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The speaker began her career as a journalist in the 80s in Spain, covering the golden era of music creation. She had always been interested in music and was influenced by radio programs from Portugal and magazines. She started working at a radio station in Valladolid, where she learned and grew as a music journalist. She later moved to Radio Cadena Española in Madrid and had the opportunity to work with notable figures in the industry. She mentioned Carlos Zena and Manrique as her influences. She directed her own programs, which allowed her to explore various aspects of music and other art forms. She also contributed to music magazines such as Boogie, Ruta 66, and Log Deluxe. The speaker embraced the shift to online media, seeing it as a means of greater freedom and accessibility for music journalism. empezamos, si quieres. Primero de todo, obviamente, Inicios, porque si no me equivoco, tú empiezas siendo periodista en los años 80 en España. Entonces, años 80 es una época gobernada por Radio Futura, Los Secretos, Tequila, Nacho Pop, Alaska, etc. Entonces, quería que me describieses un poco cómo fue cubrir una época tan dorada de la creación musical aquí en España. Bueno, pues sí. Yo comencé, para ser exactos, en el año 82, creo recordar. 82, 83. Y bueno, sí, claro, era todo en el momento de la movida, pero también había otras cosas que a mí ya también me interesaban en ese momento. Y bueno, yo siempre había estado muy metida en el ambiente de la música, de escuchar música que venía de fuera, haber escuchado emisoras de radio, pues como Radio Carolina o radios, alguna radio que llegaba de Portugal, que en aquella época también había programas con una programación muy buena. Yo vivía en Valladolid y ya cuando era muy jovencita, cuando tenía 14 años, así, cuando la revolución de los claveles, de acuerdo, que en esa época ya escuchaba programas en la radio portuguesa, que como siempre han tenido mucha relación con Inglaterra, pues llegaba música que aquí no llegaba ni en broma, ¿no? Algún programa había y tal, pero vamos, era muy poco y algunas revistas, yo ya compraba revistas, empecé a comprar revistas musicales con 14, 15 años. La paga me la gastaba en aquellas revistas, ¿no? Y bueno, pues fue un poco, ya luego llegas, ya terminas tus estudios y todas estas cosas, y entré en la cadena en Valladolid y ahí, bueno, pues también había habido en tiempos un programa así pionero que se llamaba Laura Bruja, que ponían música de aquel momento, ¿no? Desde King Crimson o, bueno, todo el krautrock y todo esto, ¿no? Y bueno, pues eso en el 82, yo creo más o menos, es cuando yo llegué a la cadena C, y bueno, tuve la suerte de que, pues en ese momento, había una programación, se había iniciado una programación un poco semejante a lo que podría ser Radio 3, ¿no? O sea, hecha como por especialistas, por la noche, ¿no? Durante el día eran los 40 principales, pero por la noche, a partir de las 9, una cosa así, pues se empezaba una programación hecha así por especialistas en los que había todo tipo de músicas y tal, y yo, bueno, pues ahí me acoplaron un poco ahí para que coordinara toda esa gente, con la que aprendí además mucho, ¿no? Seguí aprendiendo y también empecé a hacer mi pequeña aportación, que ya era de músicas así experimentales, de una electrónica, pues claro, absolutamente analógica y tal, pero cosas así experimentales, y así es como me inicié, y luego ya, pues tuve la suerte de poder dar el salto a Radio Cadena Española, ya en Madrid, que fue justo en el momento en que las radios que habían estado un poco dispersas, que eran nacionales, que venían de la radio del movimiento y demás, pues se reunificaron y nació Radio Cadena Española, y bueno, pues tuve la suerte de que una de las personas que habían estado dirigiendo en Valladolid vino a Madrid y me dijo que viniera, y en principio le dije, no sé, me daba un poco de corte, porque yo era todavía muy joven y estaba un poco empezando a rogar, ¿no? Pero bueno, al final dije, bueno, pues es una oportunidad y mira, pues para rellarme siempre tengo tiempo, ¿no? Y mira, aquí estoy. Y has comentado que leías mucha revista y me interesa también los referentes que podías tener a la hora de decir, yo quiero hablar de música, ¿qué referentes de prensa musical existían, sobre todo en España, de decir, me puedo fijar en esta figura, me puedo fijar en este profesional o me gustaría llegar a este puesto? Pues hombre, a ver, yo conocía, sí, tenía algunos referentes. Revistas, pues bueno, iban saliendo, estaba el Mundo Joven, estaban saliendo distintas revistas, ¿no? La prensa musical siempre ha sido de menos resbaladizo, ¿no? Porque no se mantiene, costaba mucho que se mantuvieran las publicaciones, pero bueno, ahí estábamos. Entonces, bueno, yo tenía para mí un referente que además luego le conocí y fue Carlos Zena, porque yo a Carlos Zena le escuchaba en la radio cuando él tenía sus programas en Radio Nacional de España, yo era muy jovencita, yo ya le escuchaba. Me recuerdo de una vez que, porque luego estuvimos durante un tiempo en Radiocadena Española, trabajábamos, él estaba en Radiocadena Compás, en uno de los canales y yo estaba en el Canal Joven, pero estábamos a la misma hora, entonces salíamos a la misma hora y a veces coincidíamos y nos íbamos por ahí a tomar algo o lo que sea, y recuerdo que una vez le decía, digo, te escribí, me conté que yo había sido mi oyente, entonces yo digo, te escribí y no me contestaste. Y