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En este capítulo conversamos sobre cómo enfrentar los primeros momentos. Cuando nos enteramos que tenemos cáncer. La Andrea cuenta su historia y cómo lo enfrentó.
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En este capítulo conversamos sobre cómo enfrentar los primeros momentos. Cuando nos enteramos que tenemos cáncer. La Andrea cuenta su historia y cómo lo enfrentó.
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En este capítulo conversamos sobre cómo enfrentar los primeros momentos. Cuando nos enteramos que tenemos cáncer. La Andrea cuenta su historia y cómo lo enfrentó.
In this podcast episode, the hosts express their gratitude for the positive feedback they've received from listeners. They discuss how the podcast has resonated with people who have experienced cancer or have loved ones affected by it. They also talk about the therapeutic nature of sharing their stories and reflecting on life. One of the hosts then shares her personal story of working in a hospital and needing to undergo medical exams to become a public servant. She recounts how she discovered a nodule during one of these exams and her nonchalant reaction to it. The doctor assures her it's likely from a previous lung infection and prescribes antibiotics. Hola, ¿qué tal? Acá estamos con la Andrea y la Nata, y lo primero que queremos decir en este segundo programa es que estamos súper contentos porque básicamente los comentarios que recibimos fueron súper positivos, cariñosos, entusiastas, siempre con las que fueron críticas muy constructivas, pero en general nos dieron mucho ánimo para seguir con nuestra historia, para seguir con este podcast, y así que queremos agradecer a toda la gente que nos escuchó, mucha más gente de lo que nosotros esperábamos. Sí, de hecho nos sorprendimos. Sí, absolutamente. Nos motiva a causar, no sé, un gran revuelo, pero para nosotros. No, absolutamente. Abajense, uno llega a un comentario y felicita. A mí me pasó lo mismo. Por Instagram, gente que la escuchó, que yo hace mucho tiempo no hablaba con ellos, y también gente que recién se encontraron con cáncer. Pero con dos personas que le contaron que el cáncer lo avisaron hace muy poco, que lo tenían, y están como súper agradecidos que justo les toca este programa. Bueno, yo creo que fue súper bonito. Quizás es que me pasó también eso, que me llegaron muchos mensajes, audios sobre todo, los encarnes para que nos mantengan. Sí. Porque cuando uno las lee, una las lee como desde su mirada, pero los audios como que se escucha el otro tal cual. Es verdad, es distinto. Sí, me encantan los audios, entonces me encantó que me llegaron muchos audios. Y me pasó eso, que me habló gente que había tenido cáncer hace poco, y me llegaban experiencias muy inesperadas que le dieron sentido a estar aquí grabando. Estilo, corta. Primer día, me llegó un mensaje y dije, listo, tiene sentido estar aquí y volver a hacerlo. ¿Sabes? Como que motiva. ¿Y sabes lo otro también? Está como que lo que logró esta conversación, que ya, bueno, juntémonos, veamos qué pasa. Bueno, pasa algo, listo. Pero algo como profundo para otras personas. Es que tú... Sí, que siendo lindo, o sea, como siendo muy ingenuo también, o sea, que tampoco pretendía, sin ser pretencioso, eso es lo que a mí me gustó. Y otro, como que dos cosas me pasaron. Una, que gente que me comentó que si bien sus familiares, que de familiares que habían tenido, que si bien no eran sobrevivientes, pero sí que ahora tienen que aprender a vivir con el cáncer. Y que esto también es una manera de ellos poder tener herramienta para poder aproximarse y acompañar a su gente que está en esta