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En este Podcast continuamos el estudio de 1 Corintios capítulo 1, descubriendo el mensaje de Cristo Jesús por medio del Apóstol Pablo para la Iglesia en Corinto.
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En este Podcast continuamos el estudio de 1 Corintios capítulo 1, descubriendo el mensaje de Cristo Jesús por medio del Apóstol Pablo para la Iglesia en Corinto.
In "Desayunando con Jesús," the host continues reading from 1 Corinthians chapter 1, emphasizing that everything they have received is from God and through Jesus Christ. He explains that God has enriched the church with knowledge and spiritual gifts, confirming the truth of their faith in Christ. The host also mentions a prophecy in Ezekiel about God cleansing and transforming His people, giving them new hearts and His Spirit. He emphasizes that it is God who works in them and that their works should be done in obedience to His statutes. The host concludes by reminding the Corinthians that God will keep them firm until the return of Jesus Christ and invites them to have communion with Him. He references another prophecy in Jeremiah about a new covenant, where God promises to write His law in the hearts of His people. The host highlights that this transformation is the work of God and emphasizes the importance of humility and obedience to Christ. ¡Bendiciones familia! ¡Muy buenos días! Hoy, en Desayunando con Jesús, vamos a continuar la lectura de Primera de Corintios, el capítulo 1, que habíamos empezado en podcast anteriores. Hoy, vamos a continuar desde el versículo 4, donde nos habíamos quedado, y le pido a mi Dios y Señor que me guíe en el camino, en la senda que nos va a hacer transitar, estudiando esta carta a los Corintios. Bien, sin más, empezaremos a leer el versículo 4 de Primera de Corintios, capítulo 1, donde dice, Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes, por los dones y merecidos que les dio ahora, que pertenecen a Cristo Jesús. Por medio de Él, Dios ha enriquecido la iglesia de ustedes en todo sentido, con toda elocuencia y todo conocimiento que tienen. Eso confirma que es verdad lo que les dije acerca de Cristo. Ahora tienen todos los dones espirituales que necesitan, mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo. Él los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Dios lo hará, porque Él es fiel para hacer lo que dice, y los ha invitado a que tengan común unión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Hasta aquí la lectura que vamos a hacer el día de hoy, hasta el verso 9. Esta es la introducción que va haciendo Pablo en la Primera Carta a los Corintios, donde Él agradece y manifiesta, como ya vimos en el podcast anterior, que todo lo que haya sido recibido por la salvación de Cristo Jesús, no es meritorio nuestro. Dones y merecidos, les habla en el versículo 4. Luego afirma en el versículo 5, que por medio de Él, Dios ha enriquecido a la iglesia, con toda elocuencia y todo conocimiento que tienen. Y afirma que eso es lo que confirma que es verdad lo que les dice acerca de Cristo Jesús a los Corintios. Estas tres partes son esenciales, porque aquí hay el cumplimiento de una profecía hecha en Ezequiel, en el capítulo 36, en el versículo 24, donde dice, Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país, esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Bien, esto es lo que Pablo le está diciendo a la congregación de Corinto. Ellos habían leído más de una vez, en las sinagogas donde ellos se congregaban, esta parte de Ezequiel. Esta promesa de Dios que les dice que los va a limpiar, que los va a purificar, que los va a atraer, que los va a liberar de toda idolatría inmundicia. Pero más que eso, dice, les voy a dar un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros. Es decir, nos va a sacar todo lo que tenemos, viejo, y hacernos nuevas criaturas como manifiesta el Evangelio. Nuevas criaturas, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra. Ese corazón que está endurecido por un montón de conocimiento, por un montón de pensamientos, sean religiosos, sean doctrinales, sean de conocimiento científico, cualquier cosa que haya hecho el hombre como un bastión para decir que tiene un valor por su conocimiento, eso será quitado. Y os daré un corazón de carne, un corazón sensible, un corazón que esté dispuesto a hacer lo que yo le digo a tu corazón normal, común y silvestre que tienes dentro de tu cuerpo que haga, latir para que vivas. Porque mi corazón, y el de todos ustedes, obedece a una voluntad superior que es que Dios le dice, mantente latiendo hasta cuando yo te diga que no lo hagas. Más o menos esta es la referencia que podríamos poner. Pero además de todo esto, y es por esto que Pablo afirma que es verdad lo de Cristo, dice, pondré dentro de vosotros mi espíritu en Ezequiel, dice Estaspart en el versículo 27, y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los pongas por obra. Entonces, al hablar Dios de esta manera, dice, yo haré que hagas esto, la obra no es de aquel que hace el hecho. Esto es como un constructor, como un ingeniero, un arquitecto que está en la obra y le dice a su trabajador, a su obrero, haz esta pared con estas medidas, con estas características, con este modelo, con este diseño. Y cuando se termina la obra, la gente no dice, vaya, que buen constructor, este obrero que hizo esta pared. No, no, no, no. Se resalta aquel que fue el que hizo el diseño, el que ordenó, el que tuvo la idea, el que creó toda esa estructura. Y se dice que buen arquitecto o ingeniero o buen profesional es el que diseñó esta pared. A eso se refiere cuando dice que la fe sin obras está muerta. No es por lo que yo como obrero pueda hacer las paredes que me ordena mi Señor y luego diga que buen constructor que yo