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"Introducción a la carta" (Santiago 1:1)

"Introducción a la carta" (Santiago 1:1)

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Predicación del domingo 19 de mayo 2024 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Hugo Ventura

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Transcription

This is a sermon about the book of James. It discusses the context in which the letter was written, the author's identity, and the audience it was addressed to. The letter was likely written shortly after Jesus' crucifixion and was intended for a group of believers who were facing trials and persecution. The author, James, is believed to be the brother of John, one of Jesus' disciples. The purpose of the letter is to encourage believers to live out their faith in practical ways. The sermon emphasizes the importance of having an active faith and living in anticipation of Christ's return. Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. Pero, bueno, vamos a ver, y tiene una característica de que es una carta como muy confrontadora. Son de esas cartas que te examinan, examinan nuestro andar. De hecho, uno de los vertículos centrales es precisamente la exhortación que da en el capítulo 1, versículo 22 en adelante, cuando dice que seamos hacedores de la palabra y no solamente oidores olvidadizos. Y entonces es, en esencia, lo que vamos a estar viendo los próximos domingos. El día de hoy solamente vamos a ver la introducción, y es que hay algo, hay cosas muy interesantes que aprender aquí en tan solo un versículo. Entonces, ayúdame, por favor, poniéndose de pie. Vamos a leer juntos este versículo. Y, de hecho, incluso el tema del día de hoy es hablar de esta introducción a la carta. Entonces, vamos a leerlo todos juntos. Si gustas acompañarme, va a aparecer ahí en pantalla la versión que estoy utilizando. Y leemos juntos. Dice Santiago 1.1. Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión, saludos. Vamos a orar. Padre, muchísimas gracias, una vez más, por el privilegio que nos das de estar vivos, por el privilegio y la gracia que nos das de venir y adorarte y venir y reunirnos. Y, sobre todo, Señor, el venir y conocerte, escuchar tu voz, escuchar tu palabra, Señor. Y es lo que yo te suplico, Señor, que Padre, tu Espíritu Santo nos hable, que tu palabra sea como mismo Santiago va a hablar. Este espejo, en el cual no solamente miramos y nos vamos sin hacer nada, Señor, sino que realmente nos muestres primeramente quién eres tú, Señor. Pero también lo que somos nosotros delante de ti, Señor, y a lo que nos has llamado, Padre. Señor, usa tu espíritu para que tu palabra dé un fruto en nuestras vidas, en nuestros corazones, en nuestro andar, Señor. Y todo esto te lo rogamos porque te necesitamos, Señor. Reconocemos tu autoridad, Padre, reconocemos la autoridad de tu palabra y creemos, Señor, que es suficiente para todo lo que necesitamos, Señor. Así que te rogamos que nos hables en el nombre de Jesús. Amén. Ok, ¿podemos tomar nuestro lugar, hermanos? Ya les explicaba un poquito de qué trata esta carta y la intención que tiene Santiago de animar a los creyentes a que su fe sea realmente manifestada en la manera que ellos viven. Pero quiero, a manera concreta, poner tres elementos que veremos el día de hoy en este vertículo uno. Que dices, bueno, ¿qué tanto podemos ver de ahí? Créeme que hay mucho que podemos aprender aquí. Y lo primero que vamos a ver es el contexto en el que fue escrito esta carta. O sea, si te preguntan, bueno, ¿y en qué época, en qué momento fue escrita esta carta? Es importante saber eso. Después, ¿quién escribe la carta? ¿Quién es este individuo Santiago? Y finalmente, ¿a quién va dirigida la carta? Y también, ¿cuál es el propósito de la carta? Algunos datos importantes, entonces, vemos primeramente el contexto. ¿Qué contexto podemos entender a manera general de esta carta de Santiago? Bueno, es interesante que esta carta muchos la consideran como el primer escrito del Nuevo Testamento, incluso antes que los Evangelios. Eso es muy interesante. Ahora, ¿por qué llegan a esta conclusión? Bueno, porque durante la carta no se menciona algunos eventos históricos que sucedieron más adelante, como la caída de Jerusalén, o como el primer concilio de la Iglesia. Entonces, hay elementos que en la carta no aparecen, y que entonces pareciera que eso también indica que fue escrita poco tiempo después de que Cristo había sido crucificado y resucitó. Muchos creen, ya muchos historiadores, y estamos en una época muy bendecida que tenemos acceso a este tipo de información, que esta carta fue escrita durante el periodo del año 44 al 48 después de Cristo. Entonces, habían pasado alrededor de 10 años después de que Cristo había sido crucificado, y entonces es una carta muy temprana después de lo que Cristo había hecho acá en la Tierra. ¿Cómo podemos entender esto? ¿A quién va escrita esta carta? Ahorita vamos a explicar un poquito más a detalle en el tercer punto del sermón, pero lo que podemos ver es que era un grupo de creyentes, o de judíos, que ya no vivían en Jerusalén y que estaban atravesando varias pruebas, que estaban en persecución, en aflicción. Al final también muchos de ellos, coinciden varios historiadores, estaban teniendo un entendimiento superficial de lo que representa estar en Cristo, al grado de quedarse únicamente con el tema teológico, es decir, conocer y entender lo que Cristo había hecho, pero sus vidas no estaban manifestando esa fe, ni en el momento de la prueba, ni en el momento de sus relaciones y de amar a los demás. Estaremos viendo algunos temas como