entonces, bueno, la verdad que fue muy bonito conocerle, porque siempre me pareció una persona muy honesta con lo que hacía, con la manera de hacer también, no era nada vivo. Y luego, bueno, pues también ha habido otros, yo a Manrique, por ejemplo, al que también he conocido, claro, con el tiempo, que siempre he seguido cómo escribía, cómo trataba los discos, cuándo hacía sus crónicas o sus críticas. Bueno, ha habido unos cuantos, tampoco es que, a ver, vuelvo a lo mismo, tampoco éramos, no había muchos, de una generación superior a la mía o mayores, pues los que te he mencionado. También escuché a Ángel Álvarez, al que también conocí, pero bueno, ya Ángel tenía una visión un poquito más centrada, digamos, en su área o lo que él controlaba, la música que él controlaba, que a mí me encantaba, toda la música de los 50 y de los 60 y tal, que también me parece sumamente interesante, pero bueno, pues por otro tipo de afinidades al final acabas juntándote con gente a lo mejor que tenga, no sé, otro tipo de visiones y más incluso de tu propia generación, eso nos pasa a todos y sigue pasando, que bueno, pues te vas distanciando a lo mejor de otra gente, pero ha habido gente, quizá no mucha, pero gente muy interesante trabajando en los medios que dejaban que uno se expresara como profesional libre, que no son tantos al final. Y en cuanto a radio, aparte de las que me mencionas, si no me equivoco has pasado por Magazine FM, Secuencias, Música Estrés, Noches de Verano, Hábitat, un porrón de emisoras, ¿cuál era tu...? No, no, eso no son emisoras, son programas, son algunos títulos de programas. Perdón, sí. Son títulos de programas, sí. Y en estos programas, ¿cuál era un poco tu labor o cómo desempeñabas tus funciones como periodista musical? Aunque imagino que habrán sido diferentes en cada programa, pero ¿cómo te encargabas de transmitir el conocimiento musical? Bueno, yo he de decir que he tenido la suerte de dirigir siempre mis propios programas, siempre, desde el principio, y eso es una suerte increíble, vamos, ¿no? Entonces, y luego, muchos de ellos no han sido exclusivamente musicales. Yo siempre me ha gustado abordar, digamos, la actualidad de la creación un poco de amplio espectro, en el sentido de que siempre me ha interesado, me ha interesado siempre el arte, me ha interesado la danza, me ha interesado el teatro, me han interesado muchas cosas, ¿no? Y siempre, y muchos de esos programas de los que ahí hablo, pues a lo mejor han tenido esos contenidos, ¿no? Quizá otros no, o no tanto. Secuencias era un programa más puramente musical, que fue durante, se emitió durante, no sé, pues del 85 al 91, 92. Primero Radio Cadena Española y luego Radio Nacional de España, cuatro, e incluso hacíamos un fanzine, editamos un fanzine durante un montón de años, todos los meses, que era un trabajo increíble, porque había que hacerlo todo, menos las fotocopias, que no las hacían en conserjería, lo demás, había que hacerlo todo y enviarles por correo, o sea, era una locura. Pero bueno, lo mantuvimos durante, yo creo que por lo menos dos años, yo creo que fue el fanzine que más ha durado de la historia de los fanzines en España, estoy casi segura, ¿no? ¿Y el nombre cuál era del fanzine? El de Secuencias, era del programa Secuencias, y el fanzine se llamaba Secuencias, entonces sí que era más musical, pero de todas formas como era un programa diario, y hubo momentos en que era de una hora, otros que era de dos horas, o sea, siempre quedaba para meter otro tipo de contenidos, que en ese momento pues estaban, no sé, desde La Fura, por ejemplo, que ahí hacían el primer espectáculo, a Carles Santos, o no sé, cosas de Danza Buto, en fin, digamos que siempre intentando un poco mostrar, o por ejemplo el otro día, mira, me acordé, porque estuve en Arco, y ese año en Arco había una pieza y se recuperaba la obra de Rodrigo, que fue muy conocido sobre todo por ser ilustrador en la revista La Luna, La Luna de Madrid, pero él hacía también escultura y tal, si lo googleas por ahí lo verás. Y entonces, bueno, este año, pues se recuperaba una pieza que era del año 82, creo recordar, y bueno, pues fue una pieza que se vendió en Arco, que bueno, ahora decían que era una pieza queer, porque en realidad era su novio en ese momento, no me lo estuvo contando y tal, y claro, pues yo, por ejemplo, en esa época, esta que te estoy hablando del programa de Secuencias, pues Rodrigo fue uno de los artistas que estuvo en múltiples ocasiones, porque yo pasaba mucho tiempo en el estudio que tenía en la calle La Madera, ¿no? Entonces, bueno, pues digamos que siempre he buscado un poco eso, no solamente, no ceñirme a lo puramente musical, porque en lo musical siempre me ha gustado hacer mis propias selecciones, buscar un poco mi idea, mi rumbo y pasar de si esto se lleva o no se lleva, o es, sabes, siempre he estado un poco más libre en ese sentido, y por eso quizá el no hacer un programa musical exclusivamente te daba más libertad, ¿no? En cuanto a la prensa, dejando de lado la radio, también has colaborado en Boogie, en Ruta 66, Log Deluxe, también, quería preguntarte, porque ahora la prensa musical o la especializada, pues prácticamente existe en su gran mayoría online, la prensa especializada, entonces, ¿cómo has vivido tú este salto tecnológico, si estas cosas de menos, si crees que beneficia más que perjudica lo digital? Yo, la verdad, sí escribí en esas revistas, pero la verdad es que, desgraciadamente, en la mayoría de los casos, no ni te pagaban