ella pierde el control y entonces tú me estás diciendo que le saque un versículo de la Biblia ahí en medio de esa discusión tú no la conoces, se va a destruir la casa, va a explotar todo bueno tú debes saber algo mi hermano debes saber algo y debes creer esto debes creer que Dios te ha dado todo lo necesario para la vida de piedad a la cual Él te ha llamado Él nos ha dado herramientas para poder vencer ese endurecimiento ahora hay un versículo que me encantaría que memorices dice Romanos 12.21 no seas vencido por el mal sino vence el mal con el bien si estás en ese momento que dices qué bien yo podría hacerle a mi esposa en ese momento que está tan airada podría yo santificarla y ayudarle con su pecado en ese momento hazle el bien hazle el bien mi hermano y hay muchos ejemplos prácticos busca la manera de servirle a lo mejor hay elementos que hacer ahí en la casa apártate de esa discusión no le des más rienda suelta a la contienda y más bien busca la manera de amarla, de servirle no dejes que tus sentimientos te venzan vence con el bien, el mal a lo mejor tendrás que decir mira, apartarte en tiempo y ayudarle en cosas de la casa ponerte a lavar los trastes, ponerte a barrer ponerte a limpiar a lo mejor tendrás que salir por un detalle tú conoces cuáles son sus flores favoritas cuál es su chocolate favorito y decirle mira, te amo ella está pecando en este momento por lo que sea y mi llamado no es estimular a que ella peque más y cuando el otro se enganche en la contienda se termina siendo un desastre cosas que lamentablemente después pedimos perdón y quisiéramos haberlas nunca dicho pero que se quedan como cicatrices y como heridas en el alma de las personas, en el alma de nuestras esposas y dices a lo mejor pues eso no funciona bueno, siguele haciendo el bien busca la manera de amarle, de hacerle el bien ora por ella señor, he entendido que mi propósito no es ganar estas contiendas, en vez de estas contiendas yo le estaría llevando a que ella peque más ayúdame señor, amarla, escríbele una carta si le gustan las cartas, un texto, postéale algo señor ayúdame, ayúdame a amarla en este momento que no me dan ganas de amarla, por cierto te estoy diciendo no te estoy diciendo que es un momento que tú sientas amar, por eso decíamos al inicio no es llevarnos por nuestros sentimientos, es entendiendo que Cristo me ha llamado a santificar a mi esposa al final del día hay algo que la palabra de Dios nos muestra y es que la bondad, la benignidad guían al arrepentimiento, dice Romanos 2.4 obtienes en poco las riquezas de su bondad y tolerancia y paciencia ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento, así que mis hermanos en medio de estas contiendas dice un libro de Rob Green que se llama El camino al matrimonio, dice puede haber diferencias pero no conflictos, no peleas por supuesto que va a haber diferencias pero no conflictos, no peleas eso es lo que no podemos hacer, pelear, eso no es lo que Cristo hace con su esposa y eso es lo que ni tú ni yo debemos hacer con nuestras esposas Él nos amó para santificarlas, somos llamados a amarlas para santificarlas me encanta esto del libro que te citaba de Miguel Núñez decía esto y me encanta porque la respuesta natural de un hombre pecador, es decir, es que tú no sabes como haya sido bien grosera, bien infiel, por lo tanto yo tengo todo el derecho de faltarle al respeto también, si ella me respetara, entonces yo, y me encanta lo que dice en esta imagen de como Cristo nos amó, mira lo que aparece en pantalla y escucha esto aun cuando la iglesia es infiel Cristo permanece fiel, Él mantiene su pureza y sigue dando gracia sobre gracia y amor y como esposos somos llamados a amar a nuestras esposas como Él el único momento que tú puedas decir es que ella ya se voló la barba y Dios te va a decir, ahora si dale hijo rebasó el límite, ¿no? todos nosotros rebasamos el límite con nuestro Señor y Él nos seguía dando bien y gracia y aliento y misericordia cada día, hasta que entendiendo su bondad su misericordia, su paciencia, nos guió al arrepentimiento así que, mi hermano, no hay un momento en el cual podamos decir, bueno puedo darle rienda