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The speakers discuss their experiences with different jobs. They talk about the importance of enjoying your work and being paid for it. One speaker mentions a job where they enjoyed the task but not the work environment, while another talks about teaching dance classes and working in the aeronautical field. They both reflect on the satisfaction they felt in those jobs. ¿Cómo que no? Yo supongo que las uruguayas si fríen la sabana, sí, o sea... Ya, graba... ¿Quién me está grabando? Cierrate la portaria del cuarto, así no entra tanta luz para acá. Bueno, adiós. Gracias. Bueno, bueno, bueno... Bueno, comadre, estamos cada día más cerca a producir de lo que queremos. Nos felicitaron, uy, perdón, voy a poner acá silencio porque... Nos molestaron. Los fans, ustedes saben, nos dejan a uno quieto. Pero bueno, nos felicitaron por la locación, como nos dijeron, la estructura, la visual, el estudio en el episodio anterior. A mí la verdad que me gustó mucho, a pesar de que haya sido una mitad de una forma y la otra mitad de la otra. Que haya faltado un detallito nada más. Me gustó como que estamos encaminados y hoy, por fin, después de mucho tiempo, para no decir otra cosa, estamos más cerca de lo que queremos. Exactamente. Mejorando el audio, mejorando la iluminación, tenemos nuestro simbolito acá con nosotros. Queremos hacer algo bien lindo acá en esta pared con nuestro logo, nuestro nombre y bueno, no sé, vamos a ver si podemos hacerlo para el aniversario. Exacto, vamos a ver. Pero bueno, creo que sí podemos dar... ¡Ay, estoy grabando con Lesslie! Disculpen, comadres y compadres. ¡Qué necia, Vale, qué necia! Podemos dar inicio a un nuevo episodio de Súper Copadas Potas, una vez más mi comadre Rosana Navas y mi comadre Valeria González. Hoy tenemos un buen tema, comadre, de una, Lola. De una vez. Y yo creo que a más de uno, porque creo que todos pasamos por buenos y por malos trabajos y creo que todo el mundo tiene este tipo de experiencias, ¿no? Y hoy vinimos nosotros a hablar un poquito de eso, de cuáles han sido nuestros mejores, que consideramos mejores hasta el momento, o nuestros peores trabajos. Y nada, queremos saber también ustedes cuáles han sido, si tienen alguna anécdota súper, súper buena que nos puedan dejar en los comentarios. Yo creo que van a salir muchas anécdotas, porque como tú dices, ¿Quién no ha pasado por un buen y por un mal trabajo? Todo el mundo. Todo el mundo, o sea. 100%, básicamente todo el mundo. Y puede que no, o sea, como que no estemos a lo mejor en el mejor trabajo, porque obviamente uno con el tiempo va migrando, va cambiando de trabajo, obviamente para sentirse más cómodo y demás. Pero obviamente son las experiencias hasta el momento, ¿no? Hasta el momento. Bueno, comadre, ¿quieres empezar tú? Empiezo yo, si quieres. Dale, bueno, lánzate. ¿Cuál es tu mejor trabajo? ¿Cuál ha sido tu mejor trabajo hasta ahora? No sé si es el que tienes ahora, no sé si lo tuviste. ¿Cuál es el mejor trabajo que has tenido hasta el momento? En realidad creo que, o sea, como mejor en todo, es difícil. Porque siento que los trabajos tienen como bien esa particularidad de que si es bueno en un aspecto, coge a de otra pata. Entonces, sí tuve un trabajo donde me gustaba demasiado lo que hacía, tipo la dinámica del trabajo como tal, o sea, la tarea que yo hacía. Pero después en el otro, tipo el ambiente laboral y todo lo demás era horrible. Pero el simple hecho de yo pasar mis horas haciendo la tarea que hacía, a mí eso me llenaba porque de verdad me gustaba bastante. Eso es importante, o sea, muy pocas personas tienen el privilegio, porque eso es un privilegio, una meta de vida, no sé cómo lo quieres llamar, pero muy pocas son las personas que tienen el privilegio de trabajar haciendo lo que les gusta. Y yo creo que