la acepción de personas, el tratar de la misma manera a las personas, el propósito de las pruebas, nuestra lengua como un instrumento para edificar o para destruir, y cómo todo ese tipo de elementos dan evidencia de una fe real. Pero estos creyentes a los cuales es dirigir esta carta, que como se decía no es una iglesia en específica, como un grupo de judíos, creyentes que ya no estaban en Jerusalén, habían sido esparcidos, y entonces yo me acordaba como, ya esto no sé si se ocupe el día de hoy, pero yo recuerdo cuando iba en la primaria, había este tipo de cartas que creo que les llamaban, o sea que la leía tu maestro y luego la tenías que pasar a otros salones, y entonces como que él iba enrolando por todos los salones para leer esta información. Creo que le llamaban cartas como circulantes o algo así. Circulantes. Circulares. Circulares. Y esta es una especie de ese tipo de carta que tenía que ser leída para todos los creyentes. Ahora, ¿por qué podemos saber también que era en un momento muy cercano al ministerio de Jesús? Bueno, porque aparece un detalle importante también ahí en el versículo 2 del capítulo 2. Mira lo que dice Portesio en su congregación. Entra un hombre con anillos de oro y vestido de ropa lucosa, y también entra un pobre con ropa sucia. Ya llegaremos a hablar de ese tema, pero esa palabra que aparece ahí, la palabra congregación, es interesante, porque en el griego es de donde viene la palabra sinagogue, de donde se deriva la palabra sinagoga. Entonces, de algún momento nos indica que como tal todavía se reunían en la sinagoga, y entonces eso nos muestra que es una carta escrita muy cercana al ministerio de Jesús. Para estos personajes, la parte de tener una fe activa para Santiago, la parte de manifestar con nuestra vida el que realmente creemos en Cristo, era algo importante, porque ellos vivían con la conciencia de que el regreso de Cristo era pronto, y al final ese es el llamado que todos como creyentes tenemos, el vivir anhelando la venida de nuestro Señor. Dice capítulo 5, versículo 7. Por tanto, hermanos, sean pacientes hasta la venida del Señor. Miren cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. Entonces, durante todo este tema general, también Santiago está animando al creyente, hey, vivan lo que dicen creer, porque recuerden que el Señor viene pronto. Vivan acorde a eso, vivan acorde a la gracia recibida, a la identidad que tienen en Cristo. ¿Por qué? Porque Cristo viene pronto. Entonces, de alguna manera podemos entender, por estos pequeños datos, que es una carta escrita cercana a cuando Cristo estuvo acá, y es importante también saber, y vamos a entrar al segundo punto de este sermón, que es, ¿quién es el autor de esta carta? ¿Quién escribe este escrito? ¿Quién es este Santiago? Bueno, aquí es un tema importante, dice el vertículo 1. Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión, saludos. Entonces, es un saludo común, pero ¿quién es este Santiago? A lo mejor tú nunca ni siquiera habías leído esta carta, a lo mejor dices, oye, ¿quién es este Santiago, qué se refiere? O ha de ser, pues, alguna persona súper religiosa, que a lo mejor apareció por ahí, o debe ser un discípulo de Jesús, de estos doce. Vamos a ver en realidad quién es este Santiago. Y quiero comenzar explicándote esto. Está medio raro, pero en realidad el nombre de Santiago proviene del nombre Jacobo. ¿Qué onda con esto, no? Está medio raro, como que son muy diferentes. Bueno, te voy a explicar, en griego realmente la jota de Jacobo suena como una ye o como una y, de tal manera que es una conjunción de dos palabras, de santo y de Jacobo, que se escucha algo así como San Jacob, de tal manera que con las traducciones se fue como permeando hasta quedar como Santiago. Ahí aparece en pantalla, Santiago viene de estas dos palabras santo, o saints, y Jacob, San Jacob. Y ahí aparece Jacobo. Entonces, el nombre de Jacobo es realmente de quien está hablando aquí, ya para nosotros es Santiago, pero en realidad lo que quería decir es referirse a alguien que era San Jacobo. Ahora, ¿quién es este San Jacobo? En ese tiempo era un nombre muy común. ¿Recuerdas que desde el Antiguo Testamento el nombre de Jacob era un nombre muy común, este conocido como el engañador? Y entonces durante esa cultura era muy común que las personas se llamaran Jacob o ya en ese entonces Jacobo. Ahora, sigo igual, ¿quién es este Santiago, Jacobo? Por razones, yo le voy a estar mencionando Santiago, pero recuerda que viene del nombre Jacobo. En el Nuevo Testamento aparecen algunos personajes que tienen este nombre Jacobo. El primero de ellos es el más conocido, creo yo, que es el hermano de Juan. ¿Recuerdas esta escena cuando Jesús les llama hijos del trueno a Juan y a Jacobo? Y entonces él es uno de estos Jacobos, esta dupla conocida como los hijos del trueno, pero él no pudo haber sido el que escribió esta carta. ¿Por qué? Porque él fue asesinado antes del tiempo en que fue escrito y eso lo vemos en Hechos capítulo 12, versículos 1 y 2. Mira lo que dice. En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó a mano a algunos de la iglesia para maltratarles y mató a Jacobo, hermano de Juan, a estos hijos del trueno. Entonces, Jacobo muere en un periodo antes de que se escriba esta carta y queda descartado. El siguiente Jacobo que aparece es Jacobo, el hijo de Alfeo. Tú puedes checarlo ahí en tu casa con calma. Aparece mencionado en Mateo capítulo 10, versículo 3, Lucas capítulo 6, versículo 15 y Marcos 3, 18. Él no se vuelve a mencionar en la Biblia, pero son apóstoles reconocidos por Jesús. Tanto Jacobo, el hermano de Juan, como este Jacobo, el hijo de