Details
Nothing to say, yet
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
Olivo Verde is a community focused on the systematic and respectful study of the Word of God. They emphasize the importance of having a personal, intimate relationship with God through prayer. The speaker shares her own experiences of finding solace and authenticity in prayer, away from the hypocrisy and pride that can contaminate it. She discusses the passage of Jesus and prayer from Matthew 6:5-15, highlighting the importance of praying in private and with sincerity, rather than for show. The speaker also shares a personal testimony of facing a serious health issue in 2020 and finding peace and guidance through prayer. She emphasizes the need to humble oneself and seek God's grace and forgiveness. Olivo Verde es una comunidad enfocada en el estudio sistemático y respetuoso de la Palabra de Dios. El contenido de su producciĂłn se basa en el trabajo verso a verso del texto bĂblico. Cuando el velo se rasgĂł y tuvimos el acceso directo a la presencia de Dios porque eso fue lo que yo encontrĂ© en medio de la prueba. Mi lugar Ăntimo, mi lugar secreto, mi lugar para estar sin disfraces, sin antifazes, sin hipocresĂas, sin vanagloria, sin soberbia, sin orgullo delante de la presencia de Dios. ÂżPor quĂ©? Porque a veces dejamos que nuestra oraciĂłn sea contaminada por nuestra humanidad. Por eso yo hoy quiero compartir con ustedes un pasaje que lo hemos escuchado mucho, pero me voy a centrar en tres versĂculos. Hoy vamos a hablar del pasaje de JesĂşs y la oraciĂłn. Eso es parte de todas las palabras maravillosas que JesĂşs dio en el monte. Para tener una visiĂłn completa es importantĂsimo que leamos los capĂtulos 5, 6 y 7 porque ahĂ es cuando JesĂşs hace un análisis de los fariseos. ÂżPor quĂ©? Porque el Señor condena todas las manifestaciones religiosas que tenĂan los fariseos. Y lo que voy a hablar acá quiero que sepan que en primer lugar va para mĂ, porque muchas veces tomĂ© el lugar de esos fariseos y no dejĂ© que mi humanidad permitiera entrar la gracia de Dios en mi vida. Cuando les cuente algunas cosas de lo que me pasĂł en el 2020, muchos de ustedes pueden decir, esa está más loca que una cabra. Puede ver que sĂ. No voy a contar mi testimonio completo porque nos llevarĂa mucho rato y de eso no se trata. Y no se trata de que yo sea la actriz de esto, se trata de que Dios tenga el papel principal. Pero sĂ voy a contar ciertas cosas. Voy a leer completo el pasaje para que entremos en contexto y despuĂ©s vamos a hablar de los versĂculos que van a fundamentar la palabra que Dios quiere que compartamos el dĂa de hoy. Dice asĂ, Mateo 6, del 5 al 15. Y cuando ores no seas como los hipĂłcritas porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres y de ciertos digo que ya tienen su recompensa. Mas tĂş cuando ores entra a tu aposento y cerrado a la puerta ora a tu padre que está en lo secreto y tu padre que ve en lo secreto te recompensará en pĂşblico. Y orando no seis vanas repeticiones como los gentiles que piensan que por su palabrerĂa serán oĂdos. No os hagáis pues semejantes a ellos porque vuestro padre sabe de quĂ© cosas tenĂ©is necesidad antes que vosotros le pidierais. Vosotros pues orarĂ©is asĂ, Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre. Venga a tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo asĂ tambiĂ©n en la tierra. El pan nuestro de cada dĂa dánoslo hoy. PerdĂłnanos nuestras deudas como tambiĂ©n nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentaciĂłn, mas lĂbranos del mal porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. AmĂ©n. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas os perdonará tambiĂ©n a vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Generalmente estamos acostumbrados a centrarnos cuando hablamos de este pasaje tan hermoso en el Padre nuestro. Hoy nos vamos a centrar en los primeros versĂculos. JesĂşs lo que quiere hacer acá es una manifestaciĂłn de lo que se hacĂa y lo que realmente se debe hacer en el espĂritu. Y ya nos estaba dando una promesa del lugar secreto. Hoy en dĂa que están tan de moda las series y que invertimos tanto tiempo en las series. Que se han dedicado a sacar series basadas en la palabra obviamente con su parte verdad hollywoodesca. Y me llamĂł mucho la atenciĂłn que en una parte de la serie cuando están actuando o manifestando el pasaje de JesĂşs con la samaritana. Cuando están hablando la samaritana le dice es que no puedo ir al templo a adorarte. Y JesĂşs le dice pronto no tendrás que ir a ningĂşn lado porque en donde estĂ©s podrás adorar. ÂżCuántos de nosotros hemos comprendido eso? Y de toda la serie se me quedĂł eso grabado. Porque vemos tan comĂşn elevar una oraciĂłn a Dios que a veces se convierte como un ritual. Más que en una peticiĂłn, una conversaciĂłn espontánea con el Señor. Dice y cuando ahora no sea como los hipĂłcritas porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas. Uno de los elementos que nosotros tenemos que pedirle al Señor que nos ayude a quitar. Es la soberbia de nuestro corazĂłn, la vanagloria. ÂżPor quĂ©? Que chiva que me vean, que carga. Y las redes sociales hoy a los que son más jĂłvenes y a los que tenemos algĂşn tiempo pues como que no nos afecta tanto verdad. Pero las redes sociales hoy han hecho que los jĂłvenes busquen eso. Es más, un dĂa llegĂł un estudiante y me dice, profe, que carga. Yo, Âżpor quĂ©? Tiene más like en sus fotos que yo en las mĂas. Eso es lo que hay en nuestros jĂłvenes y a veces eso es lo que nosotros estamos manifestando tambiĂ©n. La palabra de Dios dice que ellos tendrán su recompensa en pĂşblico. Ya la tienen, todos los vieron orar, todos aplaudieron y ahĂ quedĂł. Pero aquĂ viene una parte que es para mĂ fundamental. Más tĂş, cuando ores, entra en tu aposento y cerrada la puerta, ora a tu padre que está en el secreto. Y tu padre que ve en los secretos te recompensará en pĂşblico. Y aquĂ es donde voy a contarles un poquito de mĂ. En el 2020 yo era muy activa acá en la iglesia y dejĂ© de ser activa acá en la iglesia. ÂżPor quĂ©? Porque necesitaba un espacio Ăntimo. Con el Señor. Y asĂ me lo hizo Ă©l ver. En el 2020 el Señor cancelĂł todos los planes que tenĂa como mujer, como profesional y como ser humano. Me dijo que no a todos los anhelos y peticiones que habĂa en mi corazĂłn. Uy, ÂżcĂłmo lo llevĂ©? No sĂ©. Él me dio su gracia para llevarlo. Voy a contarles para muchos que dicen que Dios no habla hoy, que Dios nos habla hoy. Y no solamente por su palabra. El 2020 estábamos en pandemia, Âżverdad? Yo habĂa empezado un trabajo nuevo que siempre habĂa añorado, por decirlo asĂ. Tuve un sueño, era amanecer a un sábado. Y en