en nuestra generación... Y ganar dinero, porque tú puedes hacer, trabajar haciendo lo que te gusta y ganar nada. Claro, que te paguen por eso. Es muy importante. Yo creo que en nuestra generación es donde más se habla el hecho de trabajar de lo que te gusta, de vivir de lo que amas, de que te gusta tanto, estás tan enamorado, disfrutas tanto lo que haces, que simplemente no lo ves como un trabajo y que te paguen por eso. Creo que en nuestra generación es más donde se vino a ver eso, porque creo que en la generación de nuestros padres es como que eso no existía. Incluso una creencia limitante que no sé si tú tienes, pero que me pasaba mucho a mí, era que yo sentía que si el trabajo no era súper jodido y me tenía que sacrificar demasiado y la tenía que pasar demasiado mal, yo sentía que como que no merecía que me pagaran, ¿sabes? Como que si realmente estaba disfrutando algo o algo que me gustaba, no veía cómo eso lo delegaba el dinero, pero netamente es una creencia limitante. Pero sí siento que nuestra generación está más en búsqueda de sentirse bien y que por eso tengas una remuneración, ¿no? Claro. Pero ¿cuál ha sido ese mejor trabajo? Mira, en ese trabajo yo me encargaba... La empresa o algo que era lo que hacías. Sí, puntualmente le he especificado mi tarea, digamos. Claro. Yo me encargaba de todos los pedidos web que caían en esa empresa, básicamente. Y eran muchos, eran bastantes, o sea, me tocaba como que descargarlos, imprimirlos para que los fueran a preparar y todo eso. Pero toda la dinámica era demasiado chévere porque era todo en computadora y nada, era un proceso al que yo ya me había adaptado muchísimo y que de verdad me gustaba bastante porque me sentía bastante cómoda. Después tuve otro trabajo, que en realidad este fue antes del que acabo de contar, que trabajé con un diseñador de modas en Perú que hacía vestidos para novias, vestidos para 15 años, vestidos de gala en general, para fiestas. Y él tenía su tienda y en realidad los exhibía y los vendía, pero particularmente iba gente a que se los diseñara. Tipo, mira, yo quiero llevarme las fotos, yo quiero este vestido, házmelo igual o aquí cámbiale esto, cámbiale lo otro. Y yo que estaba ahí en la tienda, llenaba como el boceto, porque tenías como una planilla del boceto y ibas dibujando el vestido y todo eso. Estaba divertido. Me gustaba muchísimo ese mundo porque después me ponía yo como a decorar el vestido y demás. Y estaba bueno porque en realidad no era algo que te generaba estrés, no era una carga, no era un teo que tenías que resolver, sino era algo realmente como más artística, es lo que quería decir, relacionado con la creatividad. Y esto está muy bueno, está muy bueno. Y yo que soy una mata de la ansiedad, creo que eso, tipo, como que me ha bajado un montón al estresarme. Y sí, podríamos decir que sí, en realidad fue un periodo, esto fue en Perú, fue un periodo muy lindo que yo vivía en Perú. La verdad me topé con gente muy, muy linda y uno de ellos fue esta persona con la que trabajé. Un saludo a Henry. Un saludo a Henry y un saludo a Marlo. Y la verdad me gustó bastante. Bien, de verdad que sí. De verdad me gusta ese trabajo. ¿Y tú? Ah, y el mejor... O los mejores o las buenas experiencias que has tenido. Yo creo que he tenido muy buenos trabajos. Qué bueno. O sea... Pero no lo digas con pena, dígalo con alegría. Es que quiero tener otra vez este trabajo. Eso no es pena. O sea, hablando de que desde que yo era chamita, desde que yo era chica, como toda mi vida fui bailarina. Ok. O sea, ahora que lo pienso, yo trabajaba, pero en ese momento yo no me daba cuenta que yo estaba trabajando. Que eras trabajo. Siempre daba clases. Ok. Y obviamente que, claro, como era chica, vivía en mi casa, no tenía que pagar alquiler, no tenía que hacer cosas, no dimensionaba que estaba trabajando hasta ahora. Que