MARTES XVII T.O

Palabra de Vida Hoy, Martes 17º del Tiempo Ordinario Celebración de Alfonso María de Livorio Al pan por la Palabra Del Libro del Éxodo En aquellos días Moisés plantó la Tienda de Dios fuera, a distancia del campamento, y la llamó Tienda del Encuentro. El que tenía que visitar al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la Tienda del Encuentro. Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda. Cuentan que en una ocasión están los de Alfonso María de Livorio trabajando en su escritorio. Un hermano joven acudió apresurándole porque a otro hermano se le estaba apareciendo en ese preciso momento el niño Jesús. San Alfonso, sin levantar los ojos del escritorio, vino a contestar. Para mí eso no es nada extraordinario porque lo tengo cada día entre mis manos en la Santa Misa. A menudo seguimos anclados en la mentalidad de los creyentes de hace más de treinta siglos, buscando prodigios y hechos extraordinarios, nuevas revelaciones y manifestaciones sobrenaturales, cuando cada día podemos presenciar y participar del mayor prodigio que Dios ha hecho por nosotros en toda la historia de la salvación, la Santa Misa. La Eucaristía es el memorial de la vida y la persona de Jesucristo y su presencia viva en medio de nosotros y en cada uno de nosotros por la comunión que fue instituida para hacer de nosotros una réplica de Aquel a quien comulgamos. La Eucaristía es Cristo y Él es la nueva y definitiva tienda del encuentro donde poder estar ante Dios cara a cara como un amigo está ante otro amigo que dice la primera lectura sobre Dios y Moisés, de forma que las gentes puedan percibir y recibir algo de Dios cuando estén cara a cara con nosotros que vivimos, nos movemos y existimos como templos vivos del Señor y lugar de encuentro entre Él y los que aún no le conocen. Cuando se absolutiza lo relativo se relativiza lo absoluto o cuando la arena se hace oro el oro se hace arena. Como en toda generación la reforma de la Iglesia y de la vida de cada uno de los bautizados pasa por comprender la palabra reforma como volver a la forma primitiva de vida cristiana una vida radicalmente centrada en la Eucaristía porque sin ella los cristianos no lo somos y cuando nos descentramos de ella estamos comenzando a dejar de serlo. Con deseos de permanente conversión con deseos de caminar a vuestro lado vuestros hermanos franciscanos desde Toledo os saludamos con la paz y el bien. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org