Alfeo. Ahora ellos sí llegaron a ser apóstoles de Jesús, por lo cual ninguno de ellos se considera que es el escritor de esta carta. ¿Por qué? Por la presentación que dan de sí mismos. Lo más lógico hubiera sido que se presentaran como apóstoles de Jesús, pero vamos a ver cómo este Santiago, o Jacobo, el de este epístola, se presenta como un siervo y no como un apóstol de Jesucristo. Entonces, si no es Jacobo el hijo de Alfeo, ni Jacobo el hermano de Juan, ¿quién es este Jacobo, este Santiago que escribió esta carta? Bueno, fue uno de los personajes muy cercanos a Jesús. Fue uno de los medios hermanos de Jesús. ¿Sabías tú que Jesús tuvo medios hermanos? A lo mejor el día de hoy lo estás escuchando por primera vez y es necesario también, no en base a mi criterio o a lo que yo diga, sino en base a la palabra de Dios, entender que Jesús tuvo también medios hermanos. ¿Y cómo dices eso? Bueno, la Biblia es muy clara y nos dice efectivamente que Jesús tuvo medios hermanos. Recordemos que Jesús era el hijo de María, pero no de José. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y entonces eso fue lo que caracterizó el milagro del nacimiento de Jesús. Pero Jesús tiene medios hermanos. Ahora, ¿por qué choca mucho esto? Bueno, la tradición, la cultura, aún la religión, pues prácticamente dominante dentro del país, en el afán de querer sustentar la supuesta virginidad de María, la Iglesia Católica ha buscado la manera de alterar la palabra María no tuvo más hijos, que su único hijo fue Jesús. Y entonces le veneran como la Virgen María, como la Eterna Virgen. Pero no es así. La Biblia enseña de una manera muy clara que tuvo más hijos después del nacimiento de Jesús. Y te repito, me gustaría que eso quedara muy claro porque no es una interpretación mía, sino que en la Biblia lo explica. Mira cómo lo dice en Mateo 12, 46. Mateo 12, 46 dice Mientras Jesús aún estaba hablando a la multitud, su madre y sus hermanos estaban afuera deseando hablar con él. ¡Ah, caray! Allá aparece por primera vez que Jesús tuvo hermanos. Versículo 47 Y alguien le dijo, tu madre y tus hermanos están afuera y te quieren hablar, Jesús. Te están esperando afuera, tu familia. Respondiendo Jesús, versículo 48, al que le informa esto, le dice ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo la mano hacia sus discípulos dijo Miren, aquí están mi madre y mis hermanos porque cualquiera que hace la voluntad de mi padre, que está en los cielos ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. Obviamente Jesús no está menospreciando el parentesco con María ni con sus hermanos sino que incluso está incluyendo a un sector más dentro de su familia que son aquellos que somos sus hermanos por el plano espiritual. No está diciendo que ellos no son sus hermanos sino que está abrazando en esta porción también a todos aquellos que habríamos de creer en él. Ahora, el texto es muy claro, muestra cómo Jesús tuvo hermanos. La iglesia católica de este texto, muchos dicen que la palabra se traduce esta palabra hermanos como un simple pariente, a lo mejor como un primo pero en el griego la raíz de la palabra hermano es vientre. Hace alusión a que estuvieron en el mismo vientre. Entonces deja muy claro que es un hermano de nacimiento. Así que lo que está diciendo es que Jesús tuvo otros hermanos después de que fue concebido por el Espíritu Santo. Mira dónde reitera esto, Mateo 13, 53 al 56. Ahora, mi hermano, quiero poner un paréntesis aquí. Si tú nunca habías escuchado esto, es mi anhelo que la palabra de Dios abra tu entendimiento. Ahora, también hay otro sector y es mi anhelo cuidarte de eso. No te estoy diciendo, sal de aquí y empieza a agarrar a bibliazos a tu vecino y a tu familia. Mi hermano, lo hemos estado hablando, es que Dios prepare los corazones. En algún momento tener las herramientas y en mansedumbre poder a lo mejor extortar o instruir a las personas. Pero mira lo que dice Mateo 33, 53. Sucedió que cuando Jesús terminó estas parabolas, que fue de allí, y llegando a su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos de tal manera que se maravillaban y decían, ¿dónde obtuvo este tal sabiduría y estos poderes milagrosos? Entonces dice que Jesús llegaba a su pueblo, a su tierra, y lo veían hablar de una manera tan sabia y hacer tantas maravillas que la gente decía, oye, pues ¿cómo pudo él obtener esto si nosotros lo veíamos aquí andando entre nosotros? Yo lo vi desde que estaba chiquito, yo lo cargué, yo le cambiaba el pañal, yo lo cuidaba cuando su mamá me lo dejaba, a lo mejor lo conocían. Y dice, ¿cómo pudo obtener esta sabiduría? Por eso dice el versículo 55, ¿no es este el hijo del carpintero? Obviamente se refieren a José. ¿No se llama su madre María y sus hermanos? Mira, hasta la gente ubicaba a sus hermanos. Te ha tocado aquí en estos lugares de que, oye, conoces a tal persona. Ah, el hermano de, ándale, el hermano de. Y a veces conoces más a la persona como el hermano de, o el hijo de, o el papá de. Bueno, aquí lo ubicaban también. Y sus hermanos Jacobo, que es este Santiago del Epístola de Santiago. José, Simón y Judas. Es muy claro, los mismos judíos reconocían a la familia de Jesús, que tenía más hermanos y más hermanas, dice el versículo 56. ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde pues obtuvo este todas estas cosas? Si se andaba aquí jugando con mis hijos también. Parecía un niño natural, un niño normal. Y por supuesto que era 100% hombre. Pero por supuesto que también era 100% Dios. Pero a veces la familiaridad, como veremos más adelante, la familiaridad con Jesús hace que perdamos el asombro de quién Él es realmente. Así que la Biblia enseña que María tuvo más hijos con José después del nacimiento de Jesús. Mira cómo lo dice, y termino con este último pasaje respecto a este punto. Mateo 1, 24 al 25. Es cuando viene el ángel y entonces le da la noticia a María respecto a lo que iba a pasar en su vientre. Y dice, versículo 24. Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y tomó consigo a María como su mujer. Y la conservó virgen. En la Reina Valera esta palabra que dice, pero no la conoció, no tuvo relaciones sexuales con ella y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo y le puso por nombre Jesús. José respetó a María, creyó en la palabra que había dicho el ángel a través de la promesa que Dios haría a través de María, pero María no fue virgen siempre. Y la Biblia es clara en eso. Entonces es mi anhelo que podamos con la Biblia ser renovados del entendimiento como también despojarnos a lo mejor de algunas tradiciones que muchas veces hasta nos llevan a venerar a alguien que no merece ser venerado. Y lo digo con respeto también porque María en ningún momento se pone en ella en un pedestal para ser adorada. Entonces también podemos estar en el extremo y atacar a María. Ella nunca pretendió tener esa posición que se le ha dado, sino contrario a eso. Lucas 1.38 mira lo que dice después de que el ángel le explica y que María le dice, oye, pero ¿cómo es posible si yo soy virgen? Y entonces el ángel le dice, mira, es que lo que para nosotros puede ser imposible para Dios no lo es. No hay nada imposible para Dios. Y entonces María reconoce la promesa de Dios y dice en Lucas 1.38 Aquí tienes a la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. Ella misma se menciona como una sierva, como una necesitada de salvación. Y me gusta entender esto, que aún María se sometía a la voluntad del Señor, se declaraba sierva de Él. Ok, fue como un mega paréntesis quizá para explicar este tema de María y de los hermanos de Jesús. Regresando al tema de Santiago o de este hermano Jacobo, la Biblia da un elemento importante y me encanta esto, puse en pantalla esto. La historia nos muestra que Santiago había rechazado a Jesús como el Cristo antes de que Jesús fuera a la cruz y resucitara. Es curioso lo que sucede con este Santiago. Durante el tiempo que vivió con Jesús, que compartieron casa, a lo mejor hasta ahí sus espacios, sus juguetes, no sé, lo que sea, y lo vieron crecer, y aún ya viendo a Jesús haciendo el ministerio, no creían en Él, dice Juan 7.5, porque ni aún sus hermanos creían en Él. Esto habla antes de la muerte y resurrección de Jesús. Y era un poco complicado, yo me imagino, el decir, oye, pues este, mi hermano Jesús, Él es Dios, Él es el Salvador, ¿cómo podría ser Él? La familiaridad a veces resta jerarquía de Jesús. Es decir, a veces estamos tan familiarizados con Él, que perdemos de vista realmente con quién es. Entonces sus hermanos, incluidos de Santiago, no siempre creyó en Él. Es más, en algún momento creían que Jesús estaba loco. Marcos 3.21, dicen, cuando sus parientes oyeron esto, fueron para hacerse cargo de Él, hablando de Jesús, porque decían, está fuera de sí. Ah, claro, ¿y cómo pasó? Entonces, ¿cómo fue que Santiago, si no creía en Jesús, si incluso llegó a pensar que estaba loco por todo lo que estaba hablando, ¿cómo fue posible que ahora llegó al punto de escribir esta epístola? Bueno, después de la resurrección es evidente que Santiago ahora cree en Jesús como Dios y Salvador. Mira lo que dice 1 Corintios 15.7, después de hablar cómo Jesús resucita y se aparece a 500 hermanos a la vez, y después dice, después apareció a Jacobo y luego a todos los apóstoles. Entonces, Pablo lo reconocía ya como un líder de la iglesia, lo vamos a ver ahorita, pero no como un apóstol de Jesucristo. Recuerda esto, este Santiago no caminó con Jesús durante su ministerio terrenal. No era uno de estos doce. Él realmente creyó en Jesús hasta que Jesús resucitó. Por eso puse en pantalla. Es después de la resurrección que Santiago cree en Jesús y su fe en Cristo lo llevó a ser un líder clave en la iglesia de Jerusalén. Entonces, no fue que su parentesco lo llevó a ser un líder en la iglesia de Jerusalén, sino la fe que él manifestó. Y mira cómo dice en Hechos capítulo 12, porque a lo mejor alguien pudiera haber pensado, ¿y por qué Jacobo o Santiago llega a tener un lugar tan prominente dentro de la iglesia si ni siquiera creía en Jesús cuando estuvo acá? Bueno, mira lo que dice, lo reconoce ahí Pedro en Hechos capítulo 12. Leíamos esta parte cuando habían matado al otro Jacobo, el hermano de Juan. Pero ahora vemos que en un momento en el que Pedro es liberado, ¿recuerdas esta parte que va al lugar donde están reunidos los creyentes y toca la puerta? Mira lo que dice, versículo 16 de Hechos 12. Pedro continuaba llamando y cuando ellos se abrieron, entendiendo que era un grupo de creyentes reunidos, lo vieron y se asombraron. Y haciéndole señal con la mano para que guardaran silencio, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel y les dijo, ¿informen de estas cosas a quién? A Jacobo, a este Santiago y a los hermanos. Y entonces salió y se fue a otro lugar. ¿Qué está pasando? Bueno, vemos que Pedro está mostrando ya y reconociendo a Jacobo, a este Santiago, autor de este epístola, como un líder prominente dentro de la iglesia. En su carta a los Gálatas, Pablo también reconoce este liderazgo. Dice Gálatas 1.18. Pablo contando después de que tuvo su encuentro con Jesús. Él describe que no fue inmediatamente a Jerusalén, sino que va a Damasco. Y después de cierto tiempo dice, versículo 18. Entonces, tres años después, subía a Jerusalén para conocer a Pedro. Pablo está