yo me doy cuenta que miércoles estoy trabajando desde pequeña. Claro. O lo que eso te podía llevar en un momento. Y seguías. Exactamente. Entonces, definitivamente, eso era uno de los mejores trabajos que he dado. Daba clases. Obviamente a los niños. Yo di clases en la escuela de donde egresé, de danza. Después di clases en Macandal, que era una escuela de artes para niños con condiciones especiales, de todo. O sea, niños con autismo, niños con síndrome de edad, niños con síndrome de proactividad, sordo-mudo, o sea, de todo. Y eso fue muy lindo también. Ese duré poco, porque duré como unos 10 meses, no duré un año. Pero sí, antes daba clases, como te digo, de pre-ballet y de danza a las niñas. Y después daba clases a... Ahí me gustó porque yo estaba adolescente, o sea, yo tenía 16, 17 años. Sí, 16, 17, 18. Y me tocaba darle clases a personas mayores que yo. Que tú, wow. Y yo era como súper profesional. Claro. Te lo tomabas muy en serio. Sí, y yo no me sentía menor ni nada. Claro, qué bueno. A esa edad. Y eso era cuando daba clases de danza aérea en un grupo que se llama Telazula, en Maracay. Y siempre estaba en esa, ¿no? Pero eso era como cuando estaba muy chava. ¿Y después de más grande? Después, bueno, mi primer trabajo como que oficial, cuando tú tienes un contrato, no sé qué. Yo tuve la oportunidad, y creo que es una dicha, de que pude ejercer así sea poco de lo que me gradué. Claro. Que fue mi trabajo en maquetilla. Eso es un montón. Es un montón para nosotros que tuvimos que emigrar a Centroamérica, pues que tuvimos que salir del país. Yo me gradué, yo soy técnico aeronáutico. Y, bueno, trabajé. Y tuve la dicha de trabajar en maquetilla, que era como que, o sea, nadie, nadie. Trabajaba en maquetilla. Trabajaba en maquetilla. Todos los nuevos los llevaban, los mandaban para donde sea, pues cualquier parte de Venezuela. Y en maquetilla solo quedaban, básicamente, si tenías palanca. Y ya. Y la gente que no sabe, es como el puerto, es como la aduana, es como... Es como el aeropuerto de Carrasco. Es como el aeropuerto de Carrasco en Venezuela. Exactamente. Y nada, ahí también trabajé casi un año, y fue maravilloso. O sea, fue maravilloso. Bueno, incluso porque era ejercer. Pero con ello fue que viajaste. Sí, claro. Porque era para estar al lado del país, con el trabajo. Antes de emigrar, sí, o sea, fue maravilloso. Bueno, no me acordaba de eso. O sea, fue maravilloso, ejercer, estar en el mundo. En la carrera que yo escogí, eran prácticamente puros hombres en todo el departamento. La única chiquita y mujer era yo. Y las demás eran que sí, cuatro mujeres más. Y las demás eran puros hombres. Entonces, estaba aprendiendo a manejar sincrónico. Los chicos me estaban enseñando. Yo manejaba ya automático. Entonces era como que, coño, estoy grande. Qué bueno. O sea, fue muy lindo lograr graduarme y poder ejercer. Claro. Y ese mundo que es maravilloso, el mundo de aeronáutica, que lo amé con locura. Siento que es un amor que ya pasó. Porque... Fue como el momento. No quiero seguir porque si no lo estuviera buscando. O sea, cuando llegué aquí a Uruguay, incluso lo pensé. Averigué eso, pero siento que ya no. Claro. Pero bueno, fue un trabajo maravilloso. Y después, cuando salí, que también como la comadre nos fuimos a Perú. Yo me fui a Perú, no fue que nos fuimos juntas. Así que los que nos han escuchado sabrán. Yo en Perú, imagínate tú, yo duré casi cinco años en Perú. Claro. Y el que migra sabe que puedes mudarte mil veces y puedes tener muchísimos trabajos. Claro. A mí yo en Perú solo tuve dos trabajos. El primero que fue como en una tienda así, veniendo oficeros de celulares y eso. Y el segundo fue un call center donde entré y me quedé hasta que me fui. Entonces tuve tres años como gestora de cobranzas en un call center. Fue como un año en una cartera X que fue súper