siquiera, porque, bueno, que podía estar muy bien que aparezcas ahí y tal, pero claro, o sea, eran unos medios precarios, no lo siguiente. Entonces, ¿cómo veo yo el paso a lo digital? Yo me adapté enseguida, de hecho, como te he dicho, yo estuve haciendo un fanzine durante dos años, que era todo a mano, pegado, recortar las letras, no sé qué, haciéndolo todo absolutamente a mano, y entonces yo vi todo el tema digital, bueno, aquí podemos hacer un fanzine, pero claro, utilizando otro formato, primero hice una página web, después fuimos cambiando de formato, hasta que al final encontramos el blog, que ya lleva ahora ya un montón de años. En realidad es lo mismo, es pasar a lo escrito, pero en este caso visual, los contenidos del programa, y ampliar y poder generar otro discurso, ¿no? Entonces, yo lo he visto estupendo como herramienta para poder ampliar informaciones, para poder interactuar con el oyente, para que el oyente interactúe con el propio programa, eso siempre me ha parecido fantástico. Yo lo he utilizado mucho en el pasado, utilizando el correo, las llamadas, en directo y tal, bueno, este tipo de cosas también se pueden producir a través de un blog, y yo estoy encantada, vamos, creo que son complementos, son herramientas, y todas las herramientas hay que ir incorporándolas cada uno en la medida que lo considere, pero me parece sumamente interesante. Y además aquí en España, al final, quizá a lo mejor no se han enfocado bien las páginas, sobre todo de los medios, se dedican demasiado a hacer resumen de lo que pasa durante el día, pero no son generadoras de noticias, y creo que eso es un error, porque al fin y al cabo la gente utiliza la red para informarse, y hay muy mala información. Entonces creo que sí, que todavía es una asignatura pendiente, crear buenas páginas, sobre todo en medios importantes, que tengan espacios dedicados a la cultura en general, la música, por supuesto, de una forma totalmente independiente. Y tú, ahora mismo, Rosa, diriges y presentas Fruido Rosa, actualmente Radio Nacional de España, ahora te preguntaré, pero me interesa una persona que lleva tantos años y que actualmente también sigue estando en la conversación del periodismo musical, que me hablases un poco de qué percibes que haya cambiado en cuanto a cómo denotan los demás la crítica musical, porque a lo mejor antes era la única fuente exclusiva de recibir X noticias, y ahora pues tú dices, tienes internet, te puedes enterar de cualquier manera, es decir, ¿sientes que siga siendo algo más necesario o algo que se consulte más o menos? Pues yo creo que al final no ha cambiado tanto la cosa. No ha cambiado tanto la cosa porque en el fondo la red que en un principio nos venía a salvar el mundo y era una cosa independiente, nueva, fresca y tal, no ha resultado tal. Estaba controlada por los grandes emporios de la comunicación, por los grandes intereses, al final todo vemos que se compra y se vende, o sea, ya solo nos falta que en esta conversación que nosotros tenemos nos salga por aquí un anuncio y en breve a lo mejor pasa. Al final esto es un desastre realmente, es un desastre porque, tampoco te quiero dar una visión pesimista de la cosa, pero es un desastre en el sentido de que los músicos... Sí, sí, sin querer ser pesimista, porque hay excepciones, al final si tú buscas el problema es que ahora tenemos acceso a un exceso de posibilidades de información y de desinformación tan grande que es imposible realmente controlarlo, es muy difícil. Y yo me imagino que la gente más joven, si a mí me resulta complicado en el sentido de, no porque no me maneje en la red, que sí, sino porque claro, lo más importante en estos momentos es al filtro, es quién te hace el filtro. Porque tú dices, bueno en Spotify tengo miles de millones de canciones, pero si no tienes un filtro, si no sabes qué es lo que buscas, si no sabes, no te sirve de nada. Eso por un lado, desde nuestro punto de vista como informadores, como periodistas, como gente que nos hemos dedicado a crear, a ser un poco ese preceptor de decir, bueno esto, la gente que me escucha a mí puede saber más o menos qué tipo de música le voy a poner, qué tipo de gente le voy a descubrir, si le descubro algo que le estalla la cabeza, va a entender por qué, porque más o menos sabe yo de qué voy, pero yo y el otro y el otro y tal. El problema es que ahora hay un exceso de información a la que es muy difícil filtrar y se está viendo a nivel de noticias y de muchas cosas, que esos filtros son los que verdaderamente son necesarios. Eso por un lado, para los músicos es un auténtico desastre, porque los músicos ahora, estamos haciendo, el otro día leía a Varoufakis, que no sé si sabes quién es, que fue ministro de economía griego, te lo recomiendo, busca Varoufakis porque es maravilloso. Entonces, él ahora está con una teoría que comparto, que realmente estamos con la nueva esclavitud, la esclavitud tecnológica es que estamos toda la gente metiendo contenidos y haciendo contenidos para estar ahí esclavizados en el like, en el me gusta, en el no sé qué, en el no sé cuál, y estamos encima haciendo que otros, a los que no conocemos, con los que no tenemos ninguna relación, estén ganando mucho dinero gracias a nuestro trabajo gratuito. Y en parte es verdad, y eso es lo que está haciendo que, bueno pues eso, tú si no tienes no sé cuantísimos, más de 5.000 likes, no cuentas ya para nada, de hecho ahora se lo están planteando las grandes plataformas, que si no pasas de 10.000 likes, todo lo que no pases de esos 