constante. Eso es uno. Y lo otro que me pasó a mí, que ya es como por otra línea, pero como que sentí que me salía del clóset. Como que eso sí. Seguro que sí. Porque yo no sabía que había gente que no tenía idea que yo había pasado por esto. Y fue una manera como de asumirlo, de aceptarlo y de difundirlo. Y sin vergüenza, sin, no sé, como ese pudor, porque para mí generaba algo así como también como medio escondido. Como es el cáncer especialmente. Pero es muy feo porque lo que yo siento, y que fue un poco lo primero que dijiste, es que finalmente uno nunca se deshace del cáncer. O sea, es un fantasmita que siempre está ahí. Y precisamente yo creo que esa es la terapia que hacemos nosotros conversando los tres. Es que en el fondo estamos hablando de algo que nos acompaña y que cada vez que nos duele la guata nos asustamos por hacer eso. Y fue como una actitud ese chichiboloco pasar de esa denuncita a pasar a la pachorra. Buena cuña, eh. A pasar a la pachorra. Porque en el fondo es eso. No sabía que ya hacía tanto, ya tuvo el cáncer. O sea, como, no como ese pudor, como de, un poquito como que a mí me daba como vergüenza. Imagínate lo que ha sido para la gente con VIH en los ochentas. Claro. Eso entonces que ha sido terrible porque en el fondo, yo me acuerdo de un artículo de Rolling Stone que, terrible, partía diciendo que llega un papá del doctor y el doctor le dice, le tengo dos noticias, una buena y una mala. ¿Cuál es la mala? Su hijo tiene VIH. Y la buena, que se va a morir. O sea, bueno. Bueno, pero, volviendo al tema de que en el fondo, esto, yo, hay un amigo, Marco, que me escribió por Instagram diciendo, Andrés, yo lo siento y partiendo con esto, que yo creo que es muy fuerte, yo creo que lo que habíamos pensado un poco es contar un poco nuestra historia. Que creo que en el fondo cumple el objetivo que hemos pensado, que esto en el fondo es una conversación que se transmita entre todas las personas que nos escuchan. Entonces, Andrés, tú que tenías una historia heavy, cuéntanos. Ya, yo les voy a contar mi historia. Y antes de contar mi historia, quiero decir que me llegó un audio de mi amiga Arlette, que me dijo algo que me llamó mucho la atención y me gustaría mencionarlo, porque después me llegaron otros audios y otros textos que hablaban de lo mismo. Son personas que me hicieron una devolución de este podcast que mandamos, que no tuvieron cáncer, que no vivieron cáncer, cercano, pero que sí me hizo sentido que como a través de estas historias de cáncer, tú puedes como pensar y reflexionar sobre tu vida. Y eso, yo lo encontré como, wow, qué heavy. Claro, porque nosotras tres estamos hablando de esto, pero no pensando como que, reflexionando en la vida en general. Bueno, qué bueno que sea terapéutico para muchas personas. Y eso, yo lo encontré súper bonito, como que en general, en el día a día nos damos tiempo para pensar en nuestras vidas. Y eso es lo que como que estamos tratando por lo menos de hacer ahora. Bueno, dicho eso, les voy a contar mi historia. Yo soy arquitecta funcionaria pública, que entré a trabajar en un hospital. ¿Qué año estamos hablando? 2015. Mi papá enfermo de cáncer, de próstata, se lo encontraron muy tarde, ya tenía metástasis, y yo entré a trabajar en un hospital y había mi colega, la Charo. Charito, mi amor, la amo. Estaba ahí, qué sé yo, y la Charo estaba embarazada cuando llegué. De hecho, yo llegué para hacer el reemplazo de ella cuando ella se fuera. Pero tú ya tenías a Vicente. Vicente tenía como 40 años, mañana le voy a dar. Sí, no, aquí está en 2015. Hoy en día tiene 25 años. Y dijo Vicente. Entonces, la Charo se iba a tener su guagua, entonces yo me quedé ahí. Y la suburro bien. Y cuando