el sueño, esto sĂ necesito contárselo. Señor, apĂłyese en mi corazĂłn. En el sueño yo estaba tomando cafĂ© en un lugar hermoso. HabĂa mucho verde. ÂżCon quiĂ©n? No tengo idea. Nunca le vi la cara. Simplemente escuchĂ© una voz en la conversaciĂłn que nunca olvidarĂ©. Una voz fuerte, pero llena de paz, que me dijo, Usted deberĂa buscar un doctor. What? Estoy bien, sĂ, sĂ. Porque usted está enferma. Ok. DespertĂ© sábado, no podĂa sacarme ese sueño de la cabeza. Y esa voz de la mente y el corazĂłn. LleguĂ© a desayunar y le dije a mi mamá, porque mi mamá, como todas las mamás, son de las que hay que hacerse un chequeo general, revĂsese, mire que hay que ir donde el doctor, bla, bla, bla, ÂżsĂ o no? Pero muchos somos opones y quitadones, Âżves? Bueno, no bastándole al señor darme ese anuncio, en el lugar donde estaba desayunando, tomando cafĂ© con esa persona, habĂa una fecha en un reloj, 16 de 6, 16 de junio. Cuando me levanto, voy a desayunar y le digo a mi mamá, bueno, voy a llamar a sacar citĂłn de un doctor que se soñó. Ups, las mamás. Y yo, ah, mami, es que me soñé que estaba enferma. Pero de paso, voy a sacarme cita a mĂ y le voy a sacar cita a mi hermana, o sea, no me voy sola, aquĂ nos vamos las dos. Saco las citas, la de ellas se la dieron para el 15 de junio, y adivinen la mĂa para cuándo, 16 de junio del 20. Cuando lleguĂ©, parte del estudio llevaba un ultrasonido de abdomen. Entonces ya yo vi los ojos del doctor medio extraños, Âżverdad? Y me decĂa, dĂ©se vuelta para acá, dĂ©se vuelta para allá, haga esto, haga lo otro, de espaldas, vamos de nuevo. Y entonces yo le dije, doctor, no pase rite, Âżverdad? Y me dice, Yelix, es que tienes una mancha en la suprarrenal. ÂżQuĂ© dice eso? ÂżExiste algo que se llama suprarrenal? SĂ, es una glándula que está sobre el riñón, que tiene un montĂłn de funciones. Bueno, soy una sobreviviente, se los voy a hacer cortos. Me trataron como emergencia mĂ©dica, y uno de mis especialistas me dijo, usted no llega a diciembre. ÂżQuĂ© le pedĂ a Dios? Y aquĂ es donde quiero, que vean cĂłmo Dios, con su amor y su misericordia, que no es el amor que nosotros profesamos, es más grande, me guiĂł con calma, con paciencia. ÂżPor quĂ©? En un primer momento dije, yo no quiero que nadie se dĂ© cuenta. No quiero que me tengan lástima. Orgullo, Âżverdad? Bendito orgullo. Ok, cuando lleguĂ© a mi casa, hablamos, ahora sĂ, tenemos que ponernos en acciĂłn, dijo el doctor, porque estamos en pandemia, y era complicado. No les voy a hacer el cuento muy largo. Todo mundo oraba, inclusive esta iglesia orĂł por mĂ, por mi sanaciĂłn. En agosto, uno de mis especialistas me dice, Yelixa, bueno, la cosa no pinta muy bien, si hay que operar, tĂnenlo rápidamente, pero ya es verdad, usted sabe, asĂ suavezĂłn, posiblemente diciembre, no sabemos. Cuando lleguĂ© a mi casa, y en un primer momento, desde que confirmaron lo que yo ya sabĂa, lo que le pedĂ al Señor es dame paz, para llevar esto de la mejor manera. Y me dio una paz que ni yo lograrĂ© entender nunca. Pero mientras todas las personas oraban por mi sanidad, yo nunca orĂ© por mi sanidad. Yo oraba para que Dios me diera paz, para que abriera puertas. Mi operaciĂłn era muy riesgosa, entonces tenĂan que operarme, obviamente en uno de los grandes hospitales, y que estuviera la UCI desocupada. Ya yo sabĂa que iba a pasar un