bien, normal de cobranza. Y después trabajé como gestora de cobranzas para MAF, que era la financiera de la Toyota. Esa empresa era tercerizada por las empresas de cobranza. Pero era como que yo estaba en una empresa, que no era MAF, sino otra empresa, que era la empresa del call center, que era un desastre. O sea, era una locura. Y tú no tenías nada que ver con ese desastre. Y donde yo caí, éramos como los inuminados. Era increíble. Ustedes no saben, la gente le pagaban. La gente trabajaba 50 días y le pagaban 30. O sea, a ti te pagaban 15 o 20 días después de lo que a ti te correspondía. Claro. Era increíble. Y yo estaba bendecida y afortunada con mis compañeros. Con el otro grupo. Con el otro grupo. O sea, de una empresa de 200 personas, 10 nada más cobrábamos bien, ganábamos bien. Y por eso yo aguanté tanto en esa empresa. Eso es que eres la favorita de ellos. Yo soy la favorita de ellos. Y me pasó eso. Ahí te pueden cambiar. Como yo hacía bien mi trabajo y logré como que siempre era de las que comisionaba, yo con otra compañera venezolana y así. Éramos como que no, esta gente, tú no me la mueves de aquí porque esta gente es súper buena. Y ahí me quedé. Claro. Incluso el último año, estaba como subiendo. Iba a ser supervisora, pero antes de ser supervisora era como líder de un grupo. Logré ser líder de grupo, iba como descalando, pero lo mejor de esto era que yo hacía home office. Gracias a la pandemia. Entonces fueron dos años que fui a la oficina y dos años de felicidad. Estaba en su casa. Trabajando en pijama, viendo películas, escuchando música. Divino. Divino. Viendo cosas. No se puede decir. Pero bueno, la comadre con esto nos quiere decir que básicamente ella no ha tenido malas experiencias laborales. O sea, no sé. Yo tuve una terrorífica, horrible, traumática. No tanto por el trabajo en sí, sino por la experiencia como tal. Y esto fue en Perú apenas. Yo llegué a Perú, literal, el día 1, el día 2, porque llegué el día siguiente, literal. Me recomendaron, no sé qué. Yo fui, me presenté. Y esto era con una señora que ella tenía como un comedor. En Perú son muy, como muy famosos o muy comunes. Este tipo de comedores que literalmente hacen menú para que la gente de los trabajos vaya y coma. Y compre comida y básicamente coma. En Perú se da mucho el comer en la calle. El menú, sí. Entonces, era una señora bastante peculiar. Y yo se supone que le iba a ayudar con las cosas. Si necesitaba ir a comprar algo. No te veo teniendo en la vaina eso de menú. Claro, eso era, o sea, pongámoslo en contexto. Tú sales de tu país y tú llegas y tú lo primero, o sea, tú no tienes conocido primero a nadie. Y segundo, tienes que aceptar lo que venga porque tú te tienes que mantener básicamente tú solo, ¿no? Entonces tenía un conocido que me dijo, no, esta señora es lo más. Es para que le ayudes con si ella necesita comprar frutas y verduras o lo que necesite para la cocina. O estar ahí pendiente con ella por si necesita algo, lo que sea. Bueno, yo llegué, todo bien, todo divino. Y la señora, yo no sé qué le dio, yo no sé qué vibra le di yo a ella. O sea, fue como, no sé, un intercambio de energía ahí súper raro. Y ese mismo día, yo traje un solo día. Para que tengan, sí, para que tengan idea de lo que fue ese día para mí. Y maricón, la señora me puso, te lo juro. O sea, la cosa tenía como abajo unas gavetas o algo en la cocina donde ella estaba. Y habían botellas, pero miles y miles de botellas, tipo ahí, llevando polvo. Que se ve que tenían años y años. Eso no lo sacó nadie de ahí nunca, literalmente. Y ella como que la quiso pagar conmigo o quiso como que ser diva conmigo. Me dijo, no, tienes que limpiar toda esa parte. Primero que a mí nunca me dijeron que yo tenía que limpiar. Básicamente porque me dijeron que yo iba a ser como su asistente. Por si ella necesitaba algún mandado. O si