tú eres funcionario público, te hacen, es una cuestión muy ridícula, que es un decreto como del año 1900, 1892, te juro que todavía no se elimina, que para contratarte como funcionario público, te hacen un examen para saber si tienes tífilis, y un examen para saber si tienes tuberculosis. Y si tú pasas esos dos checks, puedes ser funcionario, puedes trabajar para el Estado. Sí, las enfermedades que no existen ya, ¿no? No, o sea, las tuberculosis ha aumentado bastante porque la gente no se vacuna, pero son enfermedades que ya están casi extintas, porque son del 1900. Entonces, que es muy ridículo, pero se sigue haciendo con el decreto. Entonces, me lo hicieron, todo bien, me contrataron, bla, bla, bla. Charo tuvo a la Elena, volvió, trajo un juego, bla, bla, y se fue a tener a su segunda hija. Y en la segunda hija, yo traje a otro suburbante de este Departamento de Proyectos. Y me dijeron que necesitábamos el examen. ¿2015? No entiendo. No, 2017. Yo le dije, espérate, yo ya me hice el examen, me voy, o sea, otra vez. Y yo, no, lo que pasa es que no dura tanto tiempo. Como que, además, no sé cuánto tenía que hacer, pero no más seguido. Entonces me dijeron volver a hacerme el examen, yo enojadísima. Es como, trabajo acá, tú me estás mirando, te voy a traer al hospital, porque otra vez me hice los exámenes, y lo voy a buscar como una cosa como así, una rocina rutina, y tú tienes que dar el examen y llevárselo a un médico del Servicio de Salud para que te hagan el certificado, que dice que tú no tienes ni sífilis, ni tuberculosis, y con el certificado, ok, te contratan. Y así funcionó. Entonces yo llego a esta señora, que era una doctora del Servicio de Salud, y me dice, ya, estamos bien, me dice, tú no tienes sífilis, no tienes tuberculosis, pero, y ahora es como un ojito así, yo estoy enojada, tiene unos ojos como claros, claros, celestes, celestes, y pone como caña loca, y me dice, pero hay un nodo aquí, algo raro. Y yo dije, ¿cómo? Yo había hecho el examen hace poco tiempo antes, ¿caché? Llevando dos años, te trajeron el examen. Es que es una radiografía de pulmón, eso es lo que te piden para saber si tienes tuberculosis. El 2015-2017. Y entonces me dice, ya, te voy a hacer el examen, te voy a hacer el certificado para que te contraten, porque no tiene ningún lado que te puedan contratar, pero tienes que tomar una hora pronto a un brazo pulmonar. Tome una hora con brazo pulmonar, que es una clínica, y te pasan los dados. Escúchame, en ese momento cuando ella te dijo que tienes un nódulo, de ahí es que te sacaste el examen, ¿qué pasaba por tu cabeza? Nada. Ya, te bloqueaste, te bloqueaste. No, nada, nada, aquí está la Nuestra Señora. Ah, o sea, para ti no fue como, no fue ahí la mala noticia en el fondo. No, nada, yo estaba así como, ah, ya, listo, qué hago. Ah, pero igual pediste ahora rápido. No, es que yo le dije ya, pero será como para pedir, dijo, ahora, pídelo ahora. Y ni siquiera eso te asustó, increíble. Sí, no, y eso todo, chucha, ya, ya, ya, bueno, ya. Si te pasan la radiografía, te pasan todo. Yo tenía la radiografía y tenía el informe, que me lo había tomado acá en la fábrica. Ah, la radiografía no nos entiende nada. No, nada. Y yo ni siquiera di el sobre, porque era obvio que era un trámite para mí. Entonces voy y ella lo ve y qué sé yo. Entonces tomé ahora y había ahora en una clínica, voy a la clínica, y el doctor me atiende, pero un poco de alguna, como mi hijo, me dice, no, me dijo, probablemente tú tuviste una infección al pulmón, ¿cómo se llama cuando te enfermas? Tuberculosis, dijo. No, tuviste alguna infección al pulmón cuando tú te resfriabas grave, como súper resfriada, porque tú te resfriabas, y yo te