describiendo esto. Y estuve con él quince días, pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo. Y reitera, el hermano del Señor. Nuevamente está reiterando que Jesús tuvo hermanos, ya en el Nuevo Testamento. Y lo reconoce a la par de estos apóstoles, con esta autoridad, y lo reitera en Gálatas 2.9. Es importante estos datos porque eso nos da, o nos lleva a la conclusión, de poder confiar que fue este Jacobo, o este Santiago, el que tenía la autoridad ya dentro de la iglesia, para poder entonces escribir esta carta. Mira lo que dice Gálatas 2.9. Pablo, nuevamente, cuando se encuentra con los apóstoles, dice, al reconocer la gracia que se me había dado, Jacobo, otra vez, este Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados como columna, ya dentro de la iglesia, nos dieron a mí y a Bernabé, la diestra del compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los de la circuncisión. Entonces, Pablo reconocía que Jacobo, o Santiago, era un líder en la iglesia de Jerusalén, y no solamente eso, sino que era hermano del Señor Jesús. Ahora, ¿qué es lo importante de todo esto, creo yo? Bueno, primeramente, al ver la transformación de la vida de Santiago, y su servicio dentro de la iglesia, así como la autoridad que se le había encomendado, nos da la conclusión que él fue quien escribió esta carta. La carta, vamos a ver a lo largo de la carta, trae varias referencias también del Sermón del Monte, algunas incluso paralelismos con proverbios, y dicen algunos, bueno, yo creo que incluso este Santiago, al vivir tanto tiempo con Jesús, pues también fue testigo de muchas de estas enseñanzas. Así que, piensa en esto. Yo he pensado en esto, y me gusta ver la transformación que sufre Santiago, porque yo creo que definitivamente debió haber sido difícil, entre comillas, haber vivido con Jesús. Es decir, tener ahí en tu casa que tu hermanito fuera Jesús, o tu hermano, y entonces, si tú tienes hermanos, y ubicas este tipo de escenas donde está un tiradero, llega el papá o la mamá, y les dicen, oigan, ¿quién hizo este tiradero? Y entonces, de alguna manera, nunca podías echarle la culpa a Jesús. Jesús era perfecto, Él no desobedecía, y eso, no sé cómo será la relación con tus hermanos, pero generalmente, hay un hermano que es como más obediente, que incluso hasta como que le echas carrillas, y de, uy, si tú, tú el perfecto, tú el obediente, tú no te equivocas de nada, y no es que te caiga muy bien, la neta. Entonces, a lo mejor, de alguna manera, los que tienen hermanos pueden entender eso, pero de alguna manera, Jacobo pasó de tener esta relación únicamente familiar, y a lo mejor hasta con esta incomodidad, aunque también creo que debiera haber sido testigo de cosas tan hermosas del carácter de Jesús, que entonces también cuando Él, sus ojos son abiertos para reconocer a Jesús como Dios, pudo haber dicho, wow, con razón Jesús respondía de esta manera. Pero Santiago, mis hermanos, puse en pantalla, un hombre que realmente fue transformado, y este es un tema central de este versículo, y quiero que pongas atención en esto. Pasó de tener solo familiaridad con Jesús, a ser su siervo, a reconocer su Deidad. Pasó de tener familiaridad. Uno de los elementos que va a dar Santiago es precisamente que muchas veces podemos tener familiaridad con Jesús, pero realmente eso no cambia nuestra vida. Recuerdas cuando cita en Santiago 2, que habla y dice, mira, los demonios también tienen Dios, y tiemblan, pero eso no produce una fe activa. Pero en Santiago sí hubo este cambio. Mira cómo se presenta ahora. Santiago, versículo 1. Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión, saludos. Me gusta porque él no agarra como el parentesco, ya sabes cómo acostumbramos a veces, si tenemos algún familiar importante, ah, no, pues yo soy tal hijo del, no sé, del licenciado, del doctor, del ingeniero, y ahí nos colgamos de, ah, si tú no sabes quién soy yo, yo soy hermano de tal, y a veces nos colgamos de esos títulos, pero me encanta cómo Santiago, él ni recuerda esto de que es el hermano de Jesús, sino que más bien se presenta como siervo. Es increíble, es impresionante cómo pasa ahora, ahora él a tener ese entendimiento respecto a Jesús. Aún cuando era su hermano, él no deja de reconocer que Jesús es Dios, y por lo tanto, él es su siervo. Y eso debería llamarnos la atención, mis hermanos. A lo mejor tú te has relacionado con Jesús en un tema simplemente como un maestro, como un gran hombre, pero no como Dios. Ahora, a lo mejor tú te has relacionado con Jesús tanto, ha sido tan familiar para ti el escuchar de Jesús, conocer la Biblia, ah, yo ya sé lo que dice, ya me sé los libros en orden de memoria, me sé muchos vertículos, y qué padre que te lo sepas, pero a lo mejor estás tan familiarizado con eso, pero realmente estás lejos de vivir como si él fuera realmente tu Dios. Pero cuando Santiago ve la gloria de Dios y entiende lo que él ha hecho, entonces reconoce su posición delante de Dios, lo mismo que veíamos con María. Ahora, ¿a qué hace alusión este término siervo? La palabra siervo se traduce, o se utiliza aquí en el griego la palabra doulos que significa literalmente esclavo. ¿A qué hace referencia un esclavo? Un esclavo era precisamente alguien primero que tiene un amo y vive completamente para él. Pertenece a alguien más, ya no se pertenece a sí mismo. Él entendía eso. Santiago pudo entender, ahora yo le pertenezco a él porque él me salvó, él me compró y nos muestra la humildad de Santiago. Alguien decía por ahí, escuchaba alguna vez que la condición más alta que podemos tener como creyentes es la de ser esclavos de Jesús. Mis hermanos, a diferencia de