suelta a mi pecado, acuérdate de Cristo hazlo por Cristo y Señor, aun en medio de mi pecado Tú te has mostrado fiel, me has dado gracia, me has dado amor ayúdame Señora, que a pesar del pecado que hay en mi esposa, yo pueda no solamente soportar sino pueda ser un instrumento de santificación en su vida ahora hay algo más esto es más breve, pero es el segundo elemento del mapa ya vimos el llamado de los esposos a amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia, pero ahora da otra imagen este es el segundo elemento del sermón, dice los esposos deben amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos versículo 28 así deben también los maridos amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos el que ama a su mujer, así mismo se ama si el ejemplo de Cristo y de su iglesia parecía como como algo abstracto y lejano Pablo pone ahora adelante pone en su palabra un ejemplo a lo mejor que todos conocemos muy bien y que podríamos tener a la mano para evaluar la calidad de nuestro amor por nuestras esposas ¿cómo debemos amarlas? como a nuestros cuerpos versículo 29 Pablo asume este amor propio que tenemos dice, porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia entonces, eso es natural, todo hombre se ama a sí mismo, cuando tiene hambre procura comer cuando tiene sed procura beber, cuando está cansado procura descansar de hecho hasta aquel que se quita la vida es porque se ama demasiado a sí mismo él se ama tanto que dice, mira yo voy a estar mejor allá es un amor propio ahora partiendo de esa realidad y tomando en consideración la unión del hombre y la mujer en el matrimonio dice versículo 28, así también los maridos deben también amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos lo que Pablo está diciendo aquí no es que la ames como a tu cuerpo o sea, de la misma manera que amas tu cuerpo ella viéndola como otra persona, la trates igual sino más bien está diciendo porque ella es tu cuerpo, habrá pasado a ser una contigo, así como tú lo pasaste a hacer con Cristo, por medio de la fe, ella ha pasado a ser uno contigo, puso en pantalla, lo que Pablo está diciendo aquí es que como esposos debemos amar a nuestras esposas como lo que ellas son, nuestros cuerpos mi hermano, quiero poner esto también como paréntesis si tú estás creyendo que tu esposa es tu enemiga, estás peleando la batalla incorrecta puse en pantalla esto, estamos peleando la batalla incorrecta cuando vemos a nuestra esposa como la enemiga eso es lo que quiere hacernos ver Satanás estamos peleando la batalla equivocada y lo veremos bien en Efesios 6, esta lucha que no es contra carne ni sangre, sino contra principados, potestades, huestes de maldad, etc. versículo 29, porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida así como también Cristo a la iglesia es la analogía, Cristo cuida a su iglesia porque es su cuerpo entonces de igual modo en el matrimonio estamos tan íntimamente ligados con nuestras esposas de tal manera que cuando un hombre ama a su mujer se está amando a sí mismo versículo 28 otra vez así deben también los maridos amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos el que ama a su mujer, a sí mismo se ama me gusta un comentario que leía ¿qué ganaría yo? bueno, primero no lo hacemos porque ganamos, es para gloria de Cristo pero cuando amamos a nuestras esposas nos estamos amando a nosotros también decía este comentario ¿tú quieres ser feliz en tu matrimonio? hombres, ¿quieren ser felices en su matrimonio? amén, ¿no? yo no creo que alguien diga honestamente viviendo... no sé bueno, si tú quieres ser feliz en tu matrimonio procura la felicidad de tu esposa procura la felicidad de tu mujer porque de eso depende tu propia felicidad y si tú le haces la vida desgraciada tú lo harás también porque ambos son una sola carne son una unidad, todo el bien que le hagas a ella te lo estás haciendo también a ti mismo y todo daño que le hagas también porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo sino que lo sustenta y lo cuida lo sustenta y lo cuida dice justo ahí en pantalla hablando de este tema del sustento y cuidado y son otros elementos también que