dije, no, la verdad que esta ni siquiera me resfriaba. Sí, no, a mí me pasó una cicatriz como de un resfrío. Así que te tomas estos antibióticos y una semana estamos listos para la casa. ¿Tenía alcohol de limón? Sí, listo. Listo. Y yo, ya, chao, fue listo como un jueves, contigo. Y yo ahí me quedé como, no sé, como que escuché algo raro, y ahí recién empecé a buclear. Aquí me dieron los antibióticos, no sé qué, y habíamos tenido un asado de una unidad nueva en la que yo había entrado dentro del hospital. Y mi antigua jefa llega al lunes y entra a mi oficina y me dice como, ya, pues, cuéntame, ¿cómo estuvo la comida? Y yo, ya, como lo pasaron. Y yo, ya, no sé qué, le dije, oye, antes que se vea y te quiero, mi jefa era médica. Le dije, antes que te vea y te quieras hacer una pregunta, así, ya, cortita. ¿Una pregunta? Sí. No, una pregunta. Le dije, lo que pasa es que me hizo el examen, le conté toda la historia y me dice, a ver, vamos a hacer el examen. ¿Qué especialidad tiene ella? Ella es el de, no, sí. No, pero sí, en el sentido de lo mismo, los doctores cachan. No, ella me dijo, espérate, tienes un novio, ¿por qué no estás haciéndote un escáner de conco, conco, trase, no sé qué? Yo dije, no sé, es que mi jefe estaba diabático. Me dijo, va, déjame ver el examen, déjame no sé qué. Me dice, te tomas ahora, me dijo, un examen, ahora. Yo neutro, porque además mi papá se había muerto de cáncer, hacía como, no sé, dos y medio. Ya, entonces era como, era una forma, una forma que es de negación. Yo estaba en negación, no cachaba nada. Y dice, como que ya, buscó la hora, tirando la talla. Entonces me dice, ya, encontré una hora en la FARC, entonces me dice, que queda al lado de mi, al final donde yo trabajo. Entonces me dice, ya, te tomas la hora y pides el disco sin el informe, para que no se demoren. Y yo voy a pedir, en esta hora, una opinión. Una hora, pues, no sé qué. Y ahora pienso, ¿cómo no pensé? No entendí nada. Así, fue muy suave. Bueno, pero, lo importante es que hiciste lo que te dije yo que hiciera. Claro. Menos mal le preguntó a la jefa. Sí, menos mal le pregunté. O sea, si no le preguntaba, habría estado tomando un antibiótico y... Que no era... Sí, me acuerdo. Sí, me acuerdo. Bueno, pero si le preguntaste, es porque en tu negación, dentro de tu negación, está ahí una chispa, de la duda. Claro, es que yo busqué lo que decía la cuestión, para que me haya dado, porque yo nunca había tomado la aspirina, así que, para que salga el antibiótico, y ahí como que saltaron cosas en el mundo que yo no conozco, que raras. Sí, yo creo que es súper importante también, como pensando para la gente que no está escuchando, que a veces uno se queda con la opinión del doctor, del dióstor, y bueno, y hay veces que se equivocan. O sea, creo que es súper importante como hacerle caso a esa intuición, o buscar una segunda opinión, porque hay veces que en verdad... Pero hablá, que el tema... Pero no se lo hizo. ¿Cativares? Sí. Hay doctores y doctores. No, no, pero además hay un tema que yo creo que es fundamental, que nosotros somos ultraignorantes de lo que es esta enfermedad. Sí. No entendemos nada, y yo creo que casi nadie entiende nada, ni siquiera sabe si es un ser vivo, qué mierda es esta célula, cómo se convierte. Pero Andrés, yo decía, cuando somos ignorantes, estamos hablando también de los doctores también. No, no, los doctores no deberían ser ignorantes. Porque no somos todos los doctores. No, por eso, pero eso es negligencia. No, pero escúchame, yo ahí creo que más que... Yo creo que ahí es más negligencia, porque en el fondo, sinceramente, a lo mejor hay doctores que entienden mucho más esos exámenes. Ahora, yo creo que un doctor que