10.000 likes va fuera. O sea, toda esa música que en un principio esas plataformas, esos espacios que era todo tan democrático, en el que yo que toco en mi casa con la guitarra y me echo mi canción y llego, la subo a internet y todo el mundo mundial se va a poder enterar de mi canción que he hecho, pues no, porque eso se va a acabar, porque eso ya no le interesa a nadie, porque cada vez exige más capacidad técnica para poder albergar todo eso que luego nadie lo escucha. O lo escucha muy poca gente, entonces no es rentable, no interesa, por lo tanto te da una patada y te vas. Y eso es lo que tenemos ahora. No quisiera ser pesimista, pero la verdad es que si un artista, un músico ya no tiene compañías de discos, porque las compañías de discos prácticamente ya no existen, a lo que se dedican es a otras cosas, que es el marketing, es el merchandising, es el buscarte ya incluso las giras para seguir sacándote dinero, porque ya se llevan el 50% de autores, si no tienes radios, porque las radios como tales han desaparecido, siguen existiendo las radiofórmulas, pero ahí hay que pagar, hay que seguir pagando, aunque han bajado sus audiencias, siguen manteniendo ahí más o menos el negocio, diversificándose y tal, pero bueno. Entonces, ¿qué hacen los músicos? ¿Qué hacen? ¿Qué pueden hacer? Es que eso también te quería preguntar, es decir, ¿cómo ha tenido que evolucionar un montón la manera en la que antes iba un artista y te daba una maqueta y te dice, oye, me la pones en la radio y si te mola y si la escuchas y te gusta la pones en la radio? Y ahora, ¿cómo tienen esa dificultad para darse a conocer? O sea, a mí me gustaría que me hablases de qué has cambiado en cuanto a la relación periodista-artista y también la relación de periodista y los publicistas. Es decir, ¿gana más ahora, incluso el dinero, teniendo esta falta de visibilidad por sobreinformación o cuesta más para el periodista, para la agencia de publicidad? Es que hace 20 años el nivel de publicaciones era infinitamente inferior al que hay ahora. Porque claro, ahora publicar no es que una compañía te edite el disco, que muchas veces se lo pagaban ellos. Yo no hablo solo de los que trabajan con la CBS. He trabajado con muchos grupos pequeñitos que se iban a consultar, se sacaban el single y lo pagaban ellos. Pero el nivel de publicaciones era muy pequeño. Y claro, además abarcabas más o menos el país, lo que se publicaba aquí en España, gracias a que yo estaba en un programa a nivel nacional. Si yo hubiera continuado en Valladolid me hubiera llegado el 10%, si es que me había llegado el 10%. Pero bueno, en ese momento, trabajas en una emisora nacional, te va llegando todo tipo de publicaciones de la gente que se ha sacado su disco, se está moviendo y esforzándose porque te llegue, o incluso va a la emisora para dártelo en mano, etc. Ahora, el cambio radical. Antes iban las compañías de discos a vernos a la redacción. Iba una persona que era el disquero, que nos decían que era el disquero de tal. Entonces iba el disquero y te iba diciendo, mira, te traigo este disco porque este es un grupo que tal, seguro que te va a encantar. Iban un poco y conocían, nos conocían a todos más o menos dónde podían encajar esa música que llevaban, a qué programa y demás. Ahora ya no va a nadie. Desde hace años ya no va a nadie. Todo lo que te llega, te llega online. Pero a mí lo mismo me llega. Son como grandes listas de cosas que envían promotores o personas que se dedican a la promoción de compañías, pero que se agrupan a su vez. Y te sacan con enlace de las novedades de esta semana o de las novedades que va a haber este mes. Pero es que eso mismo te lo está enviando un señor de Australia, 35 del Reino Unido, uno de Alemania, dos de Francia y cuatro de Estados Unidos. A los que no conocen de nada, probablemente ni te oyen. Es igual, a los que tú sales ahí en un listado y te lo mandan. Entonces, claro, ahora es, por un lado, eso para nosotros, o sea, bastante inabarcable de todo lo que te llega y lo que tienes que escuchar e intentar hacer una selección coherente. Porque a mí no me sirve todo, ¿sabes? Porque yo, en ese sentido, soy old school. Claro, a mí me gusta escuchar las cosas, por qué he decidido poner esta canción o por qué he decidido poner esta otra. Y eso requiere un tiempo, porque eso es lo que, al final, yo creo que a nosotros, como profesionales, nos da la credibilidad. O sea, el hecho de que tú sabes por qué pones eso. Y la gente que te escucha, la gente que te sigue, sabe perfectamente por qué has puesto este o por qué has puesto lo otro. ¿Sabes? Y conseguir eso, pues hoy cada vez es más complicado. Porque además es eso, o sea, a mí no me sirve cualquier cosa. El hecho de que hoy me llegue un tema porque haga ruiditos o porque esté no sé qué o porque esté no sé cuál, no quiere decir que eso me interese, sea incluso bueno o aporteado. Claro, de eso circulan millones, millones. Porque luego, a lo mejor, un día que te has perdido por ahí que no sé qué, no sé cuánto, y ya dices, joder, ¿y esto cómo no me lo han mandado? O ¿esto cómo no me ha llegado? Porque luego te encuentras que hay cosas, muchas cosas, pero es que son tal cantidad que es inabarcable. ¿Y cómo debe escuchar música un periodista musical? Es decir, ¿cuáles tus criterios? Imaginémonos lo que nos has contado, ¿no? Que llega, te incluyen en esa lista de 100 destinatarios con una canción. ¿Cuáles son tus criterios un poco a la hora de decir, esto merece la pena que la gente lo escuche? A ver, yo creo que