tiempo ahĂ ya, todo me lo habĂan explicado. Cuando me llaman un lunes, 9 de noviembre, a las 5 de la tarde para que me vaya a internar, la famosa llamada millonaria, Âżverdad? En aquel momento fue, váyase para su casa que nosotros la llamamos. Uy, Dios mĂo, ÂżquĂ© espera? Cuando me llega la llamada millonaria, me baño, alisto mis cosas y voy saliendo a mi cuarto, el EspĂritu de Dios habla directamente a mi mente, a mi corazĂłn. Y yo nada más escuchĂ©, todo mundo ora por tu sanaciĂłn, Âżpor quĂ© no has orado por tu sanaciĂłn? Uy, porque habĂa dejado que una levadura humana tomara el control de mis emociones, el orgullo. En ese momento hice la oraciĂłn más pequeña y eficaz que he hecho en toda mi santa vida. LleguĂ© a mi cuarto, me arrodillĂ© y le dije, Señor, perdona mi orgullo, perdona mi soberbia, limpia mi corazĂłn. Si es tu santa voluntad sanarme, hágalo ya porque ya no hay tiempo. AmĂ©n. Y me fui. Cuando Ăbamos en el carro, mis hermanas iban guiando una oraciĂłn, gracias a Dios bendito me dejĂł nacer, me permitiĂł nacer en una familia donde su nombre ha estado desde mi nacimiento, donde mi madre entregĂł sus embarazos al EspĂritu de Dios y al Señor. Y todas hemos buscado su presencia y hemos servido de una u otra manera para Ă©l. Y me fui. Se lo voy a hacer pequeño. Ni siquiera tuve que estar en la UCI. EntrĂ© a la sala de operaciĂłn a las cinco de la mañana del 10 de noviembre, salĂ a las tres de la tarde de la sala de operaciĂłn. Cuando despertĂ©, ya era muy tarde, y recuerdo que una señora me dijo, muchacha, por Dios, ya Ăbamos a preguntar por usted. Y yo, ÂżquĂ© pasĂł? Es muy tarde. Yo pensĂ© en mi mamá. Y yo, Señor, y no tengo cosas. Estoy... Bueno, al otro dĂa me dieron la salida. Y hace seis meses me dieron de alta. Esa es la gloria de Dios. Pero fue ahĂ, cuando ya no dependĂa nada de mĂ, ni de lo que tenĂa, ni de la profesiĂłn, ni de lo cuán buena soy, cuando solamente dependĂa de Dios, que aprendĂ lo que significa el velo se rasgĂł, que aprendĂ lo que significa entra en tu cuarto, cierra la puerta, y tu Señor, que está en lo secreto, te escuchará. ÂżCuál es su lugar secreto? La traducciĂłn dice que cuando la Biblia habla de lugar secreto es un lugar donde tenemos nuestros tesoros. Y si nosotros decimos que somos amantes del Señor, que el Señor está en primer lugar en mi vida, es el que tiene que estar de primer lugar en mi lugar secreto. ÂżCuál es su lugar secreto? No esperen a llegar a un momento como el mĂo que Dios tuvo misericordia y gracia y hoy me tiene aquĂ proclamando su palabra. Todos los dĂas tenemos acceso a ese lugar. El tiempo se ha convertido en nuestro peor enemigo. Lo urgente le ha quitado el espacio, le ha quitado lugar a lo importante. Es que me urge, entro a las siete, entonces pongo el alarma a las cinco, pongamos a las cuatro y cuarenta y cinco. Uy, pero son 15 minutos de sueñito en la mañana. Y con estos frĂos decembrinos, hay que sacar el tiempo. Cuando vamos en el carro, tenemos nuestro lugar secreto con nosotros. Esto que está acá es el Templo del EspĂritu Santo, y asĂ lo dice el Señor. No necesito ir a los tabernáculos, como dice el Antiguo Testamento. No necesito buscar de palabras de domingo para dirigirme a Él. Antes en una canciĂłn decĂamos que es nuestro amigo. ÂżCĂłmo tratamos a los amigos? Si yo invito a Roxana a mi casa, yo la dejo