tiene algún tipo de duda, sobre todo en este tipo de cosas, si dice, hay una cicatriz en el pulmón, manda a hacerse un examen. O sea, que te van a... Porque te duele una pestaña y te van a hacer el examen. Bueno, o sea, te manda a hacer un examen. Además, yo fui a una doctora, no sé si general, la del Servicio de Salud, pero ella me dijo, ando en bronco pulmonar. Yo fui a un bronco pulmonar y él me dijo, tomate una tiroide en la pizarrilla y listo. Claro, hubo una negligencia que yo me podría haber cortado la vida. Yo creo que a mucha gente, y si ustedes, me imagino, tienen los mismos casos parecidos, a mucha gente le cuesta mucho llegar al doctor Ridal. Tal cual. Sí, y que uno se sienta con la libertad de poder elegir ese doctor cuando se pueda. Pero también, ¿sabe usted? Como que lo dijo el doctor y uno le hace como... Pero por lo mismo... Yo busco. Porque somos muy ignorantes. Pero ¿dónde puedes buscar? ¿Dónde? No, también, pero ¿dónde puedes buscar? ¿Entra a internet y metes ahí a la funeraria? Que no rellaman con los contactos, o sea, en el fondo... No, claro, pero escúchame, no todo el mundo utiliza redes. No por contactos, pero ¿quién? O sea, yo antes de trabajar en algún hospital no tenía ni la relación con ningún médico. No, pero además uno tiene eso perfectamente. Oye, como si fuera por eso, ¿no? Yo no tengo redes. No, no, o sea... Lo que voy a estar pensando, si a mí me dicen, o a alguien, me dicen, ¿sabes qué? ¡No, Bulo! Ya, ¿sabes qué? No, está bien, pero ¿por qué tú no vas a ir a la audiencia? Escúchame, esto, esto lo digo yo ahora. Bueno, pero yo no estoy diciendo para alguien que quiera. No, por supuesto. No, por supuesto. No, por supuesto. Sí, somos ignorantes. Sí, somos ignorantes. Le dijeron a uno, le dijeron, ¡ay, el usted no... Oye, escúchame, yo no entendí, yo no entendí nada, hasta cuando yo estaba en la radioterapia y todavía no entendía nada. Yo todavía no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. 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Yo no entiendo nada. Yo no entiendo nada. Salimos de esta sesión en el último mito del parásito. Y la María de la Charima me dice... Y me abraza. Me dice... Si quieres llorar, puedes llorar. Y yo así... ¿Por qué? Así como diciendo... No, no quiero llorar. Dice... ¿Tú quieres llorar? Y yo así como que algo le pasaba. Yo así como... La negación. No, no quiero llorar. ¿Tú quieres llorar? Dice... No, pero de verdad... Y me abrazó y yo así como... Ya, bueno. Y me dije... ¿Cómo abrazar? Así como de rato colgaba. Y bajamos y salimos afuera de la torre. Y me dice... Sentémonos. Y me sentó en una banca y me dice... Ya. Vas a llamar a tu familia. Y yo así... Ya. Antes de... Antes que sigamos hablando, mi hijo. Tienes la desaprendida. Tienes desaprobada. Porque yo en ese tiempo estaba a un horario en trabajo. Con horas de contrato. Y dije... Chú, dale. Yo creo que no. Oye. Estaba aquí, mira. Todo agachado. Entonces me dijo... Vamos a hacer una cosa. Vamos a volver al hospital. A nuestra oficina. Te vas a sentar en tu computadora. Te vas a apagar. La iPad. La ligera. Dije... No, no tiene más ganas de apagar todo lo que yo. Me dijo... Haga lo mismo. Consíguese. Llama a tu mamá. Diez de plata. Paga todo. Y pues mientras... Yo la voy a meter en el hospital. Y después vamos a ir al médico. Yo creo que hay un programa que va a tener que ser especial sobre el tema de las platas. Sí. Porque la verdad es que es el mega tema. O sea... Es un tema. Es un mega tema. Me dijo... No vamos a llamar a nadie. No vamos a pedir ni una hora. Hasta que tú nos pagues y no te tengas que pagar. Tienes que pagar el día. Dije... Ya, bueno. Me he cambiado de oficina. Se va. Y llegué