lo que tenemos como concepto de esclavitud y de opresión es una esclavitud en la cual nosotros fuimos comprados a precio de sangre, en la cual nosotros respondemos a su amor, en la cual nosotros podemos amarle porque él nos amó primero y debemos entender eso. Ser esclavo de Jesús primero implica que tenemos un amo. Ahora, esto es importante que realmente vayamos escudriñando si realmente nuestra fe es a la luz de la fe bíblica a la cual menciona que todo aquel que Cristo salva ahora pasa a ser un siervo en respuesta a su amor, pero un siervo, un esclavo de él. Y eso implica que tenemos un amo. Tenemos un amo. Ahora digo esto porque muchas veces como creyentes o nos decimos creyentes pero más bien vemos a Dios como si fuera nuestro siervo. Queremos andarle arrebatando cosas y declarando cosas y emberrinchándonos cuando no hace lo que nosotros queremos y más que ponernos a su disposición y decirle Señor que se haga tu voluntad, te pertenezco, ya no vivo yo. Le decimos Señor, ¿y por qué no me has dado esto? ¿Por qué no has cambiado esto? ¿Por qué no me concedes esto? Y pareciera que más bien lo tenemos a él como nuestro siervo. Y Santiago dice, mis hermanos, soy un siervo, somos siervos. Es el llamado al cual nos ha hecho Cristo. Ahora, no solamente reconoce su posición delante de Dios, de Jesús como un esclavo, sino que está reconociendo la Deidad de Jesús. Dice versículo 1, siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Puse en pantalla, Santiago está reconociendo la Deidad de Jesús porque lo pone a la par con el siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Entonces, no habla de dos cosas diferentes. Ahora, cuando la Biblia habla de que ninguno puede servir a dos amos, es evidente que Santiago conocía la palabra de Dios y entonces él pone a la par a Jesús. Ahora, imagínate nuevamente el decir, ¿de verdad mi hermano con el que crecí es Dios? Guau, ahora entiendo por qué cuando lo molestaba tanto, cuando le echaba tanta carrilla, cuando no le prestaba cosas, él jamás se enganchaba, él jamás respondía, él jamás se airaba, él ponía la otra mejilla. A lo mejor entendía eso. Y entonces, mucho de esto le lleva a ver realmente a Jesús como Dios, como Salvador, como Señor, y entonces ahora vive para él. Ahora, me gusta esto de que la Biblia es clara en cuanto a la Deidad de Jesús, porque el día de hoy hay muchas fiestas, muchas incluso religiones que intentan demeritar la Deidad de Jesús y dicen, bueno, sólo fue un gran hombre o es un ser creado, la cuestión es así, pero vemos aquí cómo es claro y cómo su hermano está reconociendo esto. Ahora, cuando Santiago reconoce esto, fíjate lo que está hablándonos de Jesús. Santiago está reconociendo de algunas maneras a Jesús. Primero, lo está reconociendo como el Salvador. Cuando Santiago menciona ahí a Jesús como Señor Jesucristo, esta palabra Jesucristo viene de dos títulos, de Jesús y de Cristo. La palabra Jesús significa Jehová salva y la palabra Cristo en hebreo es el Mesías, el ungido, aquel que Dios escogió para una tarea. Entonces, juntando estas dos palabras, Jesucristo es aquel que Dios eligió para salvarnos, es Jesucristo. Santiago está diciendo, mi hermano es Dios y es el Mesías y fue el que Dios escogió para salvarnos en él. Como dice Juan 1.12, más a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, en el nombre de Cristo, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Entonces, Santiago le reconoce como el Salvador y no solamente como el Salvador, sino como el Señor. ¿Qué implica esta palabra Señor? Bueno, es la palabra kurios, que hace referencia en el griego a el amo y dueño de todo. Está reconociendo Jesús no solamente es Dios, no solamente es Salvador, sino que Él es dueño de todo. Por lo tanto, entendiendo que Él es dueño de todo, mi vida le pertenece a Él y por eso vemos que después Él vive enteramente bajo el señorío de Jesús. Mis hermanos, puse esto en pantalla. Para Santiago, su encuentro con Jesús resucitado cambió toda su percepción acerca de quién era Jesús. Dio un giro de 180 grados su vida y eso debe suceder en cada uno de nosotros. En esencia, eso es el arrepentimiento. No solamente es dejar de hacer cosas, sino venir y rendirnos en respuesta a la gracia y el amor a nuestro Señor Jesús y vivir entonces para su gloria. Mira cómo lo dice Pablo en 2 Corintios 5, 14. Porque el amor de Cristo nos constriñe. Pensando esto, que si uno murió por todos, ¿de quién está hablando de Jesús? Si uno murió por todos, luego todos murieron. Y por todos murió, ¿para qué? Para que los que viven ya no vivan para ti, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Algunos probablemente en ese tiempo de Santiago al entender, bueno, si Jesús ya murió y pagó por nuestros pecados y la salvación es por gracia, bueno, pues yo puedo vivir para mis antojos, para mis deseos. Al final, ya Cristo me perdonó y ahí nos vemos en el cielo. Y Santiago va a intentar explicarnos, no, esa fe, esa gracia debe manifestarse. Y Pablo está hablando de lo mismo. Oye, Cristo murió, Cristo te compró, Cristo te redimió, te dio su gracia, su amor, pero no es para que vivas para ti. Es para que ahora vivas para Él. Versículo 16. De manera que nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Está hablando de que ya no ubican a Jesús únicamente como un hombre, como lo podían ubicar, no es este el hijo del carpintero, no es este simplemente el hijo de María, sino ahora lo conocen en el espíritu, como Dios, como el Salvador, como el Mesías. Por lo tanto, dice versículo 17, de modo que si alguno está en Cristo, recuerda este contexto, de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, es