TEMPORAS DE ACCION DE GRACIAS 5 OCT

Today's Word of Life focuses on the Feast of Thanksgiving, traditionally associated with the work of the fields and the harvest. It is a good time to start the new academic year with hope and gratitude for the blessings we have received. In times of political and economic crisis, the Gospel calls us to go beyond ourselves and reach out to others. We are reminded to focus on doing good works without losing sight of the greater good. As disciples of Jesus, we are called to possess the Spirit of the Lord and be open to His inspirations. We should listen to the Lord, understand His will, and act upon it immediately. This is what defines a true disciple who has encountered Christ and seeks His inspiration to become a bearer of good news. Evangelization should be an act of love, reaching out to others with compassion and seeking a better life for both the evangelizer and the evangelized. It should never be seen as retreating to the safety of the familiar. Let us not become complacent and Palabra de vida hoy, témporas de acción de gracias, jueves vigésimo séptimo del tiempo ordinario, al pan por la palabra. La fiesta de hoy está tradicionalmente ligada a los trabajos del campo y a los frutos de la cosecha que se ofrecían a Dios con gratitud. Es un buen momento para afrontar el comienzo de este nuevo curso lleno de esperanzas apoyadas en las gracias que recibiremos y habremos de emplear en el servicio de Dios en nuestros semejantes. Con mayor urgencia cuanto mayor es la necesidad del prójimo estamos llamados a dar frutos y no a conquistar éxitos. En tiempos tan cansinos, por la continua refriega política nacional y la creciente crisis económica, el Evangelio nos quiere sacar de nosotros mismos y lanzarnos hacia los demás. Un estribillo que roza la obsesión en San Francisco de Cis es que los hermanos se dediquen a todo tipo de obra buena pero sin distraerse nunca de la obra mejor. Poseer el Espíritu del Señor y su santa operación, es decir, poseer el Espíritu por la docilidad con que se acogen sus inspiraciones y se secundan sus mociones, sus movimientos interiores. Permanecer a la escucha del Señor con el deseo de comprender su voluntad para tratar de ponerle inmediatamente por obra, es lo que caracteriza al verdadero discípulo de Jesús, a aquel que se ha encontrado con Cristo y se ha sentido atraído por su persona buscándole siempre a él y buscando en él la inspiración, la luz y la fuerza para ser convertido en un nuevo versículo de buena noticia para sus semejantes. Si nos atrevemos a conjugar en primera persona del singular el verbo evangelizar, nunca olvidemos que debe ser un acto de amor que imite el amor de Dios, en salida, en búsqueda del otro, por compasión a sus limitaciones y dolores y tratando de promover una vida mejor para ambos, para el que evangeliza y para el evangelizado, en búsqueda del bien común que se construye a través de la suma del bien integral de todos. Nunca nos atrevamos a concebir la evangelización como un acto de repliegamiento hacia lo seguro y conocido, hacia lo de siempre, por fuerte que arrecien los vientos y muchos que sean los temores con que se nos trata de encerrar en el espacio seguro que nos podamos procurar para albergar algo de serenidad. Si la fe cristiana es vivir la vida de Cristo, mejor dicho, que Cristo viva conmigo y en mí mi propia vida, nunca podemos conformarnos con el camino ya realizado, ni creernos que sabemos caminar solos porque hemos llegado hasta éste hoy. Cuando tanto necesitamos de los más nuestros, convirtámonos para los demás en algunos de los más suyos, por esa fe viva que sólo lo está por la caridad que engendra esperanza para otros. Desde Toledo, vuestros hermanos franciscanos, os saludan con la paz y el bien.