como al rato. O sea, he pasado una hora. No tengo ni idea. Yo, chiquita... Yo creo que tienes que seguir trabajando. De tener a alguien que te pueda asesorar en esto. Absolutamente. Es clave. Claro, claro, claro. Imagínate. O sea... Yo tuve a mi doctora. La doctora Brosman. Que fue... Si no le existió la doctora Brosman... Caerá. O sea, no tengo duda. Igual. Yo se lo he dicho a ella. O sea, yo estoy vivo por usted. O sea, porque... De verdad... Y yo con la María. Sí. O sea, hubiera estado en el oscurantismo, como se dice... Sí. De salud. De tiempo. O sea, demoraste dos meses y listo. Sonaste. ¿Caché? O sea, entonces... Yo creo que... Bueno, es tal cual. Ella dejó instalar al final. Ya, me hizo en el día. Y yo decidí... Ya, ya, ya. Tengo plata, plata por ahí. Era opción. Y me dejó. Y me llevó donde un médico. En otra clínica. Porque me dijo... No, aquí tengo un médico. Hay uno que me dijo que también fue procedido a él. Cirujano de tórax. André, ¿todavía no está? ¿Y todavía no está ahí en negación? ¿O ya está ahí a asustar? No, nada. Todavía no es casual. No. Yo seguía interrupciones. Pero, ¿llamaste a alguien de tu familia? ¿O todavía está ahí en pánico? No. Yo le dije... Pero, espera. Yo le dije... ¿A quién voy? ¿Y qué le digo? ¿Y qué le digo? Sí, le digo. Yo le dije... A ver, no, espérate. A mi mamá. Para que después... Y qué tengo que decirle. Dijo, bueno. Dile que te hiciste un examen. Que hay algo complicado. Que no sé qué. Y yo así como ya. Dije, oye. Hola, mamá. Oye, lo que pasa es que me hice un examen. Y tengo que pagar la ISAPRE. Y no sé qué. Puta, estoy super mal. La loca. Me voy a prestar una loca. Porque tengo que ir a un doctor. Pero antes del doctor tengo que pagar. Ya. ¿Y por qué? Yo no sé. Que me hice un examen. No sé. Estoy con la marionera. No sé. Vamos. No sé. En realidad no tengo ni idea. Pero me dijo que me tengo que pagar. Y me voy a prestar una loca. Ya, yo te presto. Avísame de cualquier cosa. Ya, chao. Y tu mamá tampoco, cacho. Yo lo primero que hice fue llamar, en vez de mi familia, llamé a la que era mi segunda en el trabajo. Para decirle, o sea, para decirle, te espera una larga, larga. Pero es que cachaba. Larga subrogancia. Ah, y que cachaba. Yo era como. Es que no. También. O sea, obtienes plata para pagar la ISAPRE. Claro. Y tu seguías. Y tu seguías. Y me ultrapuso. No, yo sabía las instrucciones. Pero la marionera cachó. Obviamente. Que si activábamos la cuestión. Y yo no tenía el apagado. Nada, ni a cubrir, ni a hacer la cagada. Pero eso es lo más fuerte. Es muy agastado. ¿Y qué tienen que hacer? Pero caché que es muy fuerte eso. Porque en el fondo, por un lado, es asesoría, que no todo el mundo la tiene. Que nadie tiene en este país. Nadie. Pero cachelo. 0,1%. Pero lo terrible, por otro lado. Es como que, que tu no te pudiste vivir el, el, el, tener la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la una buena parte importante de las biopsias son tener que operar, o sea, o si no, tener que meter una, una aguja, una, atravesarte entero para... Y claro, que no había como llegar... Como un voodoo, como un voodoo, que hay que, hay que ser un voodoo, hay que ser un voodoo. Y es lo peor... Y el pulso, el pulso... Sí, bueno... Claro, acá no, acá no había como llegar, entonces al final, al final, pasó que entré a un pabellón, yo todavía en negación, sin cantarte como, voy a ver qué tengo, dice todavía mi dedo... Escúchame, entraste al pabellón y todavía seguías... Eh... Qué increíble, bueno... Sí, yo preocupaba... Ahora, la baja tu cerebro, o sea, así que... Yo preocupaba porque la enfermera me dejaba en el vaso hecho bolsa, me me había cortado, me había cortado la vena... Oye, te voy a decir