entrar hasta el lugar más Ăntimo de mi casa, que generalmente son los cuartos, las habitaciones, los dormitorios, en la primera ida, Âżno? A nuestro dormitorio dejamos entrar a la gente de confianza, Âżo no? ÂżA dĂłnde estamos dejando entrar al Señor? ÂżLo tengo como un visitante en la sala? ÂżO realmente le abro mi intimidad y me muestro tal y como soy? Porque dĂ©jenme decirles que aunque nosotros querramos maquillar todo lo que hacemos, el Señor nos está viendo. Y Él sabe lo que hacemos, lo que decimos, cĂłmo sentimos. Cuando se nos sale ese lado egoĂsta y humano, que uno dice, Señor, ÂżcĂłmo pensĂ© eso? Todo nos pasa. Este lugar secreto y esa oraciĂłn es lo que yo quiero que hoy empecemos a valorar. Hoy que tenemos oportunidad. Cuando yo empecĂ© mi proceso de salud, una de mis amigas lo empezĂł conmigo, con otro tipo de enfermedad. Y recuerdo que ella me decĂa, Yeri, es que somos guerreras y vamos a orar. Era una mujer de mucha fe. En un primer momento, parecĂa que me iban peor a mĂ que a ella, hasta en salud. El Señor tenĂa planes diferentes con nosotros. A principios de año le dije el Ăşltimo adiĂłs. Y me sentĂ más responsable que nunca de proclamar la Palabra de Dios. Porque Dios tuvo compasiĂłn de mĂ. Tuvo misericordia de mĂ. Y me permitiĂł reanudar mi relaciĂłn con Él. Fortalecer mi intimidad con Él. Pero no sĂ© si voy a tener una segunda oportunidad. Si alguno de ustedes ha tenido esa segunda oportunidad, no espera a ver si tiene una tercera. Si ya la tuvo, aprovechela. Si no la ha tenido, no espera tenerla. Fortalezca lo que Dios ya ha puesto en su corazĂłn. Humanos somos todos, pecadores somos todos. La Palabra de Dios lo dice. Nuestros pecados son barrera entre Dios y los hombres. En Romanos 3.23 dice, Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, yo no soy más ni menos por estar aquĂ. Simplemente quiero abrir mi corazĂłn y ser transparente. El Señor nos llama a ser transparentes. A lo que ven aquĂ es lo que hay. Y a veces amanezco feliz. Y a veces amanezco como que me pellizcaron en la mañana. Y a veces tengo muchas ganas de hablar con Dios. Y a veces le digo, es que hoy no. Pero ahĂ es donde más lo tengo que buscar. ÂżPor quĂ©? Porque Cristo nos dio acceso directo a la presencia de Dios. En 2 Corintios 5.19 dice, Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo. No tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados. Y nos encargĂł a nosotros la palabra reconciliaciĂłn. Yo lo invito hoy. Y las invito. Digna. Ustedes saben por quĂ© no le pedĂa a Dios mi sanaciĂłn. Porque no me sentĂa digna. Pero ese es el orgullo. Porque Dios nos tiene aquĂ. Y hemos abierto nuestro corazĂłn. Y lo hemos proclamado como nuestro Señor y Salvador. Somos dignos de Él. Somos dignos de Su gracia. ÂżDĂłnde encuentro la verdad? En la palabra de Dios. Abran sus Biblias. Es que no entiendo nada. Dios les va a dar el discernimiento, la sabidurĂa, la inteligencia, la ciencia. Para entender lo que Él quiere decir por medio de Su palabra. Y si se los digo es porque yo lo he vivido. Como ustedes, cada domingo vengo con el corazĂłn lleno de esperanza. Pero sobre todo lleno de fe. Porque la oraciĂłn es eso lo que nos da. Esperanza. Fe. Yo tenĂa la certeza que Dios me iba a sanar. No. Como les digo. Las respuestas a más del 80% de mis oraciones han sido no. Pero la misma gracia de