cada uno va forjando un poco su estilo. Lo primero que hay que hacer es escuchar mucha música. Eso es lo primero, ¿no? Escuchar mucha música. Ir buscándote referentes donde los encuentres, donde creas que los puedes encontrar, de gente que a ti te pueda parecer que sigue una línea coherente y honesta y que diga, ah, pues mira, esto lo he hecho. Poco a poco irás forjando tu estilo, tu línea. Eso no sale de la noche a la mañana. Eso no sale. Es un proceso. Esto es como todo, es un proceso. A veces te equivocas. Yo me he equivocado más de una vez, ¿no? Decir, uf, ¿y cómo he puesto esto? O tal. No sé, me he debido de dar un ataque de... Pero hay que ir, pues eso, escuchar mucha música y no tener tan pocos prejuicios a la hora de decir, uy, esto o lo otro. No, porque el que yo me haya centrado, por ejemplo, en la música electrónica o más experimental, a mí siempre me ha tirado un poco por ahí desde muy joven, pero yo escucho todo tipo de música. Porque creo que hay que escuchar todo tipo de música. Y hay que escuchar las cosas que ves, que resultan frescas, que resultan interesantes, que lleva la manera de tratar el tema, cómo está compuesto, las armonías o los arreglos que tiene. En fin, es un conjunto, ¿no? Una canción no es una cosa, no es solo la melodía que está cantando, sino también muchas veces qué es lo que hay detrás, ¿no? Entonces, todo eso se aprende escuchando mucho, mucho, mucho. Y, bueno, ir, pues sí, cribando, seleccionando, decir, bueno, pues aquí, por allá. Conocer la historia de la música popular contemporánea es fundamental y hay un siglo, con lo cual hay tela marinera para escuchar, pero es fundamental porque no puedes estar diciendo, oye, esto qué maravilloso es, cuando resulta que ya hubo unos anteriores y otros anteriores a esos que fueron los originales. Entonces, claro, es una tarea dura, pero bueno, si a ti te gusta la música y crees que es ahí donde te quieres mover, pues adelante y a ello. Y mucha suerte. Mucha suerte, sí. Hombre, es que no tiene nada que ver porque ahora, pues eso, el concepto, por ejemplo, de las emisoras de radio, pues yo, de todas formas, mantengo la esperanza de que esto, en algún momento, hombre, cambiar, cambiar no va a cambiar, pero sí que se vuelva a esos otros modelos, ¿no? Sobre todo al modelo ese del prescriptor. De alguna forma, el podcast quiere un poco recuperar, en realidad, un podcast es un programa de radio, lo cojas por donde lo cojas, lo llamas podcast, como lo podrías haber llamado de otra manera, ¿no? Pero sí que ese concepto de que es algo como más especial, como más exquisito, como más elaborado, es eso que yo llamo el prescriptor. Eso que, a lo mejor, en las emisoras poco a poco ha ido desapareciendo, pero que todavía sigue ahí. Y ese es el concepto que nos puede llevar a conocer a ciertas personas o personajes que tienen su conocimiento y van desarrollando una línea personal de hacer programas musicales, en este caso, ¿no? Y sí que los hay. Hay ahí cosas que merecen la pena. Algunos es de gente veterana y otros, pues espero que se vayan incorporando nuevas generaciones. Y a ti, Rosa, que antes me decías que también te interesaba la cultura en general, ¿no? El teatro, el arte, la arquitectura. ¿Por qué crees que este sector cultural, el periodismo musical, sigue siendo como un poco de nicho? Es decir, parece que haya ganado un poco más de peso, pero aún así, respecto al grupo general, pertenece solo a unos poquitos o interesa solo a poquitos. ¿Por qué crees que es? Bueno, yo creo que históricamente, aquí en España, se ha denigrado bastante el tema de la música. Bueno, la música se dedica a cualquiera. Y bien es verdad que ha habido veces que se dedicaba a cualquiera y así son los resultados que hay, pero eso sería entrar en otras cosas, ¿no? Siempre se ha demostrado. Y entonces, el periodismo musical es lo que te digo. Ha habido revistas. Fíjate que, por ejemplo, en Reino Unido existían periódicos, como el Merrymaker, o sea, periódicos gratuitos en los musicales. Tú vas a Londres y todavía sigue habiéndolos. Es raro, pero todavía los sigue habiéndolos. Sin embargo, aquí, hacer un periódico, ya de hecho, incluso contaba, estaba en contra toda la industria de los periódicos, de los diarios, para que no se utilizara ese formato, que era el más barato. O sea, ya había que recurrir a la revista, al papel cuché, que era mucho más caro, ¿no? Hasta que ya se… bueno, alguno salió, pero nunca, siempre con la espada de Damocles ahí encima, ¿no? Entonces, nunca se ha considerado. Porque, además, siempre también se extendió un dicho que, bueno, es que esto, como tú lo haces porque te gusta, pues como te gusta y es tu hobby, pues lo haces gratis, ¿no? Y además luego llevan a… vas a ver los conciertos gratis. O lo que decían, no, si luego os pagan las compañías, a mí yo te puedo asegurar que a mí las compañías no me han pagado nunca ni un café. No, yo no he ido a ningún sitio. Conozco a gente que ha ido a algún viaje. Bueno, yo fui una vez a ver un concierto a Vigo, a ver una presentación de Siniestro Total y otra que no sé qué, pero… Y yo estuve, en el momento, en el de las vacas gordas, en ese sentido, ¿no? Pero no creas tú que era una cosa que estaba… O sea, mandan al señor Diego Manrique a la primera actuación o quince días antes de que los Rolling Stones inicien una gira, pero porque, bueno, pues que sea a través de, a lo mejor, del país o de no sé qué, o de la tele o tal. Pero eso no estaba a la orden del día jamás. Pero, sin embargo, sí ha prevalecido