una cosa... Puta, es mejor eso o no? Sí, pero igual tengo que decir que hice como algo como raro. Eh, la única llamada que hice como de alerta fue al ex matido. Chinito, tengo que hablar contigo. Ah, yo era ex matido. Sí, hace un año. Yo pensé que no había sido ya... Tengo que hablar contigo, entonces le dije... O sea, terminaba el programa, lo primero que iba a hacer es llamar al psicólogo. Al terapéuta, al terapéuta porque traté con este tema. No, y lo único fue... Otro tema, otro tema... Lo único alarmista que hice, lo llamé, él venía viajando de acá a Los Cabos, le dije te voy a hablar contigo a fugirte. Dijo, ya me vengo a Los Cabos... Llama a Dave Plata. No, no nos habíamos hablado en un año. Entonces llegué acá y le dije, oye, pásenseme a hacer un examen. Si me demoro necesito que me prometas que te acerques con Vicente. Oh, qué gilipollas. Vamos a ver qué se vaya a hablar, no sé qué. Él más negacionista que yo. Bueno, pero tú no estabas ahí tan... Al decirle eso, claramente no estabas ahí tan en negación. No, fue la única, fue como la única como alerta que tuve. Claro, pero en el fondo tu verdadero yo sabía todo. Sabía todo. Bueno, la verdad es que me operaron y yo no cachando nada. Y entonces estaba mi familia, no sé cómo, llegó gente, mi mejor amiga, no sé qué. Y cuando salí de la operación, yo todavía en operación, sale el doctor y les dice a ellos primero que yo tenía cáncer. Mucho antes que yo, ellos todos supieron antes que yo. Yo cuando me desperté... O sea, ni siquiera pasó por el patólogo antes de que le avisara. Es que lo que pasa es que cuando a ti se operan, hay una biopsia que es rápida y se lleva a la laboratoria de anatomatología. Son nombres que son raros y complicados. Es una biopsia rápida, que la hacen en cirugía. Y si sale negativo, como que se cierra el agua de la casa. Salió positivo en el pabellón y salió el doctor y habló con la familia. Le contó a todos que yo tenía cáncer y no tenía ni idea. Me desperté al otro día en morfina, vomitando con la morfina. Me caía pésimo. Yo amé la morfina. Yo amé la morfina. Yo soy mala para las drogas. Te juro, porque es lo mejor que me hubiera pasado la morfina. Yo no soy mala para las drogas. Bueno, cuando me toque el capítulo que me toca más para mí, voy a contar algo más. A mí, yo que soy mala para las drogas, con la morfina vomité tantos y tantos. Y como al otro día siguiente en la tarde, alguien me contó. Y ahí ya estaba toda la familia llorando, ya estaba la mía a cagar. Entonces yo como que... Pero esa biopsia, como para que expliquemos un poco... Esa biopsia, en el fondo, al ser inicial, no tiene tanta información. O sea, sabe que es cáncer. Pero claro, no sabía el grado, no sabía la anatomía de ese cáncer. Y después lo tienen que mandar a analizar. El patólogo, sí, el patólogo. Lo que pasa es que son dos biopsias. La biopsia rápida, que es la que están ahí. Es una biopsia que se hace cuando la gente, como de cabeza, todas las biopsias las hacen en el pabellón y la mandan al laboratorio, va y vuelve, mientras tú estás en el pabellón. Y después te vas para la casa. Yo estoy ahí, yo soy patólogo. El patólogo es el que estudia el tumor. Estudia. O la masa, lo que sea. De cuánto es el grado, no sé qué. Llega la segunda biopsia y ahí te pueden hacer un plan de trabajo para sanar este cáncer. Biopsia, otra palabra fea. Biopsia. Ahora a mí, con cualquier cosa que me hacen, me hacen una biopsia. Entonces, mil operaciones que me han hecho, biopsia. Bueno, la de cáncer de mamá, yo he captado a las mujeres que yo no conozco que la han hecho. Es como un corte de tráfego. Dale, dale. No, a mí me metieron, imagínate, por el lado izquierdo del cuerpo, un punzón que me