Dios me ha hecho comprender que eso es lo mejor para mi vida. Y que si no hubiera sido asĂ, hoy yo no estuviera aquĂ proclamando Su palabra. Y eso es lo que vale la pena. Que Dios nos vea en disposiciĂłn, en obediencia. Por eso cuando me dijeron que diera un mensaje hoy, a pesar de que tenĂa todo el miedo del mundo, dije que sĂ. ÂżPor quĂ©? Porque mi primer lema fue Señor, te serĂ© obediente. Durante mucho tiempo trabajĂ© con monjas en un colegio de monjas. Y les voy a contar un secreto. No le cuenten a las monjitas. Los profes tenĂamos que hacer las lecturas en la EucaristĂa. Y cuando a mĂ me tocaba, yo siempre la cambiaba. Porque me daba pavor el micrĂłfono. Yo leĂa el Evangelio porque no me veĂa nadie. Era una reflexiĂłn que se hacĂa todos los dĂas en la mañana. Pero cuando era en pĂşblico, y antes me dijeron, ÂżcĂłmo está? AsustadĂsima. Ustedes intimidan, dĂ©jenme decirles. ÂżPor quĂ©? Porque, chiquillos, yo no tengo nada diferente de ustedes. Somos exactamente igual. Y estamos aquĂ haciendo comunidad. Somos trigo y somos cizaña. La Iglesia es eso. Y eso es lo que nos ayuda a crecer. Pero el velo se rasgĂł. Y tenemos ese acceso directo. A la gracia, al amor, a la voluntad de Dios. Y a que Dios hable directamente a nuestro corazĂłn. ÂżCĂłmo tiene que ser nuestras oraciones? No tenemos que sacar palabras de domingo. Y eso se ha dicho muchas veces, pero a veces como que no lo interiorizamos. Lo sabemos, pero no lo comprendemos. Cuando yo digo, Señor, quita de mĂ todo aquello que me aleje de Ti. PermĂteme limpiar Tu templo para que hagas presencia en Él. El Señor va a poner en nosotros las palabras. ÂżPor quĂ©? Mucha gente dice, Âżpara quĂ© le voy a decir si Dios ya sabe lo que estoy pasando? Dijimos que Dios era amigo. Cuando a mĂ me dieron la noticia, yo busquĂ© a mi mejor amiga y le dije, Ey, me pasa esto y eso. Porque tenĂa la confianza de, Âżpor quĂ© no se lo voy a decir a Dios? ÂżPor quĂ© en lugar de agarrar el telĂ©fono y enviar un mensaje contándole a alguien sobre mi situaciĂłn, primero no oro. Señor, hoy me fue pĂ©simo en el trabajo, digamos. Tengo esta situaciĂłn. Tengo problemas con mi jefe. AquĂ los que somos maestros o profesores. Ay, Señor, estos chiquitos, o sea, me van a volver loca. Él debe ser el primero. Abrámosle ese espacio. Realmente, cuando profesamos nuestra fe y decimos, Señor, eres lo primero en mi corazĂłn, que sea asĂ. No que sean palabras vanas como los fariseos. Hagan lo que ellos dicen, pero no hagan lo que ellos hacen. Todos los que viven en JesĂşs por la fe tienen acceso directo ante la misma presencia de Dios. ÂżCĂłmo está tu fe? ÂżCĂłmo estará mi fe? ÂżQuĂ© tanto fortalezco en la oraciĂłn mi fe? Son palabras sencillas. Es comuniĂłn con Dios. Hay tres elementos que me encontrĂ© por ahĂ. De la oraciĂłn. Porque a veces queremos ponerle mucho adorno al asunto. Y creo que en lo sencillo está lo más bello. Entonces, por ahĂ me encontrĂ© que alguien decĂa que un corazĂłn devoto busca Ăşnicamente la gloria de Dios. Y por eso dice, cierra la puerta que tu padre que está en los secretos te escuchará y te recompensará en pĂşblico porque tu oraciĂłn es para Dios, no para nadie más. Es una conversaciĂłn entre usted y Ă©l. Nadie tiene por quĂ© darse cuenta. Un corazĂłn humilde buscando Ăşnicamente la atenciĂłn de Dios. QuĂ© chida me quedĂł esa oraciĂłn. No. Yo