aquí, todas son hechas nuevas. Santiago dice, cuando realmente entendemos que Jesús es Dios, que es nuestro Salvador y que es Señor de todo, y por conclusión de nuestra vida, lo que tiene que suceder con nosotros es que nos da una nueva identidad, una nueva manera de relacionarnos con Él como hijos amados, pero también una manera nueva de reconocerle a Él como Señor y como Dios. Me gusta leer este versículo porque definitivamente también nos habla de lo que el Evangelio nos da en el perdón. Nos hace nuevas criaturas, nuestro pecado es perdonado, queda en el pasado, comienza a haber una transformación en nuestro corazón, de tal manera que vamos siendo más como Jesús, pero también está hablando aquí de ver una manera diferente a Jesús, desde una perspectiva nueva, como nuevas criaturas, ya no como con esta familiaridad, ya no con esta a lo mejor cotidianidad, sino ahora como Dios y como Rey, y por lo tanto vivir de una manera diferente. Puse en pantalla esto. Puedes estar muy familiarizado con Jesús, y esto, mi hermano, yo te lo digo, quizás sea por experiencia. Yo crecí en iglesias cristianas y estaba familiarizado con Jesús. Ah, si te sabes los versículos, dos, tres canciones, sabes cómo comportarte incluso, no eres el mismo aquí y allá, ya sabes que aquí no se dicen cierto tipo de palabras, y puedes estar muy familiarizado con Jesús, aun haber crecido en una casa o en un entorno cristiano, pero aun Jesús no es tu Dios, no es tu Salvador y no es tu Señor. ¿Y sabes qué es lo que define eso, en base a lo que vamos a ver en Santiago? La manera como vives. Hay gente que puede estar muchos años en iglesia, por tradición, por herencia, pero a la hora de decidir cuestiones importantes en su vida, ya no toma en cuenta a Dios. Y entonces hay este grupo de niños, de jóvenes o algunos ya ni tan jóvenes, que cuando tenemos la oportunidad de elegir de ir a la iglesia o ya no, de tener una relación con la Palabra o ya no, de hacer decisiones en base a la Palabra o ya no, ya no se toma en cuenta a Dios, ya no se vive acorde a su Palabra. El día de hoy también, hay este grupo de creyentes que falsamente pudieran estar familiarizados con Jesús, porque viven una religiosidad, religiosidad vaquía, como vamos a hablar ahorita en el último punto. Y a lo mejor, están familiarizados con Jesús, llevan mucho tiempo en las iglesias, pero al final del día, aún no viven con Jesús como Dios y como amo de su vida, como amo de su tiempo. Y entonces cuando Jesús, o la agenda de Jesús, o el tiempo con Jesús, estorba con su agenda, ¿qué creen que es lo primero que quitan? No le bajan a las horas del trabajo, no le bajan al tiempo de diversión, de hobbies, lo primero que se sacrifica es el tiempo con Dios, y si se atreven a decir muchas veces, no, sí, yo reconozco a Jesús como mi Dios, como mi Rey y Salvador, pero todas las decisiones, agenda y manera de vivir, hacen evidente que no lo es así. Y Santiago quiere advertirnos respecto a esto. En Santiago hubo una transformación radical, a la cual él vivía enteramente ahora para Jesús, porque reconocía que él era Dios, que era Rey, que era Salvador, y por lo tanto su vida le pertenecía a él. Finalmente vamos a ver, recuerda eso mi hermano, familiaridad con Jesús no es igual a salvación, familiaridad con Jesús no es igual a realmente ser un discípulo. Finalmente, ¿a quién escribe esta carta? Versículo 1, a las doce tribus que están en la dispersión. Saludos, ¿quiénes son estas doce tribus que están en la dispersión? Bueno, la palabra dispersión en griego es la palabra diáspora, significa esparcir en la siembra, era un término que se usaba en la agricultura para esparcir las semillas en la siembra. Ahora, puse en pantalla esto, se convirtió en un término para aludir a todos los judíos que vivían fuera de la tierra de Jerusalén y al final del día y en nuestro tiempo también a todos los creyentes, que habían sido primeramente creyentes, que habían sido esparcidos, que habían sido ahora sí que regados fuera de Jerusalén por distintos motivos. ¿Qué motivo los llevó a salir de Jerusalén? Bueno, uno de los elementos históricos, primeramente, es que quedan esparcidos después del cautiverio babilónico. Otro de los elementos es que también varios de ellos fueron esparcidos, es decir, venían de lugares fuera de Jerusalén, venían a las fiestas judías como pentecostés, en Hechos capítulo 2, escuchaban el Evangelio ahí, pero después regresaban a su tierra y por lo tanto también eran parte de ser esparcidos. Y finalmente también hubo quienes fueron esparcidos por causa de la persecución. Recuerda que en Hechos capítulo 8, versículo 1, después de la muerte de Esteban, este mártir, dice que son esparcidos los creyentes. Hechos capítulo 1 dice, y Saulo, hablando de Pablo antes de Cristo, estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte, en la muerte de Esteban, en aquel día que desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. Entonces, ¿es dirigida a todo este tipo de creyentes? No es que Santiago diga ah, bueno, ustedes siguen siendo judíos, por alguna otra manera eran judíos, pero ahora son creyentes y están fuera de Jerusalén por alguna de estas tres razones. Así que Santiago en esta carta intenta no solamente instruir, traer al creyente examinar la fe realmente, a la luz de lo que la palabra dice, sino que también quiere advertir a estos judíos y el día de hoy a creyentes a cuidarnos de vivir una religión falsa, una religión vana o vacía. Puse en pantalla esto. Santiago busca corregir, dejar a un lado la religiosidad vana y de verdad vivir una vida que agrade y glorifique a Dios a través de Cristo, por medio de una vida