como hombres somos llamados a procurar al sustento y al cuidado de nuestras esposas y muchas veces contrario a eso el hombre se caracteriza por evadir, por aislarse y comienza a actuar de una manera disfuncional no acorde al diseño bíblico y vemos a las mujeres teniendo que sustentar, teniendo que proveer y de repente todo comienza a desvirtuarse la mujer comienza a llevar cargas que Dios no le ha llamado a llevar hay un diseño divino ya que ha puesto al hombre a sustentar y a cuidar a su esposa lo veíamos en primera de Pedro 3.7 y aunque sabemos que son coherederas de la gracia que estamos al mismo nivel espiritual mis hermanos, hay roles en los cuales Dios ha puesto y ha diseñado para que el hombre cargue dentro del matrimonio, tanto el sustento como el cuidado también ahora, me encanta cuando dicen lo sustenta y lo cuida mira lo que puse en pantalla porque la idea de estas dos palabras en el original, intenta también transmitir una motivación o un carácter para hacer las cosas Pablo no está diciendo, ah pues con que sustentes y cuides y entonces el hombre, pues ya ves de que te quejas, yo te sustento, no te falta nada la palabra de Dios no está hablando nada más de la acción sino de la motivación poniese en pantalla, a lo que hace alusión estas palabras, es que Cristo provee para las diversas necesidades de su esposa provisión, guía, protección, alimento espiritual ternura, cariño, consuelo cuidado, todo eso bajo la esfera del amor y la gracia todo eso, los esposos creyentes somos llamados a ser porque somos ahora un cuerpo con ella dice el vertículo 31, por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne, Pablo está citando Génesis capítulo 2, 24 donde aparece el diseño del matrimonio sabiendo que desde el principio Dios reveló al hombre cuan estrecha iba a ser la relación del esposo con la esposa así se van a ser una sola carne versículo 31, dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, no hay relación más estrecha hablando del tema horizontal no hay relación más estrecha que el matrimonio no hay relación más estrecha ni nuestros hijos, ni nuestros padres de lo único que habla de que será una sola carne es del esposo y la esposa, y mi hermana aquí hay un montón de elementos también prácticos a los cuales es necesario por eso dentro del matrimonio también formar tu propia familia, tomar tu espacio, este tema como de estar viviendo con los suedros o donde hay dos cabezas, donde hay dos reinas diría por ahí también alguien más, eso no es algo que Dios haya diseñado Dios ha diseñado el que se haga una sola carne una sola familia, su propio espacio, su nueva identidad en Cristo ahora pero recuerda eso, ella es su cuerpo, ella es su propia carne y termina diciendo versículo 32, grande es este misterio pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia ¿cuál es este misterio? o ¿qué es un misterio? bueno un misterio es una verdad que nosotros no podríamos conocer a menos que Dios la revele bueno, obviamente no puede ser la unión del esposo con la esposa, porque eso lo anunció desde Génesis 2 pero lo que él está revelando aquí, puse en pantalla si te has preguntado alguna vez de qué habla este misterio bueno, el misterio que fue revelado en el Nuevo Testamento es que el matrimonio es una tipología de la relación de Cristo con su iglesia ese es el misterio Cristo estaba diciendo, mire, yo quiero que los matrimonios sean una representación miniatura de mi amor hacia la iglesia, por eso pone en pantalla nuestros matrimonios están llamados a ser una representación de la relación de Cristo con la iglesia para gloria de Cristo por lo tanto necesitamos habitar en Cristo conocer a Cristo y ser canales de lo que Cristo hace en nosotros, versículo 33 termina diciendo, en todo caso cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo y que la mujer respete a su marido así es como funciona la relación de Cristo con la iglesia mi hermano, a lo mejor, aún como creyente ni sabías esto el principal propósito de tu matrimonio no es tu felicidad es que tu matrimonio refleje la gloria de Cristo refleje el carácter de Cristo hacia las demás personas ahora yo quiero terminar