un poco ese rollo, ¿no? De, bueno, claro, esto lo haces porque te gusta, porque es gratis, porque además luego os pagan viajes y no sé qué. Bueno, leyendas urbanas. La verdad es que de eso poco se ha sacado, ¿no? Entonces, bueno, pues ahí está. Entonces, claro, eso hace que, bueno, la gente… Y la gente, además, aquí en España también está, y sigue, y sigue, está muy mal acostumbrada porque durante mucho tiempo, bueno, ahora sí se paga por ir a los conciertos o a ciertos conciertos. Tú date cuenta que, por ejemplo, en los ochenta, la mayoría de los grupos, sobre todo los grupos españoles, pues sí, tocaban, tocaban, pero tocaban en los ayuntamientos, en las fiestas, en las plazas, no sé qué, y era gratis. Todo tenía que ser gratis. Aquí somos los de gratis. Todo tiene que ser gratis. Y la música, más todavía, ¿no? Y esa es otra de las cosas que va a gastar de la música, que no le pasa, a lo mejor, al arte contemporáneo o, por supuesto, menos a la arquitectura. O sea, de arquitectura hay no sé cuántas revistas. Pues no sé si la comprarán todos los arquitectos o no, pero se mantienen, ¿no? Se mantienen con publicidad. A lo mejor también han estado mal gestionadas porque no han sido capaces de meter la suficiente publicidad como para que eso resultara rentable. Y no resultaba rentable para el que estaba haciendo la revista, pero es que no resulta rentable, y menos todavía, para el que está escribiendo, porque a ese tampoco le pagan. Entonces… Un mundo difícil. Un mundo… Sí, sí, sí. Hay otros mundos que sí que ves que hay movimiento y que funciona. Es que a mí me ha llamado muchísimo la atención. Es una cosa que ojalá no fuese así, pero sí, llevas mucha razón. Y hablando de mundos difíciles, me gustaría saber cómo era ser mujer en el mundo del periodismo musical. Es decir, ahora, a lo mejor, seguramente, no hay apenas percepción o diferencias, que sí que las habrá porque micromachismos los hay siempre, pero sobre todo, encima, en tus inicios, 80, 90, ¿notabas un reto mayor, un trato distinto o no? Bueno, yo, a ver, he sido la única chica, durante mucho tiempo, en muchos ámbitos, dentro de la emisora, sobre todo, por ejemplo, en cuanto a la radio más especializada, porque luego, a lo mejor, en muchos contenidos, evidentemente, en estos momentos, las relaciones, a lo mejor, están superadas por mujeres. Hay más mujeres que hombres, ¿no? Pero no son mujeres que vengan de la especialización y menos de la musical. La musical siempre ha sido más cosa de hombres, de chicos. Yo no he tenido ningún problema, eso sí que lo puedo decir. A mí me han respetado. Habrá gente en la que le interesaba lo que yo hacía y habrá habido gente que no, pero yo no he tenido nunca ningún problema de ningún tipo. Tampoco lo hubiera tolerado, desde luego, ¿no? Pero yo me he situado. ¿Me ha costado más por ser mujer? Pues a lo mejor sí, algo sí, claro, porque, además, no he dejado de ser aquí, porque era un mundo de hombres. De hecho, hay una portada de El Mundo, del suplemento de Metrópolis del Mundo, del año 91-92, que hay una fotografía, retratando un poco la FM, esa especializada, y yo soy la chica, chica, chica. Pero bueno, ni me ha servido ni más ni menos. Yo he ido totalmente a mi bola, he ido a mi aire, me he defendido, he aprendido mucho, claro, y no me ha quedado más remedio. A lo mejor he tenido que demostrar un poco más que otros, probablemente sí, pero yo tampoco me lo he tomado. O sea, yo he estado muy centrada en, no sé, en ir desarrollando mis programas, mi trabajo, mis cosas, y no me he dedicado en exceso a mirar qué es lo que había a mi alrededor, si pasaban los cuchillos o no pasaban, porque yo no estaba en esa guerra. Nunca he estado en esa guerra. Además que siendo mujer has dirigido casi todos tus programas, como me comentabas, o sea, que es un beneficio y una suerte que a mí me... He dirigido y presentado mis programas. Luego he dirigido algún otro que yo no he presentado, pero vamos, manteniendo mi subido rosa, o sea, he estado haciendo siempre mis propios programas. ¿Y cómo se te da esta oportunidad? A mí eso me da una curiosidad increíble. ¿Cómo puedes decir, me voy a dirigir, voy a hacer yo este programa? Sí, bueno, pues ya te digo, ya te lo he dicho. O sea, yo estaba haciendo, yo presenté un proyecto de programa, entonces ahí lo estuve, lo mantuve, luego la persona que estaba dirigiendo en ese momento la emisora se vino para acá y me dijo, yo creo que tenías que venirte, porque tengo una idea, porque en ese momento estaba formando también la programación de lo que era Radio Cadena Española, y si quiero hacer un programa joven yo creo que tú tenías que estar ahí. Pero es que, no sé, claro, si voy con gente que ha llevado más tiempo, que no sé qué, me digo, no, no, no, tu programa tiene solvencia y tú te... Vamos. Y al final, pues dije, pobredad, si me tengo que caer, me caigo. Si me tengo que levantar, me levanto. Y aquí estoy, vamos. O sea, que también hay que estar un poco echado para adelante, o sea, creer en ti mismo. Es fundamental, creer en lo que estás haciendo. La vida es ensayo-error, no se sabe todo, hay que estar constantemente aprendiendo de la gente que te rodea, de mil maneras, ¿no? Nunca crees esto, es fundamental, porque esto es como agua en el cesto, o sea, lo mismo que entra se va. Entonces no hay que creérselo tampoco, no hay que ir, oh, estoy ahora y estoy aquí, soy una viva, no, no, no, eso es todo mentira, eso es todo mentira. Entonces hay que creérselo justo y trabajar y trabajar y, bueno, seguir