piadosa realmente. Si te fijas, vamos a ver, no es una carta que nos hable precisamente como de como de doctrinas de salvación, va a hablar de cuestiones como muy prácticas, como luce la vida práctica o una fe real. Y es importante esto, mi hermano, porque todo esto parte, me encanta como terminamos, Tito, recordando la gracia y la gracia y la gracia, pero la gracia no es un motivo para vivir para nosotros, sino como estuvimos viendo, la gracia más bien debería ser eso que nos mueva a vivir para Cristo. Ponía en pantalla esto y me gusta porque, si es Luis, en un comentario respecto a la generalidad de la carta de Santiago, decía esto, no se trata de lo que creemos, sino como vivimos lo que creemos. Es lo que Santiago va a hablar, recuerda Santiago 2 cuando dice que la fe sin obras está muerta. Ahora no es que somos salvos por obras, pero cuando entendemos la gracia, entendemos que Jesús es Dios, que es nuestro Salvador, nuestro dueño y nuestro amo, por lo tanto responderemos acorde a eso. El propósito es guardarnos del peligro de una falsa religiosidad, mis hermanos, de que no caigamos en este riesgo de a lo mejor simplemente ser religiosos, ser vacíos, ser vanos, sino realmente vivamos acorde a lo que Cristo es. Ahora, es una gran tarea, así como cuando estudiamos Efesios que te pedí, lee en tu casa Efesios y subraya las veces que dice en Cristo y en Cristo. Esta es una carta también pequeñita de alguna manera, que puedes estar leyendo una y otra vez, una y otra vez, lee distintas versiones para que entonces podamos estar también constantemente ser limpiados y ser examinados a la luz de la palabra de Dios. Así que, mis hermanos, quiero terminar con esto, al final me gusta entender y ver como Santiago, al encontrarse realmente con Jesús, verlo resucitado, él lo reconoce como Dios, como Señor, como Creador, como su dueño y por lo tanto responde siendo esclavo de Jesús en amor. Y yo quiero preguntarte así, mi hermano, a lo mejor tú estás viniendo por primera vez, a lo mejor ya eres un creyente que a lo mejor has crecido toda tu vida con Jesús y lo has escuchado tanto y tanto y tanto que ya te genera como tanta familiaridad. ¿Quién es Jesús para ti? ¿Es simplemente un buen maestro, un gran hombre, o realmente es Dios, es Rey, es el dueño de todo? Ahora te pregunto de manera más personal, ¿tú puedes reconocer si, si lo es? Como los demonios también creen que él es Dios, pero sé bien honesto ahí, ¿tu vida realmente refleja tu actuada, tu planeación que realmente él es tú Dios, tú Rey, tú Señor, o simplemente has caído como en una tradición o una esencia familiar. Ahora, mi amigo y mi hermano, a la luz de esto tú puedes a lo mejor responder y decir, wow, creo que yo no he pasado por este proceso que pasó Santiago, que evidentemente nació de nuevo. Y déjame decirte que Cristo, así como Santiago lo reconoce como Señor, como Salvador, Jesús sigue siendo el mismo. Y él te ha traído aquí precisamente para extenderte salvación solamente en él. Dice la palabra de Dios que no hay otro nombre dado a los hombres en el cual podemos ser salvos solamente en Jesús. Cree en Jesús, mi amigo. Cree en Jesús. Lo que vamos a estar viendo las siguientes semanas no es un manual de cumplir cosas para entonces ser aceptados por Jesús. Es entender que respondemos a la gracia que hemos recibido, al amor que hemos recibido, y anhelamos vivir acorde a la nueva identidad que tenemos en Cristo y solamente por su gracia y para su gloria. Así que vamos ahora para terminar. Señor, gracias por este tiempo que nos regalas. Gracias porque somos muy privilegiados en tener tu palabra, Señor. Gracias porque a un Santiago cacobo pudiera representar a muchos de nosotros que a lo mejor en algún momento estuvimos tan familiarizados contigo o se nos hacía tan común ya escuchar de ti que hasta como loco te podemos llegar a tomar, Señor, y lo hace evidente en la forma que vivimos, cómo te menospreciamos. No creemos realmente en ti, Señor. Padre, gracias porque hay mucha esperanza para todos nosotros y el hecho de ver a este personaje, Señor, tan parecido a nosotros y la transformación que tuvo y en respuesta a tu amor, a tu autoridad, a que tú eres Dios, Rey y Salvador, en tu gracia también decidiste utilizarle, Señor, como deseas también hacerlo con todos nosotros, Padre. Gracias porque hay esperanza, pero también porque gracias porque eres un Dios bueno que en tu gracia nos concede la oportunidad de ser instrumentos en tus manos, Señor. Padre, yo te ruego que ante lo que hemos visto en tu palabra, abra nuestro entendimiento, Señor. Lo que sucedió con Santiago fue porque tú así lo quisiste, Señor, yo te ruego que tengas misericordia de nosotros, Padre, y si hay alguien aquí que a lo mejor hasta el día de hoy te había visto únicamente como algo familiar, algo heredado o simplemente tradición, yo te ruego, Padre, que obres en su corazón, que abras sus ojos realmente y pueda venir a ti en arrepentimiento y fe, reconociéndose como pecador, pero enamorado, Señor, de tu gracia, asombrado de tu deidad, maravillado de tu poder y en respuesta a eso, Señor, vivir para tu gloria, Padre. Gracias, Señor, porque en Cristo no solamente nos has salvado y adoptado como hijos tuyos, sino que en Cristo también, porque prometiste estar todos los días con nosotros, en Cristo y solamente en Cristo, Señor, anhelamos vivir una vida acorde a quien somos, Señor, y para tu gloria, Padre. Así que gracias, Señor, por este tiempo que nos regalas en tu palabra, en el nombre de Jesús. Amén. Horizonte Tequisquiapan Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos.

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