mis hermanos creo que hay muchas cosas que que evaluar con respecto a nuestro rol como hombres a nuestros matrimonios también creo que las esposas también han sido llamadas a cosas que evaluar y mi anhelo es este, que si el Espíritu Santo te ha mostrado, ha renovado a lo mejor tu entendimiento y te ha redarguido en aquellas áreas que probablemente estás fallando en tu amor a tu esposa, este amor bíblico que hemos visto en tu liderazgo como cabeza del hogar no seas un mero oidor de la palabra que realmente puedas venir a Cristo pedirle perdón, quizá pedirle perdón también a tu esposa y clamar al Señor por un corazón que arda fervientemente por Él y digo que arda fervientemente por Él porque muchas veces esta ausencia de liderazgo o carencia de liderazgo es porque nuestras familias ni siquiera ven una pasión por Jesús, ni siquiera ven un amor real un interés real y queremos entonces que nuestra esposa veremos ya que nuestros hijos ah quisiera que mi esposa estén como esposos, como hombres somos totalmente apáticos al tema espiritual pero es un tiempo que créeme que si Dios te ha hablado es como este buen padre que te dice mira ven, recibe perdón y recibe todos los recursos que hay en mí, que es su palabra que es su Espíritu Santo y que es y escucha esto mi hermano Dios se perfecciona en tu debilidad Él conoce y conoce nuestras debilidades conoce probablemente el lugar en el que estás y dice sí cole, yo he estado lejos de eso y he dañado a mi esposa, a mi familia probablemente Dios ni quiera que me acerque ya de estar harto de mí, déjame decirte algo si Dios te trajo aquí es precisamente porque te ama y no quiere que continúes igual no solamente extenderte el perdón sino también capacitarte en su palabra y en su Espíritu a que tomes acción en lo que Dios te ha llamado ahora, quise también poner unas palabras para las esposas porque déjame decirte esto, cuando leemos este tipo de pasajes desde la semana pasada hay un enemigo que no está contento hay alguien que va a querer utilizar esta palabra y ya ves como no has hecho nada de eso y pum pum pum pum como decíamos hace 8 días también que el esposo iba a salir y atacar a la esposa déjame decirte esto guarda tu corazón, mi esposa de hallar en tu esposo lo que sólo encontrarás en Cristo guarda tu corazón de lo que sólo encontrarás en Cristo recuerda que son un equipo hay amados a ayudarse mutuamente en gracia a desempeñar el llamado que Dios les ha dado no nos ha llamado a estar juzgando hay elementos en los cuales debemos escuchar a nuestras esposas en amor y en humildad pedirle a Dios que nos transforme pero esposa guarda tu corazón, ora por tu marido hay 8 días que naturalmente para la mujer es complicado someterse a la autoridad de su esposo el hombre por el pecado también tiende a la pasividad al egoísmo ahora hombre, no estoy diciendo que salgas y ya ves pues es que es algo natural, yo soy egoísta y debes llorar por mí estoy anhelando que Dios nos dé este equilibrio en gracia para que como esposas puedas mirar también a tu esposo como un instrumento de gracia extender la gracia de Cristo a él, orar a él y apreciar como Cristo le ama a pesar de lo que él es así como Cristo te ama a ti a pesar de lo que tú eres y Cristo me ama a mí a pesar de lo que soy que en esa gracia puedan caminar y poder crecer, pedirle a Dios que les lleve a andar en un matrimonio que dé gloria a Cristo hermano, no es un tema de dejarle ganas es un tema de habitar con él empezó en Efesios capítulo 5, versículo 1 imiten a Dios como hijos amados es un tema de habitar en su palabra y ser lleno de su espíritu Efesios 5, 18 y es un tema de someternos primeramente a Dios en reverencia a él y por lo tanto clamar por ayuda para desempeñar lo que Dios nos ha llamado puse en pantalla esto, solo con la ayuda de Dios esposos pueden amar bíblicamente a sus esposas mi hermano, el peligro de aquí es salir y colgar frutos artificiales mi hermano, mi anhelo es que realmente podamos reconocer nuestra debilidad para depender enteramente de Cristo y por la ayuda de Dios y su Espíritu Santo podamos amar bíblicamente a nuestras esposas, porque separados de él nada podemos