teniendo ganas de creer en ti misma y de crecer y de innovar si se puede y estar abierta, estar abierta, con la mente totalmente abierta, ¿no? Si hay que dar un cambio, si hay que dar un giro, los momentos también, esto es un sube y baja, o sea, no es todo tan maravilloso, tienes también tus más y tus menos, pero esos momentos, quizá a lo mejor de bajada o tal, son momentos en los que hay que aprovechar para repensarse, para relanzarse y para venirse más arriba todavía, nada de hundirse. Todo lo contrario, claro, todo lo contrario y a mí eso me ha servido, me ha servido y lo he hecho más de una vez, ¿no? Replantearte las cosas, replantearte el contenido, es decir, esto parece que estoy haciendo churros y ya no me interesa, me aburro, esto no lo puedo hacer, tengo que hacer otra cosa o tengo que dar un giro, en fin, y por eso he hecho más cosas, yo me he mantenido haciendo Frido Rosa, pero durante cuatro años estuve haciendo Las Noches de Verano en Radio 1, que era un programa totalmente diferente, ¿no? Aunque al final, también, lógicamente, también pueda estar mi diseño, pero bueno, en cuanto a contenidos y tal, pues un programa más enfocado a Radio 1. También tengo un podcast de arquitectura porque me gusta mucho la arquitectura de siempre y empecé hace un tiempo haciendo un programa precisamente para vacaciones en Radio 1, al final lanzaron la plataforma de podcast y me dijeron, pues podría ir allí y tal, y bueno, pues ahí está también, ¿sabes? O sea, que también hay que reinventarse, no atascarse, no quedarse... Además de esta vinculación con el mundo del periodismo y cultura y demás, es que también eres DJ, que es una cosa que me ha gustado un montón. ¿Cómo empezó en este mundo de DJ? ¿Por qué te dio por pinchar? Pues la verdad es que, a ver, si te pasas el día escuchando música y poniendo música y no sé qué, pues al final acaban diciéndote un día, oye, pues podías subir y pinchabas en tal sitio o en tal otro, bueno, pues y dices un día, bueno, a ver, yo sí lo hago y tal, pero de una manera controlada. No he querido dedicarme a esto porque, o sea, el mundo del DJ, pues no me interesaba tampoco. O sea, a mí, mientras me divierte, lo hago. Lo hago como una diversión, como una forma más de dar a conocer la música que yo atesoro, ¿no? Y no puedo saltar. Pero siempre, digamos, en unas circunstancias o en unos ámbitos en los que yo me sienta cómoda. Yo no me sentiría cómoda irme ahora a un gran sitio donde hay no sé cuantísima gente. Eso a mí no me interesa. Eso no me ha interesado nunca. Porque no, porque pierdes totalmente la perspectiva, la gracia de estar, pues eso, un poco con la gente cerca y tal. En ese ámbito, ahí sí, dependiendo de sitios y tal, sí puedo ir a pinchar, pero si no cosas así más grandes que también me la han ofrecido, pero no. Y siendo DJ, y aparte más que DJ, en cuanto a Fluido Rosa, ¿qué tendencias musicales o qué ritmos, qué melodías te interesa más a ti traer a la conversación? Es decir, cuando vas a pinchar o en tu propio programa decir, esto me interesa mucho que la gente lo sepa porque soy muy apasionada de esto. Pues es lo que te decía antes. A mí me gustan muchas cosas. En Fluido Rosa tengo una línea. Tengo una línea de electrónica bailable, que puede estar desde el tecno hasta partes mucho más experimentales, que yo suelo combinar para que la gente vaya diviniendo poco a poco. Me gusta mucho la combinación de electrónica, por ejemplo, con instrumentos acústicos. Me parece fantástica ese maridaje que hay de determinados instrumentos. Puede ser el teclado, puede ser el cello, por ejemplo. O el otro día, por ejemplo, escuché también a un clarinetista que me gustó mucho cómo lo trataba. Pero también me gusta gente que trabaja, a lo mejor, con ritmos tradicionales, tribales. Cómo se puede mezclar, cómo se puede fusionar esas melodías, esos timbres de músicas del mundo también con la electrónica. Porque además, luego al final, muchas veces, muchos de los ritmos de la electrónica en realidad son ritmos que se han utilizado desde la jota o el flamenco. Al final está casi todo inventado. Pero cómo ese músico, ese creador o ese artista le da un nuevo enfoque, una nueva vida a eso, me parece también muy interesante. Esa forma también de reciclaje de las músicas para que se puedan ver y apreciar de una manera contemporánea. Y eso hay algunos artistas ahora aquí en España que lo están haciendo y lo están haciendo muy bien. ¿Algún artista ahora español, de España o internacional, incluso? Sí, bueno. Así de españoles, por ejemplo, me interesó hace años lo que hacía Rodrigo Cuevas porque yo lo invité en el programa de Noches de Verano. No había venido nunca a Madrid, pero a través de una amiga ella le conocía y es cuando le conocí. Entonces, cómo él trata, por ejemplo, todo el tema del folclore, cómo utiliza esas melodías, esos textos y los traslada a la contemporaneidad me parece muy interesante. Y en esa línea está ahora, por ejemplo, Dulzaro, que es otro chico de Valladolid, también está haciendo cosas muy interesantes. El sello Samai Music, que está en un pueblo por ahí perdido de la provincia de Palencia, de un chico que estuvo durante unos años en Berlín y que ha vuelto y se ha instalado allí en su pueblo y está haciendo cosas muy interesantes. Él remezcló al Naham, que son los que estuvieron de teloneros con Getústa Morla. Y él también está tratando el tema del folclore castellano, además que el folclore castellano ha sido casi de los últimos en incorporarse a la modernidad. Porque en