tenía que hacer algo para que ella no se moviera del puesto donde estaba. Cuando me dice eso, ya yo estaba ahí. ¿Qué voy a hacer? Me pongo a sacar las botellas. O sea, les puedo decir que salieron arañas. Que las botellas estaban incluso como pegadas del piso. Claro. O sea, una cosa absurda. Claro, que yo lo sentí como una burla. Porque de verdad, si tú te das cuenta que eso es algo que ella usa. Y que son botellas que a lo mejor tú vas a devolver porque se van a reutilizar o lo que sea. Pero eso se veía que estaba guardado ahí. Te lo juro, años y años. Y simplemente como que en un momento no supo qué mandarme a hacer. O qué ponerme a hacer. Y me mandó a sacar todas esas botellas y a limpiarlas una por una. Que literal era un chiquero. O sea, vamos a estar de acuerdo. Y yo lo sentí tan chimo. O sea, si ella me sentí tan mal. Porque fue, te lo juro, yo fui con mi super disposición. Para lo que la señora necesite yo voy. Y estaba nueva. Porque uno es nuevo y tú no conoces nada tampoco. Pero uno es una persona echada para adelante. Uno va y pregunta. Si ella te manda para, no sé, a comprar una verdura. Y tú no sabes dónde es. Preguntas por ahí. Llega y lo consigues. Pero fue tan mal. Te lo juro, la experiencia. Y la señora después como de las dos horas que llegué. Empezó a tratarme también como mal. Como raro. Y tú ya sabes más o menos por dónde van las cosas. Y al día siguiente no fui. Pero está perfecto porque hay gente que va. No, no, yo al día siguiente no fui. Y dije, ¿sabes qué? Yo de verdad estaba recién llegada. El día siguiente les estoy diciendo. Pero yo dije, algo más va a salir. No, claro. Algo más va a salir porque yo no tengo por qué aguantar humillaciones de nadie. Para nada. Y me pasa mucho que a veces... Tuve una mala experiencia. ¿Cuál? Ahorita termina y te digo. No, no, te iba a decir que para finalizar. Que me pasa mucho. Que es como que nadie se tiene por qué aguantar más. Porque nadie que te trate mal sabe todo lo que tú has pasado. Sabe tu historia. Sabe incluso todo el conocimiento que tú tienes. ¿Sabes? Que a lo mejor estás aquí porque lo necesitas. Y estás en una situación que necesitas en el momento. Pero nadie sabe el estudio que tú llevas. O por todo lo que has pasado. O todas tus capacidades. Porque eso nadie lo conoce. Una cosa que me parece a mí absurda es el tema de los currículos. ¿Sabes? Es una estupidez. Porque tú me vienes a decir a mí... Bueno, a mi estudio. Y te lo puedo comprobar como un título de bachillero. Un título como tú te graduaste. Pero después yo te puedo inventar un montón de cosas que yo sé. Nada, yo gestiono el tiempo. Yo trabajo en equipo. Hasta que tú no me dejas... Bueno, pero la parte de la presentación... Sí, pero te digo. Es cualquier cosa. Porque eso no te diferencia a ti. O no te dice cuáles son tus capacidades. Y cuál es tu capacidad de desenvolverte en ciertas cosas. Claro, sí, sí. Tienes toda la razón. Pero de alguna manera tú tienes que dar como tu carta de presentación. Sí, es como la mejor forma que encontraron para. Exactamente. En ese trabajo que te dije antes de entrar al call center. Sí. Que estaba en una tienda de... Ajá, de salud y eso. No fue que me... No fue una mala experiencia. Pero la mujer... Tenía su... Tenía como problemas... Sí, de personalidad. O sea... Se necesitaba y brome. Y un día estaba así que te agarraba. Y te cargaba de la felicidad. Y otro día venía con una cara heavy. Pero muy, muy distinta, ¿no? Entonces ella tenía como... De personal. Como muchas personas como vulnerables. Tenía una chica. Que ella se hizo una amiguita. Que la quiero mucho. Era menor de edad. Y estaba trabajando como bajo cuerda. Como... No se podía. Porque no se podía. Tenía una señora que estaba... Bastante mayor. Como que también necesitaba trabajo. Tenía un chico que era como del campo. Que... Como que no