soy. Claro, Dios me dio la idea, pero soy yo, son mis manos, son mis pensamientos. Es mi hacer el que levanta yo y hace que esto se vea hermoso. Cuidado. Esto es tener ese corazón de piedra. Hacerse como más relevante lo que yo soy versus lo que es mi Señor en mí. Entonces Pablo les habla a los corintios y esta es una introducción fuerte porque la carta a los corintios ya cuando sigamos estudiando van a ver que hay un montón de problemas y de situaciones que se dan en estos días. Pero Pablo empieza diciéndoles a los corintios recordándoles que primero no hay nada que ellos hayan merecido. Segundo, si tienen algo de valor es por Cristo Jesús. Tercero, les dice que toda la obra es de Cristo, que por eso se sostiene y ellos tienen elocuencia, conocimiento y esto les recuerda finalmente que hace que todo lo que les dijo acerca de Cristo Jesús sea verdad. Entonces esto refiere a ese quiel donde Dios habla cuál es la obra que va a ser en nosotros cuando nos tome, nos limpie, nos recoja, nos devuelva su presencia, nos quite todas nuestras inmundicias con agua limpia. Esa agua limpia es la sangre de Cristo Jesús cuando habla esto en ese quiel. Y ahí es donde Pablo asienta. Es decir, para una persona que no está familiarizada con este tipo de textos es difícil que lo vea desde el punto de vista que se manifiesta en la carta a los corintios. Es por esto que abrimos este estudio para revelar lo que Dios muestra en su palabra y hacer notar que Pablo habla de Cristo Jesús, presenta todo lo que Dios ha manifestado por medio de sus profetas para exaltar la obra magnífica del Hijo y reducirnos a lo que en verdad somos, transgresores que han tenido una oportunidad por mirar a Cristo Jesús. Pero Pablo dice y confirma, él los mantendrá firmes en el versículo 8 hasta el final para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Principalmente resaltando lo que dice en el versículo 27 de ese quiel también. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, los dones, el espíritu de Dios que se habla en la primera carta a los corintios. Pero hay un propósito para esto. Para que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los pongas por obra. Andar en sus estatutos, guardar sus preceptos significa que nos da un modelo para vivir bien. Pero él es el que hace que estas cosas pasen. No somos nosotros los que nos podemos adjudicar la hechura de estas obras. ¿Por qué? Porque definitivamente si hay un pensamiento de estos debemos de sacarlo. Nuestro pensamiento, nuestras obras, nuestro corazón deben estar sometidos a Cristo Jesús. Ese que anda como león rugiente buscando a quien devorar es el que se encarga de llenarnos con sutilezas. Es por esto que Pablo afirma y dice, él los mantendrá firmes hasta el final como está manifestado en ese quiel. Y esta profecía de ese quiel es anunciando a Cristo Jesús el Mesías el Redentor. Entonces acá en Corinto, ya en la carta a los corintios, Pablo ya les dice, ustedes ya son parte de esta obra de salvación que se manifestó en el tiempo de ese quiel. Que también se manifestó con Jeremías cuando habló de un nuevo pacto. Pero que ustedes son ya beneficiarios de este nuevo pacto y de esta forma de llevarnos al Padre por medio de su salvación. Al darnos la oportunidad de recibir por gracia la salvación de Cristo Jesús. Porque por medio de él somos limpios, hemos sido limpiados de todas nuestras inmundicias y de toda nuestra idolatría. Y hemos sido dados corazón nuevo y puestos un espíritu nuevo dentro de nosotros. Y quitados de nuestro cuerpo el corazón de piedra que está lleno y repleto de conocimiento vanidoso y de situaciones que nos hacen solamente tener pensamientos de egoísmo y de sentirnos mejores que otros. Se nos ha sido sacado y nos ha sido dado un corazón de carne para que ahí, recién ahí, more el Espíritu Santo de Dios. Y los dones que nos hayan sido dados sean y tengan el ambiente propicio para que todo sea para honra y exaltación de su gran nombre de nuestro Señor y Dios. Bendito sea aquel que nos dio esta oportunidad. Pablo les dice que Dios lo hará porque él es fiel para hacer lo que dice y los ha invitado a que tengan una comunión con su Hijo Jesucristo. Y esto no es nuevo para Dios porque esto también está puesto en Jeremías. Cuando Dios habla en Jeremías en el capítulo 31 de la profecía de Jeremías, versículo 33, Dios dice lo siguiente, que Él hace un nuevo pacto. Él hace un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. ¿Por qué? Porque dice que igual que en Ezequiel, daré mi ley en su mente y escribiré en su corazón y yo seré para ellos su Dios y ellos serán para mí su pueblo. Y habla muy claro y dice, ya no enseñarán más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano diciendo, conoce a Jehová porque todos me conocerán desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová, porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado. Yo lo pongo como un complemento, las dos profecías se complementan. En Ezequiel dice cómo va a hacer esa transformación y acá en Jeremías dice el propósito de esto, ya no habrá nadie quien les enseñe, ya no habrá nadie quien les indique. Todas las cosas estarán en ustedes, para aquellos que han tenido la fe y el arrepentimiento de reconocerse que no han tenido ningún hecho meritorio delante de mí, más allá de reconocer a Cristo Jesús como su Señor, Salvador, Redentor y Dios. Esto es lo que Pablo recuerda a los Corintios en esta parte del capítulo 1 como introducción para empezar a hablar de los problemas que les aquejaban a los Corintios en el tiempo del apóstol Pablo. Esto lo veremos próximamente. Que Dios los proteja, los cuide y los guarde y los libre de todo mal y los sostenga, como dice Pablo, firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Bendiciones. Hasta pronto. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org