otros folclores a lo mejor sí había habido cosas, pero en el castellano no. Y se están haciendo cosas muy interesantes en ese campo. Es que como hay tantos... Pero en ese, por ejemplo, me parece muy interesante. Hay gente a la que me gusta seguir, me gusta lo que hacen también desde el principio, como es Paloma Peña Rubia con el proyecto de Bromo, incluso en sus bandas sonoras me parece sumamente interesante. Yo cuando la conocí que iba ahí con una especie de... era como una mujer orquesta por un proyecto que tocaba la guitarra, apenas tenía cosas electrónicas. Pero bueno, ella andaba por ahí ya experimentando con pedales y demás. Y me ha parecido sumamente interesante toda la evolución que ha hecho en relativamente poco tiempo, ¿no? En diez años o una cosa así. Entonces bueno, hay gente que hace cosas muy interesantes. La verdad es que yo todavía me sigo sorprendiendo. Pues mira esto, pues esto te lo sabes. O sea, cuando no sabes qué escuchar te tiras a lo mejor un poco a lo conocido, pero si no, pues siempre te van llegando cosas que te van sorprendiendo. Y relacionado, y por último, para no quitarte más tiempo, relacionado con impulsar un poquito la creación sonora y demás, he visto que eras impulsora de Sonoras, que es un proyecto de red transversal, ¿no? Que trabaja pues para dar visibilidad precisamente a las mujeres. Cuéntanos un poquito de este proyecto, ¿cómo nace? Bueno, yo he tenido varios proyectos. Uno fue el Broadcastinar. Broadcastinar se hizo, tenía como varios apéndices. Por un lado eran unos talleres que hacíamos en distintos espacios. Reuníamos a músicos de zonas, una se hizo en Asturias y otro se hizo en Lérida. Y se reunían a músicos electrónicos en torno a una temática que tuviera más o menos que ver con la zona. En el caso de Asturias se hizo con el sonido de la mina y en el caso de Lérida pues estaba más relacionado con la diversidad lingüística y tal. Y entonces, bueno, pues eso con los centros o museos de la zona se hizo el taller, se concentró a los músicos y después se publicó el resultado del trabajo. Y también se hizo un concurso internacional de arte sonoro. Uno se hizo con el MUSAG de Teleón y el otro se hizo con el Centro Párraga de Murcia. Y entonces era un concurso internacional en el que, bueno, pues había un premio, se presentó gente de todo el mundo. Y también, bueno, pues hicimos, por ejemplo, en el caso del MUSAG, hicimos con Laurie Anderson el concierto o fiesta para conocer los ganadores. Y en el otro, en el de Murcia, hicimos también una experiencia muy chula que consistía en poner a los miembros de una orquesta, ponerles un sensor en el corazón. Con ese sensor se pasaba a un programa informático que iba generando una especie de loop en función de todo lo que iba sonando. Por ese loop iban interpretando, iban improvisando con los instrumentos de la orquesta. Entonces, bueno, eso hice que me pareció muy interesante. Y luego ya lo de sonoras fue un poco a raíz de, bueno, de yo meterme en el colectivo Female Preser para intentar dar visibilidad a las mujeres. Porque si todo está fatal, el tema de la electrónica estaba peor todavía, ¿no? Y entonces, bueno, pues sí, creé, bueno, fui buscando un poco como alianzas para el proyecto de sonoras que en algún sitio ha tomado otros nombres. Pero la idea era la misma, ¿no? Solo ha habido algo que no ha llegado a materializarse, pero es que creo que es muy difícil en este país el trabajar en red, se lleva fatal. Entonces, que es lo que yo quería, o sea, digamos que crear esa red sonora, distintos espacios, distintas ciudades y que haya intercambios. Y eso, sí, yo lo he conseguido hacer dos veces, tres veces, pero ya una vez que los otros sonoras, pues ya me sé cómo sean, empiezan a ser más o menos autónomos, aquello ya se dispara. Pero bueno, en cualquier caso, sí que han salido y han salido adelante. En Málaga, en Valencia, no sé si alguno más, que más o menos siguen, porque se hizo en más sitios, pero bueno, que sigan un poco adelante. Y entonces, bueno, pues al fin y al cabo lo que hemos conseguido es poner sobre la mesa que no había, que las mujeres no estaban en los festivales, que hay material suficientemente bueno como para hacer un festival solo con mujeres, y se ha demostrado que se podía hacer. Y yo creo que sí que ha cambiado en los últimos años, cinco, seis, siete últimos años, el line-up de muchos festivales sí que ha ido cambiando, sí que ha ido girando y sí que han ido apareciendo mujeres en esas programaciones. Y sobre todo también, importante, no solamente que vengan mujeres de fuera, que a lo mejor antes venían, pero sobre todo mujeres españolas, mujeres como Jara Alonso o como Lilia, hay un montón de mujeres, algunas incluso viven fuera, pero bueno, son de aquí, mantienen sus vínculos con España, y sí, es incomprensible que vayan a actuar a Alemania, a Inglaterra, a Dinamarca, no sé qué, y aquí no tengan espacio. Yo creo que eso sí se ha ido consiguiendo poco a poco, pero bueno, menos es nada, ¿no? Queda un montón aún. Es positivo. Hay que dar un montón por hacer, pero bueno. Hay que seguir luchando, hay que seguir en la misma lucha, o sea, esto no quiere decir que ya como has conseguido un 40% ya te puedas tumbar a la Bartolano, hay que seguir porque a lo mejor en un momento dado puedes superar el 50% o te quedas en el 40, en el 41 o en el 49, pero hay que seguir, para que eso se siga produciendo hay que seguir adelante, si no, esto no ha servido y va a ser un tiempo perdido, no se puede uno permitir esos lujos.