hacer, podemos hacer frutos por ahí, artificiales, pero gloria a Dios que Dios no nos llama a hacer algo que él no nos capacite así que hay esperanza también para nosotros como esposos, así que vamos a terminar orando Señor, gracias por tu palabra gracias por Cristo primeramente gracias porque esto, aunque hoy veíamos este pasaje viene respaldado desde capítulo 1 por tu gracia por tu salvación por tu Espíritu Santo Señor por tu misericordia porque nos amaste Señor cuando no habíamos hecho nada Padre gracias porque partiendo de esa identidad sabemos que todo lo que hay en tu palabra no lo hablas porque nos amas y Padre yo te ruego principalmente que como hombres, como esposos lo que nos has hablado el día de hoy Señor y que a lo mejor es duro, incómodo nos concedas humildad Padre Padre quizá es momento de pedir perdón a ti pero también pedir perdón a nuestras esposas, a nuestros hijos y Padre yo te ruego que cambies ese corazón de piedra justificándose, señalando y desviando responsabilidades y culpas Señor y como hombres nos permitas ver Señor nuestra necesidad de ti Padre, anhelamos glorificarte con nuestros matrimonios anhelamos glorificarte como esposos Señor y es por eso Señor que yo te ruego que en medio de nuestra debilidad tu poder sea evidente Señor y para eso hay cosas que ajustar, hay sacrificios que hacer Padre, pero recuérdanos que hemos sido comprados para vivir dando gloria a tu nombre Señor y Padre yo te ruego que como esposos como mencionaba ahorita, más que salir de aquí queriendo hacer frutos artificiales Señor yo te ruego realmente que transformes nuestro corazón que nos convenzas de nuestro pecado pero nos convenzas del amor y la gracia recibida cada día Señor que nuestro corazón arda por tu palabra, arda por tu presencia Señor y podamos entonces ser reflejos Padre de tu amor y de tu gracia Señor, ayúdanos como hombres a hacer ejemplos de piedad, hacer ejemplos de tu amor hacer ejemplos de tu gracia, hacer ejemplos de no dejarnos llevar en medio del pecado y discusiones sino como tú lo hiciste en esta enemistad que había en nosotros tú venciste con el bien y el mal Señor guíanos en tu Espíritu Santo Padre a darte gloria y a tomar el lugar al cual tú nos has llamado Señor dentro de las casas que tú nos has dado como mayordomos Padre Padre gracias porque en ti podemos hallar perdón y gracias porque en ti podemos también hallar fortaleza y poder en tu Espíritu Santo Señor Padre danos esa convicción de amar, de cuidar, de proteger de sustentar como tú lo haces con nosotros cada día Señor y Padre ayúdanos como Iglesia no solamente a los matrimonios sino también personas que a lo mejor no están en matrimonio pero que pueda haber esta claridad Señor de lo que tú esperas del propósito que hay dentro de los matrimonios en Iglesia y en la sociedad Señor y el ataque tan severo que hay cada día Señor, hay un enemigo que no está contento y que como mencionaba ahorita intentará levantarse y utilizar esta palabra más bien como ataque Señor en lugar de una guía, de un estímulo de gracias Señor y de anhelar como pareja y como esta sola carne a la cual tú tú has llamado a cada matrimonio Señor, buscar tu gloria Padre, gracias Señor, gracias por Cristo gracias por amarnos, gracias porque es por tu gracia que estamos aquí Señor y queremos adorarte también Padre, así que mi hermano tómate un tiempo ahí para ponerte a cuentas con Dios conforme a lo que hemos hablado, probablemente hay cosas en las cuales debas pedir perdón y acércate a Él si Dios te ha redarguido, te ha mostrado es porque juntamente quiere darte perdón y quiere capacitarte para un cambio real que dé fruto para su gloria pero también a lo mejor es un buen momento de agradecer todo lo que veíamos de elementos de su amor, de su gracia en el cual podemos agradecer y al final del día terminar adorando a nuestro Señor, así que tómate un tiempo ahí para orar y conforme vayas terminando vamos a ponernos de pie para adorar a nuestro Señor Horizonte Tequisquiapan somos una iglesia que confía camina y comunica a Cristo acompáñanos Domingo a Domingo te esperamos

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