no tengo que buscar de que nadie me preste atenciĂłn a mĂ. Es a Dios. Los mensajeros somos los que más necesitamos de la gracia de Dios todos los dĂas. Los mensajeros somos los que más necesitamos de la misericordia de Dios. Ustedes y yo somos mensajeros. Desde nuestro hogar. Desde nuestro trabajo. Y el tercero, un corazĂłn confiado teniendo la certeza que Dios sabe todo lo que necesitamos y en fe esperar la muestra de su respuesta. ÂżPor quĂ© en fe? Porque puede ser que los gaste, pero puede ser que no. Y por eso voy a dejar de buscar la presencia de Dios. Al contrario. Tengo que aferrarme más a ese amor. Porque si algo no está permitiendo en mi vida, es porque eso estaba dentro de mis planes y no a los planes del Señor. Hágase tu voluntad, Señor. No la mĂa. Pero a nosotros nos cuesta mucho, mucho comprender el trasfondo de eso. Porque queremos que sea nuestra voluntad. Y queremos que sea como cuando Ă©ramos niños y le pedĂamos que nos compraran un confite y no nos compraran el confite. Y entonces usted, un confite, un confite, un confite, un confite, un confite. Y entonces los papás obstinados, está bien, toma el confite para que se calle. Ese no es Dios. Esos somos nosotros en nuestra humanidad. Tenemos acceso directo. Tenemos la fuente de la verdad, la oraciĂłn. Tenemos el EspĂritu de Dios con nosotros. Muchos de nosotros nos limitamos y pensamos que no tenemos en nuestra mente, alma y corazĂłn lo necesario para estar en la presencia de Dios. Dios nos ha dado un espĂritu de valentĂa, un espĂritu de oraciĂłn. Nos ha dado todos los carismas y los dones que necesitamos para buscar su presencia constantemente. Y esa es la invitaciĂłn que yo les quiero hacer hoy. Y quiero terminar con esta frase, que fue una frase que en algĂşn momento escuchĂ© del señor John MacArthur, que me llamĂł mucho la atenciĂłn porque me dejĂł ver que estoy muy lejos de lograr esto. Dice, la oraciĂłn es como respirar. Es la inhalaciĂłn y la exhalaciĂłn constante de comuniĂłn con Dios que se lleva a cabo en la vida de un creyente todo el tiempo. ÂżCuántos de nosotros estamos ahĂ? A mĂ me falta muchĂsimo. Y le pido a Dios que me abra espacios en mis dĂas y en mi vida para quitarlo gente y ponerlo importante. Y ponerlo a Ă©l en primer lugar. Y los invito a eso. A que juntos hagamos comunidad. A que juntos nos presentemos delante de Dios. A que juntos abramos nuestro corazĂłn. A que juntos pidamos al Señor que quite toda levadura, que quite todo sentimiento humano y que nos permita realmente tener esa intimidad, ese acceso directo y esa apertura de corazĂłn hacia su palabra. Dios habla y habla todos los dĂas. No lo veamos como algo comĂşn, como algo normal. No. El Señor en nuestra vida es lo que nosotros en historia llamamos un hecho extraordinario entre lo ordinario. Hagamos de ese milagro de la vida una segunda oportunidad para buscar su presencia. Quiero invitarlos a que en este momento dispongamos de su corazĂłn para estar un segundo en la presencia de Dios. Para que a partir de hoy hagamos un nuevo compromiso con el EspĂritu Santo. Y a partir de hoy empecemos una nueva comuniĂłn con el Padre que está siempre con los brazos abiertos. No por esperar una recompensa, sino simplemente por el placer y el hecho de estar a su lado. Porque cuando yo digo que amo a alguien me encanta estar a la parte de esa persona