atravesó toda la guata hasta llegar a mi tumor que estaba en el lado derecho. Y lo hizo tres veces, porque tenía que hacer tres muestras. Y me pusieron estrés y todo. Es el dolor más severo que he tenido. Oye, bueno, yo creo que... Ya. Yo quiero decir una cosa final, que mi cáncer, mi diagnóstico, tuvo muchos angelitos. Tuvo muchos angelitos. Pero el más importante, y para mí es igual, es que soy muy figurativo, muy racional. Acá tenemos a la nata, que es pachamami, tan extremo. André, que yo capto que es como moderado, y yo soy racional. No, yo soy muy racional. Sí, pero tiene sus cositas también. Sí, es que... Yo no tengo ni una. Bueno, después algún día lo vamos a montar. Pero yo creo que uno se abre... Pero uno se abre, y yo creo que, en el fondo, los golpes en la vida suelen abrirse estos espacios para que uno abra. Yo, por ejemplo, hice meditación, me enseñaron a meditar. O sea, hice cosas que me parece que todavía las hago y no tengo ningún problema. Pero los monjes brasileños, también me hicieron los monjes brasileños, y le agradecí bien a la persona que lo hizo, pero el día que yo le pedí que reza a los monjes brasileños, yo no le reza a los monjes. Ya, pero dijiste que es bueno. No, pues yo le dije... Era una persona que yo no conocía tanto. Encontré que su cariño era tan grande, al hacer esto, que me pareció increíble. Pero, obviamente, a ella no le dije... Ahí estoy hablando como en la disposición de estos. Nunca tan llana, nunca tan llana es. No, claro, yo ya me abrí. Es muy racional, es muy racional. No, pues yo no llegué a muchos escenarios. A mí, una mamá del colegio... Sí, una mamá del colegio, que era brasileña, hizo eso, el día que yo tenía que rezar, incluso me decía, oye, ¿pero cómo no es de rezar? Que yo tampoco creía. Pero me dijo eso porque sentía como... No, no lo era cierto. Yo no creo nada de eso. Yo soy ateo. Aunque fuera religioso, no le rezaría a unos monjes brasileños, que son telepáticos. Bueno, yo quería decir algo lindo, algo lindo como muy lindo. Sí, me tengo que echar eso. Yo tenía que centrarme. Yo quería decir algo muy lindo, que mi vida ahora, yo creo que se la atribuyo al nacimiento de Inés. La hija de la chan, la hija de la chan. Yo la tengo aquí en una cartita. Viste que al final uno siempre, por más racional que sea, al final uno termina, porque uno le encuentra sentido a muchas cosas que antes no le encontraba. Es que si la Inés no hubiera nacido en este mundo, yo jamás se hubiera dado cuenta que tenía cáncer porque no hubiera necesitado nunca ser medicada. La vida es una serie de circunstancias. Entonces cuando ella nació, yo me salvé de morir. Y esa usted también es hermosa. Sí, mira, este capítulo es largo, pero encuentro que es súper valioso. No, no, no, pero encuentro que tiene el sentido de que fuera largo. Porque lo que nosotros estamos tratando de hacer acá es contar historias, historias que en estas conversaciones evidentemente va a haber mucha gente científica u otra que le va a servir. Esa es la idea. No, y gracias. Sí, fue muy valioso. Yo había cosas que no sabía, así que sí, interesante. Supuesto. Inés. Ya, bueno, entonces nos despedimos. De Madrid. Y un capítulo muy lindo, me parece, muy lindo, y con un cierre muy lindo. Ya, yo encontré muchas cosas muy íntimas. No, no, no. Me gustaría que quedara bien todo esto, porque igual es interesante como cada historia cuenta partes de nuestras vidas. Sí, voy. Quienes nos acompañaron. Vamos a contar la historia de la nata, la historia de Andrés, y podríamos ir sumando todo lo que nos ha pasado y lo que les ha pasado a las personas que nos están escuchando. Exacto. Muchas gracias. Nos vemos el próximo capítulo. Chao, chao. Adiós.