tenía... Como que solo la experiencia la había tenido ahí. Así. Entonces... Todos ellos eran peruanos. Todos. Y ellas los trataba malísimos. Malísimos, malísimos. Pero o sea, les gritaba. Les hacía cosas horribles. Ellas los trataba bien mal delante de la gente. Y sin necesidad. Y Ángel... Y Ángel también estaba en ese... Mi novio estaba en ese trabajo. Y a mi Ángel... Nos trataba bien. Ok. Y ella no encontraba como la forma... De... De tratarnos mal. Porque como que... Se chocaba con nuestra amabilidad. Simplemente éramos personas nuevas para ella. En ese momento en Perú no habían todos los venezolanos que hay ahorita. No había todo este problema de... De... De social. El desastre que había. Entonces... Ella como que con nosotros no podía. Entonces... Un día... Me gritó bien feo porque ella como que ya no aguantaba más. Y yo le grité. También. Ok. O sea fue como que... No sé qué. Me dijo algo así. De lejos. Y yo le respondí de la misma manera. Porque yo no entendía... Como si estábamos haciendo un excelente trabajo. Tú de la nada me gritas. Exacto. Entonces yo le respondí igual. Y cuando yo le respondí igual ella se quedó como que... Ella no lo... No lo procesó. No lo entendía. Quedó como que todo en silencio. Todos me vieron como que... Las cajas de gritar a tal persona. A la jefa. Y yo decía no tiene por qué gritarme a mí. Entonces... A partir de ese momento ya yo no era la persona amable, estudiada, educada. La extranjera más educada. Porque eso era lo que éramos para ella. Claro. Y ese mismo día... Ella fue a hablar con Ángel. Como a decirle eso. Como que ustedes ahora están alzados. Ustedes están no sé qué. Entonces... Ella... Yo estaba también. Vino. Me dijo cuatro cosas. Le digo mira sabes que yo aquí no voy a trabajar. Como yo había cabrado el día anterior. Le dije yo trabajo hasta aquí. Renuncio. Renuncio. No yo también renuncio. De otra una sola. Yo también me voy. Y nos fuimos los tres. Se fueron en cola todos. Entonces porque... La cosa estaba poniendo medio rara. Y ella nos quería tratar mal. Y es como que... Es que mira. Es como que mi cabeza no dimensiona porque tú nos tratas mal. Yo te digo una cosa. Yo siento que la falta de respeto. O el tratar mal a alguien. No importa si tú eres mi papá. Literalmente. Mi papá. Mi mamá. Mi abuela. Mi tía. Mi primo. Mi jefe. El que sea. Tú no tienes por qué tratarme mal. No. Yo soy una persona que trata a todo el mundo con respeto. Y si yo te estoy dando a ti respeto. Porque yo tengo que aceptar de ti. De quien venga. Del papa. Si tú quieres. Una falta de respeto. Unos gritos. Una... No. Y que en un trabajo. O sea. Porque hay mucha gente que piensa. Es una gente que me está pagando. A veces es una gente a la que yo le debo algo. Pero o sea. Esto es un intercambio. O sea. Tú me pagas. Porque yo cumplo una función. Y cumplo una labor. Aquí nadie es más que nadie. Somos personas. Somos humanos. Y todo el mundo merece el mismo respeto. Tal cual. Venga del jefe. Venga del empleado. Venga de la señora que limpia. Venga de tu mamá. O venga de tu papá. Tal cual. Y eso fue como que la mala experiencia. Pero fue como dos días. Claro. Dos días. Que fue cuando la cosa se puso tensa. Bueno. Yo me alegro. Yo me alegro que mi mala experiencia también haya sido un día. Claro. Un día. Porque hay gente que tiene una vida. En un tipo de trabajo así. Es verdad. Y eso es lamentable. Porque de verdad. Te hace la vida miserable. Sí. Piensen en esto. O sea. Ustedes tienen más tiempo. Todos nosotros. Pasamos. Trabajando. Que fuera de nuestros trabajos. Que en nuestra casa. Que haciendo algo con nuestra vida. Entonces. Si ya es un martirio. Tu vida completa se convierte en eso. Sí. Yo quiero resaltar algo. No sé cuánto tiempo llevamos ya. Veinticuatro minutos. Pero. Capaz. Puede ser. Pero. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No.