no por lo que me pueda dar, sino por el hecho de compartir. Y si yo digo que amo a Dios no estoy buscando milagros y recompensas. Pueden llegar, bendito el Señor. Pero lo que estoy buscando es aprender de Él. Y que Él me hable a mĂ, directamente. Hable a mi alma, hable a mi corazĂłn. Y me dĂ© entendimiento para seguir lo que Su Palabra me está diciendo. Hoy los invito a que miren a una de las personas que están aquĂ. Si no saben su nombre, no importa. Solo mĂrelas y vamos a orar un momento por esa persona. Donde dos o más se reĂşnan en su nombre. AhĂ estarĂ© yo presente. Todos tenemos peticiones. Todos tenemos anhelos. Todos hemos fallado. Todos nos hemos sentido pecadores. Todos nos hemos sentido que no tenemos el derecho de estar en la presencia de Dios. Pero hoy quiero que se lleve esto en su corazĂłn. Usted más que nadie tiene el derecho de estar en la presencia de Dios porque el Señor derramĂł Su sangre por usted. Y yo creo que ninguno de nosotros derramarĂa la sangre por nadie. Esto es cuando piden donadores que cuesta un montĂłn que la gente vaya a donar sangre. Ahora, el Señor dio hasta su Ăşltimo aliento de vida por nuestros pecados. ÂżNos hace de esos ser dignos o no? Claro que sĂ. ÂżNos hace ser amados o no? Claro que sĂ. Porque Su amor es más grande que todo. Señor, hoy te presento mi corazĂłn pidiendo que rasgues el velo, Padre Santo, que me ha separado de Tu presencia durante tanto tiempo. Pidiendo que me permitas tenerte, Señor, en el primer lugar en mi vida, en mi corazĂłn, en mi espĂritu. Que buscarte se vuelva un deleite y no una pesadilla, Señor. Que Tu Palabra se vuelva el mensaje atractivo y no el mensaje aburrido. Padre Santo, te quiero presentar la persona que está en mi mente, Señor. Cada uno de nosotros tiene una historia. Cada uno de nosotros tiene una necesidad y una peticiĂłn. Hoy, Señor, intercedo y me presento ante Ti porque Tu Palabra dice que nos has dado libre acceso, que no necesitamos intermediarios para estar contigo y para proclamar Tu Palabra y pedir Tu oraciĂłn y Tu bendiciĂłn. Hoy te la presento a esta persona, Señor, y te pido que actĂşes en su corazĂłn, que fortalezcas su espĂritu, que le des entendimiento y sabidurĂa, que le des entendimiento de la verdad, Padre Santo, que tomes todas las necesidades, todos los anhelos que hay en su corazĂłn, que derrames de la sanaciĂłn en todas las áreas de su vida, Padre, espiritual, emocional, Señor, sanidad fĂsica, todas las áreas en las cuales hayan carencias, Señor. Te presentamos cada una en nuestras vidas, Señor, y hoy confirmamos, Señor, ese acto de fe que TĂş has dado en nuestra vida diciendo que Te proclamamos como nuestro Señor y Salvador, como el Ăşnico en nuestra vida. Hoy queremos fortalecer nuestra intimidad contigo, Señor. Hoy queremos, como dice la Palabra, tener un corazĂłn humilde, devoto y confiado, de que TĂş harás Tu propĂłsito con nosotros, de que TĂş escuches nuestras palabras, de que TĂş nos abandonas y que no importa que pase por Valle de Sombra, TĂş estarás conmigo. Gracias, Padre Santo, porque sabemos, Señor, que hoy de una forma especial has hablado a nuestro corazĂłn y lo haces todos los dĂas, pero hoy queremos tener oĂdos atentos a Ti. Agradecemos Tu atenciĂłn. Si este material ha sido Ăştil para Usted, le rogamos que lo pueda compartir. Somos Olivo Verde. Costa Rica.